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martes, 16 de junio de 2020

El amarillismo de A.W. Pink sobre el dispensacionalismo



Por J.A Torres Q


Si hablas con alguien acerca del dispensacionalismo, y mayormente, si es un crítico al respecto, la pregunta que puedes hacerle antes de todo es, ¿qué otra acusación tienes acerca del dispensacionalismo? Históricamente el dispensacionalismo ha sido conocido más por las calumnias asociadas, que por su tesis. El caso de A.W. Pink (1886-1952) es un ejemplo de lo anterior. Y sin duda, la mayoría de los cristianos de hoy conoce las facetas “pías” de Pink, especialmente en sus excelentes títulos como “La soberanía de Dios” y “los Atributos de Dios”, sin embargo, la “caballerosidad” de un hombre de Dios, no solo se manifiesta en la manera en que expone verdades doctrinales consensuales, sino también, en cómo trata a otros creyentes que no comulgan con “nuestras interpretaciones”.

En este sentido, A.W. Pink no fue muy caballeroso con los dispensacionalistas de sus días. Aun más, claramente cayó en lo que se llamó después en el periodismo secular como crítica amarillista. En este sentido, el lado arisco de Pink se ve claramente en su libro “Dispensacionalismo refutado” escrito originalmente el año 1934 que revela claramente imprecisiones de lo que siempre fue el espíritu del “Dispensacionalismo bíblico”, pero también, falacias de relación (Bullinger) y la típica diatriba nefasta de quienes simplemente, y, a falta de argumentos válidos echan mano de cualquier argumento que se tenga a la mano, no importa si ello es falso, nefasto o calumniador. Por ejemplo, Pink de manera gradual empieza diciendo en su libro —y aludiendo al dispensacionalismo— que “…los venenos no alimentan, y tampoco la refutación del error es de edificación al alma” (pág. 9).


Así, y en esta misma página añade que su propósito no es tratar los problemas de esta escuela, añadiendo que: “…ni tampoco examinar en detalle las salvajes conclusiones que han sido extraídas a partir de postulados tan endebles.” (pág. 9). Nótese, “venenos”, “salvajes” conclusiones. Sin embargo, y sin rodeos Pink no duda añadir a lo anterior el epíteto de “falsa enseñanza” y “terrible mal”. En estas líneas además Pink no dudó de censurar una falsa preocupación de los teólogos dispensacionalistas de sus días sobre las ideas de los críticos alemanes (alta crítica) pero, y a reglón seguido, juzgando tal preocupación del pietismo dispensacional como un engaño, su frase para calificar lo anterior es literalmente como sigue: “¡Que astuto que es el diablo!” (pág. 18) añadiendo: «Sin embargo, la realidad es que en los efectos producidos, la labor de los “dispensacionalistas” ha sido tan subversiva para la fe como lo fue la de los “altos críticos”» (pág. 18). 


Bueno, basten estas líneas (ya viene el artículo completo) para demostrar algo común en algunos —no todos, por supuesto— autores reformados, la falta de rigurosidad, honestidad y de hecho, la constante caricaturización deshonesta acerca de lo que es el dispensacionalismo en su propuesta bíblica. La lista de acusaciones de hecho, incluye imputaciones como que el dispensacionalismo surgió de Marción (siglo II), que está ligado al Mormonismo, a los Testigos de YHVH, te lleva al arminianismo, que tiene varias formas de salvación, quizás 7, dicen algunos, entre otras calumnias más. Pese a todo esto, obras como la de Michael Vlach (“Dispensacionalismo, Creencias Esenciales y Mitos comunes” 2015) han venido a ser no solo notables por la manera de abordar el tópico (con respecto, mesura y rotundidad) sino también un gran acierto apologético para desmontar toda esta gama de mitos y acusaciones falsas que de hecho aún usted puede escuchar hoy en boca de varios pastores reformados jóvenes impetuosos que han seguido la misma ruta amarillista. Y por cierto, el libro de Pink se llama, “Dispensacionalismo refutado”, pero, como verá cualquier lector objetivo que conozca el tópico y el dispensacionalismo bíblico, lejos de haber logrado lo prometido, el libro es simplemente una constante diatriba de argumentos inconexos, poco rigurosos y por algunos momentos simplemente una catarsis literaria emocional.




lunes, 1 de junio de 2020

¿Fue Pedro supersesionista punitivo?


Por J.A. Torres Q.


Habitualmente, el supersesionismo en todas sus versiones (“Teología del Reemplazo”, “Teología del  Cumplimiento”) sigue manteniendo que la irrupción de Cristo terminó de confirmar —según ellos— la exclusión final y definitiva de Israel como pueblo escogido de Dios. Especialmente, el supersesionismo punitivo que enfatiza o subraya la acción retributiva radical de Dios para con un Israel desobediente y rebelde, en otras palabras, Israel es reemplazado por la iglesia por Su imperdonable maldad perdiendo con ello radicalmente su condición de pueblo de Dios. El supersesionismo —que es un concepto moderno—  para referirse al concepto más antiguo (Teología del Reemplazo) fue común a contar del siglo IIs. Hipólito 205 d.C., como Orígenes 185-254 d.C., hicieron declaraciones proto-supersesionistas punitivas.  Al presente, Kendall Soulen deja ver esta línea, subrayando el ingrediente de Cristo, en la tesis supersesionista punitiva.   

