Por Pr. J.A. Torres Q.
Cuatro preguntas adventistas a contestar:
1.
¿Es cierto que la
práctica dominical de culto fue una práctica de la iglesia hasta después de
Constantino?
2.
¿Es cierto que la
práctica dominical fue una imposición que se originó recién, el año 325 d.C.,
impuesta por el mismo Constantino[1] (272-337 d.C.)?
3.
¿Estamos los
cristianos adorando entonces al dios sol (sol
invictus)?
4.
¿El abandono del
día sábado por el domingo, es el cumplimento de Daniel 7:25, por el poder
papal de Roma?
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En primer lugar debemos dejar claro que el
adventismo, la “Iglesia Adventista del Séptimo Día” (IASD) es una secta[2]. No estamos hablando de un
grupo cristiano ortodoxo, sino de un movimiento sectario que tuvo sus inicios[3] formales el año 1861, el
año que adoptaron el nombre por el cual se les conoce (Hexham 2007:9). No debemos olvidar que una de las
marcas de las sectas, es manipular la verdad escritural (2 Ped. 3:14-16), pero
también, la historia. Ahora bien, hay
dos maneras de abordar a alguien que pudiera preguntarnos por el cuarto
mandamiento, sea esto de manera normal, o
inquisitiva, lo cual supone más argumentos. Primero, remitirnos
simplemente al punto “F”, —Jesús y el primer día de la semana— esto es,
Colosenses 2:11 al 17; o, si usted considera necesario, entonces será preciso
refutar, y redargüir, lo cual demandará de usted, —al menos— comprender y
manejar los otros argumentos, por ejemplos,
presentados aquí, entre otros más.
A. Acusación
adventista 1
¿Es cierto que la práctica dominical de culto fue una
práctica de la iglesia hasta después de Constantino?
La IASD citando a Mervyn Maxwell —escritor y teólogo
adventista— no dudan osadamente decir: “Ningún escritor de los siglos III y IV
jamás citó un solo versículo bíblico como autoridad para justificar la
observancia del día domingo en lugar del sábado. Ni Bernabé, ni Ignacio, ni
Justino, ni Ireneo, ni Tertuliano, ni Clemente de roma, ni clemente de
Alejandría, ni Orígenes, ni Cipriano, ni Victorino ni ningún otro autor que
viviera cerca del tiempo cuando Jesús vivió.”
(Maxwell
en IASD 2008:292). El pastor adventista
Alejandro Bullón, literalmente expresó:
«¿Sabes
cómo entró el domingo a la iglesia cristiana? Al principio, el pueblo de Israel —los judíos— estaban dominados por
los romanos, y un día los judíos se sublevaron, quisieron libertarse del
poder romano, entonces los ejércitos romanos
fueron mandados para Jerusalén, pero en Jerusalén —preguntaron los
soldados— habían griegos, hay sirios, hay coptos hay judíos, ¿Cómo sabemos
quién es quién? Y la orden fue, todo aquel que guarde el sábado, ese es
judío, pueden agarrar presos a todos los que guarden el sábado, saben que los
cristianos también guardaban el sábado. Entonces un día los cristianos se
reunieron allá por el año 55 d.C. y dijeron, estamos siendo confundidos por
causa del sábado, Dios va a entender, podríamos comenzar a guardar el
domingo. Ya ahí, comenzaron los primeros vestigios de la guarda del
domingo. Más tarde un emperador
llamado Constantino se convirtió al cristianismo, pero Constantino adoraba al
dios sol en el domingo y una vez convertido al cristianismo, reunió a los
cristianos y les dijo, miren yo me voy a bautizar en la iglesia cristiana,
solo les pido que me hagan una concesión, quiero continuar adorando a Jesús
—a Cristo— en el día que siempre
adoro, el domingo, y los cristianos dijeron: “el emperador romano se va a
bautizar en la iglesia cristiana, ¿que nos cuesta ceder un poquito?; Ya el domingo estaba entrando, pero ahora
oficialmente entró, y un poco más adelante, en el año 336 d.C. la Iglesia
Católica definió que a partir de ahora el día santo es el domingo.» (Bullón 2014:1).
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Un adelanto de la respuesta a la pregunta —¿Sabes cómo entró el domingo a la iglesia
cristiana?— es Cristo, y lo veremos al final de esta aclaración. Contrariamente a la cita adventista anterior, y a la
declaración de Bullón, los padres de la
iglesia nos dicen lo contrario. Y este argumento no es menor, en vista que
—como bien dice el pastor Sugel Michelén— los padres de la iglesia fueron las
personas que interpretaron las enseñanzas de los apóstoles, incluso varios de
ellos fueron discípulos directos de algunos de ellos, y testigos oculares de la
manera en que la Iglesia manejaba sus asuntos cuando los apóstoles aun vivían (Michelén
2010:1). Notemos entonces la primera refutación de esta querella, notando como
los padres de la iglesia, sí hablaron de la observación del domingo y el “reemplazo” del sábado como una
costumbre de la iglesia primitiva, concebida como un requerimiento divino
derivado de la obra de Cristo y el nuevo pacto consecuente. Valga también para
nosotros aquí la aclaración del pastor Sugel
de que las enseñanzas de los padres de la Iglesia post-apostólica no
poseen el mismo peso de autoridad de las Escrituras. La Palabra de Dios es
nuestra única norma de fe y práctica
(2010:1), pero, sí, y en el aspecto histórico, son documentos
innegables. Notemos entonces, algunas citas de la patrística.
El día “domingo” en la Epístola de Bernabé
Fecha de composición: (70-130 d.C.) aprox.
La Epístola de Bernabé fue escrita aproximadamente el año
135 d.C. Aunque a él se le atribuyen algunos escritos cristianos, no fue
Bernabé el compañero de Pablo que escribió esta epístola (González 2010:85s). No
obstante, este argumento no oscurece la evidencia textual e histórica del hecho
que estamos describiendo. Como escribe Fries, la epístola de Bernabé habla del
día del Señor como del octavo día (Fries 1979:101). En el capítulo 15,
versículos 8-9, se lee:
“Dice aún a los judíos: Vuestros plenilunios y vuestros sábados (Is 1,13). Ved cómo dice: No son vuestros
sábados actuales que me agradan, sino aquel que yo he hecho, en el cual,
haciendo puesto fin al universo, daré comienzo
al octavo día [domingo], comienzo que es de otro mundo. Es por esto que
celebramos con alegría el octavo día
[domingo], en el que Jesús resucitó de entre los muertos y, después de
haberse manifestado, se elevó a los cielos.” (Bernabé en Botte 1991:34 [cf.
Ropero 2004:276]).
El día “domingo” en la Epístola de Ignacio de Antioquia
Fecha de composición: (107 d.C.) aprox.
