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sábado, 17 de junio de 2017

La deidad del Hijo y las implicancias del nombre Emanuel

Por J.A. Torres Q.


Hay varios versículos que hablan de la deidad de Cristo, a través de sus títulos[1] (Jn. 1:1-14; Heb. 1:1-4), o nombres divinos (Heb. 1:1-4, 8; Isa. 7:14s; 9:6-7), sus atributos y sus obras (Col. 1:16; Heb.1:2s “Creador”, “Sustentador”) como los pasajes mencionados anteriormente.  Filipenses 2:6 es categórico en este sentido: “…el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse. (Fil. 2:6). El cual, “…siendo en forma de Dios…”;  el texto griego señala ὃς ἐν μορφῇ θεοῦ ὑπάρχων (jos èn morfẽ theũ jupárjon) enfatizando con el presente participio activo ὑπάρχω (jupárjo)[2] que, “el cual, Cristo” en su forma humana, seguía existiendo como Dios. Así Robertson señala de esta cláusula: “Tenemos aquí una clara declaración de Pablo de la deidad de Cristo” (Robertson 2003:517). La segunda declaración es aun más enfática en este sentido. El texto griego literalmente señala: [el cual, Cristo] no bien precioso consideró el ser igual a Dios” (Millos 2016:151). Jesús pudo haber usado de una prerrogativa divina de sostén frente a su difícil misión, el cual era el hecho de que en su condición humana, era y seguía siendo Dios. Pablo lo expresa llanamente diciendo  τὸ εἶναι ἶσα θεῷ (tò eĩnai ĩsa Theõ) “el ser igual a Dios”, usando el presente infinitivo activo del verbo εἰμί (eímí) “ser, existir”; y el adjetivo —en sentido adverbial— nominativo neutro plural de ἴσος (ĩsos cf. [Apo. 21:16]) aquí, como ἶσα (ĩsa) “igual” a Dios. Bien señala R. E. Brown y J. A. Fitzmyer et al.: “El que era igual a Dios no dejó de ser tal al hacerse hombre y humillarse (cf. 2 Cor 8,9; Heb 5,8).” (Brown & Fitzmyer et al. 1972III:633). Quizás uno de los versículos  —no tan usados— son las alusiones paralelas de Isaías 7:14s y su respectivo paralelo novotestamentario de Mateo 1:23. Algunas líneas al respecto demuestran claramente que la deidad de Cristo es otra doctrina ortodoxa de las Escrituras y por ende, del cristianismo. Isaías 7:14 señala entonces: “…He aquí que la virgen concebirá,  y dará a luz un hijo,  y llamará su nombre Emanuel.” (Isa. 7:14). עִמָּ֥נוּ אֵֽל (emanu-él) “Dios con nosotros”. Jesús es Dios entre nosotros. En Él habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad (cf. Isa. 7:14; 8:8-10; Mt. 1:23). Este nombre indica que Jesús es más que un hombre. Él también es Dios. Isaías dijo que el niño que iba a nacer de la virgen sería llamado עִמָּ֥נוּ אֵֽל  (emanu-él): (Isa. 7:14, 9:3). Él es el resplandor de la gloria de Dios y la representación exacta de la naturaleza de Dios (Heb. 1:3). Sin embargo, עִמָּ֥נוּ אֵֽל  (emanu-él) es un nombre que se da bajo un contexto histórico puntual, con una referencia tanto histórica como profética, esto es, un nombre con doble referencia (cf. Hag. 2:20-23; Eze. 29:12ss). Isaías 7:1ss dice que en los días de Acaz rey de Judá, Rezin, el rey de Siria junto con Peka, rey de Israel se habían unido para conquistar y dividirse Judá.  Tres niños son mencionados en estos capítulos (Isa. 7-9) como referentes proféticos de lo que Dios iba hacer, frente a esta amenaza que Judá estaba experimentando.

