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miércoles, 3 de agosto de 2016

Libro recomendadísimo: “¿Vivo o muerto?” por J.C. Ryle


Una mirada precisa de la ambigüedad "evangélica", escribe J.C. Ryrie:

 «“Solo vive aquel que para Dios vive, y todos los demás muertos están”. Esta es la verdadera explicación de la condición humana cuando los pecados no se sienten, los sermones no se escuchan, los buenos consejos no se siguen, el evangelio es ignorado, cuando no se renuncia al mundo, la cruz no se lleva, ni se deja a un lado la voluntad propia, ni se abandonan las malas costumbres, cuando apenas se lee la Biblia y las rodillas nunca se doblan para orar. ¿Por qué sucede todo esto en todas partes? La respuesta es sencilla: Los hombres están muertos. Esta es la verdadera versión de la lista de excusas que tantos hacen. Algunos no tienen preparación, y otros no tienen tiempo. Algunos están obsesionados con sus negocios y el dinero, y algunos con su pobreza. Algunos sufren dificultades en su familia y otros con su salud. Algunos tienen problemas que les impiden responder a su llamamiento que, según dicen, los demás no comprenden; y otros tienen inconvenientes en el hogar y esperan que de algún modo se solucionen. Pero Dios tiene una descripción muy breve en la Biblia para todos ellos. Dice: Están muertos. Si germinara la semilla de la vida espiritual en ellos, sus excusas pronto desaparecerían. Esta es la verdadera explicación de muchas cosas que quebrantan el corazón del pastor que es fiel a Dios. Muchos a su alrededor nunca asisten a un culto. Algunos asisten tan esporádicamente que resulta claro que no le dan importancia. Muchos asisten una vez el domingo cuando bien pudieran hacerlo dos veces. Muchos nunca participan de la mesa del Señor ni de ningún medio de gracia entresemana. ¿Y por qué es esto? Con frecuencia, con demasiada frecuencia, hay solo una respuesta posible: Están muertos. […] No es solo en los cementerios que encontramos a los muertos; hay demasiados dentro de nuestras iglesias y cerca de nuestros púlpitos, demasiados en los bancos y asientos. El mundo es como el valle en la visión de Ezequiel: “Lleno de huesos… muchísimos sobre la faz del campo, y por cierto secos en gran manera” (Eze. 37:1-2). Hay almas muertas en todas nuestras congregaciones y por las calles. Es prácticamente imposible encontrar una familia en que todos sus integrantes anden en los caminos del Señor, prácticamente imposible encontrar un hogar en que no haya un muerto. ¡Pongamos nuestra atención en nuestro hogar y busquemos e investiguemos la realidad! Pongámonos a prueba nosotros mismos. ¿Estamos vivos o muertos?» (J.C. Ryle página 5).


Léelo completo aquí, quizás estás muerto y no lo sabes.

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