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lunes, 26 de agosto de 2019

La apántesis de Cristo, ¿encuentro para subir, o para bajar? Primera parte


Por J.A. Torres Q.

Introducción

Enseñando a los tesalonicenses acerca del arrebatamiento, Pablo  señaló: “…Luego nosotros los que vivimos,  los que hayamos quedado,  seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir[[1]] al Señor en el aire,  y así estaremos siempre con el Señor.” (1 Tes. 4:17RV60). La expresión puntal es εἰς ἀπάντησιν  al encuentroDHH  con el Señor.




La interpretación  reformada de esta palabra —y evento— sugiere además del sentido que todos conocemos, que es un acto común y corriente que está de acuerdo con el significado griego secular de la costumbre romana del primer siglo, en donde el dignatario o personajes  de alto rango eran recibido por una comitiva para después de dicho encuentro, volver a la ciudad. Así, añade Holmes: “…salían a encontrarse con un invitado cuando este se acerca a la ciudad y lo escoltaban de regreso a la localidad con la pompa y solemnidad adecuada” (Holmes 2015:160 cf. [Green 2000:227]). De esta manera, esta idea se relaciona con la noción escatológica de que cuando Cristo vuelva, la iglesia no irá por “siete” años al cielo (mientras dura la tribulación), sino que será encontrada por Cristo en las nubes para bajar de inmediato a la tierra y comenzar el reino eterno junto al Señor, en efecto, para la escatología  reformada, el arrebatamiento (rapto) y la segunda venida, son lo  mismo. En este sentido Holmes subraya esta idea cuando añade: «…apántesis describe exactamente este mismo tipo de movimiento de comité de bienvenida que sale a encontrarse con alguien para escoltarlo el trayecto restante hasta su destino. La implicación del uso que Pablo hace aquí de esta palabra es que los muertos resucitados y los vivos arrebatados, juntos, se reunirán con el Señor que desciende “en el aire” y lo acompañaran en gloria y honra durante el resto de su camino a la tierra» (Holmes 2000:161).  

Siguiendo con el significado secular, Polibio  constata que no solo algunas personas, sino toda una población salía a recibir al emperador en su parusía (venida) a una ciudad. Josefo también añade a este concepto que los ciudadanos de Roma salieron a recibir a Vespasiano como su nuevo emperador poco tiempo después que las tropas romanas aplastaron a la rebelión judía en Judea. De esta manera, la costumbre reunía a todos los ciudadanos, así soldados, estudiantes, sacerdotes y legos, para recibir al dignatario que era recibido además, con una gran recepción que incluía canciones, gritos y aun, sacrificios (Green 2000:227; Hendriksen 2000:139). Ahora, ¿se trata de una metáfora entonces? N.T. Wright sugiere[2] aquello, lo cual en realidad es otra manera de alegorizar el texto.     