Obispo de Antioquia y mártir durante el reinado de
Trajano (107 d.C.). Camino al martirio en Roma escribió siete epístolas que han
llegado hasta nosotros hoy, desde Esmirna escribió a las iglesias de Magnesia,
Trales, Éfeso y Roma, también escribió a
Policarpo —obispo de Esmirna— y a la
iglesia de Filadelfia; que revelan lo que era la situación eclesiástica en los
primeros años del cristianismo. Cuando escribe a los magnesios da testimonio de
como los cristianos no guardaban el sábado sino el domingo: (González 2010:75s). Añade Botte, San
Ignacio en una de sus famosas cartas dice que:
“…los que han abrazado la nueva esperanza, ya no sabatizan (viven según las
leyes del sábado judío), sino que bien según el domingo, en el que nació
nuestra vida resplendente por él y por su muerte (Carta a los de Magnesia n.
9).” (Ignacio en Botte
1991:7).
El día “domingo” en Justino
Mártir
Fecha de composición: (107 d.C.) aprox.
Justino
Mártir natural de la región de Samaria, de la antigua ciudad de Sichén, fue uno de los apologistas griegos más
importantes del siglo II, no solo por sus obras, sino también, por la
profundidad de su pensamiento. En sus escritos Mártir animaba a sus lectores, a dejar las tradiciones que
no eran buenas, e incentivaba a los mismos, a
amar la verdad. De igual modo —dice Fries—, Justino Mártir
(100-165) —en su diálogo con el judío
Trifón— se aparta de la costumbre judía
(Fries
1979:101). Merril C. Tenney en su comentario al Nuevo Testamento escribe: «Justino
Mártir (por el 100 al 165 d.C.) […] se refirió a los evangelios de Mateo,
Marcos, Lucas y Juan, a los Hechos, y a muchas de las epístolas paulinas.
Afirmó que las “Memorias de los Apóstoles”, llamadas evangelios, se leían, cada
domingo en el culto de la iglesia en el mismo nivel con el Antiguo Testamento.»
(Tenney 1989:479). La
cita original se lee:
“El día
que se llama del sol [domingo] se celebra una reunión de todos los que moran en
las ciudades o en los campos, y allí se leen, en cuanto el tiempo lo permite,
los Recuerdos de los Apóstoles o los escritos de los profetas. Luego, cuando el
lector termina, el presidente, de palabra, hace una exhortación e invitación a
que imitemos estos bellos ejemplos. Seguidamente nos levantamos todos a una y
elevamos nuestras preces, y éstas terminadas, como ya dijimos, se ofrece pan y
vino y agua, y el presidente, según sus fuerzas, hace igualmente subir a Dios
sus preces y acciones de gracias, y todo el pueblo exclama diciendo
“amen". Ahora viene la distribución y participación, que se hace a cada
uno, de los alimentos consagrados por la acción de gracias y su envío por medio
de los diáconos, a los ausentes.” (Justino en Basurko
2006:90).
El día “domingo” en la
Didajé
Fecha de composición: (70 d.C.) aprox.
La
Didajé, o Doctrina de los doce apóstoles. No hay que confundirnos[4]
con los escritos del NT. El profesor de historiador evangélico Justo González
dice que sin lugar a dudas es uno de los
descubrimientos literarios más importantes de los tiempos modernos. Fue
descubierto en Constantinopla el año 1873. Su importancia está entonces, en el
la cercanía y proximidad con los tiempos apostólicos. La Didajé consta de
dieciséis capítulos que se dividen en tres partes (González 2010:73). En
estos textos encontramos la siguiente declaración, en donde se habla del día de
Señor, que implícitamente señala al domingo:
“Y en el día del Señor congregaos y partid el
pan y dad gracias, confesando primero vuestras trasgresiones, para que
vuestro sacrificio sea puro” (Didajé
en Ropero 2004:14 [cf. Bourgeois & Sesboüé,
Bernard et al. 1996:57]).
Basten estos ejemplos —aparte de otros[5]— para demostrar que la práctica del culto
dominical, es reconocida por los padres de la iglesia, como una práctica
normal, y consensuada entre los cristianos de primer siglo, y no una conclusión
derivada de la concesión que se le dio a Constantino, esto, independientemente
su edicto posterior. Como escribe el
profesor M. Bluthardt: “Falsamente se
culpa al emperador Constantino haber introducido esta modificación por conveniencia y presión pagana. Estos son
los argumentos adventistas, carentes de respaldo histórico.” (Bluthardt
1984:76).
B. Acusación
adventista 2
¿Estamos los cristianos adorando entonces al dios sol (sol invictus)?
Literalmente,
el pastor adventista Alejandro Bullón, dice: «En realidad, muchas gente que con toda sinceridad que quiere adorar a
Jesús en el día domingo, está adorando al sol, porque inclusive en inglés, la
palabra domingo, es “Sunday”, día del
sol». (Bullón 2014:1). Este argumento exhibe una clara falacia
argumentativa. Nos explicamos. La arqueología ha descubierto muchos códigos de
leyes antiguas anteriores a la ley de Moisés, que evidencian una inclinación
del hombre, hacia un tipo de justicia moral.
Por ejemplo, uno de los más
famosos, es el código de Hammurabi del año 1700-1750 a.C., leyes más antiguas
que el pentateuco. Entonces, ¿debemos suponer que Moisés se basó en ellos para
elaborar los diez mandamientos? Por cierto, esto es una de las críticas que
hacen los ateos y filósofos escépticos. No obstante, como argumento, es
relacionalmente falso[6]. Lo mismo sucede con el culto antiguo[7] de la madre y el hijo.
¿Acaso María y Jesús, son una representación moderna de creencias paganas antiguas, independientemente la
Iglesia Católica cayó en la adoración de la madre de Jesús, María? Relacionar
el “Sunday”, con el culto al dios sol y de allí concluir que quienes
alaban a Dios dicho día, están adorando
al Sol, no es más que un argumento
erístico. No cabe duda que el culto al
sol, es más antiguo de lo que pensamos, de hecho, Israel cayó una y otra vez en idolatría, y dicho culto ya era
conocido. El autor de segundo de Reyes,
menciona a Manases, —rey del norte—
quien no sólo adoró al sol, sino que “…a
todo el ejercito del cielo.” (2 Rey. 21:3) RV60. El profeta Ezequiel escribió:
“Y me llevó al atrio
de adentro de la casa de Jehová; y he
aquí junto a la entrada del templo de Jehová,
entre la entrada y el altar, como
veinticinco varones, sus espaldas
vueltas al templo de Jehová y sus rostros hacia el oriente, y adoraban al sol, postrándose hacia el oriente.” (Eze. 8:16). Aun
más, Moisés revela que este culto, era
aun más antiguo: “…que hubiere ido
y servido a dioses ajenos, y se hubiere inclinado a ellos, ya sea al sol, o a
la luna, o a todo el ejército del cielo, lo cual yo he prohibido.”