Niños
Nombre
Significado
Tiempo
Primer niño (7:3)
Sear-Jasub
Un remanente volverá
Histórico-profético
Segundo niño (7:14)
Emanuel
Dios con nosotros
Profético- escatológico
Tercer niño (8:3)
Maher-Salal-Hasbaz
El despojo se apresura
Histórico-profético

El primer llamado de Dios a Isaías, es que junto a su primer hijo (Sear-Jasub) salga al encuentro de Acaz, el nervioso rey de Judá. Este primer mensaje del profeta es para animar a Acaz  a no tener temor de estos dos tizones que se han confabulado (7:6) en contra de él, juntamente con el rey de Israel, Peka. El mensaje de Dios para Acaz es que esta coalición “no subsistirás, ni será…” (7:7), porque Damasco (Siria) sería conquistada por Asiria,  y Efraín (Israel) sería destruida. No fue menor la amenaza que Judá estaba experimentando, pues potencialmente esta alianza podía haber acabado la dinastía de la casa de David (v. 7:13) haciéndola florecer de Tabeel (7:6). Millos señala:

“El corazón de Acaz estaba inquieto por la situación en su entorno. Si la coalición entre Israel y Siria tenía éxito, la promesa de Dios en relación con el torno de David no se produciría. La promesa mesiánica de un descendiente de David en el trono, no tendría lugar (2 S. 7:12). Acaz trató de superar la situación que se producía por su propia fuerza, mediante alianza con los asirios. Dios envió a Isaías para alentar al Rey Acaz y anunciarle que la coalición enemiga no prosperaría, que debía descansar en el Señor y no inquietarse (Is. 7:4-7). El profeta le exhortó a pedir una señal a Dios como confirmación de las palabras que se le daba. Sin embargo, Acaz no confiaba en Dios, sino en sus propias alianzas, negándose a pedir una señal, en una falsa humildad” (Millos  2009:117).

Pide para ti una señal del SEÑOR tu Dios que sea tan profunda como el Seol o tan alta como el cielo. (Isa. 7:11) LBLA. Dios estaba mandando a Acaz a pedir una señal, (שְׁאַל [sheal] qal  imperfecto “preguntar”, “consultar”). A pesar de la respuesta de Acaz, Dios dio la señal por el profeta a la “casa de David” (Judá), cuestión que revela la importancia de esta profecía a los ojos de Dios. La señal: “Por tanto, el Señor mismo os dará una señal: He aquí, una virgen concebirá y dará a luz un hijo, y le pondrá por nombre Emmanuel.  Comerá cuajada y miel hasta que sepa lo suficiente para desechar lo malo y escoger lo bueno. Porque antes que el niño sepa desechar lo malo y escoger lo bueno, será abandonada la tierra cuyos dos reyes tú temes.(Isa. 7:14-16) LBLA. Tres elementos concertarían esta señal.

1.     El niño nacería de una virgen[3]
2.     Le pondrá por nombre Emanuel
3.     Crecería en un tiempo de calamidad nacional
4.     Mientras fuera todavía muchacho, la coalición sirio-efraimita quedaría desecha. 

Así, antes que estos hechos ocurrieran el segundo hijo de Isaías nacería, cumpliendo sólo el último elemento de esta señal. Esto es, que: «…antes que el niño sepa clamar “padre mío” o “madre mía”, la riqueza de Damasco y el botín de Samaria serán llevados ante el rey de Asiria.» (Isa. 8:4) LBLA. El capítulo ocho, no es otra sección  aparte del capítulo anterior (7),  el relato comienza con וַיֹּ֤אמֶר  (vayyomer) [y” dijo”; “y habló”]). El profeta fue mandado a escribir en caracteres legibles acerca de este segundo hijo de Isaías, Maher-Salal-Hasbaz que significa: “El despojo se apresura, la presa se precipita. (Ryrie 1994:974). Finalmente en cumplimiento concreto de esta profecía, Tiglat-Pileser III rey de Asiria, destruyó a Damasco derrotando así, a Siria y a esta coalición, cuestión que trajo como consecuencia directa la destrucción completa de las tribus del norte, Israel, en el 722 a.C. (8:5ss). En cuanto a estos dos hijos de Isaías, el profeta reconoce que: “yo y los hijos que el SEÑOR me ha dado estamos por señales y prodigios en Israel, de parte del SEÑOR de los ejércitos que mora en el monte Sion. (Isa. 8:18) LBLA. En este contexto Dios no había dado más que estas señales, dejando claro que, quienes quisieran saber más, no debían escuchar ni ha médiums ni ha adivinos, la reprensión fue clara: “¡A la ley y al testimonio! Si no hablan conforme a esta palabra, es porque no hay para ellos amanecer[[4]].” (Isa 8:20) LBLA. Ambos hijos de Isaías fueron señales para el pueblo, sin embargo la señal de “Emanuel”, no vio su cumplimiento en días de Acaz. El capítulo nueve es un pasaje ligado a lo anterior; empieza con la preposición conjuntiva כִּ֣י  (ki) “porque, mas”. De esta manera RV60 Lee: “Mas no habrá siempre oscuridad para la que está ahora en angustia…” (Isa. 9:1a). Judá estaba en angustia, a punto de ser eliminada políticamente, y a través de  Isaías Dios reveló al pueblo los días escatológicos de juicio venideros (“aquel día”; “en aquel día”; “en aquel tiempo” [7:17-25]) como las bendiciones de una era de paz (7:23-25). Pero también el profeta  entregó profecía de juicio histórico (8:6-12).

