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jueves, 29 de octubre de 2015

El cuarto mandamiento: respuestas al adventismo

Por Pr. J.A. Torres Q.

Cuatro preguntas  adventistas a contestar:

1.     ¿Es cierto que la práctica dominical de culto fue una práctica de la iglesia hasta después de Constantino?
2.     ¿Es cierto que la práctica dominical fue una imposición que se originó recién, el año 325 d.C., impuesta por el mismo Constantino[1] (272-337 d.C.)?
3.     ¿Estamos los cristianos adorando entonces al dios sol (sol invictus)?
4.     ¿El abandono del día sábado por el domingo, es el cumplimento de Daniel 7:25, por el poder papal de Roma?

En primer lugar debemos dejar claro que el adventismo, la “Iglesia Adventista del Séptimo Día” (IASD) es una secta[2]. No estamos hablando de un grupo cristiano ortodoxo, sino de un movimiento sectario  que tuvo sus inicios[3] formales el año 1861, el año que adoptaron el nombre por el cual se les conoce (Hexham  2007:9). No debemos olvidar que una de las marcas de las sectas, es manipular la verdad escritural (2 Ped. 3:14-16), pero también, la historia.  Ahora bien, hay dos maneras de abordar a alguien que pudiera preguntarnos por el cuarto mandamiento, sea esto de manera normal, o  inquisitiva, lo cual supone más argumentos. Primero, remitirnos simplemente al punto “F”, —Jesús y el primer día de la semana— esto es, Colosenses 2:11 al 17; o, si usted considera necesario, entonces será preciso refutar, y redargüir, lo cual demandará de usted, —al menos— comprender y manejar los otros argumentos, por ejemplos,  presentados aquí, entre otros más.

A.  Acusación adventista 1

¿Es cierto que la práctica dominical de culto fue una práctica de la iglesia hasta después de Constantino?

La IASD citando a Mervyn Maxwell —escritor y teólogo adventista— no dudan osadamente decir: “Ningún escritor de los siglos III y IV jamás citó un solo versículo bíblico como autoridad para justificar la observancia del día domingo en lugar del sábado. Ni Bernabé, ni Ignacio, ni Justino, ni Ireneo, ni Tertuliano, ni Clemente de roma, ni clemente de Alejandría, ni Orígenes, ni Cipriano, ni Victorino ni ningún otro autor que viviera cerca del tiempo cuando Jesús vivió.” (Maxwell en  IASD 2008:292). El pastor adventista Alejandro Bullón, literalmente expresó:

«¿Sabes cómo entró el domingo a la iglesia cristiana? Al principio, el pueblo de  Israel —los judíos— estaban dominados por los romanos, y un día los judíos se sublevaron, quisieron libertarse del poder romano, entonces los ejércitos romanos  fueron mandados para Jerusalén, pero en Jerusalén —preguntaron los soldados— habían griegos, hay sirios, hay coptos hay judíos, ¿Cómo sabemos quién es quién? Y la orden fue, todo aquel que guarde el sábado, ese es judío, pueden agarrar presos a todos los que guarden el sábado, saben que los cristianos también guardaban el sábado. Entonces un día los cristianos se reunieron allá por el año 55 d.C. y dijeron, estamos siendo confundidos por causa del sábado, Dios va a entender, podríamos comenzar a guardar el domingo. Ya ahí, comenzaron los primeros vestigios de la guarda del domingo.  Más tarde un emperador llamado Constantino se convirtió al cristianismo, pero Constantino adoraba al dios sol en el domingo y una vez convertido al cristianismo, reunió a los cristianos y les dijo, miren yo me voy a bautizar en la iglesia cristiana, solo les pido que me hagan una concesión, quiero continuar adorando a Jesús —a Cristo—  en el día que siempre adoro, el domingo, y los cristianos dijeron: “el emperador romano se va a bautizar en la iglesia cristiana, ¿que nos cuesta ceder un poquito?;  Ya el domingo estaba entrando, pero ahora oficialmente entró, y un poco más adelante, en el año 336 d.C. la Iglesia Católica definió que a partir de ahora el día santo es el domingo.»  (Bullón 2014:1).

Un adelanto de la respuesta a la pregunta  —¿Sabes cómo entró el domingo a la iglesia cristiana?— es Cristo, y lo veremos al final de esta aclaración.   Contrariamente a la cita adventista anterior, y a la declaración de Bullón,  los padres de la iglesia nos dicen lo contrario. Y este argumento no es menor, en vista que —como bien dice el pastor Sugel Michelén— los padres de la iglesia fueron las personas que interpretaron las enseñanzas de los apóstoles, incluso varios de ellos fueron discípulos directos de algunos de ellos, y testigos oculares de la manera en que la Iglesia manejaba sus asuntos cuando los apóstoles aun vivían (Michelén 2010:1). Notemos entonces la primera refutación de esta querella, notando como los padres de la iglesia, sí hablaron de la observación del domingo  y el “reemplazo” del sábado como una costumbre de la iglesia primitiva, concebida como un requerimiento divino derivado de la obra de Cristo y el nuevo pacto consecuente. Valga también para nosotros aquí la aclaración del pastor Sugel   de que las enseñanzas de los padres de la Iglesia post-apostólica no poseen el mismo peso de autoridad de las Escrituras. La Palabra de Dios es nuestra única norma de fe y práctica  (2010:1), pero, sí, y en el aspecto histórico, son documentos innegables. Notemos entonces, algunas citas de la patrística.

El día “domingo” en la Epístola de Bernabé
Fecha de composición: (70-130 d.C.) aprox.

La Epístola de Bernabé fue escrita aproximadamente el año 135 d.C. Aunque a él se le atribuyen algunos escritos cristianos, no fue Bernabé el compañero de Pablo que escribió esta epístola (González 2010:85s). No obstante, este argumento no oscurece la evidencia textual e histórica del hecho que estamos describiendo. Como escribe Fries, la epístola de Bernabé habla del día del Señor como del octavo día (Fries 1979:101). En el capítulo 15, versículos 8-9, se lee:

“Dice aún a los judíos: Vuestros plenilunios y vuestros sábados  (Is 1,13). Ved cómo dice: No son vuestros sábados actuales que me agradan, sino aquel que yo he hecho, en el cual, haciendo puesto fin al universo, daré comienzo  al octavo día [domingo], comienzo que es de otro mundo. Es por esto que celebramos con alegría el octavo día [domingo], en el que Jesús resucitó de entre los muertos y, después de haberse manifestado, se elevó a los cielos.” (Bernabé en Botte 1991:34 [cfRopero  2004:276]).

El día “domingo” en la Epístola de Ignacio de Antioquia
Fecha de composición: (107 d.C.) aprox.

