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sábado, 31 de agosto de 2019

El ethos, el pathos y el logos en la persuasión eclesiástica






Por J.A. Torres Q.


Muchos  estudiosos han clasificado las cartas novotestamentarias bajo la categoría de retórica cristiana, la cual relacionan con las distinciones que  Aristóteles (384-322 a.C.) hizo en su libro el "Arte de la Retórica" y sus principios de persuasión. Aunque esto no pasa de ser más que una hipótesis, hay una cuestión cierta, tanto los discípulos como los apóstoles nacieron en un contexto en donde la retórica aristotélica no solo era conocida, sino que también, era practicada (cf. Hec. 17:16-21). Así, no han sido pocos[1] los que han dicho que Pablo también se valió de la retórica aristotélica en sus escritos. Cuestión que se deriva de la triple clasificación que Aristóteles tenía de los discursos  retóricos (deliberativo/forense/epideictico).  Si bien es cierto, estos tres tipos de enfoque discursivos fueron una manera de orientar el discurso macro, las fórmulas de persuasión siguieron tres diferentes caminos. Así, el camino del ethos, el del pathos y el de logos; y, haciendo una aplicación contemporánea de estos conceptos antiguos,  el ethos se refiere a la credibilidad del orador, camino que sugiere la pregunta: ¿Por qué la audiencia debería creer  lo que dice el orador? Así, el camino del ethos se anticipa a dar muestras de credibilidad, no solo con respecto a lo que dice, sino también, a la veracidad de sus anuncios. El segundo, el camino del pathos, se refiere a la persuasión de las emociones, el enfoque de apelar a las emociones de los oyentes para con ello,  capturar la atención y  aprobación perlocutiva (que lleguen a actuar de facto por medio de dicho camino persuasivo).  Finalmente, el camino de logos, el que implica la lógica y el razonamiento, así, el orado que apela a la razón y espera perlocución por medio de argumentos elaborados racionales exhibidos. Si duda  estos aspectos han estado desde el comienzo de la retórica y la relación orador-asamblea, esto, porque siempre y de algún modo han existido las tres clases de personas correspondientes para cada uno de estos enfoques. Así, haciendo una aplicación eclesiástica. Siempre han existido personas que más que el razonamiento lógico, o la apelación a las emociones, esperan credibilidad de parte del orador. No les basta otra cosa. También ha habido y hay personas esencialmente emocionales (Judas les llama sensuales), que de algún modo la asamblea llega a ser un lugar terapéutico, más cuando el orador logra ser pathológico. De hecho, este es el oxigeno cúltico que respiran. La doctrina  entonces, no importa mucho.  Así,   pueden pasar toda una vida en una asamblea sin ser  jamás  estimulados racionalmente y muchos menos, ver ellos mismos la necesidad de una estimulación lógica de la fe. Y, finalmente, están los lógicos que solo se estimulan cuando sus mentes son puestas a trabajar por medio de la lógica oratoria, por medio de una ponencia académica, por medio de una oratoria que produzca en ellos  una sinapsis iluminativa racional.   

¿Cuál es la retórica —si se le puede llamar así— escritural? La respuesta es relativamente sencilla. Las tres. De algún modo "reformado", sin duda, las tres están presentes. Y tanto para los oradores, como para los oyentes. En cuanto a los oradores, Pablo dijo que los siervos de Dios solo eran eso, “siervos” (esclavos), y que si había un requerimiento moral esencial en estos,  debe ser la fidelidad a Dios (1 Cor. 4:1), de allí, la integridad y honestidad que se exige de estos (1 Tim. 3:1ss). Los tesalonicenses reconocieron esto en Pablo y su equipo pastoral. Por ello el apóstol no dudó decir a estos: “Porque nunca usamos de palabras lisonjeras…”, añadiendo, “…vosotros sois testigos, y Dios también, de cuán santa, justa e irreprensiblemente nos comportamos con vosotros…” (1 Tes. 2:5,10 cf. [2:6-9]). Segundo, —que incluye a ambos orador, receptores—   Pablo escribió: “Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional.” (Rom. 12:1). La esencia del culto cristiano y la dinámica de este, sigue el camino racional. Pablo usa aquí la frase  λογικὴν λατρείαν (logikèn latreían) que literalmente significa “culto lógico”. Pero, no solo el culto debe ser lógico o racional, también la instrucción cristiana demanda una actividad constante por este camino. Por ejemplo, la palabra   habitual para “doctrina” en el NT es διδασκαλίαις (didaskalíais) que se traduce literalmente como “instrucción”,  esta demanda una dinámica racional constante, porque justamente, la iglesia debe crecer en una fe racional  (Rom. 12:7; 1 Tim. 4:13; 6:3), y, la presencia de  mala didaskalía (cf. Mt. 15:2, 3,11; Tit. 1:9; 2:1)  incluye necesariamente también, la constante de la racionalidad para una ortodoxia fiel. Sin embargo, en la fe bíblica, la racionalidad no lo es todo, también Dios requiere el involucramiento de las emociones.   Marcos 12:30 declara por boca del mismo Señor: “Y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón,  y con toda tu alma,  y con toda tu mente y con todas tus fuerzas.  Este es el principal mandamiento.” La fidelidad a Dios no solo incluye entonces la mente, las fuerzas y el corazón, incluye el asiento almático donde se encuentran todas las emociones. Sin embargo, no es emocionalismo lo que pide Dios, sino, y en palabras de Jonathan Edwards,  afectos religiosos, y con esto Edward se refirió a las verdaderas emociones cristianas derivadas de un corazón regenerado en contra posición al emocionalismo carnal. Pedro nos muestra el camino cuando escribe: “…a quien amáis sin haberle visto, en quien creyendo, aunque ahora no lo veáis, os alegráis con gozo inefable y glorioso… (1 Ped.  1:8). Cristo es suficiente para el gozo del cristiano, este es el mensaje conciso de este versículo. Bien añadió Edwards:

«¿Quien puede negar que la verdadera religión tenga como ingrediente fundamental las emociones, esas acciones vigorosas y enérgicas de la voluntad? La religión que Dios requiere no consiste de emociones debiluchas, pálidas, y sin vida que escasamente logran desalojarnos de la apatía. En su palabra Dios insiste en que seamos serios, espiritualmente enérgicos, teniendo nuestros corazones vigorosamente comprometidos con el cristianismo. Tenemos que ser "fervientes en espíritu, sirviendo al Señor" (Romanos 12:11). "Ahora, pues, Israel, ¿que pide Jehová tu Dios de ti, sino que temas a Jehová tu Dios, que andes en todos sus caminos, y que lo ames, y sirvas a Jehová tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma?" (Deuteronomio 10:12). "Oye, Israel: Jehová nuestro Dios, Jehová uno es. Y amarás a Jehová tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y con todas tus fuerzas" (Deuteronomio 6:4-5). Esta participación viva y vigorosa del corazón en la verdadera religión viene como resultado de la circuncisión espiritual, o regeneración, a la cual pertenecen las promesas de la vida. "Y circuncidara Jehová tu Dios tu corazón, y el corazón de tu descendencia, para que ames a Jehová tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma, a fin de que vivas" (Deuteronomio 30:6).» (Edward [s/a]:7)