En cuanto a la señal de “Emanuel”, debe entenderse como una oráculo mesiánico, como dice Millos: “La señal es ofrecida a un rey de la dinastía de David, por tanto, debe entenderse como una promesa en el entorno mesiánico y dinástico hecha a la casa de David (2 S. 7:12-16)” (Millos  2009:117). Además de ello, la fraseología no puede aplicarse al segundo hijo del profeta, Maher-Salal-Hasbaz; pues la profetisa había dejado de ser virgen cuando “concibió” (7:3 cf. 8:3).  Debe advertirse que la profecía dice que la virgen le pondrá por nombre: עִמָּ֥נוּ  אֵֽל   (emanu-él), esto es: “Dios con nosotros”. Cuestión que puede entenderse de dos maneras. En primer lugar, Dios aún está a nuestro lado siendo Emanuel, sólo un símbolo de ello como era habitual en los nombres hebreos. Y, segundo, Emanuel sería por santuario entre los hombres (8:14). Esta última interpretación toma fuerza pues el mismo Isaías expande la connotación  mesiánica de este nombre (Emanuel) en el capítulo nueve que también es parte de la idea que viene desarrollando desde el capítulo seis. De manera que con כִּ֣י לֹ֣א  (kí lo) una conjunción ilativa con una negación (porque no…; así que no…) Isaías señala la unidad del pensamiento, llevando el pasaje a su clímax escatológico: Porque un niño nos es nacido,  hijo nos es dado,  y el principado sobre su hombro;  y se llamará su nombre Admirable,  Consejero,  Dios Fuerte,  Padre Eterno,  Príncipe de Paz. Lo dilatado de su imperio y la paz no tendrán límite,  sobre el trono de David y sobre su reino,  disponiéndolo y confirmándolo en juicio y en justicia desde ahora y para siempre.  El celo de Jehová de los ejércitos hará esto.(Isa. 9:6-7).  Emanuel, “Dios con nosotros” entonces, toma un ribete distintivo, histórico, profético  y escatológico. Así, Isaías 9:6-7 describe las características de este niño, un niño con títulos que jamás niño alguno ha tenido. El resumen de Isaías respecto los nombres de este niño, es entonces como sigue:

Admirable
פֶּ֠לֶא  (péle)
Maravilla, algo extraordinario. péle yoéts = maravilla de consejero, es decir, un consejero admirable (Isa. 9:5/Isa. 9:6). (Chávez 1992:486)
Consejero
יוֹעֵץ֙ (yoéts)
Verbo, qal, participio. Aconsejar. De ahí, “maravilla” de consejero.
Dios Fuerte
אֵ֣ל גִּבּ֔וֹר (él-gibbor)
Dios poderoso. (cf. Isa. 10:21; Sal. 24:8; )
Padre Eterno
אֲבִיעַ֖ד (abiád)
אֲבִי  (abi), padre + עַ֖ד (ád) eterno.
Príncipe de Paz
שַׂר־שָׁלֽוֹם (sar-shalóm)
שַׂר (sar) principe + שָׁלֽוֹם (shalóm) paz

Cinco calificativos o títulos se adjudican a este niño: “Admirable”, “Consejero”, “Dios poderoso”, “Padre eterno” y “Príncipe de paz”; además, el profeta describe Su imperio y Su trono, como un trono eterno (Isa. 9:7). Sin embargo no son simples oficios, pues  cada uno de estos apelativos incluye una connotación sobre humana que en la historia de la nación no vio parangón humano alguno,  sólo, hasta que Jesús vino a nacer. Para Mateo todo esto aconteció  para que se cumpliese lo dicho por el “Señor” por medio de Isaías (Mt. 1:22), de esta manera el propio Mateo interpretó la profecía de Isaías aplicándola a mismo Jesús. Así, claramente  leemos:

“He aquí,  una virgen (παρθένος [parthénos])[5] concebirá y dará a luz un hijo, Y llamarás su nombre Emanuel, que traducido es: Dios con nosotros.” (Mt. 1:23)

“Emanuel”, que traducido es: Μεθ᾽ ἡμῶν ὁ θεός (meth jémón jó Theós), “Con nosotros [el] Dios”  (Mt 1:23)

La aplicación de cada uno de estos oficios y títulos, sólo tiene directa relación con Jesús. Obsérvese el siguiente cuadro.