Obispo de Antioquia y mártir durante el reinado de Trajano (107 d.C.). Camino al martirio en Roma escribió siete epístolas que han llegado hasta nosotros hoy, desde Esmirna escribió a las iglesias de Magnesia, Trales, Éfeso y  Roma, también escribió a Policarpo —obispo de Esmirna—  y a la iglesia de Filadelfia; que revelan lo que era la situación eclesiástica en los primeros años del cristianismo. Cuando escribe a los magnesios da testimonio de como los cristianos no guardaban el sábado sino el domingo: (González 2010:75s). Añade Botte, San Ignacio en una de sus famosas cartas dice que:

“…los que han abrazado la nueva esperanza, ya no sabatizan (viven según las leyes del sábado judío), sino que bien según el domingo, en el que nació nuestra vida resplendente por él y por su muerte (Carta a los de Magnesia n. 9).” (Ignacio en Botte 1991:7).

El día “domingo” en Justino Mártir
Fecha de composición: (107 d.C.) aprox.

Justino Mártir natural de la región de Samaria, de la antigua ciudad de Sichén,  fue uno de los apologistas griegos más importantes del siglo II, no solo por sus obras, sino también, por la profundidad de su pensamiento. En sus escritos Mártir animaba  a sus lectores, a dejar las tradiciones que no eran buenas, e incentivaba a los mismos, a  amar la verdad. De igual modo —dice Fries—, Justino Mártir (100-165)  —en su diálogo con el judío Trifón—  se aparta de la costumbre judía (Fries 1979:101). Merril C. Tenney en su comentario al Nuevo Testamento escribe: «Justino Mártir (por el 100 al 165 d.C.) […] se refirió a los evangelios de Mateo, Marcos, Lucas y Juan, a los Hechos, y a muchas de las epístolas paulinas. Afirmó que las “Memorias de los Apóstoles”, llamadas evangelios, se leían, cada domingo en el culto de la iglesia en el mismo nivel con el Antiguo Testamento.» (Tenney 1989:479). La cita original se lee:

El día que se llama del sol [domingo] se celebra una reunión de todos los que moran en las ciudades o en los campos, y allí se leen, en cuanto el tiempo lo permite, los Recuerdos de los Apóstoles o los escritos de los profetas. Luego, cuando el lector termina, el presidente, de palabra, hace una exhortación e invitación a que imitemos estos bellos ejemplos. Seguidamente nos levantamos todos a una y elevamos nuestras preces, y éstas terminadas, como ya dijimos, se ofrece pan y vino y agua, y el presidente, según sus fuerzas, hace igualmente subir a Dios sus preces y acciones de gracias, y todo el pueblo exclama diciendo “amen". Ahora viene la distribución y participación, que se hace a cada uno, de los alimentos consagrados por la acción de gracias y su envío por medio de los diáconos, a los ausentes.” (Justino en Basurko 2006:90).

El día “domingo” en la Didajé  
Fecha de composición: (70 d.C.) aprox.

La Didajé, o Doctrina de los doce apóstoles. No hay que confundirnos[4] con los escritos del NT. El profesor de historiador evangélico Justo González dice que sin lugar a dudas es uno de los  descubrimientos literarios más importantes de los tiempos modernos. Fue descubierto en Constantinopla el año 1873. Su importancia está entonces, en el la cercanía y proximidad con los tiempos apostólicos. La Didajé consta de dieciséis capítulos que se dividen en tres partes (González 2010:73). En estos textos encontramos la siguiente declaración, en donde se habla del día de Señor, que implícitamente señala al domingo:

“Y en el día del Señor congregaos y partid el pan y dad gracias, confesando primero vuestras trasgresiones, para que vuestro sacrificio  sea puro” (Didajé en Ropero  2004:14 [cf. Bourgeois & Sesboüé, Bernard  et al. 1996:57]).

Basten estos ejemplos —aparte de otros[5]—  para demostrar que la práctica del culto dominical, es reconocida por los padres de la iglesia, como una práctica normal, y consensuada entre los cristianos de primer siglo, y no una conclusión derivada de la concesión que se le dio a Constantino, esto, independientemente su edicto posterior. Como  escribe el profesor M. Bluthardt: “Falsamente se culpa al emperador Constantino haber introducido esta modificación  por conveniencia y presión pagana. Estos son los argumentos adventistas, carentes de respaldo histórico.” (Bluthardt 1984:76).


B. Acusación adventista 2

¿Estamos los cristianos adorando entonces al dios sol (sol invictus)?

Literalmente, el pastor adventista Alejandro Bullón, dice: «En realidad, muchas gente que con toda sinceridad que quiere adorar a Jesús en el día domingo, está adorando al sol, porque inclusive en inglés, la palabra domingo, es  “Sunday”, día del sol». (Bullón 2014:1). Este argumento exhibe una clara falacia argumentativa. Nos explicamos. La arqueología ha descubierto muchos códigos de leyes antiguas anteriores a la ley de Moisés, que evidencian una inclinación del hombre, hacia un tipo de justicia moral.  Por ejemplo,  uno de los más famosos, es el código de Hammurabi del año 1700-1750 a.C., leyes más antiguas que el pentateuco. Entonces, ¿debemos suponer que Moisés se basó en ellos para elaborar los diez mandamientos? Por cierto, esto es una de las críticas que hacen los ateos y filósofos escépticos. No obstante, como argumento, es relacionalmente falso[6].  Lo mismo sucede con el culto antiguo[7] de la madre y el hijo. ¿Acaso María y Jesús, son una representación moderna de creencias  paganas antiguas, independientemente la Iglesia Católica cayó en la adoración de la madre de Jesús, María? Relacionar el “Sunday”, con el culto al dios sol y de allí concluir que quienes alaban  a Dios dicho día, están adorando al Sol, no es  más que un argumento erístico.  No cabe duda que el culto al sol, es más antiguo de lo que pensamos, de hecho, Israel  cayó una y otra vez  en idolatría, y dicho culto ya era conocido.  El autor de segundo de Reyes, menciona a Manases, —rey del norte—  quien no sólo adoró al sol, sino que “…a todo el ejercito del cielo.” (2 Rey. 21:3) RV60. El profeta Ezequiel escribió: Y me llevó al atrio de adentro de la casa de Jehová;  y he aquí junto a la entrada del templo de Jehová,  entre la entrada y el altar,  como veinticinco varones,  sus espaldas vueltas al templo de Jehová y sus rostros hacia el oriente,  y adoraban al sol,  postrándose hacia el oriente.” (Eze. 8:16).  Aun más, Moisés revela que este culto, era  aun más antiguo: “…que hubiere ido y servido a dioses ajenos, y se hubiere inclinado a ellos, ya sea al sol, o a la luna, o a todo el ejército del cielo, lo cual yo he prohibido.” (Deut. 17:3) R60 (cf. 2 Rey. 23:5,11; Jer. 8:2).   Entonces, ¿de dónde proviene el culto al sol invictus que roma practicaba? Sin duda hay una línea que puede se trazada hasta la madre de todas religiones paganas, Babilonia, pero en términos románicos,  este culto corresponde al mitraísmo[8], las inscripciones[9] encontradas mayormente en  Dacia, justamente sobre el sol invictus, confirman esta cuestión.  Este culto se popularizó en roma, y ya por el año 274 d.C., el emperador Aureliano lo había admitido. El día que lo oficializó como día de celebración, fue el 25 de diciembre.  El historiador  Paul Veyne añade que este culto ya era practicado a los menos, cincuenta años antes[10] en la cultura siria a Elagabal (“dios de la montaña”), no obstante, —según Veyne, arqueólogo e historiador francés, especialista en Roma Antigua—  la promoción de esta deidad en Roma, fue una política exclusiva de Aureliano: “…el 25 de diciembre, para solemnizar su doble victoria sobre Palmira y sobre los galos; en aquel día del solsticio de invierno según el calendario juliano y del aniversario del Sol estableció un culto público al Sol invencible (lo que significaba que ese culto sería rendido por el estado, pero no que sería impuesto como religión de Estado).” (Veyne 2009:297). ¿Qué hizo Constantino entonces? Según nos relata González: “En el año 324 un edicto imperial ordenó que todos los soldados adorasen al Dios supremo el primer día de la semana.” (González  2009:139). ¿Nació aquí la práctica dominical del culto a Dios entonces? Sin duda, este día era dedicado al sol invicto, no obstante los cristianos ya practicaban en este mismo día —al que llamaban, el primer día de la semana— el culto a Jesús resucitado como veremos. Esto nos lleva a una pregunta final, ¿era Constantino realmente un cristiano?  Para Justo  González —doctor en teología histórica—  Constantino no fue un cristiano verdadero, al menos, en el sentido que ello implicaba aquellos días, esto, y aunque Constantino tuvo tutores creyentes,  siempre llevaba a cabo sus propios dictámenes religiosos, además se consideraba “obispo de obispos”, y repetidamente después de su supuesta conversión, participaba sin remordimientos ético-espirituales de los rituales paganos que les estaba vedados a los creyentes de aquellos días, además en vida, jamás se sometió al bautismo cristiano  (González 2009:137). Sin duda Constantino promovió el cristianismo de una manera notable, no obstante, —como escribiera Woodrow— “…los historiadores admiten que la conversión de Constantino fue de conveniencia.” (Woodrow [s/f]:89). Ahora bien, la cuestión de “Sunday”, no es relevante, en efecto, “Saturday” también significa, “día de Saturno”, en consecuencia, ¿el día de reposo instaurado por Dios a Israel, fue una farsa para ocultar el culto a Saturno? Como puede verse en el siguiente cuadro, para los romanos, todos los días eran dedicados a una deidad, no sólo el domingo.