Entendiendo el término

El término ἀπάντησις (apántesis) aparece solamente tres veces en el NT, y es parte de una familia de vocablos que esencialmente describe lisillanamente, un “encuentro”. Así, ἀπαντάω (apantáo) “encontrase con”[3], añade Vine,  cara a cara; συνάντησις (sunántesis) el “encuentro”[4] mismo;  συναντάω (sunantáo) “encontrarse con”[5] alguien;  ὑπάντησις (jupántesis) “”ir a encontrar”[6] a alguien; ὑπαντάω (jupantáo) “ir al encuentro”[7] de alguien;  (Mundle 1984IV:322; Lattke 2005:344; Vine 2007:314).  Todos estos términos deben distinguirse de la familia que comporta  la idea de venida[8] (erjomai, eisérjomai, sunérjomai) y del sentido mismo de parusía[9], que describe el acto de estar ahí (presente), o haber venido (perfecto). La presencia misma de alguien (Braumann 1986III:302).  En términos consensuales, los términos anteriores tienen su énfasis y centro semántico en lo que se define como un encuentro. En el caso de ἀπάντησις (apántesis), no es diferente, pues esencialmente describe justamente, un encuentro, pero, no solo un encuentro per se, sino esencialmente una reunión amistosa como es el carácter del arrebatamiento (Vine 2007:314). Lattke añade un primer dato técnico importante. Señala  que  se discute aun la idea de si ἀπάντησις (apántesis)  es realmente un término técnico que [efectivamente] hace referencia a la costumbre cívica de dar la bienvenida públicamente a los soberanos con ocasión de su llegada (“parusía “) a una ciudad, pero, con relación a que si realmente  Pablo “da por conocido el significado técnico de esta expresión” en 1 Tesalonicenses 4:17. Así, añade, que los testimonios no prueban  dicha relación. De esta  manera Lattke  sugiere que haremos bien en traducir la pulida expresión εἰς ἀπάντησιν  al encuentroDHH (1 Tes. 4:17), dejando  que la exégesis del contexto defina el sentido de dicha  parusía  (Lattke 2005:344).  Ahora, antes de ver los dos ejemplos más de este término en el NT (Mt. 25:6; Hec. 28:15), notemos sus paralelos veterotestamentarios, antes de mencionar algunas conclusiones.

Cognados de apántesis en el AT

El AT tiene una serie de términos que también se usan para subrayar semánticamente, un “encuentro”, esencialmente, en secuencias narrativas. 1 Sam. 13:10 señala que Saúl salió a recibir a Samuel, donde se usa el qal vavyiqtol de  יָצָא (yatsá [ἀπάντησινLXX]) para describir el acto de salir a recibir a. Aparte de sus múltiples sentidos[10], aquí el contexto subraya no solo este acto, sino el “encuentro” en sí. Otro término que también se usa a menudo para describir la idea de un encuentro (cf. Gén. 18:2), es otro qal vavyiqtol,  פָּגַשׁ (pagásh) y, como señala Vine, básicamente  este vocablo significa “entrar en contacto con”,  se usa en 1 Sam. 25:20 cuando Abigail salió al encuentro  de David y sus hombres, en la LXX significa (συνάντησις), reunión para conocer a alguien o encontrarse con  (Gingrich 1983:190; Strong 2002:9; Chávez 1992:480), aunque en el NT, συνάντησις (sunántasis) también incluye un sentido negativo, como cuando toda la ciudad salió al encuentro  de Jesús, pero para rogarle que se fuera (cf. Mt. 8:34) (cf. Éxo. 4:24 cf. [συναντάωLXX (Lc. 9:37; 22:10; Hec. 10:25*; Heb. 7:1,10]).  El énfasis constante entonces, es el “encuentro” (Gén. 14:7; 19:1; 29:13; 32:6; 33:4; Éxo. 4:14, 27; Deut. 3:1 et al.).

Otro término es, קָרָא (caráἀπάντησίνLXX), que como se observa, es paralelo directo de apántesis así, se observa cuando David añadió: “Bendito sea Jehová Dios de Israel,  que te envió para que hoy me encontrases.” (1 Sam. 25:32). El sentido primario de קָרָא (cará) es encontrar [a alguien]. Vine añade que también tiene la idea primaria de encarar a alguien. Así también, de confrontar.  Así, puede ser una “confrontación” amistosa en el que un amigo “se encuentra” intencionalmente con otro, como en el caso de los reyes del valle que salieron al “encuentro” de Abram cuando regresa de derrotar al ejército merodeador de Quedorlaomer (Gén. 14:17). O, cuando una hueste sale para “encontrarse” con un posible aliado (Jos. 9:11; 2 Sam. 19:15). Así también, apántesis tiene la idea negativa de una “confrontación” hostil entre dos fuerzas para entablar una lucha (Jos. 8:5; cf. [Gén. 14:17; Jos. 11:20]); este es el caso en el que se advierte a Israel: “¡Prepárate para venir al encuentro de tu Dios, oh Israel!” (Amo. 4:12) (Vine 2007:63).  Otro ejemplo relativo es el término קִרְאָה (quiráh) cognado de קָרָא (cará) y también tiene la misma idea aquí,  “encuentro” amistoso o también hostil (2 Sam. 19:16 cf. [Gén. 46:29; 1 Sa,. 15:12; 2 Rey. 8:8,9]).