En consecuencia, aunque el ethos, el pathos y el logos no son conceptos que emanen de las Escrituras para un modelo retórico desde el púlpito, ni tampoco parámetros novotestamentarios a elegir a la hora de exponer, no deben descartarse en relación a la audiencia que tenemos, sin embargo, en cuando a la ética del orador (predicador), las Escrituras tiene otros parámetros a los cuales debemos ceñirnos  (cf. 1 Tim. 3:1ss; 4:16; 5:17; 2 Tim. 2:15; 3:14-17; 4:1-5).  






Datos bibliográficos

Beyer, Hartmut 2009. Carta a los Gálatas. Las Palmas de Gran Canaria, España: Mundo Editorial
Edwards, Jonathan [s/a]. Los afectos religiosos,  la verdadera experiencia cristiana
Green, Eugenio. 1 y 2 Tesalonicenses. Grand, Rapids, MI: Portavoz.   






[1] Green menciona a Steve Walton, en “What Has Aristotle to do with Paul? Rhetorical Criticism and 1 Thessalonians”; Frank Witt Hughes, en “Early Christian Rhetoric and 2 Thessalonians”; Jewett, en “The Thessalonian Correspondence”; Wanamaker, en “The Epistles to the Thessalonians”. Y añade, desde la antigüedad se ha reconocido que Pablo utiliza elementos retóricos a nivel sintáctico como el clímax o el gradatio en Romanos 5:-5, por ejemplo (Green 2000:89 nota 336).

viernes, 30 de agosto de 2019

¿Qué esperamos los creyentes, la segunda venida o el arrebatamiento?


Por J.A. Torres Q.


La pregunta anterior no solo es legítima, de hecho, es bíblica, diríamos también,  tesalonística.  Lamentablemente y habitualmente, se responde en el acto, con otra: ¿Es que acaso son dos eventos diferentes? Esta es la pregunta más común que usted escuchará hoy  frente a esta pregunta sugerida. Quizás es la que usted ya se hizo al ver la epifanía de este artículo en su pantalla. Es más, cuando se plantea una distinción entre el arrebatamiento y al segunda venida, por supuesto, y dependiendo de la presión arterial de quien esté detrás del  PC (temperamento),  la segunda aseveración que se suele emitir también en el acto y que bien podría añadirse a la lista de los condicionamientos clásicos pavlovlianos de los males de la retórica "protestante", es: “eso es dispensacionalismo”. Si usted no sufre de esta patología novedosa tan común en el día de hoy, considere objetivamente las siguientes líneas y corrobore biblia en mano, porqué estos dos eventos escatológicos son diferentes no solo en esencia, sino también en el contexto y propósito  bíblico. 

Cuando el NT habla de la venida del Señor y en especial describe cómo es que los destinatarios originales comprendían lo que llamaron la παρουσία (parusía→venidaRV60) del Señor, no lo hacían como habitualmente el lector occidental (nosotros) hemos llegado a  distinguir. Así por ejemplo, se habla de la primera, la segunda y una tercera venida, que es de algún modo la acusación reformada que se hace a la escuela dispensacionalista. Muchos añaden a esta   imputación poco rigurosa que este sector cree entonces, en una venida secreta y por ello, en una tercera venida. Solo diremos aquí que al observar la idea del sustantivo parusía en el NT, esta no define per se, el arrebatamiento como tampoco, la segunda venida. La razón es sencilla, parusía es antónimo de apousia, “estar ausente” (Fil. 2:12) y denota esencialmente, —y diríamos— tangencialmente, la presencia de alguien. Así, Pablo se alegra por la presencia de Estéfana  (1 Cor. 16:17), así también, se siente consolado por la presencia de Tito "en su habitación" (2 Cor. 7:6). Tiene un parecido a su cognado páreimi “estar ahí”, o “haber venido” (cf. 1 Cor. 5:3; 2 Cor. 10:2; 11:19). Así, parusía significa el estar presente, lo que incluye a veces el estar viniendo[1] o el venir[2], subrayando con ello la presencia activa de alguien. Por supuesto, como es común en los términos del NT, este se deriva del AT, en el que la parusía de Dios no estaba atada solo a lugares, así, se observa que Dios puede venir en sueños (Gén. 20:3), teofanías (18:1ss), visiones o “manifestarse” en la victoria  et al. (1 Rey. 19:12s; Jue. 5:4ss) (Braumann 1986III:302; Oepke 2002:773). Dicho en otras palabras, la parusía —que también se refiere a la primera venida de Cristo (2 Ped. 1:16) la venida de hombres (1 Cor. 16:17), como del anticristo (2 Tes. 2:9)— indica solamente la presencia tangible de alguien. Dicho esto, y referido a la parusía escatológica de Cristo, tanto el AT como el NT cuando hablan de la parusía (venida) de Cristo, lo definen por el tipo y las características de dicha presencia (parusía). Esto es, lo que sucede en dicha venida y presencia.   Así, son dos los sentidos que se distinguen claramente con respecto a la venida de Cristo y su presencia: una presencia a través de una venida judicial terrible,  esplendorosa y universalmente visible,  descrita desde al AT como el día de YHVH (Isa. 2:12-21) en el que Él vendrá  no solo a castigar a Israel, sino esencialmente, a toda la tierra; por ello, todos los linajes de la tierra harán lamentación (Apo. 1:7), día o periodo en que los reyes de la tierra tratarán de esconderse de Él, esto es: de la ira  del Cordero (Apo. 6:15-17). Por ello Amós grita: “¡Ay de los que desean el  י֣וֹם יְהוָ֔ה  (día del YHVH)! ¿Para queréis el  י֣וֹם יְהוָ֔ה  (día del YHVH)!? Será tinieblas, y no luz” (Amo 5:18 cf. [Isa. 27:1-13; 61:1-3; 63:1-6; Jer. 30:7ss; Ab. 1:15; Sof. 1:14-15).