“Dios anula el pacto de Dios con Israel... a causa del rechazo de Israel de Cristo y el evangelio.” [Porque los Judíos rechazaron a Cristo]  “Dios, a su vez airado rechaza y castiga a los Judíos.”  (Kendall Soulen, 1996, “The God of Israel and Christian Theology”, pág. 30)

Sugel Michelén también es un ejemplo concreto de un supersesionismo punitivo como dejan ver algunas sus propias palabras reescritas aquí: 

“…Lo que estaba a punto de suceder en Jerusalén y en el templo, iba a ser horrible, no solo por la destrucción causada por el imperio romano, no, eso era parte del asunto; eso iba a ser horrible por lo que ese evento significaría para ellos como  nación escogida… porque ya Israel dejó de ser la nación escogida… la destrucción de Jerusalén y del templo era la señal visible de que Dios los había desechado como pueblo  suyo, para siempre… la viña le será quitada a los labradores serán destruidos y Dios le dará a otros, a la iglesia que van a producir los frutos de ella… y ahora cuando los judíos se convierte, vienen a ser parte de la iglesia, nosotros no somos parte del Israel, del Israel del Antiguo Testamento, nosotros somos el nuevo Israel de Dios   (Ps. Sugel Michelén, sermón: “La Gran Desolación de Israel” | Marcos 13:14-23: Minuto 30:11—31:22)

            Ahora bien, una buena, de hecho, una excelente  y necesaria pregunta a responder aquí, en vista  además de la creencia reformada de que los autores re-interpretaron el AT es: ¿Fue Pedro  un supersesionista punitivo entonces? ¿Creía Pedro que Israel dejó de ser el Pueblo del Pacto? ¿Creía Pedro en alguna clase de Teología de Reemplazo? ¿Tenía algunos atisbos en su Teología de que la Iglesia se había trasformado en el “nuevo Israel” de Dios? Y aun más, ¿revela que producto del grave pecado de Israel —que fue, claramente gravísimo—  en cuanto al Hijo de Dios, ellos fueron radicalmente rechazados, y como dice Michelén, para siempre? Tome su Biblia por favor,  y acompáñenme en los siguiente  13 puntos que nos ayudarán a comprender todo lo anterior. Abra su Biblia en Hechos 2, y lean con cuidado cada punto, comprobando con su biblia cada línea.



1.      Dice Pedro en Hec. 2:22-23 “…a éste,  entregado por el determinado consejo y anticipado conocimiento de Dios,  prendisteis y matasteis por manos de inicuos,  crucificándole….”  ¿Fue Cristo un accidente en el plan de Dios?
2.      Note el tono de Pedro con los “responsables”[1] históricos  2:14 “varones judíos”,  2:22 “varones israelitas  2:29 “varones hermanos” (cf. 3:12); sepa, pues ciertísimamente “…toda la casa de Israel”. ¿Será que Pedro se ha olvidado de hacer alguna declaración re-interpretativa de las promesas dadas a Israel, en vista que ahora sí, pasaron el límite de misericordia de Dios? ¡Los trata aún como “hermanos” (de sangre)!
3.      ¡Aquí viene! ¡Note bien, aquí viene la declaración punitiva! ¿Qué añadirá Pedro? Leemos: “Sepa,  pues,  ciertísimamente toda la casa de Israel,  que a este Jesús a quien vosotros crucificasteis,  Dios le ha hecho Señor y Cristo.” Es claro que Pedro deje las cosas claras, ¡ellos crucificaron al Señor! Sin embargo, Dios lo levantó otra vez. Pero, ¿y la declaración punitiva de Pedro?
4.      Sí, Hec. 2:37 deja ver algo importante, sin duda, mínimo: “….se compungieron de corazón” (corazón perforado), y dijeron: ¿qué haremos? ¿Qué podemos hacer?
5.      Hec. 2:38, es clave aquí, porque aquí debería venir algún tipo de declaración punitiva  de reemplazo, como: “Está bien que se hayan compungido…” Pero, ¡lo lamento! ¡Ya nada pueden hacer! ¡Ustedes fueron reemplazados ahora, por la iglesia! Sin embargo, ¿qué les dice?
6.      Note, Hec. 2:38, Pedro les dice: “Arrepentíos…”, pero: ¿no fueron rechazos y sin vuelta atrás?
7.      Pero, note nuevamente, no es todo lo que Pedro dice; añade, ¡arrepentíos! “…para perdón de pecados”, ¿qué? ¿Perdón? !No puede ser! Sugel Michelén nos dijo que  !Israel ya no…  la destrucción de Jerusalén y del templo era la señal visible de que Dios los había desechado como pueblo  suyo, para siempre…!
8.      Lea ahora, Hec. 2:39, nótese, otra vez: ¿es Pedro un teólogo del reemplazo?  El mismo responde: «Porque para “vosotros” es…», nótese, dice “es”,   ¿Pedro se está refiriendo a la iglesia?  Lea otra vez: «…porque para vosotros [2:14, 22, 29] “es” (presente) la promesa y para vuestros hijos y para todos los que están lejos»
9.      Aun más, note lo que Pedro sigue diciendo con firmeza sobre el pecado de Israel, el horrible pecado de Israel; aquí, —sin dudas— está una perfecta oportunidad para anular las promesas de Dios hechas a Su pueblo, pon atención,  cierra —por ahora— la  “Confesión Bautista de Fe de 1689” y abre otra vez tu Biblia y lee  Hec. 3:14.
10.  Nota como empieza: “Mas vosotros…” Sí, ustedes, los “varones judíos”, ustedes —dice Pedro— y qué bien por supuesto, negaron al Santo y al Justo, pero además, eligieron ante Pilato a un homicida en vez de al Justo y sí, añade  Pedro: matasteis al Autor de la Vida (3:13-14). Nota con atención, porque después de esto !Uf! Se huele, sí, la perfecta oportunidad para leer algún tipo de declaración supersesionista de Pedro !veamos! Seguramente la vamos a encontrar…
11.  ¿Qué? !Hec. 3:17! ¿Estás leyendo? ¿Los vuelve a llamar “hermanos”? ¿Los está justificando acaso? Léelo tú mismo otra vez…
12.  Hechos 3:18… ¿leíste bien? ¿Qué, todo esto era el plan de Dios anunciado por boca de todos los profetas? !Ya! !Pero… “…la destrucción del tiemplo el año 70…! Calmante un poco… sigamos…
13.  Vamos ahora con Hec. 3:19. Nota, aquí sí, aquí viene la declaración de reemplazo, lee bien, dice: “Así que…  ya no son más el pueblo de Dios, porque la destrucción de Jerusalén y del templo era la señal visible de que Dios los había desechado como pueblo  suyo, para siempre…! ” (New Replacement Bible Michelén). ¿Qué dice el vs. 19 realmente?
14.  Hec. 3:19… ¿otra vez les dice: arrepentíos y convertíos para sean borrados vuestros pecados? ¿Dios les está dando la oportunidad para que sus pecados sean otra vez, una vez más borrados?
15.  Entonces, ¿qué son los judíos aún? Hechos 3:25, lee con atención: “Vosotros sois”, “sois”, no dice: vosotros “erais”, esto es lo primero. Segundo, “vosotros soy hijos…[y además] de los profetas y del pacto…” ¿Pacto?
16.  A ver, !El pacto ya se cumplió! !Gá. 3 y Ro. 4 dejan muy claro que la verdadera descendencia de Abraham, aquella que hereda su bendición, es espiritual: por la fe! Sí, pero, lee otra vez. ¿A quién está hablando Pedro, o con quienes se está refiriendo, a la descendencia espiritual o la física? Lee otra vez: “Vosotros “sois” los hijos de los profetas y del pacto de Dios…” ¿Cuál es el antecedente pronominal? Te ayudo, recapitulemos:

a.       2:5 “judíos piadosos[2]
b.      2:14 “varones judíos
c.       2:17 “vuestros hijos e hijas
d.      2:18 “mis siervos y siervas 
e.       2:22  varones israelitas  
f.       2:29 “varones hermanos
g.      2:32 “todos nosotros
h.      2:36 “casa de Israel 
i.        2:37 “varones hermanos
j.        2:39 “todos vosotros
k.      2:39b “vuestros hijos  
l.        2:37 “varones hermanos
m.    2:39 “para todos los [judíos] que están lejos
n.      2:39b “vuestros hijos
o.      3:13-14 “mas vosotros” (culpables)
p.      3:17 “mas ahora, hermanos
q.      3:25 “vosotros… hijos de los profetas
r.        3:25b “vosotros… hijos del pacto

17.  Entonces: ¿era Pedro supersesionista?


Dos cosas más para terminar, en el NT no existe tal cosa como una “Teología del Reemplazo”, ni en Jesús, ni tampoco en los apóstoles. Por el contrario, hay una confirmación de las promesas, y a la vez, —como bien señala Rubén Gómez— una teología de la inclusión (gentiles) de la expansión, pero jamás, de la sustitución (“A Jacob Amé”, pág.  68). Sin bien es cierto no todo el que desciende de Israel es Israel (Rom. 9:6),  esto no anula el hecho teológico-bíblico de que  son israelitas étnicos  quienes   Dios preservará hasta el final (aparte de los que hoy son salvos) y son ellos (el pueblo étnico de aquellos días)  que llegarán  hasta la instancia final, hasta el día de YHVH, la segunda venida endurecidos (Rom. 11:25s) para  ser restaurados radicalmente por Dios mismo.

¿Están endurecidos, son rebeldes? !Así es! Sin embargo, esto no niega la Escritura, por el contrario, la confirma porque “El sol se convertirá en tinieblas,  y la luna en sangre,  antes que venga el día grande y espantoso de Jehová. Y todo aquel que invocare el nombre de Jehová será salvo;  porque en el monte de Sion y en Jerusalén habrá salvación,  como ha dicho Jehová,  y entre el remanente al cual él habrá llamado.” (Jl. 2:31-32), y aun más, Dios los mantendrá endurecidos porque sobre corazones incrédulos Dios “esparcirá agua limpia” (Eze. 36:25a), porque sobre corazones incrédulos Dios hará  limpieza de todas sus inmundicias y de todos sus ídolos (Eze. 36:25b). Y aun más, es este tipo de corazones duramente “ideales” que serán transformados  por  corazones nuevos (Eze. 36:26a), por corazones en que Dios podrá espíritu nuevo dentro de ellos (Israel), es el corazón de piedra que será arrancado de ellos, día que Dios dice a ellos: “…y os daré un corazón de carne.” (Eze. 36:36).  Pero, dices: ¿Jamás se han sometido  los estatutos de Dios y no lo harán nunca? ¡Cálmate un poco!  Es ese mismo Dios que “…pondrá dentro de ellos” añade Dios: “…mi Espíritu”  y el mismo nos asegura a ellos: “…y haré que andéis en mis estatutos (Eze 36:27).