Primera venida
Segunda venida
Admirable
En sus venidas
Los magos y la estrella  Mt. 2:1-12; Lc. 1:31-35; 39-15; El “magníficat” de María  46-56; el “benedictus”, el salmo de Zacarías 67-79; el “nunc dimittis”, la oración de Simeón 2:29-35; 2:1-14
Isa. 2:12-19
Consejero
En su palabra
Lc. 4:15-22; Mr. 1:14,22ss; Mt. 5-7; Mr. 4:33; Jn. 7:46; Mt. 13:54; Lc. 24:32; Isa. 61:1-2a
Isa. 2:3; Isa. 61:1-2
Dios
En el perdón
Lc. 5:17-26; Jn. 8:56-58;

Fuerte
En sus obras
Lc. 6:17-19; 7:1-10; 11-17; 8:26-39; Mt. 8:1-4; 9:1-8; 8:23-27; Mc. 1:27; 4:41
Zac. 12:1-14
Padre
En su carácter  milenial
Mt. 3:13-17; 4:1-11; Jn. 10:30; 14:9
Isa. 40:11; 63:16; 64:8; Sal. 68:5,6; 103:13; Pro. 3:12
Príncipe
En su oficio de rey
Lc. 19:28-44; 27:27-44; Lc. 1:31-33; 2:7,11; Efe. 2:14; Hec. 2:30; Zac. 9:9; Miq. 5:2/Mt. 2:3-6
Apo. 19:11-16; Dan. 2:44-45; 7:13-14

Como se ha podido observar, Cristo no sólo es Dios por los adjetivos, calificativos y títulos que la Biblia le da, además, tiene todos los atributos de la deidad como: la omnipotencia (Mt. 8:3), la omnipresencia (Jn. 3:13; Mt. 20:28), la omnisciencia (Mt. 11:27; Col. 2:2-3), la eternidad (Jn. 8:58), la santidad (1 Ped. 1:19-20;2:22) y todo esto es demostrado además por la adoración de la cual es objeto (cf. Mt. 2:11; Lc. 24:52; Heb. 1:6; Apo. 5:11ss). Por todo esto, no fue casual que el concilio de Nicea (326 d.C.) condenara a Arrio, quien decía que Jesús era creado, señalando que Jesús era “homoiousios” en relación a Dios, esto es, solamente “similar” a Dios, lo cual fue refutado por Atanasio, quién  explicó que el Hijo era “homoousios”, esto es, de la misma sustancia que Dios. Aunque estos términos no aparecen en las Escrituras, fueron los que estos dos teólogos usaron para defender sus posiciones, y en especial, la que usó Atanasio y los concilios posteriores para subrayar la deidad de Cristo. Aunque al presente los arrianos modernos siguen cuestionando la divinidad de Cristo, las lecturas literales de sus propios interlineales, en este caso,  el “Interlineal griego-inglés”  de la Watchtower de 1969 (IGIW) son un contra argumento de Sus propias traducciones[6], si es que se les puede llamar “traducciones.”  


(IGIW 1969:884 [Fil 2:6])[7]

 
(IGIW 1969:417)[8]



Bibliografía


Brown E.  Raymond & Fitzmyer A. Joseph et al. 1972. Comentario Bíblico, “San Jerónimo” Tomo III. Huesca, Madrid, España: Cristiandad.
IGIW 1969. Interlineal griego-inglés  de la Watchtower 1986. Internet URL:
Kistemaker, Simón 2007.Comentario al Nuevo Testamento, Hechos. Grand Rapids, MI: Desafío.
Millos, P. Samuel  2009. Comentario exegético al texto griego del Nuevo Testamento, Mateo. Viladecavalls, (Barcelona): Clie.
Millos,  Samuel  2016. Comentario exegético al texto griego del Nuevo Testamento, Filipenses. Viladecavalls, (Barcelona): Clie.
Millos,  Samuel  2016. Comentario exegético al texto griego del Nuevo Testamento, Juan. Viladecavalls, (Barcelona): Clie.
Robertson, A.T. 2003.Al texto Griego del Nuevo Testamento; 6 Tomos en uno. Viladecavalls (Barcelona) España: Clie.
Ryrie, Charles 1994. Biblia de Estudio versión Reina Valera 1960. Grand Rapids, MI: Portavoz.
Ryrie, Charles 1993. Teología Básica. Miami, MI: Unilit.