Lunes
Martes
Miércoles
Jueves
Viernes
Sábado
Domingo
Gr.: Selenes
Rom.: Vesta
Gr.: Ares
Rom.: Martes
Gr. Hermes
Rom.: Mercurio
Gr.: Zeus
Rom.: Júpiter
Gr. Afrodita
Rom.: Venus
Gr.: Crono
Rom.: Saturno
Gr.: Apolo
Rom.: Mitra
dios luna
dios de la guerra
dios del comercio
el dios padre
diosa de la belleza
dios del tiempo
dios sol[11]

(Cardona 2011:217,250)

C. Acusación adventista 3

¿El abandono del día sábado por el domingo, es el cumplimento de Daniel 7:25, por el poder papal de Roma?

El adventismo  ve el inicio del cumplimiento de la profecía de Daniel 7:25  con Constantino, poder religioso  —que según el adventismo—  cambió  la observancia del día de reposo. De allí que relacionen a la Iglesia Católica, como el poder religioso que llevó a cabo el cumplimiento  de esta  profecía, y según Alejandro Bullón[12] pastor adventista, fue  confirmado por el concilio de la Odisea, 336 d.C. sínodo que  trasfirió la observancia  del día sábado, al día domingo. No cabe duda el catolicismo romano, es una distorsión pagana del verdadero evangelio,  no obstante, ¿es éste hecho el cumplimiento del Daniel 7:25 según, lo enseña los adventistas? Al parecer, cada palabra de Bullón tiene sentido, no obstante, no es más que otra maniobra “bíblica”, pero una maniobra eisegética para desviar y redirigir el asunto al paganismo eclesiástico romano, que por cierto será un factor importante en la septuaginta semana de Daniel. No obstante, el versículo aludido,  no tiene nada que ver con Constantino, o con el edicto de la Odisea, en el 336 d.C., esto,  porque  nuestro versículo aquí, y desde una interpretación seria del mismo, tiene un cumplimiento escatológico, específicamente en la segunda etapa de la septuaginta semana de Daniel,  la tribulación y  respecto las acciones que el anticristo llevará a cabo en este contexto del juicio de Dios a las naciones e Israel. El profesor Charles Ryrie en su comentario a los versículos 24 al 27 de Daniel 7, escribe: “El anticristo escalará el poder después de derrotar a tres de las diez naciones (v.24), blasfemará contra Dios (v.25), intentará de algún modo cambiar los tiempos y las leyes para promover su programa anticristiano (v. 25), y perseguirá a los santos de Dios (v. 25) durante los tres años y medio finales de la tribulación.” (Ryrie 1990:1214).

D. El sábado e  Israel

El apóstol Pablo, escribiendo a los corintios subrayó: No seáis tropiezo ni a judíos,  ni a gentiles,  ni a la iglesia de Dios…” (1 Cor. 10:32) RV60. Claramente el NT, Dios mismo ha hecho una distinción respecto, 1. Los judíos. 2. Los gentiles., y 3.La iglesia. Este principio se ve en toda las Escritura, hasta el último libro del NT (cf. Apo. 2:9; 3:9; 7:1-8).  Y por cierto, este no es un resquicio dispensacionalista, sino un principio  básico de una  hermenéutica ortodoxa. Aun más, a pesar que las Escrituras tienen una aplicación atemporal para todo pueblo (gentiles), ella revela de manera explícita el trato específico que Dios ha hecho con los judíos, lo cual se revela desde el Génesis, hasta el Apocalipsis. Distíngase   la siguiente ilustración explicativa.

ANTIGUO TESTAMENTO
NUEVO TESTAMENTO
Génesis 1 al 11
Génesis 12 hasta Malaquías
Mateo, Marcos, Lucas y Juan.
Hechos 2 hasta Apocalipsis 4
Apocalipsis 6 al 19
Apocalipsis 20 al 22
Dios trata con los gentiles
Dios trata con Israel
Dios trata con la iglesia
(Gentiles y Judíos en un solo cuerpo)
Dios trata con Israel y los gentiles no salvos
Dios trata con Israel y los gentiles salvos

(ICAT 2008:25)

En consecuencia, y  a  manera de evidencia hermenéutica básica, distinga y responda las siguientes preguntas —que puede hacer en una hoja aparte—  respecto el día de reposo, o Sabbat[13] (sábado).

