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miércoles, 31 de octubre de 2018

“No os dejéis mover…” I. Examinando a Waldron, Cap. 1-2.


Por J.A. Torres Q.


Analizando: “El Fin de los Tiempos, una explicación para todos” S.E. Waldron.

Preámbulo

Somos víctimas del contexto en donde hemos nacido. De la cultura a la que hemos sido sometidos, pero también, a la clase de teologías y teólogos  que han nacido en nuestro contexto. Fue así con el decisionismo. Toda una gama de “evangelistas”  permeó a toda una generación, lo cual derivó no solo en prácticas antibíblicas del evangelismo,  sino también, en ciertas modas evangelísticas  y con ello, todo una jerga al respecto. Sin embargo, y para bien del cristianismo hoy, esos días de preponderancia teológica arminiana, están perdiendo su fuerza entre las iglesias que han abrazado las doctrinas de la gracia, lo cual ha sido beneficioso para el cristianismo latinoamericano claro está,  debido a un acercamiento muchos más serio a las Escrituras.  No obstante, no todo es como debería ser. Paralelamente a lo anterior, la escatología alegorista[1] ha resurgido también y con bastante fuerza, en especial, en las iglesias llamadas reformadas. 

Ahora bien, dos cuestiones ligadas a esto es necesario advertir  como efectos sutiles y comorbilísticos de este resurgimiento escatológico alegórico. Primero, y como es propio de toda atmósfera coyuntural, con miras a este tópico se ha acrecentado hoy, —y en especial— en el flanco reformado, un antagonismo creciente respecto la posición escatológica premilenarista dispensacional. Muchos entusiastas jóvenes envalentados por youtube o simplemente por el desdén de sus pastores en el púlpito, han arremetido contra esta postura escatológica tal cual lo describiera un viejo teólogo. Sin mayores esfuerzos reflexivos, y en la mayoría de los casos solo con pasión, casi rayando la línea del fanatismo que por supuesto ha derivado  también en argumentos al hombre de paja, y a una serie de formalizaciones de dichos poco rigurosos, como claramente usted podrá constatar aun en libros como el que estaremos analizando. Por otro lado, casi como un eslogan inspirado, la evocación de que hay doctrinas “secundarias” se escucha con  frecuencia en el  día de hoy, moda que  muchos “pastores” están siguiendo porque alguien a quienes respetan así lo dice cuando en muchos casos, estos mismos íconos cuando no están de la mano con los primeros en causas consensuales como en conferencias a fines sobre el evangelio, no dejan de ridiculizar el premilenarismo dispensacional. Un ejemplo gráfico de esto, es el pastor Sugel Michelén[2] quien también llama a esta postura,  "popular", una nueva teoría y también, una novedosa doctrina. Sugel Michelén en este sentido, no solo emite juicios poco rigurosos históricamente[3] hablando, sino que también se suma a las caricaturas del dispensacionalismo, así añade: “Por eso todos los dispensacionalistas viven todos atentos a las noticias que aparecen en el periódico con respecto a Israel, porque ellos están esperando que esta nación vuelva a ser, la nación de Dios y de hecho, en esta guerra con Irak hay mucha gente confundida con eso, y yo no digo esto por ser descendiente de palestinos, yo digo esto por ser bíblico. Israel ya no es la nación de Dios, ellos perdieron ese privilegio, y Dios ya no tiene  ningún plan con Israel…” (Michelén 2014:1, min 54ss). 