Apántesis en el AT y la LXX

En términos concretos, ἀπάντησις (apántesis)   se usa en el texto hebreo 32 veces aproximadamente. Ocho veces aparece también en los apócrifos (cf. Jud. 5:4[11]; Tob. 11:16[12]; 1 Mac. 12:41[13]; 2 Mac. 12:30[14] et al.). De las veces que aparece el término en los libros canónicos del  AT, podemos mencionar los siguientes. Así, el primer uso de  [ἀπάντησις (apántesis)LXX קִרְאָה (quiráh)]) es Jueces  4:18 “Y saliendo Jael a recibir a Sísara, le dijo: Ven, señor mío, ven a mí, no tengas temor. Y él vino a ella a la tienda, y ella le cubrió con una manta.” Por supuesto, este encuentro no terminó bien para el comandante cananita, Sísara. Pues Débora, Barac y en especial Jael, terminó con su vida con una estaca que atravesó sobre las sienes de Sísara  (Jue. 4:17-20). El segundo caso de ἀπάντησιςLXX (apántesis) es el caso de Jefté, quien hizo la promesa mas apresurada del AT (Jue. 11:30-31), así, habiendo aplastado  a los amonitas volvió a su casa, viendo tristemente que quien salió a su encuentro, era nada menos que su propia hija (Jue. 11:34-35).

Un tercer caso, fue el caso cuando Sansón fue hasta Lehi, y los filisteos viniendo al encuentro de él (Jue. 15:14) fueron destrozados por Sansón, quien con una quijada de asno mató a mil hombres (Jue. 15:15). Encuentros similares a este con resultado negativo como positivos para Israel, aun, encuentros con noticias desastrosas para los hebreos como lo fueron las noticias de la invasión babilónica* se ven también en el texto hebreo  (cf. Jue. 20:25, 31 “salieron al encuentro”; 1 Sam. 4:1; 1 Cro. 12:17; 14:8; 2 Cro. 20:17; 28:9; Jer. 51:31* “Correo se encontrará con correo”; 27:3).

Otros, como 1 Samuel 13:10, revelan el mismo sentido esencial de salir al “encuentro de alguien”. Saúl por ejemplo, salió al encuentro de Samuel (cf. 1 Sam. 15:12).  Así también David —como ya hemos aludido— bendijo a Dios porque Abigail le salió al encuentro (1 Sam. 25:34) vociferando en el acto: “…vive Yahveh, Dios de Israel, que me ha impedido hacerte mal, que de no haberte apresurado a venir a mi encuentro, no le hubiera quedado a Nabal, al romper el alba, ni un solo varón.” (JER). Las otras referencias aun con diferentes sentidos contextuales enfatizan la misma idea que hasta aquí prevalece,  un encuentro  (cf. 1 Sam. 30:21; 2 Sam. 6:20; 19:25; 1 Cro.12:17; 19:5; 2 Cro. 12:11; 15:2; 19:2).

 Apántesis en el NT

Aparte de 1 Tes. 4:17, ἀπάντησις (apántesis)  aparece en el NT dos veces más. Así, Mateo 25:6 señala: «Y a la medianoche se oyó un clamor: “¡Aquí viene el esposo; salid a recibirle!», en el contexto de las diez vírgenes que esperan al esposo para las bodas, o sea, el reino mesiánico (Carballosa 2010:390). De acuerdo al contexto, sin duda esta parábola hace referencia a la segunda venida en relación a la respuesta futura de Israel. Como señal el profesor Millos: “La primera parábola… conocida como las Diez Vírgenes enseña lo que ocurrirá con el Israel salvo y el no salvo en el momento de las segunda venida del Señor” (Millos 2013:1711; cf. [Carballosa 2010:387]).  