“Tú hablarás a los hijos de Israel, diciendo: En verdad vosotros guardaréis mis días de reposo; porque es señal entre mí y vosotros por vuestras generaciones, para que sepáis que yo soy Jehová que os santifico.” (Éxo 31:13) R60. (cf. Lev. 19:3,30; 26:2; Isa. 56:4).

¿A qué corresponde la observancia del día sábado? ____________________________________
¿Entre quiénes es esta señal?  ____________________________________________________

“Habló Jehová a Moisés,  diciendo: Habla a los hijos de Israel y diles: Las fiestas solemnes de Jehová,  las cuales proclamaréis como santas convocaciones,  serán estas: Seis días se trabajará,  mas el séptimo día será de reposo,  santa convocación;  ningún trabajo haréis;  día de reposo es de Jehová en dondequiera que habitéis.” (Lev. 23.1-3) RV60.

¿A quiénes tenía en mente Dios con estas ordenanzas? ________________________________

Acuérdate que fuiste siervo en tierra de Egipto, y que Jehová tu Dios te sacó de allá con mano fuerte y brazo extendido; por lo cual Jehová tu Dios te ha mandado que guardes el día de reposo.” (Deut.  5:15) RV60.

¿A quiénes mandó Dios a recordar el sábado?__________________________________________
¿Qué dos cosas menciona Dios que Dios hizo por ellos?  ______________________________
¿Sugiere, o manda Dios a Israel?  __________________________________________
¿Cuál es el mandato? ____________________________________________________
¿A quién dio Dios este mandato? __________________________________________

Y les di también mis días de reposo,  para que fuesen por señal entre mí y ellos para que supiesen que yo soy Jehová que los santifico.” (Eze. 20:12) RV60.

¿A qué nación dio Dios los días de reposo? _________________________________
¿Para qué les ordenó observarlo? 

1._____________________________________________________________________
2. _____________________________________________________________________

y santificad mis días de reposo, y sean por señal entre mí y vosotros, para que sepáis que yo soy Jehová vuestro Dios.”  (Eze. 20:20) RV60.

¿A qué nación ordena Dios aquí (contexto)? __________________________________
¿Cuál es la ordenanza?  ___________________________________________________
¿Cuál fue el fin (sean)?  ___________________________________________________
¿Quién es “mí”, y “vosotros” en este versículo? ________________________________
¿Cuál era el objetivo de Dios (para)? ________________________________________

La frase, “entre mí y vosotros” claramente señala la relación especial y  única que Dios tenia con Israel, no con otra nación, no con la iglesia, no con los gentiles, sin con Israel, y no un pacto que se hizo en Edén, sino en el Sinaí, y desde allí, como una señal entre Dios y su pueblo, Israel  (cf. Éxo.  19:3-5 Deut. 5:15), sin duda, es un pacto perpetuo* también, pero, eterno entre, Dios e  Israel (cf. Éxo. 31:16-17; cf. la circuncisión Gén. 17:13). Lo mismo se ve en el pacto acerca del arco puesto en las nubes (Gén. 9:12-16* “entre mí y vosotros”) y la circuncisión (Gén. 17:10-13s “entre mí y vosotros”).  Como bien escribe el pastor Alan Kedrovsky:

El día de reposo (el rito de guardar santificado el sábado, el séptimo día de la semana) es una señal entre Dios y los hijos de Israel. […] Dios no puede ser más claro en que el día de reposo —el guardar santificado el séptimo día de la semana— es para Israel, no para la Iglesia, ni para los gentiles. Desde este pasaje en adelante, entonces, el día de reposo es únicamente para los hijos de Israel (para los judíos, para los descendientes físicos de Jacob). Y aunque el pacto de Moisés no es perpetuo, la señal del día de reposo, sí, es para siempre (Exod 31.16-17). Entonces, aunque Israel violó el pacto de Moisés, la señal del día de reposo todavía les pertenece a ellos. Dios le dio a Israel esta señal del día de reposo como un recordatorio de Su gran obra de sacarlos de la tierra de Egipto (y los sacó para entrar en pacto con ellos: Exod 19.4-6).” (Kedrovsky 2014:1). 

El  AT revela también que Dios entre el periodo que se extiende entre Adán hasta Moisés, descansó al final de los seis días de la creación (cf. Gén. 2:2-3; Éxo. 20:10-11; Heb. 4:4), no obstante, y como bien escriben Sperry y Walvoord: “…en la palabra de Dios no hay una orden en el sentido de que el hombre esté obligado observar, o que haya observado, un reposo antes de la salida de Israel de Egipto.” (Sperry & Walvoord 1976:334). Por otro lado, debemos recordar que el cuarto mandamiento, corresponde a los aspectos y carácter de la ley ceremonial de Dios con su pueblo. Lo cual, no sólo incluye observar pasivamente este día  —sino además— exigencias estrictas. ¿Existe hoy en día un adventista que observe el día de reposo, como los judíos lo hacían?  Nótese lo que incluía:

1.     Debía guardarse de puesta de sol a puesta de sol (Lev.  23:32).
2.     No debía llevarse ninguna carga (Jer.  17:21).
3.     No debía encenderse ningún fuego (Éxo. 35:3).
4.     No debía cocinarse nada (Éxo.  16:23).
5.     El castigo por hacer alguna de estas cosas durante el sábado era la MUERTE (Núm.  15).
 (Martin 2009:1)

Bien escribe el pastor A. Kedrovsky: «…nosotros [los cristianos] no guardamos ese mandamiento como si fuera una “ley ceremonial”. La ley ceremonial (guardar el día—el periodo de 24 horas—como un rito religioso) pertenece “perpetuamente” a Israel […] No es un mandamiento de “moralidad” sino de ceremonia […] Esto es exactamente lo que Dios dijo en Éxodo 31.12-17. El cuarto mandamiento (el de guardar el día de reposo) es el único de los diez que no se repite en los escritos de Pablo.» (Kedrovsky 2014:1).

E.  El sábado, la iglesia y Hechos 15

Como hemos observado en las denuncias del adventismo, ellos dan por sentado que los cristianos guardaban el sábado, no obstante, y esto si debe reconocerse, los cristianos judaizantes sin duda lo hacían, cuestión que quisieron imponer a través de la tradición, no obstante, después de la resurrección de Jesús, como escriben Chafer y Walvoord: “…no hay evidencias en el Nuevo Testamento en el sentido de que el sábado haya sido observado por los creyentes, ni aun, en forma errada.” (Chafer & Walvoord 1976:335). Hechos, revela de manera consistente la persecución de judíos sobre los cristianos, y los conflictos que los cristianos judaizantes tenían con los cristianos, justamente, por la presión que los primeros hacían a los cristianos respecto ciertas prescripciones de la ley, que según ellos debían también  guardar (Hec. 3:1-12;4:1-22;5:25-29; 7:54-60; 9:20-31;11:1-4ss;13:43-50;14:1-7). Notemos brevemente el capítulo quince de Hechos, el primer concilio de la iglesia. Lucas escribe: Entonces algunos que venían de Judea enseñaban a los hermanos: Si no os circuncidáis conforme al rito de Moisés,  no podéis ser salvos.” (Hec. 15:1) RV60.  Nótese que el versículo dieciséis dice que Pablo y Bernabé tuvieron una discusión no pequeña, esto es, una discusión real, el  texto griego habla de una disensión, y una  συζήτησις (sudzétesis) que literalmente tiene la idea de un debate mutuo cara a cara (cf. Jn. 3:25).  El problema, la creencia de algunos nuevos cristianos judíos, de la necesidad de circuncidarse  (Hec. 15:5) lo cual, al igual que la observancia del sábado, había sido un mandamiento de carácter perpetuo para Israel (cf. Gén. 17:13).  