¿Qué motiva este artículo? ¿Por qué deberíamos poner atención, y advertir los peligros que ha traído todo este resurgimiento de la escatología alegórica?  Tres argumentos damos aquí  tocante a este  y los demás artículos que vendrán. Primero, toda la Escritura es inspirada, por ende, no hay doctrinas “secundarias”. Por supuesto, esto no quiere decir que no podamos compartir con quien tiene una escatología diferente. No obstante, no debemos ser ingenuos,  las alianzas de púlpitos en torno al evangelio comunes en estos últimos años no deben empañarnos los ojos, instancia que ha subrayado para-jurisdiccionalmente  que la escatología es de algún modo “secundaria”, cuando en términos objetivos permea no solo un libro, o algún capítulo de la Biblia, sino, todo el corpus escritural desde génesis, hasta apocalipsis. Segundo,  quien escribe aquí, es pastor y también ha sido profesor de algunos ramos en el Instituto Bíblico, y, en vista de lo primero, estoy cautivo de las Escrituras y por ello bajo obligación a enseñar no solo la leche espiritual no adulterada (1 Ped. 2:2), sino que también, todo el consejo de Dios (Hec. 20:27), especialmente cuando leemos justamente sobre el esjatón: “Pero con respecto a la venida de nuestro Señor Jesucristo,  y nuestra reunión con él,  os rogamos,  hermanos, que no os dejéis mover fácilmente de vuestro modo de pensar,  ni os conturbéis,  ni por espíritu,  ni por palabra,  ni por carta como si fuera nuestra,  en el sentido de que el día del Señor está cerca.” (2 Tes. 2:1-2).  Por estas razones, no solo se hace necesaria una buena apologética respecto la esperanza escatológica que los apóstoles enseñaron a los primeros cristianos, sino también, convicciones que no nos muevan a seguir lo que solo por el hecho de ser "antiguo" se considere ortodoxo, dicho de otro modo: aunque haya sido creído mayor tiempo en la iglesia oficial, esto es, en el oscurantismo y el amilenarismo alegórico  impuesto por la iglesia católica por más de 11 siglos desde la alegorización de Agustín de Hipona, el oscurantismo de los siglos posteriores hasta llegar al despertar y estudio serio de la escatología, lo cual ocurrió posteriormente a lo que fuera la Reforma, un punto histórico que se suele ignorar.


No os dejéis mover…” I.  Análisis a Waldron, Cap. 1-2.

Introducción

Lo primero que llama la atención al leer a Waldron en este libro, es sin duda el tenor de su defensa, o más bien, la embestida emocional en contra del premilenarismo dispensacional. Para Waldron entonces, la perspectiva escatología de la Biblia es “simple” y las perspectivas “populares” como el premilenarismo dispensacional no son bíblicas (pág. 1). Así, el adjetivo “popular” que usa en la primera página, pone en la mesa un sesgo evidente para los lectores  poco instruidos. En este sentido Waldron es zagas, pero también erístico no solo porque tal adjetivo aparece en las primeras 20 páginas 12 veces, sino  también por las declaraciones claramente demagógicas que hace en esta primeras páginas como que tal perspectiva escatológica —premilenarismo dispensacional— ha mantenido su “popularidad” debido a las “novelas best sellers”, “películas repletas de efectos especiales” que —según Waldron— dominan la imaginación cristiana (pág. 3, 7). Sin duda la idea de Waldron al respecto nos remite a una pregunta interesante, ¿acaso Chafer, Ryrie, Carballosa,  S.P. Millos, Francisco Lacueva y en  especial en estos días el Dr. Michael Vlach, el Dr. Matt Waymeyer, el pastor MacArthur, el Dr. Paul D. Feinberg y otros dedujeron su postura escatológica viendo películas al más estilo de “dejados atrás”? Es ridículo pensar que quienes abrazamos la postura premilenarista hemos desarrollado nuestras convicciones basados en películas.  Sin embargo, tenemos que darle a Waldron la posibilidad de expresarse y sin duda lo ha hecho en este libro, por lo cual nos remitirnos a sus explicaciones más que a sus caricaturas.  Así, el describe claramente lo que aquí llama la perspectiva popular escribiendo: “La perspectiva popular hoy tiene un nombre. Se llama dispensacionalismo, o más completamente, premilenarismo dispensacional.” (pág. 6).