(Deut. 17:3) R60 (cf. 2
Rey. 23:5,11; Jer. 8:2). Entonces, ¿de
dónde proviene el culto al sol invictus
que roma practicaba? Sin duda hay una línea que puede se trazada hasta la madre
de todas religiones paganas, Babilonia, pero en términos románicos, este culto corresponde al mitraísmo[8], las inscripciones[9] encontradas mayormente
en Dacia, justamente sobre el sol invictus, confirman esta
cuestión. Este culto se popularizó en
roma, y ya por el año 274 d.C., el emperador Aureliano lo había admitido. El
día que lo oficializó como día de celebración, fue el 25 de diciembre. El historiador Paul Veyne añade que este culto ya era
practicado a los menos, cincuenta años antes[10] en la cultura siria a
Elagabal (“dios de la montaña”), no obstante, —según Veyne, arqueólogo
e historiador francés, especialista en Roma Antigua— la promoción de esta deidad en Roma, fue una
política exclusiva de Aureliano: “…el 25
de diciembre, para solemnizar su doble victoria sobre Palmira y sobre los
galos; en aquel día del solsticio de invierno según el calendario juliano y del
aniversario del Sol estableció un culto público al Sol invencible (lo que
significaba que ese culto sería rendido por el estado, pero no que sería
impuesto como religión de Estado).” (Veyne 2009:297). ¿Qué hizo
Constantino entonces? Según nos relata González: “En el año 324 un edicto imperial ordenó que todos los soldados
adorasen al Dios supremo el primer día de la semana.” (González 2009:139). ¿Nació aquí la práctica dominical
del culto a Dios entonces? Sin duda, este día era dedicado al sol invicto, no obstante los cristianos
ya practicaban en este mismo día —al que llamaban, el primer día de la semana—
el culto a Jesús resucitado como veremos. Esto nos lleva a una pregunta final,
¿era Constantino realmente un cristiano?
Para Justo González —doctor en
teología histórica— Constantino no fue
un cristiano verdadero, al menos, en el sentido que ello implicaba aquellos
días, esto, y aunque Constantino tuvo tutores creyentes, siempre llevaba a cabo sus propios dictámenes
religiosos, además se consideraba “obispo de obispos”, y repetidamente después
de su supuesta conversión, participaba sin remordimientos ético-espirituales de
los rituales paganos que les estaba vedados a los creyentes de aquellos días,
además en vida, jamás se sometió al bautismo cristiano (González 2009:137). Sin duda
Constantino promovió el cristianismo de una manera notable, no obstante, —como
escribiera Woodrow— “…los historiadores
admiten que la conversión de Constantino fue de conveniencia.” (Woodrow
[s/f]:89). Ahora bien, la cuestión de “Sunday”, no es relevante, en efecto,
“Saturday” también significa, “día de Saturno”, en consecuencia, ¿el día de
reposo instaurado por Dios a Israel, fue una farsa para ocultar el culto a
Saturno? Como puede verse en el siguiente cuadro, para los romanos, todos los
días eran dedicados a una deidad, no sólo el domingo.
Lunes
|
Martes
|
Miércoles
|
Jueves
|
Viernes
|
Sábado
|
Domingo
|
Gr.: Selenes
Rom.: Vesta
|
Gr.: Ares
Rom.: Martes
|
Gr. Hermes
Rom.: Mercurio
|
Gr.: Zeus
Rom.: Júpiter
|
Gr. Afrodita
Rom.: Venus
|
Gr.: Crono
Rom.: Saturno
|
Gr.: Apolo
Rom.: Mitra
|
dios luna
|
dios de la guerra
|
dios del comercio
|
el dios padre
|
diosa de la belleza
|
dios del tiempo
|
dios sol[11]
|
(Cardona 2011:217,250)
C. Acusación adventista
3
¿El abandono del día
sábado por el domingo, es el cumplimento de Daniel 7:25, por el poder papal de
Roma?
El
adventismo ve el inicio del cumplimiento
de la profecía de Daniel 7:25 con
Constantino, poder religioso —que según
el adventismo— cambió la observancia del día de reposo. De allí que
relacionen a la Iglesia Católica, como el poder religioso que llevó a cabo el
cumplimiento de esta profecía, y según Alejandro Bullón[12] pastor adventista,
fue confirmado por el concilio de la
Odisea, 336 d.C. sínodo que trasfirió la
observancia del día sábado, al día
domingo. No cabe duda el catolicismo romano, es una distorsión pagana del
verdadero evangelio, no obstante, ¿es
éste hecho el cumplimiento del Daniel 7:25 según, lo enseña los adventistas? Al
parecer, cada palabra de Bullón tiene sentido, no obstante, no es más que otra
maniobra “bíblica”, pero una maniobra eisegética para desviar y redirigir el
asunto al paganismo eclesiástico romano, que por cierto será un factor
importante en la septuaginta semana de Daniel. No obstante, el versículo
aludido, no tiene nada que ver con
Constantino, o con el edicto de la Odisea, en el 336 d.C., esto, porque
nuestro versículo aquí, y desde una interpretación seria del mismo,
tiene un cumplimiento escatológico, específicamente en la segunda etapa de la
septuaginta semana de Daniel, la
tribulación y respecto las acciones que
el anticristo llevará a cabo en este contexto del juicio de Dios a las naciones
e Israel. El profesor Charles Ryrie en su comentario a los versículos 24 al 27
de Daniel 7, escribe: “El anticristo
escalará el poder después de derrotar a tres de las diez naciones (v.24),
blasfemará contra Dios (v.25), intentará de algún modo cambiar los tiempos y
las leyes para promover su programa anticristiano (v. 25), y perseguirá a los
santos de Dios (v. 25) durante los tres años y medio finales de la
tribulación.” (Ryrie 1990:1214).
D. El sábado e Israel
El
apóstol Pablo, escribiendo a los corintios subrayó: “No seáis tropiezo ni a judíos, ni a gentiles, ni a la iglesia de Dios…” (1 Cor. 10:32) RV60. Claramente el NT, Dios mismo ha
hecho una distinción respecto, 1. Los judíos. 2. Los gentiles., y 3.La iglesia.
Este principio se ve en toda las Escritura, hasta el último libro del NT (cf. Apo. 2:9; 3:9; 7:1-8). Y por cierto, este no es un resquicio
dispensacionalista, sino un principio
básico de una hermenéutica
ortodoxa. Aun más, a pesar que las Escrituras tienen una aplicación atemporal
para todo pueblo (gentiles), ella revela de manera explícita el trato
específico que Dios ha hecho con los judíos, lo cual se revela desde el
Génesis, hasta el Apocalipsis. Distíngase
la siguiente ilustración explicativa.
ANTIGUO
TESTAMENTO
|
NUEVO
TESTAMENTO
|
||||
Génesis 1 al 11
|
Génesis 12 hasta Malaquías
|
Mateo, Marcos, Lucas y Juan.
|
Hechos 2 hasta Apocalipsis 4
|
Apocalipsis 6 al 19
|
Apocalipsis 20 al 22
|
Dios trata con los gentiles
|
Dios trata con Israel
|
Dios trata con la iglesia
(Gentiles y Judíos en un solo cuerpo)
|
Dios trata con Israel y los gentiles no salvos
|
Dios trata con Israel y los gentiles salvos
|
|
(ICAT 2008:25)
En consecuencia, y
a manera de evidencia
hermenéutica básica, distinga y responda las siguientes preguntas —que puede
hacer en una hoja aparte— respecto el
día de reposo, o Sabbat[13] (sábado).