Este conflicto  requirió la asistencia de Pablo, Bernabé, algunos de los otros apóstoles, y los ancianos. Y esto cabe señalar, después del acuerdo los fariseos exigieron el cumplimiento no sólo de la circuncisión, sino de la observancia de la ley (Hec. 15:5).  El resultado, y, después de mucha discusión  es contundente. La introducción de Pedro es notable. El énfasis premilitar de Pedro no es el judaísmo y las exigencias de la ley, sino la salvación. En otras palabras,  lo que hizo Pedro  fue poner las cosas teológicas en orden. La salvación es de Jehová, este es el hilo rojo pedrino aquí;  Él escogió dar salvación a los gentiles, Él les dio el Espíritu Santo, y Él los purificó (cf. Hec. 15:12). Lo notable aquí  es que Pedro confrontó a los creyentes judaizantes, no sólo por el hecho de estar exigiéndoles a sus hermanos el cumplimento de la ley, sino que tomó a Dios mismo como testigo, asumiendo implícitamente la derogación de estos aspectos del judaísmo para los cristianos, de allí la frase, “… ¿por qué tentáis a Dios…?” (Hec. 15:10a). Esta frase denunció la presunción disquisitiva de ellos, esto es, asumieron que  Dios se había equivocado, en el fondo,  y como dice Robertson, estaban rehusando seguir la conducción de Dios respecto la nueva dispensación, como los israelitas lo hicieron en Masah y Meriba (Éxo. 17:7; Deut. 6:16; 1 Cor. 10:9) (Robertson 2003:323). Es Pedro dirigiendo estas palabras, había sido lento en ver los tratos de Dios con los gentiles antes (Hec. 8), pero ahora, —como bien añade Robertson—  lo veía con toda claridad, y junto a Pablo y Bernabé, fueron  los voceros de la “nueva” teología correspondiente a la nueva creación de Dios, la iglesia (cf. Efe. 3:4-5; 2:11-22; Col. 1:24-29; Rom. 16:25-27). En efecto, Pablo y Bernabé se levantaron y entregaron el argumento objetivo, la señal de Dios sobre sus decisiones aquellos días, esto es, las grandes señales y maravillas que Él había hecho entre los gentiles (v. 12). Luego Jacobo respondió, entregando los argumentos escriturales (v. 13), ¿había un precedente escritural?  Así lo releva el pasaje. Jacobo no es emocional en su argumentación, sino exegético, “…y con esto concuerdan las palabras de los profetas.” (Hec. 15:15).  Jacobo hace no sólo una explicación de las Escrituras, sino una aplicación interpretando los hechos electivos de Dios para con los gentiles, como el cumplimiento de la profecía, del plan de Dios que antes Él había revelado a sus profetas. De allí la cita veterotestamentaria aludida por Jacobo: “Después de esto volveré y reedificaré el tabernáculo de David,  que está caído;  y repararé sus ruinas, y lo volveré a levantar, para que el resto de los hombres busque al Señor,  y todos los gentiles,  sobre los cuales es invocado mi nombre, dice el Señor,  que hace conocer todo esto desde tiempos antiguos.” (Hec. 15:16-18) RV60.  En otras palabras, la salvación de los gentiles, —y bajo términos diferente a los mosaicos—  ya había sido revelada por Dios en el Antiguo Testamento.  Sin duda ahora faltaba una buena prescripción para los creyentes y una explicación autoritativa para los judíos respecto la cuestión en disputa, era el primer concilio, y este tema debía quedar zanjado. La conclusión fue clara.  ¿Jacobo es irónico? En efecto, por medio de sus palabras prescribió las cuatro cosas que deberían estar en esta resolución conciliar, pero también, siendo impersonal y quizás también “paciente”, —en vista que los judíos creyentes habían sido instruidos desde la niñez respecto estas prescripciones mosaicas— dijo: Porque Moisés desde generaciones antiguas tiene en cada ciudad quienes lo prediquen, pues todos los días de reposo es leído en las sinagogas.” (Hec. 15:21) LBLA.

“Moisés tiene en cada ciudad quien lo predique”. Jacobo revela con esta declaración, la clara independencia que había entre los cristianos que ya practicaban el culto cristiano,  el primer día de la semana, (domingo) de  lo que hacían “ellos”[14] , los  judíos judaizantes (Hec. 18:4,19[15]). Si bien es cierto Santiago (Jacobo) no habló directamente del día sábado, su respuesta tiene un motor reconciliador  —no de estas prescripciones— sino de la evidente delicadeza frente a nuevos creyentes que eran judíos, como escribiera el profesor Francisco Lacueva: “…los creyentes judíos conocían bien estas prohibiciones desde su niñez. Por tanto, no hay que ser severos en criticarles si les cuesta muchos apartarse de repente de estos preceptos de la ley observadas por sus mayores durante muchos siglos.” (Henry & Lacueva  1999:1540). No obstante, la respuesta “oficial” se estableció claramente y a través de una carta normativa universal que fue enviada a Antioquía por medio de dos mensajeros, —Judas Barsabás, y Silas— más Pablo y Bernabé (v. 22). Dichas instrucciones  se pueden observar, justamente, en Hechos 15, en donde leemos:


Remitente: Los apóstoles y los ancianos y los hermanos, 
Destinatarios: a los hermanos de entre los gentiles que están en Antioquía,  en Siria y en Cilicia,  salud.

Por cuanto hemos oído que algunos que han salido de nosotros,  a los cuales no dimos orden,  os han inquietado con palabras,  perturbando vuestras almas,  mandando circuncidaros y guardar la ley, nos ha parecido bien,  habiendo llegado a un acuerdo,  elegir varones y enviarlos a vosotros con nuestros amados Bernabé y Pablo, hombres que han expuesto su vida por el nombre de nuestro Señor Jesucristo. Así que enviamos a Judas y a Silas,  los cuales también de palabra os harán saber lo mismo. Porque ha parecido bien al Espíritu Santo,  y a nosotros,  no imponeros ninguna carga más que estas cosas necesarias:

1.     que os abstengáis de lo sacrificado a ídolos, 
2.     de sangre, 
3.     de ahogado
4.     y de fornicación   …de las cuales cosas si os guardareis,  bien haréis.  Pasadlo bien. (Hec. 15:23b-29)

Nótese bien los destinatarios: “…a los hermanos de entre los gentiles que están en Antioquía,  en Siria y en Cilicia,  salud”. Si bien es cierto, no se dijo nada explícito del sábado, tampoco se prescribió su observancia, como hubiera sido necesario aclarar, esto, en vista de la temática que se trató. Por otro lado, este concilio había sido celebrado  aproximadamente en el año  50 d.C., aproximadamente la misma etapa que Pablo escribiera su primera epístola a los corintios el año 56 d.C. en la que les comunicó:

“En cuanto a la ofrenda para los santos,  haced vosotros también de la manera que ordené en las iglesias de Galacia. Cada primer día de la semana [domingo]  cada uno de vosotros ponga aparte algo,  según haya prosperado,  guardándolo,  para que cuando yo llegue no se recojan entonces ofrendas.” (1 Cor. 16:1-2) RV60.