El propósito de Waldron entonces, es: “…proveer una presentación simple, pero sistemática de la escatología cristiana. Mostrar  que este sistema popular es erróneo y sin base bíblica en todos sus características distintivas.” (3). Y añade: “…debo hacer un trabajo concienzudo de convencer a la gente del error de la perspectiva popular.” (Waldron 2008:5). Entonces, ¿qué tan concienzudo es el trabajo de Waldron, o, que tan sistemático es?  Usted podrá corroborarlo en este, y los siguientes análisis que haremos a este libro. La modalidad de este artículo entonces, será presentar frases, premisas o declaraciones de Waldron para analizarlas en su contexto y observar su rigurosidad consistencia y escrituralidad, por cierto también, aciertos si los hay.   

 Declaraciones  

La primera declaración que notamos en el libro de Waldron, es evidente desde la carátula del libro. Waldron dice o nos presenta una escatología “sencilla” basada en el evangelio. Sin duda lo anterior es muy interesante en vista que Waldron une la escatología con el evangelio. Ahora, ¿qué unión hay entre el evangelio y la escatología según Waldron? Nótese que Waldron sugiere implícitamente algo como: ¿cómo es posible que el premilenarismo dispensacional reste al evangelio su papel en la escatología producto de su perspectiva escatológica? Waldron es realmente directo en este sentido, escribe: “Este problema es el divorcio práctico del evangelio de Cristo y la escatología en las perspectivas proféticas populares de nuestros días” (pág. 2). Ya sabemos que con el adjetivo popular Waldron se está refiriendo a la escatología premilenarista. En relación a esto  Waldron  señala:

«La escatología tiene que ver con la derrota de los propósitos destructivos de Satanás y con la victoria de los propósitos redentores de Dios. La escatología, por tanto, tiene todo que ver con el evangelio que proclama el propósito de Dios de “por medio de él (de Cristo) reconciliar consigo todas las cosas… haciendo la paz mediante la sangre de su cruz” (Col. 1:20). La profecía bíblica, pues, no tiene que ver con ninguna otra cosa que no sea el evangelio de Cristo. Tiene todo que ver con la cruz de Cristo, con la iglesia de Cristo, y con la venida de Cristo.» (Waldron  2008:4).

Análisis: aciertos, imprecisiones y correcciones

Si bien es cierto la declaración de Waldron aquí no es del todo incorrecta pues con la cruz de Cristo sin duda Satanás empezó su derrota (Col. 1:1), no obstante, Satanás está hoy aun activo, y no con una cadena larga como paradójicamente escribe Hendriksen[4], sino que es realmente hoy como enseña el NT, el príncipe de este mundo que “ahora” está operando en los hijos de desobediencia (Efe. 2), quien además encubre y ciega a los incrédulos para que no vean la gloria de Cristo (2 Cor. 4:1ss). El profesor Waymeyer ha dado un excelente resumen[5] de las actividades actuales de Satanás que revelan de acuerdo a las Escrituras que él no está atado como dice habitualmente la escatología alegorista.   Sin duda Waldron asume que los lectores de las Escrituras deberían aceptar su concepto escatológico   de que la derrota de los propósitos destructivos de Satanás y la victoria de los propósitos redentores de Dios  ya están cumpliéndose hoy   en el reino milenial de Cristo que se está llevando acabo ahora. Por el contrario a la idea común del reino de Cristo en el amilenarismo, es  pues al final del reino terrenal de Cristo que, como claramente enseña Juan, Satanás será atado para que nunca más pueda engañar a las naciones (Apo. 20:1ss) hasta por lo menos, el final de dicha gloriosa era (Apo. 20:7). Por lo tanto, la declaración de Waldron aquí arriba, sugiere de partida una premisa equivocada. Además de lo anterior, notamos que Waldron mezcla los tópicos teológicos mencionados con cierto propósito ficticio apologético tratando de enrostrar al premilenarismo una querella falsa. Si bien es cierto, la cruz de Cristo da el pie formal inicial al plan escatológico de Dios, el evangelio  es esencialmente una noticia, una buena noticia que esencialmente tiene que ver con la soteriología, no primariamente con la escatología.  Claramente Pablo definió lo que es:

“Además os declaro,  hermanos,  el evangelio que os he predicado,  el cual también recibisteis,  en el cual también perseveráis; por el cual asimismo,  si retenéis la palabra que os he predicado,  sois salvos,  si no creísteis en vano. Porque primeramente os he enseñado lo que asimismo recibí: Que Cristo murió por nuestros pecados,  conforme a las Escrituras; y que fue sepultado,  y que resucitó al tercer día,  conforme a las Escrituras” (1 Cor. 15:1-3) 

Por supuesto, Cristo es el autor y consumador de la fe,  el garante de los aspectos escatológicos del evangelio. Pero el evangelio es esencialmente la buena noticia de que él ha solucionado de una vez para siempre, nuestro problema penal con Dios (cf. Heb. 9:27s; 1 Ped. 3:18). Si hay una relación entre la escatología y el evangelio, pasa por los alcances de la profecía ligada a la cristología que de algún modo "inicia" con el evangelio. Nótese nuevamente la declaración de Waldron: “La profecía bíblica, pues, no tiene que ver con ninguna otra cosa que no sea el evangelio de Cristo.” (pág. 4). Ahora, y entonces, ¿qué aspectos doctrinales están presentes en la escatología que según Waldron son parte del evangelio? El propio Waldron se explica en las páginas 3 y 4, señalando o incluyendo los siguientes aspectos. Nótese nuevamente la siguiente frase: “El evangelio cristiano tiene todo que ver con la escatología, y la escatología tiene todo que ver con el evangelio cristiano” (pág. 3).

Waldron señala (pág. 3-4):

1.    Jesús habla del objetivo de la escatología como “la regeneración” (Mat. 19:28).
2.    Pedro la llama “la restauración de todas las cosas” (Hec. 3:21).
3.    Pablo habla de ella como “la creación… libertada de la esclavitud de corrupción” (Rom. 8:21).

Y añade:

4.    La escatología tiene que ver con el llevar a la creación y a la humanidad a su destino original propuesto por Dios.
5.    La escatología tiene que ver con la derrota de los propósitos destructivos de Satanás.
6.    La escatología tiene que ver con los propósitos redentores de Dios.
7.    La escatología… tiene que ver con el evangelio que proclama el propósito de Dios de “por medio” de él (de Cristo) reconciliar consigo todas las cosas… haciendo la paz mediante su sangre” (Col. 1:20).

¿Son estos aspectos realmente adjuntos al “evangelio”? Antes de responder a esta pregunta y analizar esta primera premisa de Waldron, notemos qué es el evangelio desde el AT, desde justamente, la profecía.   

Los escritores del NT usaron 79 veces el sustantivo εανγέλιον (euangélion) —“buena noticia”— y 52 veces el verbo εαγγελζω (eúangelídzo). Estos términos no eran nuevos para la época, no obstante el evangelio cristiano como concepto, fue diametralmente diferente, diríamos superlativamente superior al concepto que el mundo greco romano tenía. Así, con las propias palabras del mesías, —Jesús— quien en su primera predicación en Nazaret leyó las siguientes líneas de la profecía de Isaías 61 laprofecia se explica en esta unión con Cristo:

Y se le dio el libro del profeta Isaías;  y habiendo abierto el libro,  halló el lugar donde estaba escrito:

Espíritu del Señor está sobre mí,
 Por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres;
 Me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón;
 A pregonar libertad a los cautivos,
 Y vista a los ciegos;
 A poner en libertad a los oprimidos;
A predicar el año agradable del Señor.

Y enrollando el libro,  lo dio al ministro,  y se sentó;  y los ojos de todos en la sinagoga estaban fijos en él.”  (Lc. 4:17-20).

