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lunes, 7 de mayo de 2018

Análisis del libro: “La Biblia y el Futuro”, de Anthony A. Hoekema. Capítulo II: “El carácter de la escatología neotestamentaria”

Por J.A. Torres Q.



Segundo capítulo, y caminando despacio por las veredas de las páginas 25 a la 35 de la dirección Hoekema, 2008 “El carácter de la escatología neotestamentaria” capítulo dos. Y, ¿qué podemos decir hasta aquí? Como dijimos en el primer capítulo, Hoekema es un premilenarista más. ¿Por qué? Porque  hasta aquí no hay nada que el premilenarismo dispensacional niegue tocante lo que Hoekema presenta, al menos hasta aquí, en un vuelo rasante. Notemos entonces, algunos puntos de encuentro con lo que escribiera nuestro estimado hermano Anthony A. Hoekema (1913-1988).


En la explicación del primer capítulo, Anthony A. Hoekema nos expone lo relativo a la perspectiva escatológica del AT, Hoekema reconoce a lo menos, siete aspectos veterotestamentarios que los creyentes del AT esperaban ver realizados, a saber:

1.     El redentor venidero
2.     El reino de Dios
3.     El nuevo pacto
4.     La restauración de Israel
5.     El derramamiento del Espíritu
6.     El día del Señor
7.     Los cielos nuevos y la tierra nueva

(Hoekema 2008:24)


El argumento de Hoekema en este segundo capítulo declara que la escatología del AT tiene un cumplimiento parcial  que llama  “escatología inaugurada”, esto, porque muchas profecías del AT fueron cumplidas con la venida de Cristo (I venida). Citando a William Manson, Hoekema se da a entender claramente: “Cuando vamos al Nuevo Testamento, pasamos de un clima de predicción a uno de cumplimiento. Aquello que Dios había anticipado a través de los labios de sus santos profetas ya ha sido cumplido por El, al menos en parte.” (Manson en Hoekema 2008:26). Sí, al menos en parte, porque —añade Hoekema— estamos conscientes de que muchas de las predicciones de los profetas del AT no se han cumplido aún, y que hay una cierta cantidad de cosas que Jesús mismo anunció que no han llegado a su realización (“juicio del mundo”, “resurrección de los muertos”, “regreso de Jesús con poder y gloria”) (pág. 26).

Tenemos entonces, una escatología “realizada”[1] —que Hoekema prefiere llamar, “inaugurada”— y una escatología “no realizada”. ¿El por qué? Hoekema responde acertadamente: «…prefiero hablar de “escatología inaugura” en vez de “escatología realizada”. La conveniencia de este término está en que hace plena justicia al hecho de que la gran incisión escatológica en la historia ya se ha efectuado, sin eliminar por ello un desarrollo futuro de la escatología. “Escatología inaugurada” implica que la escatología ciertamente ha comenzado, pero que de ninguna manera ha finalizado.» (Hoekema 2008:30).

El segundo aspecto escatológico no realizado entonces, es lo que Hoekema denomina  la escatología  de lo “todavía no cumplido”. Aquí Hoekema ve una tensión que derivará en lo que él denomina el “ya”, y el “todavía no” (pág. 26). Lo cual explica en términos de lo que el creyente ya disfruta y lo que todavía no posee. Hasta aquí, claramente lo que dice Hoekema no haya conflicto con lo que el premilenarismo observa. El famoso “ya”, pero “todavía no”, es sin duda una manera correcta de observar que muchas profecías veterotestamentarias —especialmente mesiánicas— tuvieron su cumplimiento en la primera venida, otras, lo tendrán en la segunda venida del Señor.


Ahora, desde la página 27 en adelante, Hoekema va explicar de qué manera ve el gran acontecimiento escatológico del AT predicho por los profetas se ha cumplido, esperando otros aspectos no realizados para la consumación final del la historia (pág. 27). El siguiente cuadro muestra el argumento de Hoekema, el cual es sin duda —en nuestra opinión— un buen resumen de lo cumplido.