Es por el conocimiento veterotestamentario que hemos mencionado que los tesalonicenses estaban angustiados y confundidos pues, pensaron que estaban viviendo literalmente el día del Señor, el periodo de juicios revelado tantas veces en el AT por medio de lo que los profetas concibieron como el gran y terrible י֣וֹם יְהוָ֔ה  (día del YHVH) (2 Tes. 2:1s), cuando en realidad ya habían sido instruidos sobre la exoneración de dicho periodo en la primera visita flash del apóstol con ellos y mayormente en ambas cartas de Pablo  (Hec. 17:1ss). Por ello, para la mayoría de ellos el sentido de “y esperar de los cielos a su Hijo […] a Jesús, quien nos libra de la ira venidera” (1 Tes. 1:10)  y el de que Dios no los puesto para ira (1 Tes. 5:9), trajo la confusión que el mismo Pablo se vio en la necesidad de aclarar en su segunda epístola, en la que les exhortó a no dejarse mover de las enseñanzas que habían recibido de parte de él y el equipo pastoral (1 Tes. 1:1). Por lo que no debían confundirse, por ello añade que ellos no estaban en tinieblas para que dicho día terrible, dicho periodo sería experimentado por ellos (1 Tes. 5:4). Es en estas referencias que sea dicho de paso, están plasmadas claramente en estas epístolas, la parusía de Cristo por ellos en un contexto diferente. En una venida llena de esperanza, donde el mismo Pablo subraya tal tenor (1 Tes. 2:19; 3:13; 4:15; 5:23 cf. [Stg. 5:7-8; 1 Jn. 2:28; 1 Ped. 1:7, 13]), no de temor o de terror, como esperando un rescate tipo extracción militar producto de un contexto bélico sobrenatural. El mismo apóstol les repite: “y esperar de los cielos a su Hijo […] a Jesús…”, añadiendo: quien nos libra de la ira venidera” (1 Tes. 1:10). 

En consecuencia, esta esperanza en la venida de Cristo incluía también, una esperanza exonerante (1 Tes. 1:10; Tit. 2:13). De allí el giro arameo מָרַן אֲתָא   (marán-ata) traducido al griego como μαρὰν ἀθά (marán atha) “ven Señor”[3], uno de los primeros himnos de los creyentes de la iglesia primitiva, que fue claramente un himno de esperanza constante en la mente de los creyentes (Fil. 4:5; Stg. 5:8; Apo. 20:22), esperanza que estaba basada en una venida amistosa de parte de Cristo el Señor (Apo. 3:11[4]). Por eso notamos instrucciones novotestamentarias como la del hermano de Jesús a los judíos creyentes:Tened también vosotros paciencia, y afirmad vuestros corazones; porque la venida del Señor se acerca.” (Stg. 1:7). De esta misma manera, Pablo escribía a los corintios. “El que no amare al Señor Jesucristo, sea anatema[[5]]. El Señor viene.” (1 Cor. 16:22). Como podemos observar entonces, la esperanza en la venida (parusía) de Cristo siempre fue una doctrina de la iglesia primitiva, sin embargo, esta esperanza estaba también aferrada a una liberación de la ira de Dios (1 Tes. 1:10). No es extraño entonces que Juan esté en la misma sintonía escatológica de Pablo, porque justamente, ésta era la noción apostólica de la venida de Cristo. Por cuanto has guardado la palabra de mi paciencia, yo también te guardaré de la hora de la prueba que ha de venir sobre el mundo entero, para probar a los que moran sobre la tierra.” (Apo. 3:10). Nótese que Juan señala primero que la iglesia cristiana representada por Filadelfia (Apo. 3:7-13), sería librada de: la hora de la prueba, sobre “todos” los que moran en la tierra, que en la visión profética de Juan, experimentan los juicios divinos, como lo llamó el mimos Señor: la gran tribulación (Mt. 24:29) que culmina justamente, un periodo de juicios terribles sobre los moradores de la tierra que aun se vislumbran desde el AT como receptores de la ira de Dios (cf. Isa. 24:1, 5; 51:6; Jl. 2:1;  Apo. 3:10; 8:13; 9:20-21; 11:10; 13:8-18; 16:10-11; 17:8). No se dice “en” la ira, o “durante” la ira,” que es la  ira escatológica de Dios, sino, te guardaré (teréo) o preservar  ἐκ τῆς ὥρας τοῦ πειρασμου (ék tñs jóras tũ peirasmu)→ “de la hora del prueba”, con la preposición ἐκ (ék) que describe la idea de ser sacados de. Esto es, el Señor promete sacar (preservar) a los suyos en dicho tiempo de juicios (prueba) descritos desde el AT y explicados por Juan claramente desde el capítulo 6 de Apocalipsis (6:1ss),  hasta justamente, la segunda venida del Señor en el capítulo 19, donde vemos que antes de esta parusía final (segunda venida), la gran multitud salvada en Apo. 5:9 que fue removida de la tierra antes de los terribles juicios (Apo. 6-18), alaban a Dios en el cielo, antes de la venida del Señor con gran poder y gloria.

Entonces, ¿dos venidas de Cristo, una secreta otra visible? Mejor es preguntar: ¿Qué esperamos los creyentes, la segunda venida o el arrebatamiento? Pablo ya respondió a esta pregunta señalando: “Porque no nos ha puesto Dios para ira,  sino para alcanzar salvación por medio de nuestro Señor Jesucristo”, habiendo añadido también que, debemos: “…esperar de los cielos a su Hijo […] a Jesús…”, añadiendo: …quien nos libra de la ira venidera” (1 Tes. 1:10).  ¡Esta fue la esperanza de la iglesia en Tesalónica (primitiva) la nuestra también! Por eso decimos con Pablo  maranata. 






Datos bibliográficos  


Oepke, Albrecht  2002. Art: “παρουσία” En: Kittel, G. & Friedrich, G. (eds.) 2002. Compendio del Diccionario Teológico del Nuevo Testamento. Grand Rapids, MI: Libros Desafío, 771s.
Braumann, Georg 1986. Art. “παρουσία” En: Coenen, Lothar  & Erich, Beyreuther et al 1985. Diccionario Teológico Del Nuevo Testamento, Volumen  III. Salamanca (España): Sígueme. 299ss.
Vine, W.E. 2007. Diccionario Expositivo de palabras del Antiguo y Nuevo Testamento exhaustivo. Nashville, TN: Caribe.
Torres, J.A. 2016. Material de estudio: Comentario exegético, escatológico, pastoral y homilético de 1 y 2 a los tesalonicenses. Under construction.  