“Tú hablarás a los hijos de Israel, diciendo: En verdad vosotros guardaréis
mis días de reposo; porque es señal entre mí y vosotros por vuestras
generaciones, para que sepáis que yo soy Jehová que os santifico.” (Éxo 31:13) R60. (cf. Lev. 19:3,30; 26:2; Isa. 56:4).
¿A
qué corresponde la observancia del día sábado?
____________________________________
¿Entre
quiénes es esta señal?
____________________________________________________
“Habló Jehová a
Moisés, diciendo: Habla a los hijos de
Israel y diles: Las fiestas solemnes de Jehová,
las cuales proclamaréis como santas convocaciones, serán estas: Seis días se trabajará, mas el séptimo día será de reposo, santa convocación; ningún trabajo haréis; día de reposo es de Jehová en dondequiera que
habitéis.” (Lev. 23.1-3)
RV60.
¿A
quiénes tenía en mente Dios con estas ordenanzas?
________________________________
“Acuérdate que fuiste siervo en tierra de Egipto, y que
Jehová tu Dios te sacó de allá con mano fuerte y brazo extendido; por lo cual
Jehová tu Dios te ha mandado que guardes el día de reposo.” (Deut. 5:15) RV60.
¿A
quiénes mandó Dios a recordar el
sábado?__________________________________________
¿Qué
dos cosas menciona Dios que Dios hizo por ellos? ______________________________
¿Sugiere,
o manda Dios a Israel?
__________________________________________
¿Cuál
es el mandato? ____________________________________________________
¿A quién dio Dios este mandato?
__________________________________________
“Y les di también mis días de reposo,
para que fuesen por señal entre mí y ellos para que supiesen que yo soy
Jehová que los santifico.” (Eze. 20:12) RV60.
¿A
qué nación dio Dios los días de reposo? _________________________________
¿Para
qué les ordenó observarlo?
1._____________________________________________________________________
2.
_____________________________________________________________________
“y santificad mis días de reposo, y sean por señal entre
mí y vosotros, para que sepáis que yo soy Jehová vuestro Dios.”
(Eze. 20:20) RV60.
¿A
qué nación ordena Dios aquí (contexto)? __________________________________
¿Cuál
es la ordenanza?
___________________________________________________
¿Cuál
fue el fin (sean)?
___________________________________________________
¿Quién
es “mí”, y “vosotros” en este versículo? ________________________________
¿Cuál era el objetivo de Dios (para)?
________________________________________
La frase, “entre mí
y vosotros” claramente señala la relación especial y única que Dios tenia con Israel, no con otra
nación, no con la iglesia, no con los gentiles, sin con Israel, y no un pacto
que se hizo en Edén, sino en el Sinaí, y desde allí, como una señal entre Dios
y su pueblo, Israel (cf. Éxo.
19:3-5↔ Deut. 5:15), sin duda, es un pacto perpetuo* también,
pero, eterno entre, Dios e Israel (cf. Éxo. 31:16-17; cf.→ la circuncisión Gén. 17:13). Lo mismo se ve en el pacto
acerca del arco puesto en las nubes (Gén. 9:12-16* “entre mí y vosotros”) y la circuncisión
(Gén. 17:10-13s “entre mí y vosotros”). Como bien escribe el pastor Alan Kedrovsky:
“El día de reposo
(el rito de guardar santificado el sábado, el séptimo día de la semana) es
una señal entre Dios y los hijos de Israel. […] Dios no puede ser más claro
en que el día de reposo —el guardar santificado el séptimo día de la semana—
es para Israel, no para la Iglesia, ni para los gentiles. Desde este pasaje
en adelante, entonces, el día de reposo es únicamente para los hijos de
Israel (para los judíos, para los descendientes físicos de Jacob). Y aunque
el pacto de Moisés no es perpetuo, la señal del día de reposo, sí, es para
siempre (Exod 31.16-17). Entonces, aunque Israel violó el pacto de Moisés, la
señal del día de reposo todavía les pertenece a ellos. Dios le dio a Israel
esta señal del día de reposo como un recordatorio de Su gran obra de sacarlos
de la tierra de Egipto (y los sacó para entrar en pacto con ellos: Exod
19.4-6).” (Kedrovsky 2014:1).
|
El AT revela también
que Dios entre el periodo que se extiende entre Adán hasta Moisés, descansó al
final de los seis días de la creación (cf.
Gén. 2:2-3; Éxo. 20:10-11; Heb. 4:4), no obstante, y como bien escriben Sperry
y Walvoord: “…en la palabra de Dios no
hay una orden en el sentido de que el hombre esté obligado observar, o que haya
observado, un reposo antes de la salida de Israel de Egipto.” (Sperry
& Walvoord 1976:334). Por otro lado, debemos recordar que el
cuarto mandamiento, corresponde a los aspectos y carácter de la ley ceremonial
de Dios con su pueblo. Lo cual, no sólo incluye observar pasivamente este
día —sino además— exigencias estrictas.
¿Existe hoy en día un adventista que observe el día de reposo, como los judíos
lo hacían? Nótese lo que incluía:
1. Debía guardarse de puesta de sol a puesta de sol
(Lev. 23:32).
2. No debía llevarse ninguna carga (Jer. 17:21).
3. No debía encenderse ningún fuego (Éxo. 35:3).
4. No debía cocinarse nada (Éxo. 16:23).
5. El castigo por hacer alguna de estas cosas durante el
sábado era la MUERTE (Núm. 15).
(Martin
2009:1)
|
Bien escribe el pastor A. Kedrovsky: «…nosotros [los cristianos] no guardamos ese mandamiento como si fuera una
“ley ceremonial”. La ley ceremonial (guardar el día—el periodo de 24 horas—como
un rito religioso) pertenece “perpetuamente” a Israel […] No es un mandamiento
de “moralidad” sino de ceremonia […] Esto es exactamente lo que Dios dijo en
Éxodo 31.12-17.
El cuarto mandamiento (el de guardar el día de reposo) es
el único de los diez que no se repite en los escritos de Pablo.» (Kedrovsky 2014:1).
E. El sábado, la
iglesia y Hechos 15
Como
hemos observado en las denuncias del adventismo, ellos dan por sentado que los
cristianos guardaban el sábado, no obstante, y esto si debe reconocerse, los
cristianos judaizantes sin duda lo hacían, cuestión que quisieron imponer a
través de la tradición, no obstante, después de la resurrección de Jesús, como
escriben Chafer y Walvoord: “…no hay
evidencias en el Nuevo Testamento en el sentido de que el sábado haya sido
observado por los creyentes, ni aun, en forma errada.” (Chafer
& Walvoord 1976:335). Hechos, revela de manera consistente la
persecución de judíos sobre los cristianos, y los conflictos que los cristianos
judaizantes tenían con los cristianos, justamente, por la presión que los
primeros hacían a los cristianos respecto ciertas prescripciones de la ley, que
según ellos debían también guardar (Hec.
3:1-12;4:1-22;5:25-29; 7:54-60; 9:20-31;11:1-4ss;13:43-50;14:1-7). Notemos
brevemente el capítulo quince de Hechos, el primer concilio de la iglesia.