Profecía
Profetizado
Cumplido
La venida de Jesucristo
[Isa. 7:14]
Mt. 1:20-33
Su nacimiento en Belén
Miq. 5:2
Mt. 2:5-6
Su huida a Egipto
Ose. 11:1
Mt. 2:14-15
El rechazo de su pueblo
Isa. 53:3
Jn. 1:11
Su entrada triunfal
Zac. 9:9
Mt. 21:4-5
Las treinta monedas
Zac. 11:12
Mt. 21:15
Su lanceamento en la cruz
Zac. 12:10
Jn. 19:34
Los soldados echando suertes
Sal. 22:18
Mr. 15:24
Sobre sus huesos
Sal. 34:20
Jn. 19:33
Su entierro entre “ricos”
Isa. 53:9
Mt. 27:27-60
Su resurrección
Sal. 16:10
Hec. 2:24-25
Su ascensión
Sal. 68:18
Hec. 1:9

Teniendo en cuenta que las profecías de Isa. 7:14, Zac. 9:9  y 12:10 tienen en sus contextos originales una perceptiva escatológica no cumplida en la primera venida de Cristo (Isa. 7:149:6-7; Zac. 9:9Zac. 12, 13,14), Hoekema apunta correctamente con éstas, a la cuestión de una “escatología inaugurada”. Y esto, porque sin duda  —especialmente las referidas al mesías en su entronización a este mundo— se cumplieron concretamente con la primera venida de Cristo, agregamos: que se cumplieron  “literalmente”; especial  mención en este sentido hace Hoekema de 1 Pedro 3:18 y Hebreos 9:10-12 (1 Ped. 3:18 «Porque también Cristo padeció “una sola vez” [hapax] por los pecados y, Heb. 9:12b: «…sino por su propia sangre, entró “una vez para siempre [ephapax] en el Lugar Santísimo, habiendo obtenido eterna redención»).      


Un segundo tópico que toca Hoekema y que cualquier premilenarista confirma, es la cuestión de “los días postreros”. En términos de resumen, Hoekema menciona los siguientes giros que sin duda el NT refiere de manera clara.  A saber:

1.     “Los postreros días” (Hec. 2:16-17)
2.     “El cumplimiento del tiempo” (Gál. 4:4)
3.     “…los fines de los siglos” (1 Cor. 10:11)
4.     “…en la consumación de los tiempos” (Heb. 9:26)
5.     “…el último tiempo” (1 Jn. 2:18)


Bien dice Hoekema: “Expresiones como las que hemos considerado demuestran que el creyente del tiempo del Nuevo Testamento tenía bien en claro que estaba viviendo en los últimos días, en la ultima hora, y al fin de los tiempos” (Hoekema 2008:30). Así, el profesor Hartmut Beyer (MTh) —de convicción dispensacional— en su comentario a las “Cartas de Juan” también recalca:

«ἐσχάτη ὥρα “última hora”, solo aquí en el NT; expresión típica de Juan, un reflejo de lo que había dicho Jesús en cuanto a “su hora” o la “hora del cumplimiento de las promesas (Jn. 2:4; 4:21,23; 5:25,289; 7:30; 8:20; 12:23; 13:1; 17:1). Hora (sin artículo) no se refiere a un punto determinado de una cronología, sino es un sinónimo de tiempo. Última hora aparece aquí en el sentido de “tiempos postreros” (p.e. 1 Ti. 4:1) y “últimos días” (p.e. 2 Ti. 3:1) e.d el tiempo desde la primera venida de Cristo hasta el final de los tiempos (cp. También Stg. 5:3; 1 P. 1:5; 2 P. 3:3) […] con la prima venida de Jesucristo ha comenzado la última hora (Hch. 2:17; 1 Ti. 4:1; 1 P. 1:20; 2 P. 3:3; He. 1:2; Jud. 18).» (Beyer 2000:136).

Hasta aquí, no vemos ningún problema en la exposición de Hoekema, pues a pesar que expone de manera macro la cuestión de la perspectiva del AT y la cuestión de la escatología inaugurada, todo lo que ha escrito, es de algún modo afirmado también por el premilenarista dispensacional.