El otro caso es Hechos 28:15 donde se lee: “…oyendo de nosotros los hermanos, salieron a recibirnos hasta el Foro de Apio y las Tres Tabernas; y al verlos, Pablo dio gracias a Dios y cobró aliento.” El relato revela que mientras Pablo y compañía pasaron a Puteoli (en la bahía de Nápoles) y habiéndose quedado allí siete días (Hec. 28:13s), emprendieron camino a Roma, en cuyo   camino  fueron encontrados por los hermanos de Roma. Algunos de ellos que  vinieron al “encuentro” caminaron casi setenta kilómetros  (hasta el Foro de Apio [el mercado de Apio]). Otros, que también salieron de Roma,  llegaron a distancia de cincuenta kilómetros, hasta Tres Tabernas (Millos  2013:1911). El relato concluye con dicho encuentro y después, con la llegada de todos ellos a Roma, donde Pablo en calidad de prisionero quedó confinado por dos años en una casa alquilada (Hec. 28:30). Por supuesto, Pablo no fue recibido con halagos gubernamentales, ni mucho menos, volvió con la comitiva de recepción  a Roma escoltado para sentarse en alguna posición de privilegio. Como dice F.F. Bruce, aunque Pablo disfrutó de cierto grado de libertad en su condición de custodia militar (Hec. 28:31), tuvo una restricción legal que dicho sea de paso, incluía un guardia de punto fijo[15] al que estaba encadenado de la mano derecha  (28:16) (Bruce 2007:588; Stott 476).  Una situación que a pesar de ser incomodo, no retuvo a Pablo para seguir hablando de Cristo.  


Conclusión

Al observar los diferentes usos de bíblicos de ἀπάντησις (apántesis) podemos constatar que la idea esencial de este vocablo, es el acto mismo y cinestésico del encuentro entre dos personas, o grupo de personas. Este es el énfasis esencial tanto en los términos veterotestamentarios, como en el Nuevo Testamento; y por cierto, es lo que 1 Tes. 4:17 declara cuando se señala: “…después, los que hayamos quedado vivos seremos llevados, juntamente con ellos, en las nubes, para encontrarnos con el Señor en el aire; y así estaremos con el Señor para siempre.” (DHH). Y, para ser precisos, este texto no dice que después de dicho encuentro amistoso (reunión), la tertulia escatología prosigue en la tierra, pero tampoco, asume que sigue en el cielo. Dicho de otras palabras, en sí, la idea  “…para encontrarnos con el Señor en el aire…”, antecede simplemente a: “…y así estaremos con el Señor para siempre”;  de manera que inferir que el término ἀπάντησις (apántesis) sugiere un retorno y a la tierra (Holmes), solo puede afirmarse importando un sentido primero, secundario del significado de apántesis y segundo, secular del término (p. ej.: Polibio). Sin duda, así como esta idea imperial no tiene fundamento escritural contundente y claro, debemos también añadir, —y en honor a la verdad— que tampoco el texto en sí, —por si solo— sugiere un encuentro con el Señor, para ir en el acto al cielo y estar allí por un periodo de siete años. Insistimos, el texto en sí, tampoco lo sugiere. Sin embargo, y recapitulando la ruta exegética del Dr. Michael, Lattke, la pulida expresión εἰς ἀπάντησιν  al encuentroDHH (1 Tes. 4:17) y su relación con la venida de Cristo, ya sea para un retorno al cielo o a la tierra, solo se puede constatar observando el contexto, y a nuestro modo de ver, justamente el contexto —más el acervo veterotestamentario del tópico escatológico—  deja ver de manera clara, que este encuentro con el Señor en las nubes, corresponde al arrebatamiento pretribucional. Dos argumentos se suman a esta tesi, aparte de los principales. Primero, todo el evento en sí, no es un evento sinergético. Al igual que en la regeneración, el arrebatamiento es un hecho monergista. No hay entonces, una especie de  acción comitiva saliendo para complementar  tal venida. Aunque los creyentes en tal día serán arrebatados participando en tal milagroso evento, en el acto son pasivos. Argumento  que explicaremos después. Y, segundo, el mismo significado del término —tan ninguneado—  “arrebatamiento”→ ἁρπάζω (jarpádzo del latín rapio)   no solo describe un acto de “apoderarse de alguien” con rapidez y fuerza, sino también, de llevar consigo lo que se ha arrebatado  (cf. Gén. 5:24; Sal. 10:9; 69:4; Deut. 28:31; Jue. 21:21, 23; 2 Sam. 23:21; Job. 24:2; Ose. 5:14; 6:1; Nah. 2:12; Isa. 10:2; Eze. 18:18; 19:3; 22:27; Hec. 8:39; 23:10; 2 Cor. 12:2, 4; Mt. 13:19; Jn. 10:12, 28, 29; Apo. 12:5). Entonces, la apántesis de Cristo, ¿encuentro para subir o para bajar? Queda demostrado que por sí solo el término no apoya la idea reformada de un encuentro y posterior retorno a la tierra.