   



[1] Participio de erjomai et al.
[2] Erjomai.
[3] O, el Señor está viniendo.
[4] “He aquí,  yo vengo pronto;  retén lo que tienes,  para que ninguno tome tu corona.”
[5] Entregado al peor juicio que puede haber, la ira de Dios.

jueves, 29 de agosto de 2019

Evidencias bíblicas para un rapto pretribulacional




Por Michael Vlach[1] (Ph.D.)

Tomado de evangelio.blog

Puntos introductorios con respecto al rapto

El Interés en el Rapto [se vio reflejado] en una encuesta del [año] 1994 por el U.S. News and World Report, [en el que] encontraron que el 61 por ciento de los estadounidenses creen que Jesucristo regresará a la tierra, y un 44 por ciento cree en el rapto de la iglesia (Jeffery L. Sheler, “The Christmas Covenant” U.S. News and World Report, 19 de Diciembre, 1994, pp. 62, 64).

            ¿De dónde obtenemos el término “rapto”? El término “rapto” no se encuentra en la Biblia, entonces ¿de dónde proviene la palabra? El término “rapto” viene de la traducción latina de la palabra griega y traducida “arrebatados” en 1 Tesalonicenses 4:17. Charles Ryrie explica, “…la palabra griega de la cual tomamos el término ‘rapto’ aparece en 1 Tesalonicenses 4:17, traducida ‘arrebatados.’ La traducción latina de este versículo utilizó la palabra rapturo. La palabra griega que traduce es harpazo, lo cual quiere decir arrebatar o tomar. En otro lugar se utiliza para describir cómo arrebató El Espíritu a Felipe cerca de Gaza y lo trajo a hasta Cesarea (Hechos 8:39) y para describir la experiencia de Pablo de ser arrebatado hasta el tercer cielo (2 Cor. 12:2-4). De esta manera no puede haber duda de que la palabra es usada en 1 Tesalonicenses 4:17 para indicar la remoción real de las personas de la tierra hacia el cielo”. (Charles Ryrie, Teología Básica, p. 462)

Pasajes referentes al rapto. Existen tres textos principales que se refieren al rapto: 1 Tesalonicenses 4:13-18, de 1 Corintios 15:57-57 y Juan 14:1-3.

Los componentes del rapto

El regreso de Cristo “Porque el Señor mismo con voz de mando…” (1 Tes. 4:16). “Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo” (Juan 14:3).

Una resurrección de entre los muertos de los santos de la iglesia “los muertos en Cristo resucitarán primero” (1 Tes. 4:16). “…los muertos serán resucitados incorruptibles” (1 Cor. 15:52).

Una traslado de creyentes vivos “Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados” (1 Tes. 4:17).

Una reunión gloriosa “…juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor” (1 Tes. 4:17). “…vendré otra vez y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis.” (Juan 14:3).

Obteniendo cuerpos glorificados “…los muertos serán resucitados incorruptibles, y nosotros seremos transformados. Porque es necesario que esto corruptible se vista de incorrupción, y esto mortal se vista de inmortalidad.”(1 Cor. 15:52-53). “también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo; el cual transformará el cuerpo de la humillación nuestra, para que sea semejante al cuerpo de la gloria suya” (Filipenses 3:20-21).

La velocidad del rapto “…en un momento, en un abrir y cerrar de ojos” (1 Cor. 15:52).

El tiempo del rapto en relación al período de la Tribulación

[Con respecto al]  debate, Ryrie señala: “En el siglo diecinueve, enseñar respecto al rapto de la iglesia comenzó a ser ampliamente diseminado. Esto hizo surgir preguntas tales como que si la segunda venida de Cristo implica varias etapas, la relación de esas etapas al período de la Tribulación, y la distinción de la iglesia con Israel en el programa de Dios. En el siglo veinte una de las preguntas más discutidas en la escatología tiene que ver con el tiempo del rapto”. (Ryrie, p. 478)

Los puntos de vista diversos a los que Amilenialistas y Pos-milenialistas consideran la venida de Cristo como un acontecimiento solo seguidos por un juicio y resurrección general. Dentro del Premilenialismo, sin embargo, cinco puntos de vista principales han sido promovidos con respecto al momento del rapto:

Pretribulacionismo 

El Pretribulacionismo enseña que el rapto de la iglesia ocurrirá antes que el período de la Tribulación de siete años comience. Los que apoyan este punto de vista incluyen a Pentecost, John Walvoord, Charles Ryrie, Dwight, Alva J. McClain, John Feinberg, y Paul Feinberg.

Midtribulacionismo 

El Mid[2]-tribulacionismo enseña que el rapto de la iglesia ocurrirá a la mitad de los siete años de la Tribulación; Es decir, después de que los tres los años hayan transcurrido. Los que apoyan este punto de vista incluyen a Oliver Buswell y Gleason Archer. 

El rapto de pre-Ira 

La perspectiva del rapto de Pre-ira enseña que todos los cristianos serán llevados en el rapto aproximadamente después de tres cuartos del período de la Tribulación. Los que poyan esta perspectiva incluyen a Marvin Rosenthal y Robert Van Kampen.

El Post-tribulacionismo 

Enseña que el rapto y la Segunda Venida son facetas de un solo acontecimiento que ocurrirá al final del período de la Tribulación. De esta manera, la iglesia estará en la tierra durante el período de la Tribulación de siete años. Los que apoyan esta perspectiva incluyen a George Ladd, Robert Gundry y Douglas Moo.

El rapto parcial 

La perspectiva del rapto Parcial enseña que sólo los cristianos “espirituales” que observan y esperan el regreso del Señor serán llevados en el rapto. Luego durante los siete años de la Tribulación otros santos de Era de la Iglesia que no estaban preparados para el rapto inicial serán arrebatados en diversos intervalos. Esta perspectiva se originó con Robert Govett en 1835 y fue también enseñada por J. A. Seiss y G.H. Lang.

¿Por qué este asunto del tiempo del rapto es importante?

Todo el Consejo de Dios El estudio del rapto es importante porque queremos conocer todo el consejo de Dios.

La expectación del cristiano El asunto del rapto es importante porque se ocupa de la naturaleza de la esperanza y expectación del cristiano. ¿Deben los cristianos esperar el regreso de Cristo de un momento a otro? O, ¿estamos esperando experimentar un tiempo de tribulación mundial?

Una defensa Bíblica del Pretribulacionismo 

De estos cinco puntos de vista ¿por qué debe ser preferido el Pretribulacionismo? Lo siguiente son evidencias bíblicas de un Rapto Pretribulacional:

Los pilares de Pretribulacionismo. El fundamento del Pretribulacionismo tiene cuatro elementos:

La interpretación literal coherente 

El método literal de interpretación trata de explicar el sentido original del escritor según los usos normales de palabras y lenguaje. El método literal interpreta toda la Biblia en una forma normal y simple, comprendiendo todo el tiempo que la Biblia, a veces, usa símbolos, figuras de dicción y tipos.