Ahora, en la última parte del capítulo dos que estamos observando (pág. 31-35), Hoekema expondrá otro aspecto propio del amilenarismo en cuanto a su manera de observar el tiempo o edades de la historia. Hablamos de la cuestión de la “era presente” y la era “por venir.” Un concepto introducido por Geerhardus Johannes Vos (1862–1949). Teólogo  Calvinista,  considerado uno de los padres de la teología bíblica reformada.  Iniciador  preliminar de la era en dos etapas como un marco escatológico novotestamentario rector. Idea popularizada posteriormente por Kim Riddlebarger en "A Case for Amillennialism" (2003) (Waymeyer 2017). El quid del capítulo dos. Pero, debemos preguntarnos: ¿Aparece este “concepto” realmente en el NT? Sin duda, es así; y en esto estamos de acuerdo, la “era presente” y la era “por venir” como terminología novotestamentaria es clara en el NT, y se encuentra explícitamente en muchos versículos. Nótese el siguiente cuadro que Hoekema presenta, al cual añadimos los versículos en donde se hace mención a esta fraseología. 


El punto clave es el siguiente: ¿qué implicancias son las que los amilenaristas ven en esta fraseología? De acuerdo a Hoekema, son dos implicancias.  Aparte de que  la “era presente” señala a la primera venida de Cristo, ésta, es la garantía, prenda y certeza de la segunda venida, y por supuesto, el cumplimiento de la “era porvenir” (pág. 33). El punto esencial de este capítulo entonces, es ésta división que se hace de las dos eras. La era presente, y la por venir. Este es el marco escatológico sobre el cual el amilenarista mira la perspectiva futura.  Divisiones que según Hoekema, son la “expectativa” escatológica del Nuevo Testamento.

Algunas observaciones

Como se acaba de mencionar, uno de los puntos esenciales de la hermenéutica amilenarista es la idea de que la historia de la humanidad  está dividida en dos eras, la “era presente” y la “era venidera”. Sin embargo, Hoekema no lo presenta aquí  como una “estructura”  o un “esquema” rector del Nuevo Testamento que se interpone al NT  para “acomodar” todos los demás aspectos de la escatología bajo este sistema. Dicho de otro modo, Hoekema es a la verdad silente respecto los énfasis que otros amilenaristas hace de esta cuestión. En efecto, la idea de la “era presente” y la “era venidera” en el pensamiento amilenarista tradicional es un pilar imprescindible para la noción de que es un esquema al que todos los demás aspectos escatológicos deben ajustarse. Un “esquema” que los amilenaristas  establecen como otro principio inamovible. Así lo recalca —por ejemplo— el pastor Michelén. Notemos algunas opiniones del Pr. Sugel que nos ayudan a entender lo que Hoekema dice de manera más ambigua.-

“Una de las cosas que tenemos que entender de la escatología, es que la escatología bíblica es sumamente simple; y yo creo que si pudiéramos ver la simplicidad de la escatología bíblica, eso nos va a llevar cada cosa en su justo lugar… ¿porqué yo digo que la escatología bíblica es simple? Porque toda la escatología bíblica solo tiene dos tramos, este siglo y el venidero.” (Michelén  2017, min. 10:10-10:60).


El pastor Michelén añade algo importante  que nos revela la importancia esencial del sistema amilenarista.  Añade:

“Es más importante que nosotros veamos la Escritura, para luego ver donde encajan esos detalles de la escatología. Pero el punto es, la pregunta que tenemos que hacernos antes que nada: ¿es este esquema, el esquema del Nuevo Testamento?  […] [Éste] es el esquema que permea el NT, este siglo y el venidero. Entonces, lo primero que tenemos que preguntarnos es, ¿es esta estructura bíblica? Y luego preguntarnos: ¿y, dónde encaja todo aquello, todo…?” (Michelén).

Teniendo estas clarificaciones del pastor Sugel que nos ayudan a entender la idea amilenial expuesta por Hoekema tocante a “era presente” y la “era venidera”, notemos por ahora solo una objeción a la perspectiva que Hoekema esboza a través de la respuesta a la siguiente pregunta.   

1.    ¿Es la “era presente” y la “era venidera” en sí, un sistema y/o esquema bíblico hermenéutico escatológico categórico en el NT?

Son aproximadamente veinticinco veces que la frase “era presente” y la “era venidera”, o “siglo venidero”, “aquel siglo”, aparecen en el Nuevo Testamento. Interesante es la traducción que hace la Biblia de Jerusalén, que Hoekema menciona: “el otro mundo.” Ahora, ¿cuál es la idea de esta fraseología, realmente constituye un esquema hermenéutico “escatológico” autoritativo apostólico? 