Lucas escribe: “Entonces algunos que venían de Judea enseñaban a los hermanos: Si no os
circuncidáis conforme al rito de Moisés,
no podéis ser salvos.” (Hec. 15:1) RV60. Nótese que el
versículo dieciséis dice que Pablo y Bernabé tuvieron una discusión no pequeña,
esto es, una discusión real, el texto
griego habla de una disensión, y una συζήτησις (sudzétesis)
que literalmente tiene la idea de un debate mutuo cara a cara (cf. Jn. 3:25). El problema, la creencia de algunos nuevos
cristianos judíos, de la necesidad de circuncidarse (Hec. 15:5) lo cual, al igual que la
observancia del sábado, había sido un mandamiento de carácter perpetuo para
Israel (cf. Gén. 17:13).
Este conflicto
requirió la asistencia de Pablo, Bernabé, algunos de los otros
apóstoles, y los ancianos. Y esto cabe señalar, después del acuerdo los
fariseos exigieron el cumplimiento no sólo de la circuncisión, sino de la
observancia de la ley (Hec. 15:5). El
resultado, y, después de mucha discusión
es contundente. La introducción de Pedro es notable. El énfasis
premilitar de Pedro no es el judaísmo y las exigencias de la ley, sino la
salvación. En otras palabras, lo que
hizo Pedro fue poner las cosas
teológicas en orden. La salvación es de Jehová, este es el hilo rojo pedrino
aquí; Él escogió dar salvación a los
gentiles, Él les dio el Espíritu Santo, y Él los purificó (cf. Hec. 15:12). Lo notable aquí
es que Pedro confrontó a los creyentes judaizantes, no sólo por el hecho
de estar exigiéndoles a sus hermanos el cumplimento de la ley, sino que tomó a
Dios mismo como testigo, asumiendo implícitamente la derogación de estos
aspectos del judaísmo para los cristianos, de allí la frase, “… ¿por qué tentáis a Dios…?” (Hec.
15:10a). Esta frase denunció la presunción disquisitiva de ellos, esto es,
asumieron que Dios se había equivocado,
en el fondo, y como dice Robertson,
estaban rehusando seguir la conducción de Dios respecto la nueva dispensación,
como los israelitas lo hicieron en Masah y Meriba (Éxo. 17:7; Deut. 6:16; 1
Cor. 10:9) (Robertson 2003:323). Es Pedro dirigiendo estas palabras, había
sido lento en ver los tratos de Dios con los gentiles antes (Hec. 8), pero
ahora, —como bien añade Robertson— lo
veía con toda claridad, y junto a Pablo y Bernabé, fueron los voceros de la “nueva” teología
correspondiente a la nueva creación de Dios, la iglesia (cf. Efe. 3:4-5; 2:11-22; Col. 1:24-29; Rom. 16:25-27). En efecto,
Pablo y Bernabé se levantaron y entregaron el argumento objetivo, la señal de
Dios sobre sus decisiones aquellos días, esto es, las grandes señales y
maravillas que Él había hecho entre los gentiles (v. 12). Luego Jacobo
respondió, entregando los argumentos escriturales (v. 13), ¿había un precedente
escritural? Así lo releva el pasaje.
Jacobo no es emocional en su argumentación, sino exegético, “…y con esto concuerdan las palabras de los
profetas.” (Hec. 15:15). Jacobo hace
no sólo una explicación de las Escrituras, sino una aplicación interpretando
los hechos electivos de Dios para con los gentiles, como el cumplimiento de la
profecía, del plan de Dios que antes Él había revelado a sus profetas. De allí
la cita veterotestamentaria aludida por Jacobo: “Después de esto volveré y reedificaré el tabernáculo de
David, que está caído; y repararé sus ruinas, y lo volveré a
levantar, para que
el resto de los hombres busque al Señor,
y todos los gentiles, sobre los
cuales es invocado mi nombre, dice el Señor, que hace conocer todo esto desde tiempos
antiguos.” (Hec. 15:16-18) RV60.
En otras palabras, la salvación de los
gentiles, —y bajo términos diferente a los mosaicos— ya había sido revelada por Dios en el Antiguo
Testamento. Sin duda ahora faltaba una
buena prescripción para los creyentes y una explicación autoritativa para los
judíos respecto la cuestión en disputa, era el primer concilio, y este tema
debía quedar zanjado. La conclusión fue clara.
¿Jacobo es irónico? En efecto, por medio de sus palabras prescribió las
cuatro cosas que deberían estar en esta resolución conciliar, pero también,
siendo impersonal y quizás también “paciente”, —en vista que los judíos
creyentes habían sido instruidos desde la niñez respecto estas prescripciones
mosaicas— dijo: “Porque Moisés desde generaciones antiguas tiene en cada ciudad quienes lo
prediquen, pues todos los días de reposo es leído en las sinagogas.” (Hec. 15:21) LBLA.
“Moisés tiene en cada ciudad quien lo predique”. Jacobo revela con esta declaración, la clara
independencia que había entre los cristianos que ya practicaban el culto
cristiano, el primer día de la semana,
(domingo) de lo que hacían “ellos”[14]
, los judíos judaizantes (Hec. 18:4,19[15]).
Si bien es cierto Santiago (Jacobo) no habló directamente del día sábado, su
respuesta tiene un motor reconciliador
—no de estas prescripciones— sino de la evidente delicadeza frente a
nuevos creyentes que eran judíos, como escribiera el profesor Francisco
Lacueva: “…los creyentes judíos conocían
bien estas prohibiciones desde su niñez. Por tanto, no hay que ser severos en
criticarles si les cuesta muchos apartarse de repente de estos preceptos de la
ley observadas por sus mayores durante muchos siglos.” (Henry
& Lacueva 1999:1540). No
obstante, la respuesta “oficial” se
estableció claramente y a través de una carta normativa universal que fue
enviada a Antioquía por medio de dos mensajeros, —Judas Barsabás, y Silas— más
Pablo y Bernabé (v. 22). Dichas instrucciones
se pueden observar, justamente, en Hechos 15, en donde leemos:
Remitente: Los apóstoles y los ancianos y los hermanos,
Destinatarios: a los hermanos de entre los gentiles que están en
Antioquía, en Siria y en Cilicia, salud.
