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viernes, 30 de octubre de 2015

Conversiones cuestionables, evangelización cuestionable

 Por J.A. Torres Q.


Ernest C. Reisinger escribió: “…no se puede negar el crecimiento milagroso de pueblo evangélico en nuestras amadas Américas. Pero es un crecimiento casi sin control […] es necesario detenerse; descansar los pies y ejercitar la mente. ¿Se hace evangelismo a la manera bíblica o humana? En otros términos: ¿es teocéntrico o antropocéntrico?” (Reisinger 1995:7).  La declaración de Reisinger puede que para muchos sea una crítica desmedida, y ajena a nuestra realidad. ¿Es que hay evangelismo antropocéntrico?  Notemos un ejemplo aun latente.  Era el año 1992, y no había lugar donde no estuviera este libro, “Fuerza Para Vivir”[1], un corto texto en donde se presentaba el testimonio de varios artistas seculares, que habían abrazado la fe. Sin duda había una buena motivación al respecto, no obstante, y como era costumbre por aquellos días, las “cuatro leyes espirituales” de la Cruzada Estudiantil para Cristo (CRU), fue el “método” de evangelización, aun, al final del libro había un recuadro para que el lector pudiera marcar la opción de: “he dicho la oración…”  (pág. 156) lo cual se tenía que enviar como un tipo cupón de salvación. Sin más comentarios que decir al respecto, lo que me llama la atención, fue releer la página 28 y 29, en donde se presenta a una de la ex vedette más famosa de Chile, quien había entregado su vida a la fe “evangélica”, Tatiana Merino. Y apropósito, ¿qué es de Tatiana Merino? Personalmente no puedo dejar de sentir un cierto desconcierto, —y por cierto también, cierta molestia— cuando Tatiana Merino apareció hace un tiempo en Primer Plano[2]  —programa de TV canal  Chilevisión— defendiendo el lesbianismo de su hija; y esto, a propósito de su “Taller de Sensualidad”[3] al presente. Quizás muchos podrían pensar que ella está alejada (!), no obstante, quiero citar parte de su testimonio en este libro, para que usted observe la gran diferencia que existe entre la “experiencia” (yo sentí), la “realidad” (lo que realmente pasó) y la “verdad” (lo que dice la Biblia respecto la conversión). 
 
        
 “Jesús no tenía importancia para mí. Aunque creía en Dios desde que era niña y sabía que El siempre estaba conmigo, no sentía la necesidad de ir a la iglesia. Un día, finalmente, decidí aceptar los ruegos de mi madre de acompañarla a la iglesia. […] Sin embargo, cuando llegamos al templo, todos los asientos de atrás estaban ocupados y tuvimos que sentarnos en primera fila. Sentí como si todo el mundo me estuviera mirándome y deseaba escaparme. Estaba atemorizada por la gente que allí había. Cantaban tan fuerte, eran tan felices. Entonces, cuando el pastor comenzó a hablar, fue como si me estuviera hablando a mí. Todo lo que decía era para mí. Me sentí tan interiormente. Quería llorar, pero me avergonzaba hacerlo en público. Finalmente, el pastor preguntó si alguien deseaba recibir a Jesús como Salvador, empecé a llorar y sollozar. Comencé a sentirme sucia. Me arrodille y le pedí a Jesús que entrara en mi vida y cambiar mi corazón. Sentía como si hubiera nadie más alrededor mío. Fue como si destellara una luz brillante y estuviera sola con Dios. Mi vida cambio en ese momento […] cuando me puse de pie experimenté una gran felicidad y una sonrisa que no se disipaba. Entonces miré a mi madre y parecía tan hermosa. Nos abrazamos […] desde entonces, todo lo que deseo es satisfacer al Señor.” (Tatiana Merino páginas 27-28)

           La “oración del pecador”, no solamente es anti bíblica, sino que conlleva una consecuencia más grave, esto es, una aversión respecto el arrepentimiento que Dios pide: “Al ver él que muchos de los fariseos y de los saduceos venían a su bautismo, les decía: ¡Generación de víboras! ¿Quién os enseñó a huir de la ira venidera? Haced, pues, frutos dignos de arrepentimiento” (Mt. 3:7-8) RV60. Bien escribió: Kurt Gebhards: «La oración del pecador es un ejemplo de una presuposición equivocada que infesta mucho la evangelización moderna. Proviene de la noción errada de que la decisión de un pecador de recibir a Cristo es el factor determinante en la salvación.» (Gebhards 2011:149). Me temo que no solamente el Señor dirá en aquel día a muchos que profesaron la fe “apartaos de mí...”, sino que tendrá una conversación con muchos “evangelistas” que engañaron a las personas con estos métodos de conversión.
 
Bibliografía

Buckingham, Jamie 1992. Fuerza para Vivir. Fundación Arthur S. DeMoss.
Gebhards, Kurt  2011. Seguridad falsa: Una mirada bíblica a la Oración del pecador. En: MacArthur, John  2011b. La evangelización, como compartir el evangelio con fidelidad. Nashville, TN: Nelson, 147.
Reisinger, Ernest 1995.La evangelización de Hoy, Su mensaje y sus métodos. Miami, FL: Unilit.

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