Es bueno recordar que la perspectiva del AT —que aun menciona Hoekema— vislumbran muchos aspectos que tuvieron su complimiento en la primera venida de Cristo, pero otros, que esperan aun, un cumplimiento final en “los días postreros”. Y, tiene razón Hoekema al mencionar aspectos como una expectativa tocante al reinado del futuro redentor, quien finalmente se sentará sobre el trono de David  (Hoekema  2008:17). Hechos que en la perspectiva premilenarista tendrán su cumplimiento de manera literal.  Sin embargo, y tomando en cuenta los aspectos proféticos escatológicos como el anterior (“era presente” y la “era venidera”), hay un grupo importante de referencias veterotestamentarias proféticas escatológicas, —aparte de la alusión explícita y reiterativa  de un “estado” escatológico (el reino, y sus condiciones)—  que subrayan “eventos”, hechos “puntuales”  coyunturales que los apóstoles  también aludieron  mencionando otros eventos escatológicos no revelados, o  desarrollados  (cf. “arrebatamiento” [1 Tes. 13:18], “tribulación” [Dan. 7:13ss; Jer. 30:1ss; Mt. 24:19ss; Mr. 13:24ss]).

Una de estas referencias se destaca como un clímax veterotestamentario que espera un cumplimiento literal, el día de YHVH. Así, los profetas distinguían bastante bien, la connotación de dicho día: “¡Ay de los que desean el día del YHVH)! ¿Para queréis el día del YHVH!? Será tinieblas, y no luz” (Amo 5:18 cf. [Isa. 27:1-13; 61:1-3; 63:1-6; Jer. 30:7ss; Ab. 1:15; Sof. 1:14-15).  Este evento es también aludido por los apóstoles del NT como un día diferente para los creyentes. Así Pablo en un tono esperanzador señala a los tesalonicenses: “…y esperar de los cielos a su Hijo, al cual resucitó de entre los muertos, es decir, a Jesús, quien nos libra de la ira venidera.” (1 Tes. 1:10).  Cabe destacar que esto en Pablo no es una cuestión ambigua (cf. 1 Tes. 5:1-11). No es extraño entonces que Juan esté en la misma sintonía escatológica señalando a la iglesia de Filadelfia: “Por cuanto has guardado la palabra de mi paciencia, yo también te guardaré de[2] la hora de la prueba[3] que ha de venir sobre el mundo entero, para probar a los que moran sobre la tierra.” (Apo. 3:10).



Este evento veterotestamentario entonces, fue profetizado mayormente desde los profetas del  reino dividido, solitario y también, los del exilio, apuntando todos hacia el horizonte escatológico del  juicio divino apocalíptico  no sólo como un tratamiento disciplinario para Israel y las naciones paganas (Nahúm/Habacuc/Lamentaciones) sino como un día en el que Dios va a desatar su ira de manera total, juicio escatológico relacionado con el yóm-YHVH: “día de Jehová” sobre todo el mundo (cf. Sal. 2:1-12; 78:56-66; 2 Tes. 1:6-10). Yendo al NT podemos constatar que la noción de los tesalonicenses respecto  este día se remite a las profecías veterotestamentarias y a cómo los profetas describieron dichos días bajo el campo semántico principal del “día de YHVH” y sus relativos: “en aquel día”, “aquel día”, “en aquellos días”, “en aquel tiempo”, “el día de la ira”, “el día de venganza”, “día de angustia”.

La importancia de este evento y los eventos subordinados a éste,  son la base escatológica sobre la que los apóstoles hablan en el NT respecto las últimas cosas, en especial Pablo, en las epístolas a los tesalonicenses, expandiendo el tópico con otros eventos declarados como misterios[4] en el NT, especialmente aquí, lo relativo al arrebatamiento (1 Tes. 4:13-18 [cf. 1 Cor. 15:55s “he aquí os digo un misterio”]).

Antes de responder a la pregunta anterior mencionando por ahora solo una objeción al modelo de dos etapas presentado por Hoekema y que observamos en este lente amilenial que, como dice el Pr. Michelén, es la “simpleza” de la “era presente” y la “por venir”, un esquema al que deben “ajustarse” los demás tópicos “escatológicos”, nótese la siguiente tabla referente a la perspectiva escatológica de los profetas que observamos de manera intermitente en el AT.