La “Teología del Cumplimiento” —un nombre más amable para la “Teología de reemplazo”  no solo es una forma moderada de  la idea “no” bíblica de que la iglesia reemplazó a Israel; concretamente,  la “Teología del Cumplimiento” es realmente una “Teología de la Incredulidad”, a veces llamada “Teología del Reemplazo” o simplemente supersesionismo. Entonces: ¿Era Pedro supersesionista punitivo?








Bibliografía

Gómez  Rubén “A Jacob Amé.
Michelén Sugel, Sermón: “La Gran Desolación de Israel” | Marcos 13:14-23: Minuto 30:11—31:22) Internet URL: https://youtu.be/5ZhibrvQmBI
Kendall  Soulen, 1996, “The God of Israel and Christian Theology.
Vlach Michael 2010.   Has the Church Replaced Israel?: A Theological Evaluation”. 



[1] Históricamente, los judíos fueron los responsables de la muerte de Jesús, pero, teológicamente, también usted y yo.
[2] RV60 traduce. “Moraban entonces en Jerusalén  judíos, varones piadosos, de todas la naciones”; no se observa bien, pero la idea subraya que los judíos (Ἰουδαῖος)  que habían llegado de todas la naciones  (esparcidos) era piadosos. Aunque hay variantes textuales, la idea anterior es la más respaldada en los mss, así, κατοικοῦντες Ἰουδαῖοι, ἄνδρες εὐλαβεῖς  habiendo, judíos varones piadosos” en A B Ψ 33 36 81 et al.   

Pagán y la supuesta razón de la elección de Israel


Por J.A. Torres Q.



Habitualmente, cuando un erudito hace declaraciones cuestionables, no cita versículos, sino, un elaborado pensamiento o simplemente, una declaración directa de una “verdad” (nueva) que el iluminado autor quiere compartir con sus lectores. Aquí, otro caso que de hecho, ya he aludido antes, Samuel Pagán, así es, quien tiene más de un doctorado y es respetado en el medio evangélico, en mi opinión, más por su “erudición” que por su certeza exegética, dos cosas que evidentemente, no siempre están unidas; aquí, y en el siguiente ejemplo y aun siendo “erudito” (académico) simplemente no distingue la verdad circunstancial (el relato), de la verdad teológica (la teología). Específicamente, y relativo a la “verdadera” razón de la elección de Israel, Pagán dice escribiendo:

“No fue elegido Israel por alguna virtud étnica, de acuerdo con las narraciones bíblicas, sino porque estaban cautivos en Egipto, porque sufrían las penurias de la opresión, porque vivían la angustia de la persecución por parte de las autoridades políticas de Egipto. El fundamento primordial para la selección divina fue la fragilidad humana y nacional, no el descubrimiento de características especiales del pueblo. El Dios eterno y liberador respondió al clamor de un pueblo en necesidad, y esa respuesta al reclamo humano fue el contexto básico para la selección del pueblo de Israel.” (pág. 32).

Vamos con las aclaraciones.  Por supuesto, Israel no fue elegido “…por alguna virtud étnica”, pero, de acuerdo con las narraciones bíblicas, ¿fue realmente elegido porque estaban cautivos en Egipto? ¿Fueron elegidos simplemente —como dice Pagán— porque sufrían las penurias de la opresión, porque vivían la angustia de la persecución por parte de las autoridades políticas de Egipto? Veamos, como le digo a mi hijo en su “obligada” lectura diaria de las Escrituras, específicamente cuando vuelve con alguna pregunta: ¿¡Qué dice ahí Josué!? ¡No Josué! …no te pregunto lo que tú vez, sino, lo que dice el autor.

Veamos entonces, la respuesta circunstancial primero, para después observar las respuestas teológicas del mismo texto: de acuerdo a Éxodo 2:23-25, efectivamente, Israel estaba cautivo en Egipto y sufría las penurias de la opresión, y sin duda, vivían la angustia de la persecución por parte de las autoridades políticas de Egipto, pero, el texto señala: “…los hijos de Israel gemían a causa de la servidumbre, y clamaron; y subió a Dios el clamor de ellos con motivo de su servidumbre. Y oyó Dios el gemido de ellos, y se acordó de su pacto…” (Éxo. 2:23-24a). ¿Observa bien lo que dice el texto? Se acordó de “Su” pacto. El texto hebreo que conoce muy bien Pagán dice וַיִּזְכֹּ֤ר אֱלֹהִים֙ אֶת־בְּרִית֔וֹ  y recordó Dios (elohim) Su pacto”.

Primera clarificación: Dios eligió a Israel porque se acordó de “Su” pacto. Segundo, “el fundamento primordial para la selección divina” nada tuvo que ver con la cuestión circunstancial, sino, con Él carácter de Dios quien cumple Sus promesas y determinaciones eternas. Dicho en otras palabras: Su Palabra estaba en juego, no simplemente una reacción “socialista” redentora de un pueblo que no dejaba de quejarse desde la tierra haciendo ruido hasta el tercer cielo.

Segundo, no era cualquier pueblo el que estaba sufriendo, era el pueblo del pacto incondicional que Dios había hecho, de allí que el autor bíblico añada: “…y se acordó de Su pacto con Abraham, Isaac y Jacob.” (Éxo. 2:24b). Dios había empeñado Su palabra y con ello, la veracidad del único Dios verdadero entre el panteón pagano de la época.