El clímax de estas palabras es notable, Jesús las mencionó al cerrar el libro, diciendo: Hoy se ha cumplido esta Escritura delante de vosotros.  (Lc. 4: 21), en otras palabras, lo que Jesús había hecho ese día, fue el comienzo formal del año de la “buena voluntad” de Dios (Isa. 61:1s). Y la demostración superlativa inicial de ello, es sin duda el εανγέλιον (euangélion) cristiano, esto es: …la buena noticia: que Dios, en la encarnación, la muerte y la resurrección de Jesús, ha obrado la  salvación…(Friedrich 2003:213). Dicho de otro modo, con Cristo empezó una nueva era, empezó el plan profético mesiánico y escatológico de Dios con un alcance universal (cf. Hec. 8:35; 10:34-36; 15:7-9). Así,  el euangélion cristiano en la mente de Dios siempre fue inclusivo (Jn. 3:16). Esto es, nunca fue bendición exclusiva de los judíos, sin duda la porfía del pensamiento judaico acompañó a la iglesia primitiva por varios años, el libro de los hechos tiene varios ejemplos[6] al respecto.  No obstante,  Simón evocó el testimonio del AT, para demostrar que esta inclusión no era algo nuevo para Dios, estaba escrito.  

“Y con esto concuerdan las palabras de los profetas,  como está escrito:

Después de esto volveré
Y reedificaré el tabernáculo de David,  que está caído;
Y repararé sus ruinas,
 Y lo volveré a levantar,
Para que el resto de los hombres busque al Señor,
Y todos los gentiles,  sobre los cuales es invocado mi nombre,
Dice el Señor,  que hace conocer todo esto desde tiempos antiguos.” (Hec. 15:15-18)

Como podemos observar en esta cita clave del AT, los aspectos escatológicos del  evangelio  claramente se pueden constatar  desde el mismo AT, y en especial en la profecía que hemos mencionado aquí. El término hebreo  habitual para conceptuar las “buenas nuevas” en el AT entonces,   es  בָּשַׂר (basár), que la LXX tradujo al griego 26 veces con el verbo euaggelizesthai[7]  “predicar buenas nuevas” y seis veces con el sustantivo εανγέλιον (euangélion) “buena noticia”, aunque se  usa de anuncios comunes[8], hay una serie de enunciados que no dejan de ser claramente proféticos y también, escatológicos, fundamentalmente como promesas a Israel (cf. Isa. 40). No hay dudas que Isaías 61:1ss merece nuestra atención aquí, en vista que es una profecía relativa a Cristo, y a su ministerio directo sobre el evangelio. Profecía que describe  la  extensión profética-mesiánica y también, escatológica del evangelio. El mensaje del mesías se escribe como quien viene לְבַשֵּׂ֛ר  (lebasséri) “para dar buenas nuevas.” (Isa. 61:1a).

“buenas nuevas” del mesías  (Isa. 61:1-2a)

A los abatidos

A los quebrantados
   Año de la buena voluntad de Dios
A los cautivos
A los presos


Como usted puede observar, “las buenas nuevas” del mesías distinguen una primera fase que el profeta distinguió como “el año de la buena voluntad de Dios” (Isa. 61:2a), diferente a la segunda etapa de esta misma profecía  que corresponde  a los aspectos benéficos para Sion que están circunscritos bajo el marco de una segunda fase que el profeta aquí denomina  el “día de la venganza de Dios.” Nótese la siguiente lista de profecías que esperan aun su cumplimento.