La distinción entre Israel y la Iglesia 

Entre más reconozca la distinción bíblica entre Israel y la iglesia, más claro podrá ver el plan bien definido de Dios para cada grupo. Según Thomas Ice: “Si Israel y la iglesia no son distinguidos, entonces no hay base para ver un futuro para Israel o para la iglesia como un pueblo nuevo y único de Dios. Si Israel y la iglesia son asociados en un solo programa, entonces las promesas del Antiguo Testamento para Israel nunca se cumplirán y serán vistas usualmente por teólogos del reemplazo como espiritualmente cumplidas por la iglesia. La unión del destino de Israel en la iglesia no sólo hace uno lo que las Escrituras entienden como dos, sino que también elimina una necesidad de una restauración futura del pueblo elegido original de Dios con el fin de cumplir literalmente con Su promesa de que un día serían cabeza y no cola (Deuteronomio 28:13).

Entre más los creyentes vean un plan bien definido para Israel y un plan bien definido para la iglesia, más se da cuenta de que cuando el Nuevo Testamento habla a la iglesia describe una esperanza y destino separado para ella. La iglesia se pone más bien definida en el plan de Dios. El futuro de Israel incluye la tribulación de siete años, y luego poco antes del regreso de Cristo a Jerusalén ella será convertida a Jesús como su Mesías.  Por otra parte, la esperanza distinta para la iglesia es el regreso inminente de Cristo.

De esta manera, una distinción entre Israel y la iglesia, como lo enseña la Biblia, provee una base de apoyo para el rapto pretribulacional. Aquellos que unen los dos programas lógicamente no pueden apoyar los argumentos bíblicos para el Pretribulacionismo”. (Thomas Ice y Timothy Demy, La Verdad Acerca del Rapto, pp. 25-26)

El futurismo 

El Pretribulacionismo toma una interpretación futurista de Daniel 9:24-27 y el libro de Apocalipsis. Daniel 9:24-27 da el armazón cronológico de siete años de la Tribulación mientras que Apocalipsis 6-18 detalla los juicios que caracterizan este período. El futurismo ve la profecía como cumplimiento en el futuro, a saber con el período de la Tribulación, la Segunda Venida de Cristo a la tierra, y el Reino Milenario. El futurismo es opuesto al preterismo, lo cual ve la profecía como ya cumplida en el pasado, predominantemente en el año 70 A.D. El futurismo es también opuesto al historicismo que ve las profecías cumpliéndose en la Edad actual de la Iglesia.

El Premilenialismo 

Al Final del período de la Tribulación de siete años, Jesucristo regresará a la tierra en poder y gloria para establecer un Reino terrenal de Jerusalén que durará por mil años literales (Vea Apocalipsis. 20:1-6).

La metodología correcta para tratar con el asunto del rapto ¿Cuál es el método correcto para tratar este asunto del tiempo del rapto?

Examine los pasajes del Rapto y la Segunda Venida 

Vaya primero a las porciones de la Escritura que hablan directamente acerca del rapto y el regreso del Señor a la tierra. Estudie Juan 14:1-3; 1 Corintios 15:51-58; Y 1 Tesalonicenses 4:13-18 para el rapto. Examine Zacarías 14:1-21; Mateo 24:29-31; Marcos 13:24-27; Lucas 21:25-27; y Apocalipsis 19 para la Segunda Venida.

Examine las implicaciones de las conclusiones 

La metodología Correcta no se detiene con un examen de los textos principales ocupándose de un asunto. Como John Feinberg dice: “Mientras que uno debería comenzar con pasajes que hablan directamente de la doctrina en estudio, uno también debe poner atención a las implicaciones de la doctrina. Esto es especialmente importante si, como en el caso del rapto, los pasajes acerca del rapto y el regreso del Señor no determinan la pregunta del tiempo del rapto en relación al tiempo de la Tribulación… Las implicaciones y las relaciones de las doctrinas el uno para con el otro son cruciales. Si la posición de uno en un asunto teológico dado está en lo correcto, encajará con otras verdades teológicas y bíblicas conocidas en vez de contradecirlas.” (John S. Feinberg, “S. Feinberg, "Arguing for the Rapture: Who Must Prove What and How" en, When the Trumpet Sounds, Thomas Ice and Timothy eds. p. 191).

Reuniendo todo 

Como señala Feinberg: “El punto crucial a recordar es que la metodología teológica correcta no se atreve a dejarnos ignorar ya sea el rapto y pasajes de la parousia o las doctrinas que tienen implicaciones a los puntos de vista de uno sobre el rapto y el segundo advenimiento. Aunque el estudio debería comenzar con pasajes que hablan directamente del tema en cuestión, ambos son igualmente importantes. No habrá éxito al sostener los puntos de vista de uno sobre el tiempo del rapto a expensas de negar lo que la Palabra de Dios dice, por ejemplo, acerca de la relación de la iglesia con la ira del juicio de Dios”. (John Feinberg, p. 192)

La prueba bíblica para el Pretribulacionismo

La Biblia no nos dice explícitamente el tiempo del rapto. De tal manera, ningún versículo nos dice que el rapto será pretribulacional (o mid-tribulacional o pos-tribulacional respecto a eso). ¿Esto quiere decir que la doctrina del Pretribulacionismo no es bíblica? No necesariamente. Muchas doctrinas bíblicas importantes no se nos son dadas directamente en un versículo. Algunas doctrinas se basan en una armonización de pasajes múltiples. Por ejemplo, ningún versículo explica la doctrina de la Trinidad o que Jesucristo es el Dios-hombre. Pero una armonización de pasajes muestra que estas doctrinas son bíblicas. Asimismo una armonización de textos bíblicos muestran que la perspectiva del rapto pretribulacional es bíblica. Lo siguiente son las evidencias bíblicas:

Dios ha prometido la liberación de la Iglesia de la ira divina (1 Tes. 1:10; 5:9; Apoc. 3:10) 

Dios hizo una promesa especial a la iglesia de que será salvada de la futura, ira tribulacional de Dios. Es mejor tomar esta liberación como una remoción física (el rapto) de este tiempo de la ira divina. 