Tercero, para que el lector no confunda una “ayuda social cósmica” con lo que es Su pacto, leemos en el versículo 25: “Y miró Dios a los hijos de Israel, y los reconoció Dios.” Note con atención, dice “y los conoció Dios”. El verbo hebreo “conocer” aquí, es traducido por la LXX por el conocido γινώσκω (ginósko). Como seguramente usted sabe o ha escuchado, ginósko no es esencialmente un término de carácter “informativo”, sino, “relacional”. ¿Qué estaba diciendo Dios entonces? Dios se acordó de ellos no solamente porque se acordó de Su pacto, y con ello, de Su Palabra empeñada, sino también y de manera esencial, porque los re-conoció como propiedad personal. Esto último nos dirige a las respuestas teológicas.

Dios eligió a Israel, no porque sufrían opresión, eso fue una cuestión circunstancial: los eligió por una cuestión que trasciende la eternidad. El mismo les dijo: “Con amor eterno te he amado…” (Jer. 31:3). ¿Amor eterno? ¿A qué se refiere Jeremías? ¡Pablo responde a esta duda! “No ha desechado Dios a su pueblo, al cual desde antes conoció.” (Rom. 11:2b). Nota nuevamente, “…al cual desde antes conoció”, que es la traducción del aoristo de proginósko, aquí, “proégno”; nótese: pro-ginósko que, señala una relación paternal eterna de amor. Dicho en otras palabras, la elección de Israel está en la misma perspectiva divina de a quienes Pablo alude en Romanos 8 como a quienes Dios “… antes conoció→ [proégno], y antes predestinó” (Rom. 8:29). ¿Escogió Dios a Israel entonces porque simplemente estaban sufriendo?

Déjenme terminar con una ilustración. Supongamos que un día vas a buscar a tu hijo al colegio y te das cuenta que hay dos niños peleando duramente, sin duda, —piensas— como están las cosas decides ignorarlo, no quieres involucrarte en algo que pudiera traerte problemas, en efecto, no sabemos quiénes son sus padres; simplemente, no los tomas en cuenta porque de hecho, también, no tienes nada que ver con ellos. Pero, —acto seguido— volteas a ver hacia el otro lado y literalmente ves a tu hijo siendo golpeado por un niño abusivo, ¿qué haces? ¿Eres impulsado porque estás frente a una injusticia social? ¿Intervienes porque la paz de los futuros hombres ha sido quebrantada? ¿Eres impulsado porque ese niño ya está en suelo y es demasiado el abuso? ¡Por supuesto que no! Intervienes  y, “en el acto” porque quien está siendo objeto del abuso es  ¡Tú hijo! A quien amas con todo tu corazón.

Bueno, esta es la base esencial de nuestra elección. Su amor incondicional por nosotros (Rom. 8:2); de la misma manera, la base de la elección de Israel por parte de Dios  es Su propio amor eterno e incondicional expresado en algo que tiene el mismo rigor teológico  que Su Palabra escrita. Entonces, ¿fue elegido Israel simplemente porque sufrían las penurias de la opresión? ¿Fue el “fundamento” primordial para la selección divina  la fragilidad humana y nacional, y no el descubrimiento de características especiales de  este pueblo? Bueno, contrariamente a lo que dice Pagán, Israel no es especial porque en sí, tenga algo especial, lo cual es bastante claro en Deuteronomio 7:6-8; por el contrario, llegó a ser especial, porque cualquiera que no lo merezca, pero, que es objeto del eterno amor de Dios, entonces, automáticamente llega a ser especial, en este caso, porque Dios los hizo especiales al haber “pensado” en amor  en ellos en la eternidad.


sábado, 30 de mayo de 2020

La eiségesis necesarista de la “Teología del Pacto”: Zacarías 9:11


Por J.A. Torres Q.




Terminando de leer dos obras reformadas relativas a los pactos divinos en busca del fundamento bíblico real de la Teología del Pacto para nuestra serie sobre  "Mateo 24, una interpretación consistente" en donde también  evaluaremos la Teología del Pacto (TP). Hasta ahora, —ya terminando— ningún fundamento, solo lo mismo una y otra vez, deducciones. Por supuesto, el caso de Zacarías 9:11 y la interpretación  de A.W. Pink deja ver algo más que es común a la hora de defender la TP, algo que ya es una cuestión necesarista en la hermenéutica del pacto, esto es: la necesaria tergiversación de versículos para poner en ellos una idea que no dice el autor bíblico para sustentar la deducción de todo el entramado artificial que sostiene la TP por medio de una eiségesis necesarita. Ahora bien, ¿a qué nos referimos con   eiségesis necesarita?

La “eiségesis” es aquel error de interpretar un texto introduciendo ideas  pre-subjetivas. “Necesarista”, tiene  relación a aquello que es más que necesario, sino que, como dice el dicho —la necesidad tiene  cara de hereje— se requiere para mantener cierto estatus. En este caso, la eiségesis de la Teología del Pacto es una cuestión común, porque es algo "urgente" para que el esquema pueda mantenerse. En este caso, el esquema es mucho más relevante que la rigurosidad de una correcta exégesis. Dicho en otras palabras, si el teólogo pactual requiere hacer decir al texto algo que no dice, no solo este proseguirá adelante con dicha eiségesis, sino que además, “utilizará” dicho versículo para mantener la estructura pactual. Este es el caso de A.W. Pink con Zacarías 9:11 como veremos a continuación, algo característico  en los teólogos del pacto. 

¿Cuál es el ejemplo entonces? Antes de indicarle el ejemplo, me llama curiosamente la atención el llamado de los editores, quienes dicen:

“…escribimos desde la convicción, y no quisiéramos que siquiera antes de haber empezado aquellos que no compartan la posición escatológica del autor se vean inducidos a desechar esta obra o pensar que no hay nada aquí para ellos. Por el contrario, esperamos gustosamente y de todo corazón que puedan someter a prueba sus creencias, con la única intención de abrazar lo que la Sola Escritura, una vez expuesta, demuestre.” (pág. 6).