Bibliografía 

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Green, Eugenio 2000. 1 y 2 Tesalonicenses. Grand, Rapids, MI Portavoz.
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Holmes, Michael 2015. Comentarios Bíblicos con Aplicación NVI, 1 y 2 Tesalonicenses. Miami, FL: Vida.
Hendriksen, William 2000.Comentario al Nuevo Testamento, 1 y 2 Tesalonicenses. Grand Rapids, MI: Desafío.
Mundle 1986. Art. “συνάντησις/συναντάω/ὑπάντησις/ὑπαντάω/ἀπάντησιν” En: Coenen, Lothar  & Erich, Beyreuther et al 1985. Diccionario Teológico Del Nuevo Testamento, Volumen  IV. Salamanca (España): Sígueme. 322ss.
Millos, Samuel 2013. Comentario exegético al texto griego del Nuevo Testamento, Mateo. Viladecavalls, España.: Clie.
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Swanson, James 1997.  Diccionario de Idiomas Bíblicos Griego Nuevo Testamento. Logos Research Systems, Inc.: Tropical.
Schökel, Alonso. “La Biblia de Nuestro pueblo, Biblia Peregrino”.
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Stott, John 2007. El mensaje de Hechos. Buenos Aires, Argentina: Certeza.
Robertson, A.T. 2003.Al texto Griego del Nuevo Testamento; 6 Tomos en uno. Viladecavalls (Barcelona) España: Clie.
Lattke  2005. Art. “ἀπάντησιν” En: Balz, Horst & Schneider, Gerhard (eds.) 2005. Diccionario Exegético del Nuevo Testamento (α-κ). Salamanca, España: Sígueme, pág. 344.
Wright N. T.  2015. Acerca del “rapto”. Internet URL:  https://www.youtube.com/watch?v=2e-zm0ZPrt4
Vine, W.E. 2007. Diccionario Expositivo de palabras del Antiguo y Nuevo Testamento Exhaustivo. Nashville, TN: Caribe.