Por cuanto hemos oído que algunos que han salido de
nosotros, a los cuales no dimos
orden, os han inquietado con
palabras, perturbando vuestras
almas, mandando circuncidaros y
guardar la ley, nos ha parecido bien,
habiendo llegado a un acuerdo,
elegir varones y enviarlos a vosotros con nuestros amados Bernabé y
Pablo, hombres que han expuesto su vida por el nombre de nuestro Señor
Jesucristo. Así que enviamos a Judas y a Silas, los cuales también de palabra os harán
saber lo mismo. Porque ha parecido bien al Espíritu Santo, y a nosotros, no imponeros ninguna carga más que estas
cosas necesarias:
1.
que os abstengáis de lo sacrificado a ídolos,
2.
de sangre,
3.
de ahogado
4.
y de fornicación …de las cuales
cosas si os guardareis, bien
haréis. Pasadlo bien. (Hec. 15:23b-29)
|
Nótese bien los destinatarios: “…a los hermanos de entre los gentiles que están en Antioquía, en Siria y en Cilicia, salud”. Si bien es cierto, no se dijo
nada explícito del sábado, tampoco se prescribió su observancia, como hubiera
sido necesario aclarar, esto, en vista de la temática que se trató. Por otro
lado, este concilio había sido celebrado
aproximadamente en el año 50
d.C., aproximadamente la misma etapa que Pablo escribiera su primera epístola a
los corintios el año 56 d.C. en la que les comunicó:
“En cuanto a la ofrenda para los santos, haced vosotros también de la manera que
ordené en las iglesias de Galacia. Cada primer día de la semana
[domingo] cada uno de vosotros ponga
aparte algo, según haya
prosperado, guardándolo, para que cuando yo llegue no se recojan
entonces ofrendas.” (1 Cor. 16:1-2) RV60.
|
Pablo ordena no a personas individuales, sino a la
iglesia que estaba en Corinto —al igual que las iglesias de Galacia que, cada
primer día de la semana (domingo), se recogieran ofrendas. Esto señala a lo
menos, dos cuestiones claras. Primero, que las iglesias de Galacia, —Asia
menor, donde se encontraban una serie de iglesias— se reunían habitualmente, el
primer día de la semana —domingo— lo cual no era una práctica local. Segundo, “…cuando yo llegue no se recojan ofrendas”.
La iglesia en Corinto, no sabía cuándo exactamente iba a arribar Pablo, pero
claramente se reunían el primer día de la semana, esto es, el domingo, y
habitualmente este día se recogían las ofrendas. Tercero, Lucas en el contexto
del tercer viaje misionero de Pablo, constató: “El primer día de la semana, reunidos los discípulos para partir el
pan, Pablo les enseñaba, habiendo de salir al día siguiente; y alargó el discurso hasta la medianoche.” (Hec. 20:7) RV60.
Nótese bien: “El primer día de la semana”, esto es, el domingo. Lucas señala
aquí la práctica de la santa cena, bajo el marco del “nuevo pacto” que fue
instaurado por el mismo Señor (Mt. 26:17-30; Mr. 14:22-25; Lc. 22:14-24; 1 Cor.
11:23-25). Un par de años después del
concilio de Jerusalén (Hec. 15), Pablo escribiría directamente sobre la
circuncisión (Gén. 17:10-13 cf. 1
Cor. 7:19), las prácticas judaicas, y los días de reposos, esto es, ¡los sábados! El contexto deja ver claramente
que mandatos perpetuos como la circuncisión, habían tenido su cumplimiento en
los cristianos no por obra de hombres —ritual mosaico— sino por Cristo, la
conclusión de Pablo es rotunda, con el giro conclusivo “por lo tanto”,
escribió: “…nadie os juzgue en comida o
en bebida, o en cuanto a días de
fiesta, luna nueva o días de reposo,
todo lo cual es sombra de lo que ha de venir;
pero el cuerpo es de Cristo.” (Col. 2:16-17) RV60. ¿Qué quieren decir estas palabras? En palabras del
pastor MacArthur: “No hay mas sábado. No
hay más obligación a la ley sabática. Nosotros [la iglesia] no estamos bajo la
economía Mosaica, no hay mas leyes de la dieta, no hay mas leyes del sábado, ya
no es necesario observar las fiestas, festividades, y lunas nuevas…” (MacArthur
2009:1).
F. Jesús y el primer
día de la semana
El
Señor Jesús murió, fue sepultado y resucitó (1 Cor. 15:1ss). He aquí la base del triunfo del cristianismo,
una persona, no un día, o un evento, mucho menos una ceremonia. No obstante
¿Cristo resucitó un día sábado? Hubiera sido una señal lapidara y fuerte de
parte de Dios, no fue dicho en el concilio de Jerusalén, pero aun más, no fue
comunicado en la obra de Dios más potente de aquellos días, por cierto, hasta
nuestros días, la resurrección de Jesucristo, el Hijo de Dios (Hec. 2:32s). En
consecuencia, con la resurrección del Señor, nació una nueva era, un nuevo
tiempo que el “primer día de la semana”, —no el sábado— vino a resaltar. Como
escribiera el pastor Mark Martin: “Las siete apariciones de Cristo después de la resurrección muestran
que Jesús escogió a propósito el primer día de la semana para encontrarse con
sus discípulos para estimularles y exhortarles. La evidencia muestra que cinco
de estas apariciones ocurrieron en domingo, el primer día de la semana.” (Martin
2009:1). Note usted el
énfasis de los escritores del NT, con frases reiterativas, lo cual no es
una tautología gramatical, sino, evidentemente un énfasis del Espíritu Santo: “Pasado el día de reposo…”, “…al amanecer
del primer día de la semana.” (Mt. 28:1); “…cuando pasó el día de reposo.”, “…y muy de mañana, el primer día de
las semana.” “…ya salido el sol…”
(Mr. 16:1-2); “…el primer día de la
semana […] siendo aún oscuro”, “…cuando llegó a noche de aquel mismo día, el
primero de la semana.” (Jn. 20:1,19); “El
primer día de la semana, muy de mañana.” (Lc. 24:1); “…y he aquí, el mismo día…” (Lc. 24:13); “…también nos han asombrado unas mujeres de entre nosotros, las que
antes del día, fueron al sepulcro.” (Lc. 24:22); “[a los 11] Mientras ellos hablaban… Jesús se puso en medio de ellos
[el mismo día, domingo]” (Lc. 24:36); “…cuando
llegó la noche de aquel mismo día, el primero de la semana…” (Jn. 20:19).
Primera aparición, a las Marías (Mt. 28:1-10; Mr. 16:1-9; Jn. 20:1-18)
|
1er Domingo
|
Segunda aparición, a los discípulos camino a Emaús (Lc.
24:13-33; Mr. 16:12-13).
|
|
Tercera aparición, a Simón, Pedro (Lc. 24:31-34)
|
|
Cuarta aparición, a los once (Lc. 24:36; Mr. 16:14-18;
Jn. 20:19)
|
|
Quinta aparición, ocho días después, (II Domingo) a
Tomás (Jn. 20:26-31).
|
2do Domingo Ocho días después
|
Todos estos versículos señalan el acontecimiento más
espectacular del cristianismo, la resurrección del Señor. No obstante, el énfasis de los escritores del NT, no es
casual al destacar el día de la resurrección, el primer día de la semana, el
Domingo.
G. El reposo cristiano
El
Señor Jesús murió, fue sepultado y resucitó (1 Cor. 15:1ss), esta es una verdad
contundente no sólo en las Escrituras, sino también una verdad histórica. No
obstante, y después de su resurrección —como hemos visto— no hay ninguna indicación
en el NT, u ordenanza a guardar el sábado, sea a judíos, gentiles o a la iglesia en general. Y aun más, tampoco
se menciona su violación, como un
quebrantamiento grave de parte de la iglesia, en la listas[16]
de pecados mencionados en los escritos
novotestamentarios[17].