[1]Hijo de Dios” (1 Cor. 15:28; Sal 2:6; Heb. 1:5; 5:5; Lc. 3:22).  “Hijo de David” (2 Sam. 7:12-16; Mr. 12:35-37; Mt.15:22; Lc. 18:38); “Señor” (Rom. 10:9; 1 Cor. 12:3; 2 Cor. 4:5; Fil. 2:11). “Salvador” (Isa. 43:11-13; Hec. 4:12; Rom. 5:8s; Jn. 3:16). “Rey de Reyes” (1 Tim. 6:15; Apo. 1:5; 19:16).
[2] Ser, existir, estar. Kistemaker señala: «El participio presente ὑπάρχων está en contraste directo con todos los aoristos que lo siguen, y por tanto tiene el sentido de un estado permanente: Cristo Jesús existía y existe eternamente “en la forma de Dios.» (Kistemaker 2006:74).
[3] La palabra hebrea para virgen aquí (Isa. 7:14) es עַלְמָה (almáh) y se refiere a una mujer joven, específicamente lista para casarse.
[4] RV60 lee: “¡A la ley y al testimonio!  Si no dijeren conforme a esto,  es porque no les ha amanecido.” Versus: “…es porque no hay para ellos amanecer” LBLA. La idea más posible aquí, y basados en el versículo que sigue (vs. 21ss) con  וְעָ֥בַר  (veabar) “y cruzarán”, señala unidad de pensamiento, siendo esto así, la traducción final del versículo 20 bien puede ser, “…no hay alba [de salvación] para ellos vs 21→ y pasarán por tierra fatigosa…”;  dejando la idea de que, quienes (del mismo pueblo)  animan al pueblo a consultar a los adivinos, no verán el amanecer de la salvación, sino que experimentarán el juicio de manera radical (v. 21-22). Cuestión que tiene base precedente escritural, debido a que las bendiciones de Dios a su pueblo, fueron también condicionales. 
[5]La idea de que Mateo adapta a su voluntad el traslado del texto cambiando la palabra doncella [עַלְמָה (almáh)]  por virgen [παρθένος (parthénos)] …confirma que la idea que se tenía del significado de la profecía de Isaías es la de virgen más que la de doncella, por tanto, la palabra que usa Mateo, bajo la dirección del Espíritu, es la que corresponde al pensamiento de Dios contenido en las palabras del profeta, por tanto, la virgen es María y Emanuel, es Jesús. (Millos  2009:119).
[6]En [el] principio la Palabra era, y la Palabra estaba con Dios, y la Palabra era un dios.” (Jn. 1:1) TNM.  “quien, aunque existía en la forma de Dios, no dio consideración a una usurpación, a saber, que debiera ser igual a Dios.” (Fil. 2:6) TNM.
[7]Who in form of God existing not snatching he considered the to be equal (things) to God”. Traducción literal: “El cual  en forma de Dios existe  no arrebatando consideró que el ser igual (cosas) a Dios.” (IGIW 1969:884).
[8]In beginning was the Word, and the Word was toward the god, and god was the Word. Traducción literal: “En el principio era la Palabra, y la Palabra estaba hacia el Dios, y Dios era la Palabra.(IGIW 1969:417).

miércoles, 14 de junio de 2017

El reino en la mentalidad judía: aquí y ahora; en la doctrina cristiana, además: un reino venidero

Por J.A. Torres Q.

¿Estamos viviendo un reino de Dios hoy terrenal? ¿Estamos viviendo hoy en la tierra un reino de Dios solamente espiritual?  ¿Cristo está a la diestra de Dios hoy reinando el mundo de acuerdo a Su agenda? ¿Se trata entonces de un reino simbólico celestial? ¿Se trata de un reino venidero?