Profeta
Fecha
Contexto histórico
Profecía
Abdías
(Sur)
850 a.C.
Reino dividido
“Porque cercano está el día de YHVH sobre todas las naciones;  como tú hiciste se hará contigo;  tu recompensa volverá sobre tu cabeza.” (Abdías 1:15)
Joel
(Sur)
835 a.C.
Reino dividido
“Tocad trompeta en Sion, y sonad alarma en mi santo monte. Tiemblen todos los habitantes de la tierra, porque viene el día de YHVH porque está cercano” (Jl. 2:1) LBLA.

 “¡Ay del día!  porque cercano está el día de YHVH y vendrá como destrucción por el Todopoderoso” (Jl. 1:15 cf. [2:11])
Amós
(Norte)
755-760 a.C.
Reino dividido
“¡Ay de los que desean el día de YHVH!   ¿Para qué queréis este día de Jehová?  Será de tinieblas,  y no de luz” (Amo. 5:18).
Oseas
(Norte)
710-750 a.C.
Reino dividido
 “Y en aquel día quebraré yo el arco de Israel en el valle de Jezreel.” (Ose. 1:5 cf. [1:11; 2:21-23]).
Isaías
(Sur)
740-680 a.C.
Reino dividido
 “He aquí el día de Jehová viene,  terrible,  y de indignación y ardor de ira,  para convertir la tierra en soledad,  y raer de ella a sus pecadores.” (Isa. 13:9 cf. [Isa. 2:17-21; 24:21-23;26:1-9;34:1-15;61:1-3;63:1-4; 66:15-17])
Miqueas
(Sur)
700 a.C.
Reino dividido
“Acontecerá en aquel día,  dice Jehová,  que haré matar tus caballos de en medio de ti,  y haré destruir tus carros.” (Miq. 5:10ss)
722 a.C. Tribus del norte desaparecen y son deportadas por Asiria


Sofonías
(Sur)
625 a.C.
Reino solitario
 “Cercano está el día grande de Jehová,  cercano y muy próximo;  es amarga la voz del día de Jehová;  gritará allí el valiente. Día de ira aquel díadía de angustia y de aprieto,  día de alboroto y de asolamiento,  día de tiniebla y de oscuridad,  día de nublado y de entenebrecimiento, día de trompeta y de algazara sobre las ciudades fortificadas,  y sobre las altas torres.” (Sof. 1:14-16 cf. [1:7-12; 2:1-2;3:8])
605 a.C. Primera deportación a Babilonia
Jeremías
(Sur)
626-585 a.C.
Reino solitario

"¡Ay! porque grande es aquel día, no hay otro semejante a él; es tiempo de angustia para Jacob, mas de ella será librado.” (Jer. 30:7 cf. [3:17-18; 4:9-12; 25:32-33; 30:7-9; 31:1-10; 33:15-16)
Daniel
(Babilonia)
605-537 a.C.
Exilio
Babilonia
 “En aquel tiempo se levantará Miguel,  el gran príncipe que está de parte de los hijos de tu pueblo;  y será tiempo de angustia,  cual nunca fue desde que hubo gente hasta entonces;  pero en aquel tiempo será libertado tu pueblo,  todos los que se hallen escritos en el libro. Y muchos de los que duermen en el polvo de la tierra serán despertados,  unos para vida eterna,  y otros para vergüenza y confusión perpetua. Los entendidos resplandecerán como el resplandor del firmamento;  y los que enseñan la justicia a la multitud,  como las estrellas a perpetua eternidad.” (Dan. 12:1-3 cf. [9:24*])
605 a.C. Segunda  deportación a Babilonia
Ezequiel (Babilonia)
592-570
Exilio
Babilonia
 “Vino a mí palabra de Jehová,  diciendo: Hijo de hombre, profetiza,  y di: Así ha dicho Jehová el Señor: Lamentad:   ¡Ay de aquel día! Porque cerca está el día,  cerca está el día de Jehová;  día de nubladodía de castigo de las naciones será.” (Eze. 30:1-3 cf. [38:17-23; 39:21-22]).
586 a.C. Tercera   deportación a Babilonia, desaparece Israel

Post exilio
Zacarías
(Palestina)
520-518 a.C.
Primer regreso
Post exilio
(Zorobabel)

 “He aquí yo pongo a Jerusalén por copa que hará temblar a todos los pueblos de alrededor contra Judá,  en el sitio contra Jerusalén. Y en aquel día yo pondré a Jerusalén por piedra pesada a todos los pueblos;  todos los que se la cargaren serán despedazados,  bien que todas las naciones de la tierra se juntarán contra ella.” (Zac. 12:2-3 cf. [2:11-12; 3:9-10 (Dan.2:34-35); 12:4-14; 14:1-4,6-10).
Hageo
 (Palestina)
520 a.C.