1 Tes.1:9-10 Los Tesalonicenses esperaban… de los cielos a su Hijo, al cual resucitó de los muertos, a Jesús, quien nos libra de la ira venidera. ¿Por qué se refiere esta ira a la Tribulación? Primero, el contexto de 1 y 2 Tesalonicenses trata con el día del señor y el juicio de Dios que precede a la venida de Cristo. En segundo lugar, el texto manifiesta que es una ira futura (“ira vendiera”). En tercer lugar, es una ira de la cual uno puede ser rescatado por el regreso de Cristo. De esta forma, la ira a la que se refiere entonces es la ira del período de la Tribulación y no de la ira eterna de Dios en general.

1 Tes. 5:9 Porque no nos ha puesto Dios para ira, sino para alcanzar salvación por medio de nuestro Señor Jesucristo. ¿Por qué se refiere esta ira a la Tribulación? El contexto inmediato es la ira del día del señor (5:1-8). Inclusive, ésta debe ser la misma ira de 1 Tes. 1:10.

Todo el período de la Tribulación de siete años es un tiempo de la ira divina de Dios así es que la protección prometida debe ser por todos los siete años. Algunos han tratado de decir que la furia ira no caracteriza a todo el período de Tribulación de siete años. Dicen que los juicios anticipados (los sellos) de la tribulación son la ira del hombre y de Satanás. Los siguientes puntos, sin embargo, muestran que todo el período de la Tribulación es un tiempo de ira divina.

Jesús es el Único quien directamente abre todos los juicios de Tribulación incluyendo los juicios de los sellos que inician el período de la Tribulación. 

En Apocalipsis 4 y 5 Jesús es el mismo que se encuentra digno para abrir los sellos que El comienza a abrir en 6:1. La abertura de los sellos por Cristo señala que los juicios del sello son una ira divina.

Los juicios de los sellos que inician la Tribulación son consistentes con la ira divina 

Los juicios de estos cuatro sellos incluyen la espada, hambre, pestilencia, y bestias salvajes, frecuentemente utilizados en la Escritura como expresiones de ira divina. Ciertamente, todos ellos son incluidos y nombrados cuando Dios llama Sus ´enviare contra Jerusalén mis cuatro juicios terribles, espada, hambre, fieras y pestilencia´ (Ezeq. 14:21)”. (Gerald B. Stanton, “A Review of the Pre-Wrath Rapture of the Church,” Bibliotecha Sacra, vol. 148 #589, Enero 1991). Además, las plagas como la pestilencia y las bestias salvajes apenas pueden deberse al hombre.

Ya en el sexto sello, los incrédulos declaran que la ira de Dios “ha llegado” (Apoc. 6:16-17). 

Los incrédulos reconocen que todos los seis sellos que han ocurrido hasta ahora son la ira misma de Dios. Robert L. Thomas dice “El verbo elthen (‘ha llegado’) es indicativo del aoristo, en lo referente a una venida previa de la ira, no a algo que está a punto de tener lugar. Los hombres ven la llegada de este día al menos tan pronto como los trastornos cósmicos que caracterizan el sexto sello (6:12-14), sino en la reflexión que probablemente reconocen como ya teniendo efecto con la muerte de una cuarta parte de la población (6:7-8), la carestía mundial (6:5-6), y la guerra global (6:3-4). La secuencia rápida de todos estos acontecimientos no podría librarse los avisos públicos, sino a la luz de su explicación verdadera no despierta en la conciencia humana hasta que los fenómenos severos del sexto sello lleguen”. (Robert L. Thomas, Apocalipsis 1-7, pp. 457-58)

Apocalipsis 3:10 Por cuanto has guardado la palabra de mi paciencia, yo también te guardaré de la hora de la prueba que ha de venir sobre el mundo entero, para probar a los que moran sobre la tierra. Aquí hay una promesa para la Iglesia de la preservación fuera del tiempo de la Tribulación. Así, los creyentes no son sólo se les promete liberación de la ira divina sino del lapso del tiempo (“la hora”) de la ira divina. Esto descarta la posibilidad de que la Iglesia esté en la tierra durante la Tribulación. Como Ryrie dice: “es imposible imaginar estar en posición donde algo ocurre y estar exento del tiempo del suceso”.

Las diferencias entre los pasajes del rapto y los pasajes de la Segunda Venida indican que los dos son sucesos diferentes de acontecimientos en momentos diferentes. 

Los pasajes centrales que se ocupan del rapto son Juan 14:1-3; 1 Corintios 15:51-58 y 1 Tesalonicenses 4:13-18. Los pasajes centrales que tratan con la Segunda Venida a la tierra son Zacarías 14:1 21; Mateo 24:29-31; Marcos 13:24-27; Lucas 21:25-27 y Apocalipsis 19. Un examen cuidadoso de estos textos demostrará que hay suficiente razón para concluir que el rapto y la Segunda Venida a la tierra no son el mismo acontecimiento:

La Segunda Llegada es precedida por señales pero el rapto se presenta como inminente sin señales precediéndolo. “En pasajes que se ocupan del segundo advenimiento allí vemos señales o acontecimientos que conducen y señalan el regreso de Jesucristo (e.g., Mat. 24:4-28; Apocalipsis 19:11-21). En cada uno de estos pasajes de la Escritura hay un cuidadoso y extensivo pormenor de detalles que deberían alertar a los creyentes en ese día de que el segundo advenimiento está a punto de ocurrir… Por otra parte, no hay mención de ninguna señal o acontecimientos que preceden al rapto de la iglesia en cualquiera de los pasajes del rapto. El punto parece ser que el creyente antes de este acontecimiento debe buscar, no alguna señal, sino al Señor en el cielo. Si el rapto fuese una parte del complejo de acontecimientos que conforman el segundo advenimiento, y no distinto de ello, entonces pretenderíamos que habría una mención de señales o acontecimientos dentro en al menos un pasaje”. (Vea a Paul D. Feinberg, "The Case For The Pretribulation Rapture Position,” en Gleason Archer, Paul Feinberg, Douglas Moo, The Rapture: Pre-, Mid-, or Post Tribulational? p. 80)

El rapto es presentado como una venida en bendición mientras que la Segunda Venida es una venida para juicio. “En los pasajes claros del rapto, la venida del Señor se presenta como una venida en bendición para los santos. Nada se dice acerca de Su venida para juicio. Por otra parte, los pasajes acerca del segundo advenimiento hablan de la venida del Señor en juicio sobre Sus enemigos (Apoc. 19:11ff; Joel 3:12-16; Zac. 14:3-5)”. (John Feinberg, p. 198). “En cada uno que de los pasajes del rapto que no hay mención de prueba antes del acontecimiento. Más bien, existe allí la promesa descubierta del regreso de Cristo por los Suyos”. (Paul Feinberg, p. 81)

Los pasajes de la Segunda Venida están en el contexto del establecimiento del Reino mientras que los pasajes del rapto no hacen mención del Reino. “Los pasajes del segundo advenimiento son invariablemente seguidos por la declaración de establecer el reino después del regreso del Señor (e.g., Mat. 24:31; 25:31ff; Zac. 14; Joel 3; Apoc. 19-20). Entonces, el segundo advenimiento es antes del establecimiento del reino milenario. Por otra parte, los pasajes claros del rapto no dan indicio que después del rapto el Señor establece el reino”. (John Feinberg, p. 198).