El Dr. Robert A. Morey añade: «El silencio del Nuevo Testamento es crucial
en esta controversia. El hecho de que los otros nueve mandamientos sean
reintegrados en el Nuevo Pacto como obligatorios para los creyentes y sólo el
cuarto mandamiento no está presente, no puede ser descartado a la ligera. Si
este argumento del silencio es válido, ¿por qué fueron los otros nueve
reintegrados y el sábado declarado específicamente ser una “sombra” (Col.
2:17)» (Morey 2003:1). Obsérvese
el siguiente cuadro comparativo del NT, que menciona la lista general de
pecados morales que están incluidos en los nueve mandamientos, no obstante, no
se hace mención del cuarto mandamiento, no está, no figura como uno de los
pecados que el creyente puede comentar.
Mandamiento
|
Nº de veces
|
Citas objetivas
|
|
I
|
Adorar a Dios
|
53 Veces
|
Mt. 2:2, 8;
11; 4:9,10; 14:33; 15:9; 28:9,17; Mr.
7:7; Lc. 4:7,8; 24:52; Jn.
4:20, 21,22 (x2), 23,24 (x2); 9:38; 12:20. Hec. 7:43, 8:27; 16:14; 17:23 (x2); 18:7, 13; 19:27; 24:11;
Rom. 1:26; 12:1; 1 Cor. 14:25; Fil. 3:3; Col. 2:18; Heb. 1:6; 9:1; 9:6; 10:2;
11:21; Apo. 4:10; 5:14; 7:11; 9:20; 11:1; 11:16; 14:7; 15:4; 19:4; 19:10;
22:8; 22:9.
|
II
|
La idolatría
|
20 Veces
|
Hec. 15:20, 29; Rom. 1:25; 1 Cor. 6:9; 8; 10:7,
14; 12:2; 2 Cor. 6:19; 1 Tes. 1:9; Gál. 5:20; Efe. 5:5; Col. 3:5; 1 Ped. 4:3;
1 Jn. 5:21; Apo. 2:14, 20; 9:20; 21:8; 22:15.
|
III
|
No jurar
|
4 Veces
|
Mt.
12:36; Efe. 5:4; Rom. 2:24; Apo. 16:9.
|
IV
|
Día de
reposo
|
NO EXISTE
|
|
IV
|
Honrar padre y madre
|
6 Veces
|
Mt.
15:5; 19:19; Mr. 7:10; 10:19; Lc. 18:20; Efe. 6:2.
|
VI
|
El asesinato
|
7 Veces
|
Mt. 5:21; 19:18; Mr. 10:19; Lc. 18:20; Rom. 1:29;
13:9; Stg. 2:11.
|
VII
|
El adulterio
|
12 Veces
|
Mt. 5:27, 28, 32; 19:9, 18; Mr. 10:11, 19; Lc.16:18;
18:20; Rom. 13:9; Stg. 2:11, 2 Ped. 2:14.
|
VIII
|
Robar
|
6 Veces
|
Mt. 19:18; MR. 10:19; Lc. 18:20; Rom. 2:21; 13:9;
Efe. 4:28.
|
IX
|
La mentira
|
14 Veces
|
Mt.
15:9; 19:18; Mr. 10:19; Lc. 18:20.
|
X
|
La codicia
|
9 Veces
|
Mr. 7:22; Lc. 12:15; Rom. 1:29; 7:7; 13:9;
Efe. 5:3; Col. 3:5; Heb. 13:5; 2 Ped. 2:14.
|
(Arieu 2003:1)
El apóstol
Pablo, escribiendo a los colosenses les dijo: “Por tanto, nadie os juzgue en comida
o en bebida, o en cuanto a días de
fiesta, luna nueva o días de reposo,
todo lo cual es sombra de lo que ha de venir;
pero el cuerpo es de Cristo.” (Col. 2:16-17) RV60. “Por
tanto…”, es un giro conclusivo, pero a la vez, nos remite al contexto. Esto
es, la muerte de Cristo por los creyentes la base de nuestra justicia (Rom.
3:24-26), por él ya fuimos circuncidados
(Col. 2:11), ya fuimos sepultados (Col.
2:12), ya fuimos resucitados en él (Col. 2:12). Los tres verbos se encuentran
en aoristo[18] —como el pretérito perfecto en español— lo
cual señala no sólo una acción que ocurrió en el pasado, sino, un hecho cabal,
completo y con resultados continuos al presente. La conclusión de esta enseñanza, es que no necesitamos
cumplir los preceptos de la ley ceremonial —esto— no sólo porque Jesús resucitó
un “domingo”, sino esencialmente porque con su muerte expiatoria anuló[19],
quitó[20]
y clavó[21]
en la cruz dichas obligaciones, señalando con ello el fin del pacto antiguo y
sus innumerables preceptos. Vine, comentando el último término griego —“proselóo”→ clavar, lo cual incluye a los otros dos (anular, y quitar)— escribió: “Se usa
[proselóo→ clavar]en
Col. 2:14, donde se describe la figura de una escritura (ordenanzas de la Ley)
primeramente como cancelada, y después eliminada; la idea en el verbo mismo no
es la de cancelación y su posterior eliminación, sino la de clavar en triunfo,
lo que ha sido cancelado, a la cruz. La muerte de Cristo no solo hizo que la
Ley quedara inútil como medio de salvación, sino que dio además prueba pública
de que era así.” (Vine 2007:165).
Así llegamos a la frase conclusiva, a la
frase autoritativa y normativa que Pablo comunicó a los hermanos de Colosas, y
por implicancia, a todos los cristianos. “Por
lo tanto nadie os juzgue…” (Col. 2:16a). LBLA traduce: “Por tanto, que nadie se constituya en vuestro juez…” (Col. 2:16a).
El giro, la frase original en el texto griego se lee→ “Mé[22] oún tis júmas krinéto”, que literalmente se lee→ “No por lo tanto alguno os juzgue.” (Vidal 2011:704),
lo cual Reina Valera tradujo: “…por tanto
nadie os juzgue.” Dicho giro, incluye un presente de imperativo activo
[absoluto] de prohibición (Robertson 2003:533). Esto significa que lo que Pablo
escribió aquí a los Colosas, no se trata de una sugerencia o un consejo, sino,
de un mandamiento prescriptivo. Ahora bien, —y es necesario agregar— no sólo se
trata de juzgar. Esto pues el NT, —a lo menos— usa seis términos para explicar
la idea que encierra el juzgar. El término usado aquí por Pablo, no es casual o
genérico, se trata del verbo→ κρίνω (kríno)
que señala el ejercicio de un juez en un tribunal, quien distingue, o tamiza
las evidencias, decide la condena, y
finalmente castiga. En otras palabras, lo que Pablo está diciendo es que nadie,
sea hermano (un co-igual), o presbítero (autoridad eclesiástica), juzgue (comente
para mal), luego decida (perseguir para), y después, condene a alguien, por:
comida o bebida, días de fiesta, luna nueva o, “días de reposo” literal.: →“é
sabbáton.”[23] El
mensaje de Pablo es lapidario: ¡Cristo es nuestro reposo, no el sábado! Esto, “…porque el fin de la ley es Cristo,
para justicia a todo aquel que cree.” (Rom. 10:4) RV60. Basten estos puntos, para al menos,
tener algunos argumentos al respecto. Sugeriremos además la reflexión que ha
hecho el pastor John MacArthur que puede encontrar en este link[24].