 “Vino por segunda vez palabra de Jehová a Hageo,  a los veinticuatro días del mismo mes,  diciendo: Habla a Zorobabel gobernador de Judá,  diciendo: Yo haré temblar los cielos y la tierra; y trastornaré el trono de los reinos,  y destruiré la fuerza de los reinos de las naciones;  trastornaré los carros y los que en ellos suben,  y vendrán abajo los caballos y sus jinetes,  cada cual por la espada de su hermano. En aquel día,  dice Jehová de los ejércitos,  te tomaré,  oh Zorobabel hijo de Salatiel,  siervo mío,  dice Jehová,  y te pondré como anillo de sellar;  porque yo te escogí,  dice Jehová de los ejércitos.” (Dan. 2:20-23)
Malaquías
 (Palestina)
450-400 a.C.
Segundo regreso
Post exilio



 “He aquí,  yo envío mi mensajero,  el cual preparará el camino delante de mí;  y vendrá súbitamente a su templo el Señor a quien vosotros buscáis,  y el ángel del pacto,  a quien deseáis vosotros.  He aquí viene,  ha dicho Jehová de los ejércitos. ¿Y quién podrá soportar el tiempo de su venida?   ¿o quién podrá estar en pie cuando él se manifieste?  Porque él es como fuego purificador,  y como jabón de lavadores. Y se sentará para afinar y limpiar la plata;  porque limpiará a los hijos de Leví,  los afinará como a oro y como a plata,  y traerán a Jehová ofrenda en justicia.” (Mal. 3:1 cf. [3:4-6; 17-18; 4:1s)

 “He aquí,  yo os envío el profeta Elías,  antes que venga el día de Jehová,  grande y terrible. El hará volver el corazón de los padres hacia los hijos,  y el corazón de los hijos hacia los padres,  no sea que yo venga y hiera la tierra con maldición.” (Mal. 4:5-6)

Objeción puntual

¿Es realmente la frase “era presente y por venir” el esquema escatológico del NT? La respuesta no es simple, pero podemos responderla de dos maneras. Primero, es superficialmente fácil de afirmar, pero segundo, exegéticamente difícil de sostener.


Ahora, sin duda esta terminología aparece en el NT, —y agregamos—  muchas veces; sin embargo, no creemos que en sí, y en su intención la frase “la era presente y por venir” sea “el esquema” escatológico del NT por el cual se deba entender la escatología escritural. Por otro lado, la respuesta también es concreta. Habiendo leído todas las referencias en la que aparece esta frase, la idea es simplemente general. La distinción está justamente en las eras, en lo que es este tiempo, con respecto a lo que será aquel, el venidero. No hay indicación de que en sí, sea un marco. Y esto, hermenéutico escatológico. Notemos nuevamente la evidencia que el Hoekema y el amilenarismo nos pone en la mesa. 

“No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.” (Rom. 12:2 cf. [el mismo sentido 1 Cor. 1:20; 2:6, 8; 3:18])

“en los cuales el dios de este siglo cegó el entendimiento de los incrédulos, para que no les resplandezca la luz del evangelio de la gloria de Cristo, el cual es la imagen de Dios.” (2 Cor. 4:4 cf. [Efe. 2:2]).

“el cual se dio a sí mismo por nuestros pecados para librarnos del presente siglo malo, conforme a la voluntad de nuestro Dios y Padre” (Gál. 1:4 cf. [Lc. 16:8; Efe. 1:21; 6:12; 1 Tim. 6:17; Tit. 2:12])

“A cualquiera que dijere alguna palabra contra el Hijo del Hombre, le será perdonado; pero al que hable contra el Espíritu Santo, no le será perdonado, ni en este siglo ni en el venidero.” (Mt. 12:32)

“El enemigo que la sembró es el diablo; la siega es el fin del siglo; y los segadores son los ángeles.” (Mt. 13:39 cf. [Mt. 13:40, 49])