Los cuerpos glorificados en el rapto: “Es muy claro desde 1 Tesalonicenses 4:13-18 y 1 Corintios 15:51ss que en el rapto aquellos que fueron reunidos para el Señor serán glorificado. Por otra parte, los pasajes del segundo advenimiento no dicen nada acerca de alguien (vivo o muerto) recibiendo un cuerpo glorificado”. (John Feinberg, p. 198) “En ninguna parte de los textos que se ocupan del segundo advenimiento existe la enseñanza acerca del traslado de santos vivos”. (Paul Feinberg, p. 82)

Ninguna mención de reunirse en el aire en los pasajes de la Segunda Venida En Ninguna Parte de los pasajes de la Segunda Venida hay mencionada una reunión en el aire.

Las diferencias en el tiempo de las resurrecciones: “Parece haber una incongruencia entre el tiempo de la resurrección en el rapto y en la Segunda Venida. En el pasaje central del rapto que se ocupa de este asunto, 1 Tesalonicenses 4:13-18, el tiempo de la resurrección de los santos muertos claramente se indica que es durante el descenso de Cristo a la tierra. Aquellos raptados, santos vivos y muertos, serán llevados desprevenidos para reunirse con el Señor en el aire. Contraste esa información con la que es encontrada en Apocalipsis 19-20. Allí, el orden parece ser: El descenso de Cristo, quitarle la vida a Sus enemigos, echar a la Bestia y al Falso Profeta en el lago de fuego, atar a Satanás, y luego la resurrección de los santos. Parece que como si la resurrección de los muertos será durante el descenso en el rapto, pero después del descenso de la Segunda Venida”. (Paul Feinberg, p. 84)

Las diferencias en el destino en el tiempo de las venidas: “Parece haber una incongruencia entre el destino de aquellos que son llevados en el rapto y el destino de aquellos que participan de la Segunda Venida. En el entendimiento post-tribulación de los acontecimientos que rodean la Segunda Venida, la iglesia será llevada para reunirse con el Señor en el aire e inmediatamente le acompañarán en Su descenso seguido a la tierra. Compárese eso con Juan 14:3. En el rapto el Señor va a venir y llevarse a aquellos del rapto para estar con El. La implicación evidente es que los santos raptados serán llevados al cielo, y no a la tierra. Si esto es así entonces, el destino de aquellos llevados el rapto será el cielo. Según los pasajes de la Segunda Venida, sin embargo, los santos involucrados van encaminados hacia la tierra”. (Paul Feinberg, p. 84)

El papel de los ángeles en las venidas En la Segunda Venida, los ángeles son los que congregarán a los elegidos (Mat. 24:31). En el Rapto Jesús es el agente directo de la reunión (1 Tes. 4:16).

La Naturaleza del “misterio” del rapto 

Pablo habla del rapto como un ‘misterio’ (1 Cor. 15:51-54), es decir, una verdad no revelada hasta que fue revelada por los apóstoles (Col. 1:26). Así que el rapto -se dice- es un misterio recién revelado, haciéndole un acontecimiento separado. La Segunda Venida por otra parte, fue predicha en el Antiguo Testamento (Dan. 12:1-3; Zac. 12:10; 14:4). (Thomas Ice en “The Biblical Basis for the Pretribulational Rapture," en Basic Theology Applied, p. 269)

Ninguna mención de la Iglesia en Apocalipsis 4-18 

Apocalipsis 4-18 da el más detallado relato del período de Tribulación de siete años. Si la Iglesia estuviera en el período de la Tribulación, seguramente uno esperaría al menos una referencia a la Iglesia en este lapso de tiempo. La Iglesia, sin embargo, a la cual se refiere diecinueve veces en los primeros tres capítulos de Apocalipsis, es repentinamente silenciosa y nunca referida en los capítulos 4-18. “Es notable y completamente inesperado que Juan cambiar de instrucciones detalladas para la Iglesia a un silencio absoluto acerca de la Iglesia para los siguientes 15 capítulos si, de hecho, la Iglesia continuase en la tribulación”. (Richard L. Mayhue, Snatched Before the Storm, p. 8)

El Pretribulacionismo explica mejor la presencia de santos no glorificados que entrarán en el Reino Milenario. 

La Biblia señala que los incrédulos vivos serán removidos de la tierra y juzgados al final de la Tribulación. Pero la Biblia también enseña que niños nacerán durante el Milenio y que las personas serán capaces de pecar (Isa. 65:20 y Apoc. 20:7-10). ¿Cómo puede ser esto? La perspectiva pretribulacional permite a personas salvarse después del rapto y durante la Tribulación que luego entrarán en el Reino Milenario en cuerpos no glorificados. Como John Feinberg dice: “Según el Pretibulacionismo, después del rapto la Tribulación se inicia. El evangelio es predicado a todo lo largo de la Tribulación y hay algunos que creen. Aunque muchos de los que creen son muertos (e.g., Apoc. 13:7, 15), no todos los creyentes son muertos durante la Tribulación. Aquellos que experimentan la Tribulación entran en el reino en cuerpos naturales. Además, algunas personas aceptan al Señor cuando El regresa al final de la Tribulación (e.g., Zac. 12:10). Muchas de estas personas no mueren en ese momento, y no hay prueba de que a ellos les es dado un cuerpo glorificado cuando reciben a Cristo. Estas personas están también disponibles para entrar en el reino en cuerpos naturales. Para la posición pretribulacional, hay siete años para salvar a las personas antes del reino, y una cierta cantidad de aquellos pueden entrar en el reino en cuerpos naturales… La posición que realmente está en un problema con relación a este asunto es la perspectiva del rapto post-tribulación. Si todos los que van en el rapto están glorificados, y si el rapto ocurre al final de la Tribulación, ¿A quiénes se les permite entrar en el reino en cuerpos naturales? Todos los creyentes habrán sido raptados y glorificados para entonces”. (Itálicas mías) (John Feinberg, p. 201)

La naturaleza y propósito de la Tribulación excluye a la Iglesia de ser parte de ella.

