Por J.A. Torres Q.
Habitualmente,
cuando un erudito hace declaraciones cuestionables, no cita versículos, sino,
un elaborado pensamiento o simplemente, una declaración directa de una “verdad”
(nueva) que el iluminado autor quiere compartir con sus lectores. Aquí, otro
caso que de hecho, ya he aludido antes, Samuel Pagán, así es, quien tiene más
de un doctorado y es respetado en el medio evangélico, en mi opinión, más por
su “erudición” que por su certeza exegética, dos cosas que evidentemente, no
siempre están unidas; aquí, y en el siguiente ejemplo y aun siendo “erudito”
(académico) simplemente no distingue la verdad circunstancial (el relato), de
la verdad teológica (la teología). Específicamente, y relativo a la “verdadera”
razón de la elección de Israel, Pagán dice escribiendo:
“No fue
elegido Israel por alguna virtud étnica, de acuerdo con las narraciones
bíblicas, sino porque estaban cautivos en Egipto, porque sufrían las penurias
de la opresión, porque vivían la angustia de la persecución por parte de las
autoridades políticas de Egipto. El fundamento primordial para la selección
divina fue la fragilidad humana y nacional, no el descubrimiento de
características especiales del pueblo. El Dios eterno y liberador respondió
al clamor de un pueblo en necesidad, y esa respuesta al reclamo humano fue el
contexto básico para la selección del pueblo de Israel.” (pág. 32).
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Vamos
con las aclaraciones. Por supuesto,
Israel no fue elegido “…por alguna virtud étnica”, pero, de acuerdo con
las narraciones bíblicas, ¿fue realmente elegido porque estaban cautivos en
Egipto? ¿Fueron elegidos simplemente —como dice Pagán— porque sufrían las
penurias de la opresión, porque vivían la angustia de la persecución por parte
de las autoridades políticas de Egipto? Veamos, como le digo a mi hijo en su “obligada”
lectura diaria de las Escrituras, específicamente cuando vuelve con alguna
pregunta: ¿¡Qué dice ahí Josué!? ¡No Josué! …no te pregunto lo que tú vez,
sino, lo que dice el autor.
Veamos
entonces, la respuesta circunstancial primero, para después observar las respuestas
teológicas del mismo texto: de acuerdo a Éxodo 2:23-25, efectivamente, Israel
estaba cautivo en Egipto y sufría las penurias de la opresión, y sin duda,
vivían la angustia de la persecución por parte de las autoridades políticas de
Egipto, pero, el texto señala: “…los hijos de Israel gemían a causa de la
servidumbre, y clamaron; y subió a Dios el clamor de ellos con motivo de su
servidumbre. Y oyó Dios el gemido de ellos, y se acordó de su pacto…” (Éxo.
2:23-24a). ¿Observa bien lo que dice el texto? Se acordó de “Su” pacto. El
texto hebreo que conoce muy bien Pagán dice וַיִּזְכֹּ֤ר אֱלֹהִים֙ אֶת־בְּרִית֔וֹ “y recordó
Dios (elohim) Su pacto”.
Primera
clarificación: Dios eligió a Israel porque se acordó de “Su” pacto. Segundo,
“el fundamento primordial para la selección divina” nada tuvo que ver con la
cuestión circunstancial, sino, con Él carácter de Dios quien cumple Sus
promesas y determinaciones eternas. Dicho en otras palabras: Su Palabra estaba
en juego, no simplemente una reacción “socialista” redentora de un pueblo que
no dejaba de quejarse desde la tierra haciendo ruido hasta el tercer cielo.
Segundo,
no era cualquier pueblo el que estaba sufriendo, era el pueblo del pacto
incondicional que Dios había hecho, de allí que el autor bíblico añada: “…y
se acordó de Su pacto con Abraham, Isaac y Jacob.” (Éxo. 2:24b). Dios había
empeñado Su palabra y con ello, la veracidad del único Dios verdadero entre el
panteón pagano de la época.
Tercero,
para que el lector no confunda una “ayuda social cósmica” con lo que es Su
pacto, leemos en el versículo 25: “Y miró Dios a los hijos de Israel, y los
reconoció Dios.” Note con atención, dice “y los conoció Dios”. El
verbo hebreo “conocer” aquí, es traducido por la LXX por el conocido γινώσκω (ginósko).
Como seguramente usted sabe o ha escuchado, ginósko no es esencialmente
un término de carácter “informativo”, sino, “relacional”. ¿Qué estaba diciendo
Dios entonces? Dios se acordó de ellos no solamente porque se acordó de Su
pacto, y con ello, de Su Palabra empeñada, sino también y de manera esencial,
porque los re-conoció como propiedad personal. Esto último nos dirige a
las respuestas teológicas.
Dios
eligió a Israel, no porque sufrían opresión, eso fue una cuestión
circunstancial: los eligió por una cuestión que trasciende la eternidad. El
mismo les dijo: “Con amor eterno te he amado…” (Jer. 31:3). ¿Amor
eterno? ¿A qué se refiere Jeremías? ¡Pablo responde a esta duda! “No ha
desechado Dios a su pueblo, al cual desde antes conoció.” (Rom. 11:2b).
Nota nuevamente, “…al cual desde antes conoció”, que es la traducción
del aoristo de proginósko, aquí, “proégno”; nótese: pro-ginósko
que, señala una relación paternal eterna de amor. Dicho en otras palabras, la
elección de Israel está en la misma perspectiva divina de a quienes Pablo alude
en Romanos 8 como a quienes Dios “… antes conoció→ [proégno], y antes
predestinó” (Rom. 8:29). ¿Escogió Dios a Israel entonces porque simplemente
estaban sufriendo?
Déjenme
terminar con una ilustración. Supongamos que un día vas a buscar a tu hijo al
colegio y te das cuenta que hay dos niños peleando duramente, sin duda,
—piensas— como están las cosas decides ignorarlo, no quieres involucrarte en
algo que pudiera traerte problemas, en efecto, no sabemos quiénes son sus
padres; simplemente, no los tomas en cuenta porque de hecho, también, no tienes
nada que ver con ellos. Pero, —acto seguido— volteas a ver hacia el otro lado y
literalmente ves a tu hijo siendo golpeado por un niño abusivo, ¿qué haces?
¿Eres impulsado porque estás frente a una injusticia social? ¿Intervienes
porque la paz de los futuros hombres ha sido quebrantada? ¿Eres impulsado
porque ese niño ya está en suelo y es demasiado el abuso? ¡Por supuesto que no!
Intervienes y, “en el acto” porque quien
está siendo objeto del abuso es ¡Tú
hijo! A quien amas con todo tu corazón.
Bueno,
esta es la base esencial de nuestra elección. Su amor incondicional por
nosotros (Rom. 8:2); de la misma manera, la base de la elección de Israel por
parte de Dios es Su propio amor eterno e
incondicional expresado en algo que tiene el mismo rigor teológico que Su Palabra escrita. Entonces, ¿fue elegido
Israel simplemente porque sufrían las penurias de la opresión? ¿Fue el “fundamento”
primordial para la selección divina la
fragilidad humana y nacional, y no el descubrimiento de características
especiales de este pueblo? Bueno,
contrariamente a lo que dice Pagán, Israel no es especial porque en sí, tenga
algo especial, lo cual es bastante claro en Deuteronomio 7:6-8; por el
contrario, llegó a ser especial, porque cualquiera que no lo merezca, pero, que
es objeto del eterno amor de Dios, entonces, automáticamente llega a ser
especial, en este caso, porque Dios los hizo especiales al haber “pensado” en
amor en ellos en la eternidad.
Muy buena observación. Agradecido.
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