“Y estando él sentado en el monte de los Olivos, los discípulos se le acercaron aparte, diciendo: Dinos, ¿cuándo serán estas cosas, y qué señal habrá de tu venida, y del fin del siglo?” (Mt. 24:3)

“que no reciba cien veces más ahora en este tiempo; casas, hermanos, hermanas, madres, hijos, y tierras, con persecuciones; y en el siglo venidero la vida eterna.” (Mr. 10:30)

“Y ésta es la voluntad del que me envió, del Padre: Que todo lo que me diere, no pierda de ello, sino que lo resucite en el día postrero.” (Jn. 6:39 SRV cf. [6:40,44])

“El que me rechaza, y no recibe mis palabras, tiene quien le juzgue; la palabra que he hablado, ella le juzgará en el día postrero.” (Jn. 12:48).

“De otra manera le hubiera sido necesario padecer muchas veces desde el principio del mundo; pero ahora, en la consumación de los siglos, se presentó una vez para siempre por el sacrificio de sí mismo para quitar de en medio el pecado.” (Heb. 9:26 cf. [Heb. 1:8])

“y asimismo gustaron de la buena palabra de Dios y los poderes del siglo venidero.” (Heb. 6:5) 

Como el lector atento puede observar, la idea de “esta era” y “la por venir” en los versículos anteriores, claramente subraya aspectos temporales, teniendo un énfasis no en eventos “escatológicos” puntuales (aunque alude  algunos de manera general, por ej.: La siega [Mt. 13:39]), sino, en un estado de tiempo en que ciertas condiciones son propias de dicho estado.

La “era presente”, como una era mala gobernada por el dios de este siglo, edad en que a los creyentes se les pide prudencia espiritual. Pero, la “era por venir”, una era en la que ocurrirán varias cuestiones relacionadas al juicio divino, pero a la vez, un tiempo donde se alude a un estado de plenitud, donde la vida eterna será una realidad. En consecuencia, cada una de las referencias mencionadas claramente menciona aspectos antagónicos tensionales entre una era y la otra; donde las cosas esperan una distención final ética, moral y por sobre todo también, espiritual. Sin embargo, y, desde un lente más concienzudo, siguen siendo referencias temporales generales. Ver en esta fraseología un marco escatológico rector, o en las palabras del Pr. Sugel, un esquema, o “el” esquema escatológico del NT, es simplemente ir más allá de las afirmaciones que encontramos en estas referencias.

Note usted la diferencia que encontramos en las referencias proféticas relativas al día de YHVH, claramente éstas son de carácter no solo proféticas, sino patentemente escatológicas;  la frase “esta era” y “la por venir” además, es simplemente  una frase dada mayoritariamente en la narración, y, aunque Pablo las menciona en sus epístolas donde habitualmente sistematiza la doctrina, no son mencionadas en dichos pasajes como un corolario teológico o doctrinal escatológico; no así, —por ejemplo—la explicación de Daniel acerca de las 70 semanas (Dan. 9:20-27), o la explicación específica de Pablo acerca del arrebatamiento (1 Tes. 4:13-18).  Ambas referencias con un claro aspecto escatológico prescriptivo.  Nótese que la mayoría de las declaraciones relativas a la “era presente” y “por venir”, aunque tienen color “escatológico”, tienen más bien un carácter simplemente descriptivo (relativo a la narración, no así a la prescripción). Bien dice Hoekema, pasajes de este tipo dejan bien claro que los escritores del NT anticipaban una era futura que seguiría a la presente (Hoekema 2008:31), lo cual es diferente a señalar en sí, que éste es “el” esquema por el cual debe entenderse la profecía veterotestamentaria, incluyendo en ello las referencias del NT relacionadas a las últimas cosas.

Preguntamos de otra manera: ¿Fue la intención de Jesús y los apóstoles, ofrecer un “esquema” escatológico al mencionar  la frase “era presente” y la “era venidera”? Una segunda objeción final  que levanta la mano aquí con angustia, es sin duda el hecho de que esta inferencia  “hermenéutica”   implique el hecho de que todo los demás tenga que amoldarse a este modelo, diríamos, someterse a este esquema, tal cual sería una camisa de fuerza escatológica. Y, aunque Hoekema no menciona nada en este sentido, el Pr. Sugel —quien menciona en su conversión al amilenarismo, este el libro como uno de los libros que cambió su perspectiva traumáticamente— deja bastante al desnudo lo anterior. “…lo primero que tenemos que preguntarnos es, ¿es ésta estructura bíblica? Y luego preguntarnos: ¿y, dónde encaja todo aquello, todo…?” (Michelén).