Daniel 7:14

El pensamiento judío del reino, siempre estuvo presente en la mente de los judíos.  La entrada triunfal de Cristo es un ejemplo más al respecto, cuando la gente gritaba “salva ahora” (Hosanna), ocasión en la que claramente creyeron el reino estaba inaugurándose de acuerdo a las profecías del AT como literalmente decía Zacarías 9:9. “Alégrate mucho,  hija de Sion;  da voces de júbilo,  hija de Jerusalén;  he aquí tu rey vendrá a ti,  justo y salvador,  humilde,  y cabalgando sobre un asno,  sobre un pollino hijo de asna.” (Zac. 9:9). Sin duda los judíos sabían que la lectura de este pasaje se estaba cumpliendo, y aun más, esperaban no sólo el cumplimiento de esta primera parte, sino también, de lo que señalaba la segunda parte de dicha profecía[1].  “¡Bendito el reino de nuestro padre David que viene[2]! ¡Hosanna en las alturas!” (Mr. 11:10).  Ahora bien, antes de seguir estas líneas, debemos comprender el uso novotestamentario del “reino” en sus tres aspectos. Nótese el siguiente recuadro.

Jesús y el reino
Los judíos y el reino
Pablo  y el reino
El reino aquí y ahora
Perspectiva judaica (aquí y ahora)
El reino y su esfera presente

“y sanad a los enfermos que en ella haya, y decidles: Se ha acercado a vosotros el reino de Dios.” (Lc. 10:9) (cf. Hec. 8:12)

 “Recorría Jesús toda Galilea, enseñando en las sinagogas de ellos, predicando el evangelio del Reino y sanando toda enfermedad y toda dolencia en el pueblo. (Mt. 4:23) (cf. 9:35; 13:19; Mr. 1:14)

“Buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.” (Mt. 6:33) (cf. Lc. 12:31)

“Pero ¡ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas!, porque cerráis el reino de los cielos delante de los hombres, pues ni entráis vosotros, ni dejáis entrar a los que están entrando.” (Mt. 23:13) (cf. Mr. 9:47; Hec. 1:3)



“Entonces los que estaban reunidos, le preguntaban, diciendo: Señor, ¿restaurarás en este tiempo el reino a Israel?” (Hec. 1:6) LBLA.

“Oyendo ellos estas cosas, prosiguió Jesús y dijo una parábola, por cuanto estaba cerca de Jerusalén, y ellos pensaban que el reino de Dios se manifestaría inmediatamente.” (Lc. 19:11) (cf. Mt. 18:1; 20:21)

Y los que iban delante y los que venían detrás daban voces, diciendo: ¡Hosanna! ¡Bendito el que viene en el nombre del Señor! ¡Bendito el reino de nuestro padre David que viene! ¡Hosanna en las alturas!” (Mr. 11:9-10)


“Y entrando Pablo en la sinagoga, habló con denuedo por espacio de tres meses, discutiendo y persuadiendo acerca del reino de Dios.” (Hec. 19:8) (cf. Hec. 20:25; 28:31; Col. 4:11)

“Y habiéndole señalado un día, vinieron a él muchos a la posada, a los cuales les declaraba y les testificaba el reino de Dios desde la mañana hasta la tarde, persuadiéndoles acerca de Jesús, tanto por la ley de Moisés como por los profetas.” (Hec. 28:23)

“porque el reino de Dios no es comida ni bebida, sino justicia, paz y gozo en el Espíritu Santo.” (Rom. 14:17) (cf. 1 Cor. 4:20; Apo. 1:9)

“el cual nos ha librado de la potestad de las tinieblas, y trasladado al reino de su amado Hijo, (Col. 1:13) (cf. 1 Tes.  2:11)
El reino futuro

El reino que viene

“Respondió Jesús: Mi reino no es de este mundo; si mi reino fuera de este mundo, mis servidores pelearían para que yo no fuera entregado a los judíos; pero mi reino no es de aquí.” (Jn.  18:36) (cf. Mt. 14:14; 25:34
"Por tanto, os digo que si vuestra justicia no fuera mayor que la de los escribas y fariseos, no entraréis en el reino de los cielos.”  (Mt. 5:20) (cf. Mt. 7:21;8:12; 13:4143: 18:3; 19:23)
“Os digo que vendrán muchos del oriente y del occidente, y se sentarán con Abraham, Isaac y Jacob en el reino de los cielos” (Mt. 8:11) (cf. Lc. 13:28,29)
“De cierto os digo que hay algunos de los que están aquí que no gustarán la muerte hasta que hayan visto al Hijo del hombre viniendo en su Reino.” (Mt. 16:28)
“Os digo que desde ahora no beberé más de este fruto de la vid hasta aquel día en que lo beba nuevo con vosotros en el reino de mi Padre.” (Mt. 26:29) (cf. Mr. 14:25; Lc. 22:16,18)



“¿No sabéis que los injustos no heredarán el reino de Dios? No erréis; ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los que se echan con varones” (1 Cor. 6:9) (cf. 1 Cor. 6:10; Gál. 5:21; Efe. 5:5)