Suponiendo que gustosamente accedemos de todo corazón a someter nuestras creencias a lo que la “Sola Escritura” nos muestra por medio de  A.W. Pink  ¿qué haces cuando te encuentras  con la siguiente “exégesis” de Pink:

«En respuesta al cumplimiento de Cristo a todos las condiciones, el Padre le dice: “y en cuanto a ti, por la sangre de mi pacto contigo, he librado a tus cautivos (aquellos que le fueron dados desde antes de la fundación del mundo, pero que en Adán incurrieron en condenación), de la cisterna en la que no hay agua” (Zac. 9:11).» (pág. 20).

            Por supuesto,  —pienso— qué raro, he leído Zacarías pero al parecer no dice lo que este autor señala aquí.  ¿Qué dice Zacarías entonces? Nota con atención: “Y tú también por la sangre de tu pacto serás salva;  yo he sacado tus presos de la cisterna en que no hay agua.” (Zac. 9:11 RV60).  ¿A ver? —diría cualquier lector atento— Pink dice varias cosas que no dice Zacarías. Primero,  veamos algunas cosas del contexto. Zacarías está escribiendo en el contexto del regreso (posexílico [520-518 a.C.]). No habían vuelto  todos los judíos a Jerusalén, solo los del primer regreso, por lo que aún quedaban muchos en Babilonia. Segundo, el capítulo 9 de Zacarías revela varias profecías relativas a la restauración futura de Israel, pero también, acerca de su regreso a su tierra como es propio en el mensaje de los profetas por medio de la perspectiva escatológica o escorzos proféticos. Así, el versículo 9 tuvo un cumplimiento cabal  en la primera venida de Cristo, tal cual el profeta lo predijo, así, vino: “…justo y salvador, humilde y cabalgando sobre un asno…” (Zac. 9:9 cf. [Mt. 21:4-5]). Así, la segunda parte de esta profecía: su segunda venida, vendrá para traer paz a las naciones, tiempo en que Él reinará —dicen los profetas—  de mar a mar, cuestión que se repite una y otra vez en el AT (Isa. 2:3-4; 9:6→7) como también, en los salmos  (Sal. 22:1-26→27-31).  Ahora, ¿qué dice Zacarías en 11:9? ¿Se refiere a Cristo como dice Pink? Vamos por parte en la  siguiente  exégesis.

Primero, “y tú” (Zac. 9:11a), es una referencia clara a Israel como puede verificar el lector en el mismo contexto; además,  como es propio de los profetas hebreos y el pensamiento espiral,   la expresión  “y tú”   (גַּם־אַ֣תְּ)   es transicional y  a la vez, contextual, de allí que LBLA como NVI traduzcan  “en cuanto a ti” como una alusión a Israel que, como señalamos en el  contexto directo el profeta alude como   “hija de Sión” (9:9), “prisioneros” (9:12), “los restauraré” (9:12), “Judá” (13), “tus hijos, oh Sión” (13) y “jóvenes y doncellas” (17).  

Segundo, dice Zacarías: “Y tú también por la sangre de tu pacto serás salva…” (Zac. 9:11a RV60). Esta frase recuerda el pacto de Dios con ellos concertado en Génesis 12  confirmado en el Sinaí (Éxo. 24:8), lo cual indica el profeta que  es solo por esta razón que YHVH los “salvará”, de allí que Zacarías use la segunda persona singular (בְרִֽיתְךָ) de berit (pacto), así:   “…por la sangre de tú pacto”, y no como dice Pink, “…la sangre de mi* pacto” como erradamente traduce NVI. Aunque "teológicamente" no es incorrecto señalar que este pacto es de Dios, Zacarías —o más bien, el Espíritu Santo— quiere subrayar  por medio de la sinécdoque “tú” pacto, la relevancia de que Israel aun en exilio, sigue siendo el pueblo de Dios.   

         Tercero, el “y tú” (καὶ σὺLXX)  se distingue del y su” mesiánico del verso 10, quien sin duda será finalmente quien destruirá los “arcos de guerra” en contra de Israel (cf. Zac. 12:1-14) y traerá paz a las naciones cuando venga en “aquel día” (Zac. 9:16→14:1-16*ss). Mientras tanto, —dice el profeta— y, de acuerdo al pacto concertado por Dios con ellos sacará al resto de los que están en la cisternas sin agua cómo eran común en aquellos días (Gén. 37:24; Jer. 38:6), una alusión a la miseria de los judíos exiliados aún en Babilonia.   

Cuarto, literalmente Zacarías habla —teniendo a Dios como sujeto— que Él va a “salvar”RV60 a aquellos “presos” (δέσμιοςLXX [Gén. 39:20]), aquellos que aún estaban en exilio, lit.: “[los] liberaré”. Ahora,  hay que observar con más detención lo que Zacarías dice aquí. Primero, el acto salvífico al que se refiere Zacarías no tiene que ver con lo que dice Pink, (“aquellos que le fueron dados desde antes de la fundación del mundo, pero que en Adán incurrieron en condenación”) que lisa y llanamente es una  imposición anacrónica al texto del concepto paulino soteriológico (Efe. 1:3ss), cuando en términos locutivos e ilocutivos Zacarías se está refiriendo al rescate histórico, para lo cual el profeta usa el perfecto enfático (piel) del verbo  shalaj (שָׁלַח). Sin embargo, aquí hay algo más, algo raro en el texto hebreo, pues, shalaj traducido por “serás salva”RV60 o como una acto perfectivo como traduce LBLA “he librado”, significa realmente  “arrojar”, “enviar lejos” o “despachar”, que es el significado mayoritario; y sí, también tiene  la idea liberar, pero este, aunque está presente en la idea es un significado secundario. 