“buenas nuevas” escatológicas  para Sion (Isa. 61:2b-9)

Incluye:
La venganza de Dios de Israel

La consolación de los enlutados

La glorificación de Sion

La restitución del gozo

La restitución de la alegría

La restitución de su honor

La reedificación de las ruinas
día de la venganza de Dios
La reedificación de las ciudades

La hegemonía mundial

La restitución del sacerdocio

La provisión de las naciones

La popularidad de su descendencia

La gloria de su descendencia


        Como podemos observar en este resumen profético escatológico de los alcances futuristas del evangelio, las “buenas nuevas” (בָּשַׂר [basár]) veterotestamentarias,  revelan el plan de Dios con Israel, pero a la vez, revelan un programa holístico literal respecto el reino de Dios en el que los gentiles están incluidos. Por ello, aparte de que estas buenas noticias son en sí un anuncio, un buen anuncio, son también el cumplimiento, la puesta en marcha del plan de Dios. Así, la garantía del cumplimiento literal de la segunda parte  de esta profecía está claramente atestiguada por el cumplimiento  literal de la primera parte. En consecuencia, cuando Waldron dice que la postura popular divorcia  el evangelio de Cristo y la escatología, claramente incurre en una falacia. Por el contrario, es la postura que Waldron defiende aquí la que resta realmente importancia a Cristo (evangelio) y de hecho, directamente niega las prerrogativas escatológicas mesiánicas  de Jesús quien de acuerdo al AT gobernará literalmente en la tierra. Dicho de otro modo, usted tiene dos interpretaciones respecto los alcances proféticos del “evangelio”, o más bien mesiánicos.

Primero, un reino de Cristo que está ahora llevándose a cabo en el cielo, o solamente —lo cual sin duda es correcto aquí— en la tierra, en los corazones de sus hijos, pero en la noción amilenarista un reino milenial espiritual que por supuesto, coexiste con el escenario más incompatible que pueda haber con respecto a lo que la Biblia enseña será realmente el reino futuro terrenal de Cristo. Sin embargo, usted tiene una alternativa “popular” para creer basada en las buenas nuevas como claramente se observa en Isaías 61, en su concreto cumplimiento literal cuando el Señor vuelva en su segunda venida para instaurar su reino literal. Ahora bien, en este sentido nótese por favor, la notable respuesta a la objeción amilenarista que se hace habitualmente del premilenarismo que, no concibe a la gente pecando y rebelándose contra Jesús después de Su segunda venida (en el milenio), lo cual en boca de los críticos —mayormente amilenaristas— es inaceptable. La respuesta de Vlach, no solo nos explica lo consistente que esto es de acuerdo a las profecías, sino también nos da un cuadro correcto de qué es el reino de Cristo en la perspectiva premilenarista, la única que hace justicia a la cristología  de la escatología.

«La Biblia dice que el Mesías ha de reinar sobre Sus enemigos (cf. 1 Cor. 15:25) y que él los regirá con vara de hierro (Apo. 12:5; 19:15). También, Jesús promete las funciones dominantes de la iglesia con una vara de hierro cuando regrese (Apo. 2:26-27). Gobernar sobre los enemigos y gobernar con vara de hierro parece indicar un aspecto negativo de este gobierno. Isaías 65:20 indica que la muerte puede ocurrir durante este período de tiempo, cuando la larga vida es la norma. Isaías 2:4 revela que el Mesías será la solución de controversias entre las naciones. Además, Apocalipsis 20:7-10 dice explícitamente que una rebelión inspirada por Satanás ocurrirá contra la ciudad amada de Jerusalén después del reinado de mil años del Mesías. Esto es una rebelión pecaminosa que es aplastada con destrucción de parte de Dios. Sí, el premilenarista reconoce la presencia de algún pecado y de la muerte durante el milenio después de la venida de Jesús, pero esto revelará cómo se ocupa un gobernante justo con el pecado. El pecado se encuentra con la justicia perfecta. Además, compare la presencia del pecado y la muerte con el reino milenario del amilenialismo y el posmilenialismo. Si el milenio se está llevando a cabo en este tiempo, como afirman estos campos, el pecado desenfrenado y la rebelión se producen en el reino de Jesús en un grado mucho mayor de lo que postula la premilenarista. Esta época actual está dominada por el pecado, la rebelión y la muerte. Además, ninguna nación en la tierra dobla sus rodillas ante Jesús como Señor y Mesías. Las condiciones en esta supuesta época milenaria son mucho peores de lo que el premilenarista cree que sucederá en el milenio venidero. Con el escenario premilenial, el mundo es transformado drásticamente para bien y lo que el pecado haga se encuentra con un juicio rápido y justo. Esto es mucho mejor que el milenio del amilenialismo que permite un reino milenario de Cristo con un continuo desafío desenfrenado contra Dios y miles de millones de personas que ni siquiera reconocen al Dios de la Biblia.» (Vlach 2018:1)