Pablo ordena no a personas individuales, sino a la iglesia que estaba en Corinto —al igual que las iglesias de Galacia que, cada primer día de la semana (domingo), se recogieran ofrendas. Esto señala a lo menos, dos cuestiones claras. Primero, que las iglesias de Galacia, —Asia menor, donde se encontraban una serie de iglesias— se reunían habitualmente, el primer día de la semana —domingo— lo cual no era una práctica local. Segundo, “…cuando yo llegue no se recojan ofrendas”. La iglesia en Corinto, no sabía cuándo exactamente iba a arribar Pablo, pero claramente se reunían el primer día de la semana, esto es, el domingo, y habitualmente este día se recogían las ofrendas. Tercero, Lucas en el contexto del tercer viaje misionero de Pablo, constató: El primer día de la semana,  reunidos los discípulos para partir el pan,  Pablo les enseñaba,  habiendo de salir al día siguiente;  y alargó el discurso hasta la medianoche.” (Hec. 20:7) RV60.  Nótese  bien: “El primer día de la semana”, esto es, el domingo. Lucas señala aquí la práctica de la santa cena, bajo el marco del “nuevo pacto” que fue instaurado por el mismo Señor (Mt. 26:17-30; Mr. 14:22-25; Lc. 22:14-24; 1 Cor. 11:23-25).  Un par de años después del concilio de Jerusalén (Hec. 15), Pablo escribiría directamente sobre la circuncisión (Gén. 17:10-13 cf. 1 Cor. 7:19), las prácticas judaicas, y los días de reposos, esto es,  ¡los sábados! El contexto deja ver claramente que mandatos perpetuos como la circuncisión, habían tenido su cumplimiento en los cristianos no por obra de hombres —ritual mosaico— sino por Cristo, la conclusión de Pablo es rotunda, con el giro conclusivo “por lo tanto”, escribió: “…nadie os juzgue en comida o en bebida,  o en cuanto a días de fiesta,  luna nueva o días de reposo, todo lo cual es sombra de lo que ha de venir;  pero el cuerpo es de Cristo.” (Col. 2:16-17) RV60. ¿Qué quieren decir estas palabras? En palabras del pastor MacArthur: “No hay mas sábado. No hay más obligación a la ley sabática. Nosotros [la iglesia] no estamos bajo la economía Mosaica, no hay mas leyes de la dieta, no hay mas leyes del sábado, ya no es necesario observar las fiestas, festividades, y lunas nuevas…” (MacArthur 2009:1).

F.  Jesús y el primer día de la semana

El Señor Jesús murió, fue sepultado y resucitó (1 Cor. 15:1ss).  He aquí la base del triunfo del cristianismo, una persona, no un día, o un evento, mucho menos una ceremonia. No obstante ¿Cristo resucitó un día sábado? Hubiera sido una señal lapidara y fuerte de parte de Dios, no fue dicho en el concilio de Jerusalén, pero aun más, no fue comunicado en la obra de Dios más potente de aquellos días, por cierto, hasta nuestros días, la resurrección de Jesucristo, el Hijo de Dios (Hec. 2:32s). En consecuencia, con la resurrección del Señor, nació una nueva era, un nuevo tiempo que el “primer día de la semana”, —no el sábado— vino a resaltar. Como escribiera el pastor  Mark Martin: Las siete apariciones de Cristo después de la resurrección muestran que Jesús escogió a propósito el primer día de la semana para encontrarse con sus discípulos para estimularles y exhortarles. La evidencia muestra que cinco de estas apariciones ocurrieron en domingo, el primer día de la semana.” (Martin  2009:1). Note usted el  énfasis de los escritores del NT, con frases reiterativas, lo cual no es una tautología gramatical, sino, evidentemente un énfasis del Espíritu Santo: “Pasado el día de reposo…”, “…al amanecer del primer día de la semana.” (Mt. 28:1); “…cuando pasó el día de reposo.”, “…y muy de mañana, el primer día de las semana.” “…ya salido el sol…” (Mr. 16:1-2); “…el primer día de la semana […] siendo aún oscuro”, “…cuando llegó a noche de aquel mismo día, el primero de la semana.” (Jn. 20:1,19); “El primer día de la semana, muy de mañana.” (Lc. 24:1); “…y he aquí, el mismo día…” (Lc. 24:13); “…también nos han asombrado unas mujeres de entre nosotros, las que antes del día, fueron al sepulcro.” (Lc. 24:22); “[a los 11] Mientras ellos hablaban… Jesús se puso en medio de ellos [el mismo día, domingo]” (Lc. 24:36); “…cuando llegó la noche de aquel mismo día, el primero de la semana…” (Jn. 20:19).

Primera aparición, a las Marías  (Mt. 28:1-10; Mr. 16:1-9; Jn. 20:1-18)
1er Domingo
Segunda aparición, a los discípulos camino a Emaús (Lc. 24:13-33; Mr. 16:12-13).
Tercera aparición, a Simón, Pedro (Lc. 24:31-34)
Cuarta aparición, a los once (Lc. 24:36; Mr. 16:14-18; Jn. 20:19)



Quinta aparición, ocho días después, (II Domingo) a Tomás (Jn. 20:26-31).
2do Domingo Ocho días después

Todos estos versículos señalan el acontecimiento más espectacular del cristianismo, la resurrección del Señor. No obstante, el  énfasis de los escritores del NT, no es casual al destacar el día de la resurrección, el primer día de la semana, el Domingo. 