¿Por qué entonces los traductores eligieron el verbo “salvar”, o liberar”? Note nuevamente como Pink es dirigido en su “eiségesis”   por sus propias ideas —y quiere convencer al lector— de que esto es una alusión soteriológica en términos paulinos (Efe. 1:3ss). Específicamente,  shalaj (שָׁלַח) sí, puede ser traducido por   “salvar” o liberar” que es la consecuencia concreta del verbo. Esto, porque —como ya aludimos— Zacarías usa el piel perfecto del verbo  shalaj  que de hecho, puede ser traducido como un acto acabado como lo vuelca LBLA (“he librado”) y también, por supuesto, como una perspectiva futura en vista de lo que es propio en los profetas: el uso del perfecto en heterosis verbal (acciones acabadas: los liberó) aun cuando esto no es así aún literalmente, como un elemento retórico de certeza futura (“p.ej.: “Pero yo [ya] he puesto mi Rey en Sion” [Sal. 2:6]). Pero, aparte de todo lo anterior, y en vista que es un verbo enfático (piel) aquí adquiere y tiene el significado de “dejar ir”, y, por supuesto: ¿quién finalmente dejó ir a Israel en el cautiverio? Circunstancialmente fueron los babilonios, pero, teológicamente fue Dios, lo cual la versión JER traduce mucho mejor: “En cuanto a ti, por la sangre de tu alianza, yo soltaré a tus cautivos de la fosa en la que no hay agua.”

Dicho en otras palabras: Teológicamente fue Dios quien esparció a Israel, pero también fue el que los alejó (rescató) del cautiverio; y para ello Dios movió los hilos de la historia despertando a Ciro (un rey pagano [Esd. 1:1-4]) y de hecho, también a Artajerjes (otro rey pagano [Neh. 2:1-8] cf. Pro. 21:1)  para que Su pueblo volviera a la tierra en donde el mismo los esparció como castigo (Jer. 25:11).  Todo esto, no es una cuestión que solo Zacarías quiere manifestar aisladamente,   Miqueas usando este mismo verbo señala que Dios como sujeto (hifil) de las acciones no solo los volverá a recoger en el futuro, sino que también hará algo increíble con ellos, algo que es propio solo del Dios verdadero: se compadecerá nuevamente de Su pueblo y además,  pisoteará sus culpas, pero además, hará algo que los enemigos de Israel no pueden concebir, en palabras de Miqueas: ¡Tú arrojarás [shalaj] al fondo del mar todos nuestros pecados!”  (Miq.  7:19 JER).  ¿Cuándo, en qué contexto histórico? Deje que el texto conteste esta pregunta, lea con atención Miqueas 7:11-20.

Quinto y final: ¿Qué señala el contexto directo de Zacarías 9:11? Siguiendo la “rigurosidad” exegética  de Pink, ¿se trata de la iglesia? Versículo 12: Dios sigue confirmando lo anterior, y llama a los expatriados a volver prometiéndoles restauración; tal cumplimiento histórico no es otra cosa que el prototipo de la restauración futura (segunda venida cf. Zac. 12-14) del mesías para con ellos (9:10). Versículo 13: Dios dice que ha hecho a Judá fuerte (“te he entesado”) como un arco a punto de herir a sus enemigos, una alusión profética escatológica de su futura restauración, de hecho, es una declaración que Joel  ilustra evocando lo que Israel dirá en aquel día: ¡Somos fuertes en nuestro Dios! (Jl. 3:11) cuando además, en “aquel día” añade Zacarías,  YHVH defienda al morador de Jerusalén (Zac. 12:8).

         La imagen que Zacarías presenta con este versículo y en su contexto, nada tiene que ver con la idea de A.W. Pink, sino, con  un asunto que es propio de los profetas: juicio y restauración, que aquí es visto de manera telescópica y como un prototipo de la futura restauración de Israel en “aquel día” (una alusión común en el AT para el día de YHVH, la segunda venida) en que Dios mismo los salvará (Zac. 9:16), y hará grandes cosas con ellos que el coro polifónico de los profetas nos cantan y reiteran una y otra vez sucederá cuando Él los salve “aquel día” (Zac. 9:11), pues:

1.      Será el “día” en que לַיהוָ֥ה צְבָא֖וֹת “YHVH de los Ejércitos” garantizará la salvación de Su pueblo (vs. 14-16). El día en que YHVH mismo defenderá a Judá (Zac. 12:7) y al morador de Jerusalén (Zac. 12:8; Jl. 3:15-16).