En consecuencia, ¿es realmente la declaración de Waldron consistente y verdadera al señalar que la escatología “popular”, tiene muy poco que ver  con el evangelio de Cristo (pág. 2)? Usted ha podido sacar sus propias conclusiones, agregamos aquí que Waldron sin duda falta a la verdad en su desconocimiento de la cristología del premilenarismo en la escatología. De hecho, el premilenarismo dispensacional es la escuela de interpretación que más honra a Cristo en su comprensión del reino terrenal de Cristo tal cual lo enseña repetidamente el AT y Juan  complementa en el  Apocalipsis (Apo. 20).

Entonces: ¿Qué de las sugerencias de Waldron respecto la relación evangelio y escatología? Paradójicamente quien imputa al premilenarismo un divorcio con el evangelio, es quien realmente aquí edita a Dios, alegorizando lo que el AT profetiza del Hijo. Nótese que Waldron señala que Jesús habla del objetivo de la escatología como “la regeneración” (Mt. 19:28). Sin embargo Waldron olvida el contexto de este versículo donde se señala que los discípulos co-reinarán, y co-juzgarán a las doce tribus de Israel cuando Cristo se siente en su trono de gloria. Por supuesto, en el trono de David como señala también la profecía:

 “Este será grande,  y será llamado Hijo del Altísimo;  y el Señor Dios le dará el trono de David su padre; y reinará sobre la casa de Jacob para siempre,  y su reino no tendrá fin.” (Lc. 1:32-33).

Segundo, Waldron señala que  Pedro la llama “…la restauración de todas las cosas” (Hec. 3:21) lo cual es la segunda mención de Waldron respecto esta unión entre escatología y evangelio. Por supuesto, el texto no desmiente esto. Pero, al igual que el texto anterior, es el contexto de “la restauración de todas las cosas” que habló Dios por medio de sus santos profetas. ¿Qué dijeron entonces los profetas respecto la restauración de todas las cosas? (Hec. 3:21). Sin duda como claramente dice el NT, Cristo está a la diestra de Dios (cf. Mt. 26:64; Mr. 14:62; Hec. 7:55, 56; Rom. 8:34; Col. 3:1; Heb. 10:12; 12:2; 1 Ped. 3:22) hasta que sus enemigos sean puestos por estrado de sus pies, una profecía que esencialmente ve al Hijo no solo entronizado en poder, sino también gobernando sobre sus enemigos y siendo el rey desde Sion (110:2). Lugar donde quebrantará a los reyes y juzgará a las naciones. (110:3,6). El tiempo de la “restauración de todas las cosas” entonces comenzará con la  segunda venida y tiene que ver con la gloria de Cristo en su reino terrenal, lo que incluye —por supuesto—  la libertad de la esclavitud de la tierra (Rom. 8:21) y aun más que eso  (cf. Isa. 11-12;61-63; Jer. 30-31; Eze. 36:7-38; Ose. 14; Jl. 2:18-3:21; Am. 9:11-15; Miq. 4; 7:11-12; Sof. 3:8-20; Zac. 8; 10; 14; Mal. 4:2-3).