Queda otra respuesta a la pregunta: ¿qué implicancias son las que los amilenaristas ven en esta fraseología? En términos concretos: La eliminación de un milenio. ¿Por qué´? Porque no cabe dentro de este “sistema”. En otras palabras, no calza, de allí que se hace obvio y necesario un milenio “espiritual” (hoy estamos en el milenio). El argumento sería: los pasajes “claros” deben interpretar los pasajes “oscuros”, y Apocalipsis 20  sería entonces, el pasaje oscuro que tiene su explicación bajo la “luz” de la “era presente” y al “era por venir”. No cabe duda que lo anterior es exegéticamente cuestionable, no obstante, hay otra cosa que es aun más preocupante. La persuasión del esquema. En efecto, el conocido teólogo amilenarista Sam Storms no dudo señalar que: “si Apocalipsis 20 enseña una visión premilenial… tengo que abandonar la inerrancia bíblica”.  (Storms 2009:1:15:22ss). Dicho de otro modo, en la teología reformada, el dicho “ecclesia reformata semper reformanda” no puede aplicarse a la escatología, al parecer, esto sería un atentado al esquema, lo cual es sin duda la espada de Damocles detrás de todo laico reformado, no sé, si de todo exégeta serio.





Bibliografía 


Hoekema A. Anthony 2008. La Biblia y el Futuro. Gran, Rapids, MI: Desafío.
Michelén, Sugel 2017. Milenio y el Siglo Venidero. Internet
                URL:   https://www.youtube.com/watch?v=hbl0Ebf9JLg
Waymeyer, Matthew 2017. Introducción al Modelo de Dos-Etapas. Internet URL:
Storms, Sam 2009. An Evening of Eschatology. Bethlehem College and Seminary. (Min. 1:15:22ss). Internet URL: https://www.desiringgod.org/interviews/an-evening-of-eschatology







[1] Un dato histórico importante es el que menciona Hoekema esto es, el término escatología inaugura es utilizado por J.A.T. Robinson en su libro “Jesus and His Coming”. Añade Hoekema que este fue sugerido por primera vez por G. Florovsky (Hoekema 2008:30).
[2] No se dice “en” la ira, o “durante” la ira,” sino, “de” la ira. ἐκ τῆς ὥρας τοῦ πειρασμου (ék tñs jóras tũ peirasmu) “de la hora del prueba”, con la preposición ἐκ (ék) con la idea de “salir de”. Esto es, el Señor promete sacar a los suyos en dicho tiempo de juicios. El profesor Truman añade, Dios promete guardar la Iglesia del alcance de la tribulación,  1 Ts. 1:9-10 (Truman 2016:1)
[3] Como señala el profesor Millos, esta “hora de la prueba”, corresponde a los acontecimientos propios del “día de Dios”, el “día de YHVH”  tantas veces mencionado el AT, cabe destacar que esta prueba de juicio no se menciona en ninguna otra parte de las Escrituras con dicha connotación, pues es la que ha de venir sobre el mundo entero, el mundo habitado, esto, para “probar a los que moran en la tierra”, una descripción de aquellos hombres que han hecho de este mundo, su hogar, su dios (cf. 6:10;8:13;11:10;12:12;14:6) (Millos 2010a:286).
[4] El misterio de la iglesia (Efe. 1:20-22; Mt. 13:45-46). El misterio de “Cristo en vosotros” (Col. 1:27; Jn. 14:20; 17:23). El misterio de la unidad de Cristo y su iglesia (Efe. 5:31-32; Jn. 17:21-23). El misterio del estado presente de endurecimiento la nación de Israel (Rom. 11:25; Mt. 13:44). El misterio de la iniquidad, al presente activo (2 Tes. 2:7; cf. [Mt. 13:31-33]). El misterio de judíos y gentiles unidos en un solo cuerpo (Efe. 3:5-6; Jn. 10:16), y el misterio del arrebatamiento, revelado por Pablo en 1 Tesalonicenses 4:13-18 (cf. 1 Cor. 15:55s “he aquí os digo un misterio”). 


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