2.      El día en que YHVH será visto —dice Zacarías— y en el que Su gloria y poder  harán la diferencia entre el inmenso poder de Su pueblo ante las naciones enemigas (Zac. 12:9; 14:1-2, 12)

3.      El día en que las naciones que sitiaren en odio a Jerusalén lamerán el polvo (Miq. 7:17), día en que estas naciones se avergonzarán de sus iniquidades cuando Dios derrame su enojo y todo el ardor de su ira sobre ellos (Miq. 7:16; Sof. 3:8; Jl. 3:9-14)

4.      El día que Dios pondrá a Jerusalén por copa que hará temblar a las naciones (Zac. 12:2) circunstancia en que dirán de Judá: ¡tienen fuerza en  לַיהוָ֥ה צְבָא֖וֹת “YHVH de los Ejércitos”! (Zac. 12:5)

5.      El día en que las naciones sabrán que Dios santificó a Israel y que Él vive en medio de ellos para siempre (Eze. 37:25-28)

6.      El día en que YHVH rugirá desde Sion y ellos “conocerán” que YHVH es Su Dios que habita en Sion y nunca más Jerusalén será pisoteada por extraños (Jl. 3:17; Sof. 3:16-17)

7.      El día en que Jerusalén será habitada con seguridad porque el mismo Dios habitará en medio de ellos (Zac. 12:16-21; Jl. 3:18-21; Ab. 1:21)

8.      El día en que Dios reunirá al remanente de Israel  y los exaltará entre todos los pueblos de la tierra (Sof. 3:13-15; 18-20)

9.      El día en que ellos mismos se darán cuenta de su mayor pecado, y  preguntarán: “¿…qué herida son estas en tus manos?” (Zac. 13:6)

10.  De hecho, el día en que mirarán al Dios-Hijo (12:10b) y al fin llorarán amargamente debido a su nuevo corazón (Jer. 31:31ss)

11.  El en el que Dios mismo transformará la casa de David y los moradores de Jerusalén (Zac. 12:10) y los salvará definitivamente de sus corazones de piedra (Jl. 2:30-32)


12.  El día en que la casa de Israel revivirá definitivamente porque Dios mismo pondrá Su espíritu en ellos para administrar la tierra y el reino como nunca lo han hecho (Eze. 37:1-14)

13.  El día en que serán pastoreados por el Rey de Reyes quien regirá desde Sion (Sal. 2:6) a las naciones con vara de hierro (Sal. 2:9; 23:27-31; 72: 7-11; 17-20; 89:26-27; Eze. 37:24; Apo. 12:5; 19:15)

14.  El día en que no solo ellos, sino también todas las naciones serán restauradas y adorarán  al Rey de Reyes a quien Dios dio “toda autoridad en el cielo y en la tierra” (Sal. 86:9-10; 27; 96:1, 7, 10-13; 97:1; 98:2; 110:1-7; Zac. 14:16-19)

15.  El día en que Dios mismo se va a encargar de restaurarlos a su tierra (Eze. 36:28; 37:11-14; 21-22) y nunca más serán arrancados de allí (Amo. 9:13-15)

16.  El día en que al fin  el nuevo pacto que concertó con la casa de Israel y con la casa de Judá será completamente cumplido en ellos (Jer. 31:31) y nunca más serán divididos en dos reinos (Eze. 37:21-22)

17.  El  día en que Jehová mismo dará Su  ley en sus mentes  y las escribirá en sus corazones  (Jer. 31:33) y nunca  más se contaminarán con los ídolos en que tropezaron siempre  (Eze. 37:23)  

18.  El día en que nadie de ellos enseñará a su prójimo,  ni ninguno a su hermano   porque todos   conocerán a YHVH desde un corazón nuevo,  y esto, desde el más pequeño hasta el más grande (Jer. 31:34s)

19.  El día en que Dios mismo asegura: “…perdonaré la maldad de ellos,  y no me acordaré más de su pecado.” (Jer.  31:34c; cf. Jl. 2:18)

20.  El día en que Dios volverá a tener misericordia de ellos y Él mismo sepultará todas sus iniquidades y las echará al fondo del mar (Miq. 7:18-20)


Ahora bien, ¿qué otra cosa  nos comunica Zacarías aquí  acerca de YHVH y Su pueblo? Hay una cosa más que Dios quiere que el todo mundo sepa. Una cosa más que el lector atemporal de estas profecías debe saber muy bien, algo más que usted debe saber, esto es: que en vista no solo de la restauración histórica temporal de Israel, sino esencialmente futura que Dios llevará a cabo por medio de nuestro Señor, sí, nuestro Señor Jesucristo (Zac. 9:9-10; Isa. 4:2-6) todos por fin tendremos un consenso escatológico referente a Israel, aún, los que negaron esta verdad que hoy está abiertas ante nuestros ojos en Su Palabra y que muchos no pueden ver debido al engaño  que Pablo denuncia en romanos en contra del pueblo elegido, sí, y que denomina con todas sus letras simplemente, soberbia (Rom. 11:20).   

            Note con atención por favor, Dios dice: sí, yo los esparcí (Zac. 10:9), de hecho, yo mismo  los arrojé a lugares lejanos, pero, los volví a Su tierra,  los saqué de aquellos posos sin agua (Zac. 9:11), pero no es todo lo que haré,  los salvaré en “aquel día” (Zac. 9:16), pero lo haré definitivamente. ¿Qué hará Dios con Su pueblo en aquel  día  (segunda venida) entonces? Note con mucha atención las últimas líneas aquí, en especial,  si usted cree en la teología del reemplazo; lea con atención lo que nuestro Dios hará aquel día con Su pueblo, cuestión que A.W. Pink estoy seguro ya comprendió:  

“Porque yo fortaleceré la casa de Judá,  y guardaré la casa de José,  y los haré volver;  porque de ellos tendré piedad,  y serán como si no los hubiera desechado;  porque yo soy Jehová su Dios,  y los oiré.” (Zac.  10:6) 

¿Leyó bien? “…y serán como si no los hubiera desechado…