[1] Gr. ἀπάντησις (apántesis) “encuentro amistoso”.
[2] Dice Wright: Pablo tiene el hábito de como muchos escritores vívidos de mezclar sus metáforas…” Así,  y a reglón seguido añade: “…y a menudo cuando Pablo dice algo muy vívidamente, no tiene la intención de que nosotros tomemos cada parte y tratemos de arma una sola imagen [literal] a partir de eso.” Como usted puede constatar, N.T. Wright en su explicación final, va a justificar esto con la mención de que en el siguiente capítulo Pablo habla metafóricamente de como el Señor viene como ladrón. Por supuesto, no solo Pablo, sino el NT usa muchas veces metáforas para comunicar verdades espirituales reales. Sin embargo, 1 Tes. 4:17 no tiene nada de metáfora como cree N.T. Wright que en nuestra opinión, simplemente metaforiza lo que es una explicación doctrinal de Pablo. La explicación de un evento literal sobrenatural (Wright 2015:1).
[3] Hb. אָסַף (asaf) reunir para cualquier propósito (Gén. 49:1; 1 Sam. 16:4; 21:4 cf. [Tobías 14:4) (cf. Mc. 14:13; Lc. 17:21);
[4] Cf. Mt. 8:34; 25:19.
[5] Cf. Lc. 9:37; 22:10; Hec. 10:25; 20:22; Heb. 7:1, 10.
[6] Cf. Mt. 8:34; 25:1; Jn. 12:13 (cf. Jue. 11:34 קִרְאָה [quiráh] “encuentro”→ ὑπάντησιςLXX.
[7] Cf. Mt. 8:28; 28:9; Mr. 5:2; Lc. 8:27; 14:31; Jn. 4:51; 11:20, 30; 12:18; Hec. 16:16).
[8] Todos estos términos tienen la idea de “venir”, “ir”, así, la dirección de tal movimiento se determina concretamente mediante el uso de preposiciones como apó, eis, ék, et al. (Mundle 1984IV:328).
[9] Este término en el NT no se usa exclusivamente de la segunda venida, sino también, de la primera venida de Cristo y también, de la esperanza que comporta el arrebatamiento.  Así,  Mt. 24:3 (venida política [Lc. 19:11]). Mt. 24:27 (Juicio [II venida]). Mt. 24:37 (Juicio). Mt. 24:39 (Juicio). 1 Tes. 2:19 (esperanza). 1 Tes. 3:13 (esperanza). 1 Tes. 4:15 (esperanza). 1 Tes. 5:23 (esperanza). 2 Tes. 2:1s (esperanza). 2 Tes. 2:8 (juicio). Stg. 5:7 (esperanza). Stg. 5:8 (esperanza). 2 Ped. 1:16 (I venida). 2 Ped. 3:4s (juicio). 2 Ped. 3:12s (juicio). 1 Jn. 2:28 (esperanza).
[10] 1) Salir (Gén. 19:6). 2) Partir (Gén. 4:16). 3) Ser descendiente de (Gén. 10:14). 4) Sobresalir, destacar, ser más alto (Neh. 3:25). 5) Gastar (2 Rey. 12:13/2Re. 12:12). 6) Salir libre, sin culpa (1 Sam. 14:41). 7) Concluir (Dan. 10:20). 8) Evitar, detener (Pro. 22:10). 9) Tener un final desastroso (Eze. 26:18)  (Chávez 1992:480)
[11]Y porque no se han dignado venir a mi encuentro, a diferencia de lo que han hecho todos los pueblos” (Schökel, “La Biblia de Nuestro pueblo, Biblia Peregrino”, pág. 897).
[12]Tuvo el presentimiento de que llegaba, y dijo al padre: Mira, viene tu hijo con su compañero” (Schökel, pág. 885).
[13]Jonotán salió a hacerle frente con cuarenta mil soldados escogidos, y llegaron a Beisán” (Schökel, pág. 813).
[14] Pero como los judíos de allí aseguran que los de Escitópolis los trataban con deferencia y que los habían acogido humanitariamente en los momentos de infortunio  (Schökel, pág. 851).

[15] Como añade Bruce: “Al soldado se lo relevaba cada cuatro horas, más o menos, pero para Pablo no había alivio semejante. El resultado, sin embargo, fue que se convirtió en tema de conversación entre los miembros de la guardia pretoriana” (Bruce 2007:588).


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