Sin embargo, nada de lo anterior menciona Waldron quien dice que la escuela “popular” divorcia la escatología del evangelio de Cristo. Sin duda Waldron no está equivocado al mencionar lo que escribe, pero queda corto. Bastante  corto pues además él señala que: “La escatología tiene que ver con el llevar a la creación y a la humanidad a su destino original propuesto por Dios y con la derrota de los propósitos destructivos de Satanás.” (Pág. 3-4), y, el mejor escenario que ve la escatología amilenarista para este cumplimiento, es en realidad el peor escenario y la interpretación más errada que se ha hecho de lo que el AT ve como el reino de Cristo, un reino radicalmente diferente al reino milenial de los amilenaristas hoy (cf. Dan. 9:24). Sin duda el comentario del profesor Vlach que hemos parafraseado aquí, lo ha dejado más que claro.

Sin duda no encontramos en los argumentos de Waldron consistencia, ni solidez en este primer análisis del capítulo 1. Dicho de otro modo, la explicación de Waldron de una escatología  sencilla  basada en el evangelio, es más bien un eslogan que no hace justicia a la cristología de una escatología bíblica.  


Bibliografía



Michelén, Sugel 2014.  escatología reformada” 1/63. El Dispensacionalismo. Internet URL:  https://www.youtube.com/watch?v=WQr7Dm1tHGo
Vlach, Michael 2018. Respondiendo Objeciones Al Premilenarismo. Internet URL: https://evangelio.blog/2018/10/19/respondiendo-objeciones-al-premilenarismo/
Waldron, E. Samuel 2016. El fin de los Tiempos, Una explicación para todos, una escatología sencilla Basada en el evangelio. Colombia: Faro de Gracia.

 




[1] Puede usted constatar esto en el siguiente artículo http://opticabiblica.blogspot.com/2018/07/analisis-del-libro-la-biblia-y-el.html
[2] “ESCATOLOGIA REFORMADA” 1/63 - Sugel Michelén - El Dispensacionalismo.
[3] El impacto del dispensacionalismo ha sido tan grande que la mayoría de los creyentes latinoamericanos cree lo contrario de lo que nosotros creemos… y muchos tristemente no sabe, que esta teoría dispensacional es algo relativamente nuevo, eso no es lo que la iglesia cristiana a creído a través de los siglos… en 19 siglos nadie vio eso” (Michelén, Ibíd.).
[4]El diablo no está atado en un sentido total… un perro atado firmemente con una cadena larga y fuerte puede hacer mucho daño dentro del círculo de su prisión” (pág. 195). ¿Satanás fue atado con una cadena larga? Kistemaker, citando a Oscar Cullmann pareciera que da credibilidad a la idea de Hendriksen. Señala:  «Satanás y sus ángeles caídos están “atados como a una soga, que puede extenderse más o menos”» (Kistemaker, Apocalipsis, pág. 587). 
[5] Véase el siguiente artículo aquí ¿Satanás atado con una cadena larga? http://opticabiblica.blogspot.com/2018/10/satanas-atado-con-una-cadena-larga.html
[6] Cf. Hec. 4:1-12; 5:27-32; 8:1-5; 26-35; 9:15-26; 10:1-28; 34-48; 11:1-4; 17-18; 13:13-50; 15:1-29., etc.
[7] Cf. 1 Cron. 10:9; Isa. 61:1; Sal. 40:9; 68:11. etc. 
[8] Aquí, εὐαγγελια (euangélia) fem.sing. de εανγέλιον (euangélion): que cuando uno me dio nuevas [בָּשַׂר (basár)], diciendo: He aquí Saúl ha muerto…(2 Sam. 4:10a LXX). ¿…para qué has de correr tú, si no recibirás premio por las nuevas [בְּשׂרָה (besoráh) fem.]? (2 Sam. 18:22c LXX). El atalaya dio luego voces, y lo hizo saber al rey. Y el rey dijo: Si viene solo, buenas nuevas [בְּשׂרָה (besoráh) fem.] trae…  (2 Sam. 18:25b LXX) (cf. 2 Sam. 18:20; 2 Rey. 7:9).

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