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sábado, 31 de octubre de 2015

Libro Recomendado 2: “Gracia sobre gracia, la nueva reforma en Latinoamérica”

J.A.Torres Q.




Ningún reformador protestante concedió al hombre actual con libre albedrío, cuestión que la Iglesia Católica rechazó contundentemente en el concilio de Trento (1545s), llamando "anatema" a quienes negaran tal conclusión; lo paradójico en el día de hoy, es que la mayoría de los evangélicos cree que el hombre posee dicha “libertad”, dicho don, olvidando la historia que separó al catolicismo de la fe de la reforma. Aunque tenemos una crítica[1] al mismo, es sin duda un excelente libro  escrito por varios autores, aquí,  el bosquejo, y una breve cita de uno de sus capítulos: 




«¿Cuál es el factor decisivo en la salvación del pecador: la voluntad humana o la gracia de Dios? ¿Cuál es papel que juegan la una y la otra? Esta controversia no puede ser calificada de superficial por ninguna persona que esté interesada en su salvación y en la de otros  […] Esa fue la cuestión que Lutero debatió con Erasmo de Rotterdam después de que éste publicara en 1524 su famosa obra […] “sobre la diatriba del Libre Albedrío”. Lutero respondió a finales de 1525, “de servo arbitro”, (la esclavitud de la voluntad”). […] la gran preocupación de Erasmo, y del catolicismo romano en general, era que los protestantes enfatizaran de tal manera la soberanía y el poder de Dios que la libertad del hombre quedara eclipsada. Esta enseñanza era devastadora para el concepto católico romano de la iglesia como dispensadora de la gracia. Tal sistema podía hablar a menudo de la gracia mientras esa gracia fuera meramente una ayuda necesaria pero nunca un poder eficiente que salva. […] como bien señala Erwin Lutzer […] “lo que aparentaba ser un problema menor resultó tener relaciones ocultas, de manera que la cuestión del libre albedrío [ejerció y] ejerce una influencia directa en toda la teología.”» (Sugel Michelén pág. 37).


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