“Te encarezco delante de Dios y del Señor Jesucristo, que juzgará a los vivos y a los muertos en su manifestación y en su reino…” (2 Tim. 4:1) (cf. 2 Tes. 1:5; 2 Tim. 4:18)

“Porque de esta manera os será otorgada amplia y generosa entrada en el reino eterno de nuestro Señor y Salvador Jesucristo.” (2 Ped. 1:11) (cf. Stg.  2:5)


Aun Hendriksen —teólogo amilenarista—  escribe: «“Hosanna” significa “salva ahora”, o “salva, rogamos”. La actitud de la gente respecto a Dios era quizá como sigue: “Te suplicamos, Oh Señor, sálvanos ahora, danos ahora la victoria y la prosperidad, porque por tu bondad la hora esperada ha llegado.» (Hendriksen 1998:442). Así también escribe Bruce:

«Cuando, con unos treinta años, Jesucristo emergió tras el ignoto periodo que vivió en el hogar de Nazaret para comenzar su ministerio público, el enfoque de su mensaje era que el reino de Dios se había acercado y que ya estaba presente en cierta medida en sus obras de misericordia y poder. Cuando el pueblo le oía hablar del reino de Dios, lo natural es que relacionara esta enseñanza con el orden divino —según las visiones del libro de Daniel— habría de reemplazar a una sucesión de imperios mundiales paganos y en el que los “santos del Altísimo” tendrían el poder (Daniel 7:18-27)» (Bruce 2012:64).


A.T. Robertson añade:


 “La deliberada conducta de Jesús en esta ocasión sólo podía tener un significado. Era la pública proclamación […] como el Mesías: su “hora” había finalmente llegado. Las excitadas multitudes delante […] y detrás… se dan plena cuenta del significado de ello. De ahí su entusiasmo sin límites. Naturalmente, esperan que Jesús imponga ahora su imperio en oposición al César, que expulse a los romanos de Palestina y que conquiste el mundo para los judíos.” (Robertson 2003:100).

Jesús nunca negó el aspecto profético escatológico literal profetizado del mismo porque justamente él era el cumplimiento de ello; no obstante, la escatología del NT iba a clarificar  la cronología de Dios de los eventos apocalípticos; y es después de su resurrección durante los cuarenta días que estuvo con sus discípulos que recalcó esta perspectiva futurista que tanto Mateo (26:17-30), Marcos (14:22-25), y Lucas (22:7-19), comunicaron a sus lectores. Aun Pablo lo rememoró (1 Cor. 11:23-26) de manera inconfundible  recapitulando las palabras del propio Rey-Mesías, Jesús, quien dijo: “Y tomando la copa, y habiendo dado gracias, les dio, diciendo: Bebed de ella todos […] Y os digo que desde ahora no beberé más… (Mt. 26:27) agregando con ἕως (jéos) "hasta" —adverbio de tiempo[3]— que la realidad  futura del mismo, era algo ciertísimo y literal; de esta manera el propio Rey del reino  clarificaba la esperanza futura del cumplimiento de las profecías de un reino literal,   palabras que los tres evangelistas registraron en sus tratados, sumándose  después el mismo Pablo.

“…hasta→ [ἕως (jéos)] ...cuando lo beba nuevo con vosotros en el reino de mi Padre.” (Mt. 26:29c) LBLA
“…hasta→ [ἕως (jéos)] aquel día en que lo beba nuevo en el reino de Dios.” (Mr. 14:25).
“…hasta→ [ἕως (jéos)] que el reino de Dios venga.” (Lc. 22:16c)
“…hasta→ [ἕως (jéos)]  que él venga [en su reino]” (1 Cor. 11:26).