La naturaleza de la Tribulación gira alrededor de Israel según Daniel 9:24-27, la profecía de las “setenta semanas” incluyendo la final semana (siete años) es para Israel (“tu pueblo”). Jeremías 30:7 se refiere al período de la Tribulación como el tiempo de la “angustia de Jacob.” Mientras que la iglesia experimentará tribulación en general durante la edad presente (Juan 16:33), nunca es mencionada como participante en el tiempo de Israel de problema, lo cual incluye la gran tribulación, el día del señor, y la ira de Dios”. (Ice y Demy, The Truth About The Rapture, p. 36).

Propósito #1: La preparación de Israel: “La Biblia enseña que la Tribulación es un tiempo de preparación para la restauración y conversión de Israel (Deuteronomio 4:29, 30; Jeremías 30:3-11; Zacarías 12:10)”. (Ice y Demy, p. 36).

Propósito #2: El juicio a un mundo incrédulo Apocalipsis 3:10 se refiere al período de Tribulación como “la hora de la prueba que ha de venir sobre el mundo entero, para probar a los que moran sobre la tierra”. El segundo propósito principal de la Tribulación, entonces, es probar al mundo incrédulo. “Los que moran sobre la tierra” se refiere a aquellos que son incrédulos en la tierra durante el período descrito en Apocalipsis 4-19. (Thomas Edgar: “An Exegesis of Rapture Passages,” en los Issues on Dispensationalism, p. 216).

La naturaleza de la Iglesia. Si la naturaleza de la Tribulación fuera judía y el propósito de la Tribulación es traer a Israel a creer y a juzgar al mundo incrédulo, lo que tiene en mente ¿Qué propósito tiene la iglesia en relación a este período? Como se ha mostrado ya, a la iglesia se le promete liberación de este tiempo de ira (1 Tes. 1:10; 5:9; Apoc. 3:10).

La expectación de la Iglesia es la venida inminente de Cristo y no el período de la Tribulación. 

Los pasajes como 1 Corintios 1:7; Tito 2:13 y Filipenses 3:20 son aplicables en este punto. El creyente es descrito esperando ansiosamente y ardientemente al Salvador. Observar señales es totalmente extraño en estos pasajes. Nunca sucede. Ni una sola vez. Además, no sólo el creyente no busca de un regreso inminente del Señor, sino que él debe dirigir su vida a la luz de eso (cf. Rom. 13:11-14; Santiago 5:7-8; 1 Juan 3:1-3). Si, por otra parte, hay señales profetizados específicas, en realidad no andaríamos buscando al Salvador de un momento a otro sino que en lugar de eso deberíamos esperar la revelación del hombre de pecado, la Gran Tribulación, etc. Habría al menos un período de preparación de siete años”. (Earl D. Radmacher: “The Inminent Return of the Lord,” en Issues on Dispensationalism, pp. 264-65). “Es incompatible entonces que las Escrituras guarden silencio sobre un cambio tan traumático para la Iglesia. Si el post-tribulacionismo fuera verdadero, uno esperaría que las epístolas enseñen el hecho de la Iglesia en la tribulación, el propósito de la Iglesia en la tribulación, y la conducta de la Iglesia en la tribulación”. (Mayhue, p. 9)

La Expectación Tesalonicense. 

El hecho de que Pablo había enseñado un Rapto Pretribulacional puede ser deducido de 2 Tesalonicenses 2:2-3. En este pasaje, Pablo nota que los Tesalonicenses se habían estremecido y “conturbados” porque habían sido inducidos a pensar que estaban actualmente en el Día del Señor (o sea el período de la Tribulación). El hecho de que estuviesen consternados es significativo. Si Pablo había enseñado un rapto post-tribulacional, los Tesalonicenses no habrían tenido razón para estar consternados puesto que esperarían señales y persecución antes de la venida del Señor. De esta manera, gozosamente podrían mirar a la pronta venida del Señor después de la Tribulación. Sin embargo, el hecho de que los Tesalonicenses estaban impactados señala que no esperaban estar en el día del Señor. Una deducción justa de acuerdo con la enseñanza previa de Pablo, los Tesalonicenses esperaban ser raptados antes del día del Señor.

Concluyendo 

El propósito de esta obra ha sido presentar un caso positivo y bíblico para la posición del rapto pretribulacional. La naturaleza judía y de juicio de la Tribulación parece excluir a la Iglesia a quien se le promete liberación de ese tiempo de ira. Las diferencias entre los pasajes del rapto y de la Segunda venida, aunque no son convincentes a todos, parecen lo suficientemente de peso para hacer muy posible que los dos diferentes eventos suceden en momentos diferentes. Si éste es el caso, esta perspectiva armoniza bien con el hecho de que la Iglesia no se encuentra en ninguna parte en la muy detallada sección de la Tribulación de Apocalipsis 4-19. Esta perspectiva también armoniza bien con el hecho de que debe haber un lapso de tiempo permitido para salvar personas y luego entrar en el Reino Milenario en cuerpos no glorificados.





[1] Michael J. Vlach, (Ph.D.) es Profesor de Teología en el Seminario de Maestros en Sun Valley, California, donde ha estado enseñando a tiempo completo desde 2006. Michael tiene una Licenciatura en Administración de Empresas de la Universidad de Nebraska y una Maestría en Divinidad del Seminario de Maestría en Sun Valley, California. También obtuvo su Ph.D. en Teología Sistemática del Southeastern Baptist Theological Seminary en Wake Forest, Carolina del Norte. Michael se especializa en las áreas de Teología Sistemática, Teología Histórica, Apologética y Religiones Mundiales. Su área específica de especialización se refiere a la nación de Israel y los temas relacionados con la refutación de la doctrina de la Teología del Reemplazo. El Dr. Vlach fue galardonado con el "Premio Franz-Delitzsch 2008" por su disertación, "La Iglesia como un reemplazo de Israel: un análisis del Supersesionismo". Él es también el autor de cinco libros: “¿Ha reemplazado la Iglesia a Israel?: Una evaluación teológica” (B & H Academic, 2010). “La Iglesia como un reemplazo de Israel: un análisis del Supersesionismo (Peter Lang, 2009). “Dispensacionalismo: creencias esenciales y mitos comunes (Theological Studies Press, 2008), entre otros. El Dr. Vlach es también el fundador y presidente de TheologicalStudies.org, un sitio web de vanguardia dedicado a proporcionar artículos de calidad, noticias e información relacionada con la teología cristiana. Michael habla regularmente en iglesias y conferencias y ha aparecido en varias transmisiones nacionales de radio y televisión, incluido The History Channel. Michael también es miembro de la Sociedad Evangélica de Teología y ha enseñado varios cursos de Teología para Liberty University en Lynchburg, Virginia.
[2] A la mitad de.