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Religioso. Pág. 89.
[1] Note el lector como es que en el libro, “Creencias
fundamentales de los Adventistas del Séptimo Día”, se expone: “El emperador Constantino promulgó la
primera ley dominical civil el 7 de marzo del año 321 d.C. En vista de la
popularidad de que gozaba el Domingo entre los paganos que adoraban al sol y la
estima en que lo tenían muchos
cristianos.” (IASD 2008:280s).
[2]
Cuando se habla de
secta dentro del marco de los movimientos falsos, debemos tener en cuenta las
cinco características que aplican a ello. Esto es, 1. Una estructura piramidal
de gobierno eclesial. 2. Sumisión incondicional al dirigente o clero
representativo, en el caso de la IASD, su autoridad, aparte de las Escrituras,
es su “profeta” Elena de White (1827-1915). 3. Anulación de la crítica interna
(nadie puede cuestionar a los líderes). 4. Persecución de objetivos económicos.
5. Instrumentalización de los adeptos en orden obtener los fines de la secta.
[3] Un breve resumen de sus inicios. «William Miller […] Fue un joven
de poca educación pero decidió estudiar
la Biblia a fondo, especialmente las profecías. […] Descubrió que Cristo
volvería entre 21 de marzo del año 1843 y 21 de marzo del año 1844. […]Antes de
llegar la fecha que Miller había fijado para la segunda venida de Cristo, tenía
ya una multitud de seguidores. Pero
llegó el día predicho y... no sucedió nada. Miller dijo que seguramente él se había
equivocado y Cristo volvería para
establecer su reinado sobre la tierra el 22 de Octubre de 1844. Llegó el día
y, otra vez, nada. […] Otra vez cambió
la fecha para 1845. Cuando no sucedió el fin del mundo sus discípulos lo
abandonaron, pero no abandonaron el movimiento que él estableció. […] Jaime
White, Elena Harmon (después Elena White) y otros tomaron control del grupo.
Muy pronto comenzaron la observancia del
séptimo de como el "sábado" del antiguo testamento. […] La señora Ellen G. White tomó la posición
como profetisa. Comenzó publicando sus visiones y profecías. Estas
publicaciones son la base de la iglesia Adventista.» (Templín & Harbín 1994:30).
[4]
La Didajé entonces,
fue una especie de manual instructivo de instrucción para la iglesia primitiva.
Es una colección única de dichos [16 capítulos] de los primeros tiempos del
cristianismo con instituciones litúrgicas acerca del culto, del bautismo, la
santa cena, y los líderes de la iglesia (Patzia & Petrotta 2008:54).
[5]
Citamos aquí la investigación de pastor Sugel, quien complementa lo dicho: «“Ireneo [130-202 d.C.] discípulo de
Policarpo [69-165 d.C.], quien fue a su vez discípulo del apóstol Juan […] “En el día del Señor cada uno de nosotros los
cristianos guarda el día de reposo, meditando en la ley, y regocijándonos en
las obras de Dios”. Tertuliano (160-220):
Escribe que los cristianos “celebramos el domingo como un día de gozo. En el
día del Señor pensamos que es incorrecto ayunar o aun postrarnos en oración”.
Clemente de Alejandría [150-215 d.C.]
(contemporáneo de Tertuliano): “Un verdadero cristiano, de acuerdo con
lo ordenado en el evangelio, observa el día del Señor echando fuera todos los
malos pensamientos y dedicándose a todo lo bueno, honrando la resurrección del
Señor, la cual tomó lugar en ese día.”» (Michelén 2010:1).
[6]
Calvino escribió: “Todos los pueblos, por sí mismos, establecen sus leyes, y
por eso vemos claramente que existen conceptos primitivos de justicia y derecho
impresos naturalmente en los espíritus humanos.” (Calvino
1961:64).
[7]
Semiramis y su hijo Tamuz; Isis, la gran diosa y su hijo Iswara; Isis y Horus,
su hijo, etc.
[8]
Se refiere a la
adoración de Mitra, un dios persa antiguo. “El
mitraísmo, la adoración de Mitra (como dios sol en su forma romana) se extendió
con rapidez a todo lo largo y ancho del imperio romano durante el siglo
primero.” (Patzia & Petrotta 2008:121).
[9]
Carbó García
menciona: “Sol, Sol invictus, Deus Sol
invictus, o simplemente el invictus.” (Carbó 433).
[10] Juan Ramón Carbó García —Doctor
en Historia por la Universidad de Salamanca— añade: “Se ha
considerado que el primer testimonio de su culto en Roma es una inscripción
datada en el año 158 d.C. […] y otra
dedicatoria epigráfica datada el año 184 d.C. sería un ejemplo de los numerosos
testimonios hacia el sol invictus en la época de Cómodo [emperador de Roma entre los años
177 y 192 d.C. hijo de Marco Aurelio] emperador que emitió moneda con la imagen
del Sol, y añadió invictus a su titulatura imperial.”
(Carbó
2010:438).
[11]
Según escribe
Cardona, —profesor de historia— Mitra,
era una divinidad persa, antiguo dios solar, este dios olvidado durante el
apogeo de la religión Zoroastro, pasaría de los persas a los frigios y de éstos
a los romanos (Cardona 2001:2016).
[13]
Esta palabra significa cesación o reposo
perfecto de la actividad (Chafer & Walvoord 1976:333).
[14] «Pero había en la sinagoga de “ellos.”» (Mr. 1:23 [cf. Mt. 13:54; Jn. 18:20; Hec. 14:1;
17:10; 18:4,19).
[15]
Pablo discutía, y
persuadía a los judíos, el motivo de sus visitas a la sinagoga, todos los días
de reposo, esto es, el sábado.
[16]
El pastor Mark Martin observa: «cuando el
nuevo testamento enumera pecados, la violación del sábado brilla por su
ausencia: en Marcos 7:21-22; mencionan 13 pecados. Jesús no menciona la
violación del sábado. En Romanos 1:29-32 se mencionan 20 pecados,
pero ninguno de ellos es la violación del sábado. En Gálatas 5:19-21 se da una
lista de 15 pecados. En 2 Timoteo 3:1-4 hay una lista
de 18 pecados, pero la violación del sábado
no se menciona ni una sola vez.» (Martin 2009:1).
[18]
El aoristo, no existe en español, es un
tiempo verbal del griego de uso común en el NT.
[19]
Aoristo. El término griego es→ ἐξαλείφω (ejaleífo)
y significa frotar para borrar, es decir,
eliminar (Hec. 3:19; Apo. 3:5; 7:17 “enjugará”→ borrará).
[22]
Esta palabra aquí, es una negación, —“no”, en español— pero en griego se trata de una negación
absoluta, de allí, el auxiliar de traducción, «“nadie” os juzgue.»
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