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viernes, 30 de octubre de 2015

Libro Recomendado I: “Aclarando el evangelio”, según Mark Dever

 Por. Pr. J.A. Torres Q.


“Edificar la iglesia local puede ser un propuesta desalentadora. A menudo queremos decir con Pablo: “y para estas cosas, ¿quién es suficiente?” (Cor. 2:16). Así, que ¿dónde comenzamos con esta obra monumental? ¿Existe otro fundamento aparte del evangelio? Porque nadie puede poner otro fundamento que el que está puesto, el cual es Jesucristo.” (1 Cor. 3:11).

         
Así comienza el capítulo dos, —"comenzado la obra"— del libro de Mark Dever y Paul Alexander, “La iglesia deliberante, edificando su ministerio en el evangelio”[1]; pero me llama gratamente la atención, lo que sigue a continuación de esta introducción, en efecto, ¿existe otro fundamento aparte del evangelio que la iglesia debería retomar, refinar, y seguir aprendiendo? A continuación, una excelente mirada, y quizás un llamado también. Bajo el título de “aclarando el evangelio”, Dever escribe: 

“La paciencia es una virtud pastoral. Pero la única cosa en la cual usted no quiere andar despacio es en el predicar el evangelio (1 Cor. 2:1-5; 2 Tim. 4:1-5). Muchos nuevos pastores de iglesias antiguas asumen un entendimiento rudimentario del Evangelio y la vida cristiana entre el rebaño. Pero el suponer de nuestra parte conduce a menudo [el] asumir de ellos. Esto es, cuando asumimos el evangelio en vez de aclararlo, las personas que profesan el cristianismo, pero que no entienden u obedecen el evangelio, permiten cordialmente suponer su propia conversión, sin examinarse a sí mismo para encontrar una evidencia de ello, lo cual no puede acumular nada más que una feliz condenación […] creyendo el verdadero evangelio y respondiendo a éste con arrepentimiento y fe, es la única manera de ser salvo. El evangelio y su repuesta requerida por tanto es lo último que queremos asumir que las personas conozcan, aun si alguno de ellos insisten con lo contrario. El corazón humano es increíblemente engañoso (Jer. 17:5). El nominalismo (ser cristiano solo de nombre) se ha desparramado en nuestras iglesias como una gangrena, y los malentendidos acerca del evangelio abundan entre los evangélicos profesantes […] La personas necesitan escuchar el evangelio, no importa si son cristianos profesantes o no. Con los que los gane, es probablemente para lo que los ganará. Si los gana con el evangelio, los ganará para el evangelio. Si los gana con técnicas, programas, entretenimiento y carisma personal, usted terminará ganándolos para usted y para sus métodos… […] entender el evangelio es crítico, especialmente, al comienzo de la obra, porque quiere asegurar, tan exteriormente como sea posible la purezas de la membresía (es decir, que todos los miembros sean realmente convertidos). Entre más entienda su congregación el evangelio, menos probabilidades tendrá el frío nominalismo y la división carnal de encontrar aire para poder respirar, y más probable será que se forje un sano crecimiento y unidad en las buenas noticias que distingan a la iglesia del mundo.” Mark Dever página 27.

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