G. El reposo cristiano

El Señor Jesús murió, fue sepultado y resucitó (1 Cor. 15:1ss), esta es una verdad contundente no sólo en las Escrituras, sino también una verdad histórica. No obstante, y después de su resurrección —como hemos visto— no hay ninguna indicación en el NT, u ordenanza a guardar el sábado, sea a judíos, gentiles o  a la iglesia en general. Y aun más, tampoco se  menciona su violación, como un quebrantamiento grave de parte de la iglesia, en la listas[16] de pecados  mencionados en los escritos novotestamentarios[17]. El  Dr. Robert A. Morey añade: «El silencio del Nuevo Testamento es crucial en esta controversia. El hecho de que los otros nueve mandamientos sean reintegrados en el Nuevo Pacto como obligatorios para los creyentes y sólo el cuarto mandamiento no está presente, no puede ser descartado a la ligera. Si este argumento del silencio es válido, ¿por qué fueron los otros nueve reintegrados y el sábado declarado específicamente ser una “sombra” (Col. 2:17)» (Morey 2003:1). Obsérvese  el siguiente cuadro comparativo del NT, que menciona la lista general de pecados morales que están incluidos en los nueve mandamientos, no obstante, no se hace mención del cuarto mandamiento, no está, no figura como uno de los pecados que el creyente puede comentar.



Mandamiento
Nº de veces
Citas objetivas
I
Adorar a Dios
53 Veces
Mt.  2:2, 8; 11; 4:9,10; 14:33; 15:9; 28:9,17; Mr.  7:7; Lc.  4:7,8; 24:52; Jn. 4:20, 21,22 (x2), 23,24 (x2); 9:38; 12:20. Hec. 7:43, 8:27; 16:14; 17:23 (x2); 18:7, 13; 19:27; 24:11; Rom. 1:26; 12:1; 1 Cor. 14:25; Fil. 3:3; Col. 2:18; Heb. 1:6; 9:1; 9:6; 10:2; 11:21; Apo. 4:10; 5:14; 7:11; 9:20; 11:1; 11:16; 14:7; 15:4; 19:4; 19:10; 22:8; 22:9.
II
La idolatría
20 Veces
Hec. 15:20, 29; Rom. 1:25;  1 Cor. 6:9; 8; 10:7, 14; 12:2; 2 Cor. 6:19; 1 Tes. 1:9; Gál. 5:20; Efe. 5:5; Col. 3:5; 1 Ped. 4:3; 1 Jn. 5:21; Apo. 2:14, 20; 9:20; 21:8; 22:15.
III
No jurar
4 Veces
Mt. 12:36; Efe. 5:4; Rom. 2:24;  Apo. 16:9.
IV
Día de reposo

NO EXISTE
IV
Honrar padre y madre
6 Veces
Mt. 15:5; 19:19; Mr. 7:10; 10:19; Lc. 18:20; Efe. 6:2.
VI
El asesinato
7 Veces
Mt. 5:21; 19:18; Mr. 10:19; Lc. 18:20; Rom. 1:29; 13:9; Stg. 2:11.
VII
El adulterio
12 Veces
Mt. 5:27, 28, 32; 19:9, 18; Mr. 10:11, 19; Lc.16:18; 18:20; Rom. 13:9; Stg. 2:11, 2 Ped. 2:14.
VIII
Robar
6 Veces
Mt. 19:18; MR. 10:19; Lc. 18:20; Rom. 2:21; 13:9; Efe. 4:28.
IX
La mentira
14 Veces
Mt. 15:9; 19:18; Mr. 10:19; Lc. 18:20.
X
La codicia
9 Veces
Mr.  7:22; Lc. 12:15; Rom. 1:29; 7:7; 13:9; Efe. 5:3; Col. 3:5; Heb. 13:5; 2 Ped. 2:14.

(Arieu 2003:1)

El apóstol  Pablo, escribiendo a los colosenses les dijo: Por tanto,  nadie os juzgue en comida o en bebida,  o en cuanto a días de fiesta,  luna nueva o días de reposo, todo lo cual es sombra de lo que ha de venir;  pero el cuerpo es de Cristo.” (Col. 2:16-17) RV60. “Por tanto…”, es un giro conclusivo, pero a la vez, nos remite al contexto. Esto es, la muerte de Cristo por los creyentes la base de nuestra justicia (Rom. 3:24-26), por él  ya fuimos circuncidados (Col.  2:11), ya fuimos sepultados (Col. 2:12), ya fuimos resucitados en él (Col. 2:12). Los tres verbos se encuentran en aoristo[18]  —como el pretérito perfecto en español— lo cual señala no sólo una acción que ocurrió en el pasado, sino, un hecho cabal, completo y con resultados continuos al presente. La conclusión  de esta enseñanza, es que no necesitamos cumplir los preceptos de la ley ceremonial —esto— no sólo porque Jesús resucitó un “domingo”, sino esencialmente porque con su muerte expiatoria  anuló[19], quitó[20] y clavó[21] en la cruz dichas obligaciones, señalando con ello el fin del pacto antiguo y sus innumerables preceptos. Vine, comentando el último término griego  —proselóo clavar, lo cual incluye a los otros dos (anular, y quitar)— escribió: “Se usa [proselóo clavar]en Col. 2:14, donde se describe la figura de una escritura (ordenanzas de la Ley) primeramente como cancelada, y después eliminada; la idea en el verbo mismo no es la de cancelación y su posterior eliminación, sino la de clavar en triunfo, lo que ha sido cancelado, a la cruz. La muerte de Cristo no solo hizo que la Ley quedara inútil como medio de salvación, sino que dio además prueba pública de que era así.” (Vine 2007:165).

Así llegamos a la frase conclusiva, a la frase autoritativa y normativa que Pablo comunicó a los hermanos de Colosas, y por implicancia, a todos los cristianos. “Por lo tanto nadie os juzgue…” (Col. 2:16a). LBLA traduce: “Por tanto, que nadie se constituya en vuestro juez…” (Col. 2:16a). El giro, la frase original en el texto griego se lee→ “[22]  oún tis júmas krinéto”,  que literalmente se lee→ “No por lo tanto alguno os juzgue.” (Vidal  2011:704), lo cual Reina Valera tradujo: “…por tanto nadie os juzgue.” Dicho giro, incluye un presente de imperativo activo [absoluto] de prohibición (Robertson 2003:533). Esto significa que lo que Pablo escribió aquí a los Colosas, no se trata de una sugerencia o un consejo, sino, de un mandamiento prescriptivo. Ahora bien, —y es necesario agregar— no sólo se trata de juzgar. Esto pues el NT, —a lo menos— usa seis términos para explicar la idea que encierra el juzgar. El término usado aquí por Pablo, no es casual o genérico, se trata del verbo→ κρίνω (kríno) que señala el ejercicio de un juez en un tribunal, quien distingue, o tamiza las evidencias, decide la condena,  y finalmente castiga. En otras palabras, lo que Pablo está diciendo es que nadie, sea hermano (un co-igual), o presbítero (autoridad eclesiástica), juzgue (comente para mal), luego decida (perseguir para), y después, condene a alguien, por: comida o bebida,  días de fiesta,  luna nueva o, “días de reposo” literal.: →“é sabbáton.”[23]   El mensaje de Pablo es lapidario: ¡Cristo es nuestro reposo, no el sábado! Esto, “…porque el fin de la ley es Cristo,  para justicia a todo aquel que cree.” (Rom. 10:4) RV60. Basten estos puntos, para al menos, tener algunos argumentos al respecto. Sugeriremos además la reflexión que ha hecho el pastor John MacArthur que puede encontrar en este link[24].