Sin duda al presente los creyentes estamos viviendo el reino de Dios en nuestro corazones como claramente lo ilustra el cuadro anterior (aquí y ahora→ Lc. 17:20-21; venidero→ 22-25, 30; ad portas II Venida 21:29-31). Por esta razón Pablo también habló a los creyentes de su ciudadanía temporal terrenal y en vista de ello les pidió que Solamente se comportaran como es digno del evangelio de Cristo…” (Fil. 1:27a). El centro imperativo de la frase está dado en la manera en que ellos debían comportarse, y para ello Pablo va a usar un término que incluía la vida cristiana dentro del marco social civil. “Comportéis” es la traducción del término  πολιτεύεσθε (politeúesthe). Un viejo verbo proveniente de politës, ciudadano y polis, ciudad  (Robertson 2013:516).Este vocablo encierra el significado básico de ser ciudadano, pero, con un énfasis en ser un buen ciudadano (MacArthur 2012:92).Aparece solamente dos veces en el NT. “Entonces Pablo, mirando fijamente al concilio, dijo: Hermanos, hasta este día yo he vivido delante de Dios con una conciencia perfectamente limpia.” (Hec. 23:1) LBLA. La traducción literal de este verbo —según Fee— podría ser: “...vivir como ciudadanos” (Fee 2006:222). En otras palabras, estamos frente a un mandamiento del apóstol  para los creyentes de Filipos, pero, no un mandamiento a ser simplemente un buen ciudadano, sino, a demostrar en la polis lo que caracteriza a un cives caelum[4], tal como lo va a aclarar en 3:20: “Pero nosotros somos ciudadanos del cielo….” que, estamos temporalmente aquí. Sin duda no debemos enajenarnos del mundo, sin embargo  nuestro papel no es “cambiar” este mundo, no nos corresponde no sólo porque el mandato de Cristo a los creyentes jamás fue: instauren el reino, métanse en la política, cambien las leyes; sino, “prediquen el evangelio”, hagan discípulos y bautícenlos  (Mt. 28:18ss) pues el reino lo estableceré yo (Dan. 9:24s). La piedra cortada (Cristo) que derrumbará el último reino, el reino que hoy está en pleno desarrollo, el reino del anticristo (cf. Dan. 2:24-35, leer interpretación→ 36-45). Y esto  fue justamente lo que Daniel —y todos los profetas— habían profetizado, un reino literal que vendrá con la venida del Señor Jesucristo (Apo. 1:7) y que será cumplido tal cual el propio Señor lo subrayó a sus discípulos en la santa cena celestial que nos espera cuando el Señor sea el todo y sobre todos; de manera que Daniel habla de un reino que jamás será destruido y que aún está por venir, el reino del Señor de Señores, Jesucristo (cf. 2 Sam. 7:14-17; Isa. 7:14; 9:6; Lc. 1:26-33; ; Apo. 19:11-16). Miraba yo en la visión de la noche,  y he aquí con las nubes del cielo venía uno como un hijo de hombre,  que vino hasta el Anciano de días,  y le hicieron acercarse delante de él. Y le fue dado dominio,  gloria y reino,  para que todos los pueblos,  naciones y lenguas le sirvieran;  su dominio es dominio eterno,  que nunca pasará,  y su reino uno que no será destruido.” (Dan. 7:13-14 cf. [Mt. 16:27; 19:28; 26:64]).


Bibliografía

F.F. Bruce 2012. Pablo: Apóstol del corazón liberado. Viladecavalls, Barcelona, España: Clie.
Fee Gordon 2006. Comentario a los Filipenses. Viladecavalls, Barcelona: Clie.
Hendriksen, William 1998.Comentario al Nuevo Testamento, El Evangelio Según San Marcos. Grand Rapids, MI: Libros Desafío.
Robertson, A.T. 2003.Al texto Griego del Nuevo Testamento; 6 Tomos en uno. Viladecavalls (Barcelona) España: Clie.
MacArthur, John 2012. Comentario de MacArthur del Nuevo Testamento, Filipenses, Colosenses y Filemón. Grand, Rapids, MI.: Clie.



[1] El versículo 10, claramente vislumbra la segunda venida en juicio y el reino mesiánico  que claramente aquel día no se llevó a cabo: “Y de Efraín destruiré los carros,  y los caballos de Jerusalén,  y los arcos de guerra serán quebrados;  y hablará paz a las naciones,  y su señorío será de mar a mar,  y desde el río hasta los fines de la tierra.” (Zac. 9:10).
[2] Lit.: “bendito [el que está] viniendo [ahora]…  La NVI es un tanto imprecisa aquí, traduce: “¡Bendito el reino venidero de nuestro padre David! —¡Hosanna en las alturas! (Mr. 11:10) NVI. Los judíos presentes no creían en un reino venidero (que vendría en el futuro). (Cf. ἐρχομένη  [erjoméne→ “(estar) viniendo”] solo una vez más en el NT: «como esta viuda no deja de molestarme, voy a tener que hacerle justicia, no sea que “con sus visitas [continuas]” me haga la vida imposible.”» (Lc.  18:5) NVI.
[3] “Mientras tanto”, “hasta que”.
[4] Ciudadano del cielo.