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[1] Note el lector  como es que en el libro, “Creencias fundamentales de los Adventistas del Séptimo Día”, se expone: “El emperador Constantino promulgó la primera ley dominical civil el 7 de marzo del año 321 d.C. En vista de la popularidad de que gozaba el Domingo entre los paganos que adoraban al sol y la estima en que  lo tenían muchos cristianos.”  (IASD  2008:280s).
[2] Cuando se habla de secta dentro del marco de los movimientos falsos, debemos tener en cuenta las cinco características que aplican a ello. Esto es, 1. Una estructura piramidal de gobierno eclesial. 2. Sumisión incondicional al dirigente o clero representativo, en el caso de la IASD, su autoridad, aparte de las Escrituras, es su “profeta” Elena de White (1827-1915). 3. Anulación de la crítica interna (nadie puede cuestionar a los líderes). 4. Persecución de objetivos económicos. 5. Instrumentalización de los adeptos en orden obtener los fines de la secta.
[3] Un breve resumen de sus inicios. «William Miller […]  Fue un joven de poca  educación pero decidió estudiar la Biblia a fondo, especialmente las profecías. […] Descubrió que Cristo volvería entre 21 de marzo del año 1843 y 21 de marzo del año 1844. […]Antes de llegar la fecha que Miller había fijado para la segunda venida de Cristo, tenía ya una multitud de seguidores. Pero  llegó el día predicho y... no sucedió nada.  Miller dijo que seguramente él se había equivocado y  Cristo volvería para establecer su reinado sobre la tierra el 22 de Octubre de 1844. Llegó el día y,  otra vez, nada. […] Otra vez cambió la fecha para 1845. Cuando no sucedió el fin del mundo sus discípulos lo abandonaron, pero no abandonaron el movimiento que él estableció. […] Jaime White, Elena Harmon (después Elena White) y otros tomaron control del grupo. Muy  pronto comenzaron la observancia del séptimo de como el "sábado" del antiguo testamento. […]   La señora Ellen G. White tomó la posición como profetisa. Comenzó publicando sus visiones y profecías. Estas publicaciones son la base de la iglesia Adventista.» (Templín & Harbín 1994:30).
[4] La Didajé entonces, fue una especie de manual instructivo de instrucción para la iglesia primitiva. Es una colección única de dichos [16 capítulos] de los primeros tiempos del cristianismo con instituciones litúrgicas acerca del culto, del bautismo, la santa cena, y los líderes de la iglesia (Patzia & Petrotta 2008:54).
[5] Citamos aquí la investigación de pastor Sugel, quien complementa lo dicho: «“Ireneo [130-202 d.C.] discípulo de Policarpo [69-165 d.C.], quien fue a su vez discípulo del apóstol Juan […]  “En el día del Señor cada uno de nosotros los cristianos guarda el día de reposo, meditando en la ley, y regocijándonos en las obras de Dios”.  Tertuliano (160-220): Escribe que los cristianos “celebramos el domingo como un día de gozo. En el día del Señor pensamos que es incorrecto ayunar o aun postrarnos en oración”. Clemente de Alejandría [150-215 d.C.]  (contemporáneo de Tertuliano): “Un verdadero cristiano, de acuerdo con lo ordenado en el evangelio, observa el día del Señor echando fuera todos los malos pensamientos y dedicándose a todo lo bueno, honrando la resurrección del Señor, la cual tomó lugar en ese día.”» (Michelén 2010:1).
[6] Calvino escribió: “Todos los pueblos, por sí mismos, establecen sus leyes, y por eso vemos claramente que existen conceptos primitivos de justicia y derecho impresos naturalmente en los espíritus humanos.” (Calvino 1961:64).
[7] Semiramis y su hijo Tamuz; Isis, la gran diosa y su hijo Iswara; Isis y Horus, su hijo, etc.
[8] Se refiere a la adoración de Mitra, un dios persa antiguo. “El mitraísmo, la adoración de Mitra (como dios sol en su forma romana) se extendió con rapidez a todo lo largo y ancho del imperio romano durante el siglo primero.” (Patzia & Petrotta 2008:121).
[9] Carbó García menciona: “Sol, Sol invictus, Deus Sol invictus, o simplemente el invictus.” (Carbó 433).
[10] Juan Ramón Carbó García —Doctor en Historia por la Universidad de Salamanca— añade: “Se ha considerado que el primer testimonio de su culto en Roma es una inscripción datada en el año 158 d.C.  […] y otra dedicatoria epigráfica datada el año 184 d.C. sería un ejemplo de los numerosos testimonios hacia el sol invictus en la época de Cómodo [emperador de Roma entre los años 177 y 192 d.C. hijo de Marco Aurelio] emperador que emitió moneda con la imagen del Sol, y añadió invictus a su titulatura imperial.” (Carbó 2010:438).
[11] Según escribe Cardona, —profesor de historia—  Mitra, era una divinidad persa, antiguo dios solar, este dios olvidado durante el apogeo de la religión Zoroastro, pasaría de los persas a los frigios y de éstos a los romanos (Cardona 2001:2016).
[13] Esta palabra significa cesación o reposo  perfecto de la actividad (Chafer  & Walvoord 1976:333).
[14] «Pero había en la sinagoga de “ellos.”»  (Mr. 1:23 [cf. Mt. 13:54; Jn. 18:20; Hec. 14:1; 17:10; 18:4,19).
[15] Pablo discutía, y persuadía a los judíos, el motivo de sus visitas a la sinagoga, todos los días de reposo, esto es, el sábado.
[16] El pastor  Mark Martin observa: «cuando el nuevo testamento enumera pecados, la violación del sábado brilla por su ausencia: en Marcos 7:21-22; mencionan 13 pecados. Jesús no menciona la violación del sábado. En Romanos 1:29-32 se mencionan 20 pecados, pero ninguno de ellos es la violación del sábado. En Gálatas 5:19-21 se da una lista de 15 pecados. En 2 Timoteo 3:1-4 hay una lista de 18 pecados, pero la violación del sábado no se menciona ni una sola vez.» (Martin 2009:1).
[17] Del Nuevo Testamento.
[18] El aoristo, no existe en español,  es un tiempo verbal del griego de uso común en el NT.
[19] Aoristo.  El término griego es ἐξαλείφω (ejaleífo) y significa frotar para borrar, es decir,  eliminar (Hec. 3:19; Apo. 3:5; 7:17 “enjugará”→ borrará). 
[20] Aoristo. El término griego es αἴρω (aíro) y significa  levantar, quitar, etc.
[21] Aoristo. El término griego es  προσελόω (proselóo) y significa, clavar a.
[22] Esta palabra aquí, es una negación, —“no”, en español—  pero en griego se trata de una negación absoluta, de allí, el auxiliar de traducción, «“nadie” os juzgue.»
[23] Plural de  σάββατον (sábbaton)  sábado, el sabat, o día de reposo.

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