Por J.A.
Torres Q.
Tema:
“Nadie puede escapar de los propósitos de Dios”; sermón predicado, aquí.
Bosquejo exegético (resumen)
I.
La orden de
Dios y la respuesta de Jonás
A.
La revelación
de Dios a Jonás 1:1
B.
El mandato de
Dios a Jonás 1:2
C.
La
desobediencia de Jonás 1:3
II.
La intervención
de Dios sobre las circunstancias naturales
A.
La
intervención sobrenatural de Dios 1:4
B.
La reacción
de los hombres 1:5a
C.
La actitud de
Jonás 1:5b
D.
La reacción
del capitán 1:6
III.
La
intervención de Dios sobre las circunstancias humanas
A.
La resolución
de la tripulación 1:7a
B.
El resultado
de la suerte 1:7b
C.
La
interrogación a Jonás 1:8
D.
La respuesta
de Jonás 1:9
IV.
La reacción
de los hombres a la soberanía de Dios
A.
El gran temor
de la tripulación 1:10-11
B.
La sugerencia
y respuesta de Jonás 1:12
C.
La primera
reacción de los hombres 1:13
D.
La
desesperación de los hombres frente a Dios 1:14
E.
La segunda
reacción de los hombres 1:15a
F.
La respuesta
del mar 1:15b
G.
La actitud de
los hombres frente al Dios de Jonás 1:16
H.
La
providencia de Dios sobre Jonás 1:17
|
Comentario
exegético Jonás 1:10-17 desarrollo
Tema: "Nadie
puede escapar de los propósitos de Dios", sermón predicado, aquí.
I. La orden de Dios y
la respuesta de Jonás
A. La revelación de
Dios a Jonás 1:1
El
texto empieza como es común en el Antiguo Testamento cuando es Dios quien toma
la iniciativa, cuando desea revelar su voluntad. Así, el texto hebreo señalaוַֽיְהִי֙
דְּבַר־יְהוָ֔ה lit.: “vino
palabra de YHVH” (cf. 1 Sam.
15:10; 2 Sam. 7:4; 1 Rey. 6:11; 2 Cro. 11:2; Isa. 38:4; Jer. 1:4; Eze. 17:1;
Hag. 1:3, et al.) en este caso, a
Jonás, hijo de Amitai. Aquí, dos veces
(1:1; 3:1). El texto es claro en señalar que fue Dios quien entregó la palabra
al profeta. No se trata entonces, de la palabra de Jonás, sino, la palabra de
YHVH.
B. El mandato de Dios a
Jonás 1:2
La
orden de Dios a Jonás es específica y a la vez, absoluta. Y, el texto hebreo
subraya la urgencia divina a través de dos imperativos que el texto pone juntos
ק֠וּם לֵ֧ךְ de manera asindética que literalmente se lee:
“Levántate ve.” El lugar, Nínive, la gran ciudad fundada por Nimrod (cf.
Gén. 10:11), la cual Senaquerib había hecho la capital de Asiria; ubicada hoy,
en lo que es Irak[1].
Una ciudad antigua que aun es mencionada en las cartas de Tell el-Amarna (XIV
a.C.), datadas unos ochocientos años antes de los tiempos de Jonás[2]. Y
es Dios quien la describe como Nínive הַגְּדוֹלָ֖ה
“la grande.” Dato que concuerda
con la información que da Diodoro, quien señaló en su momento, que la extensión
de esta ciudad era aproximadamente, “1800 acres”[3]
(7.284.342 Mt2). Como bien señala Gary Williams, llama la atención
el uso de este adjetivo “grande” (gadol),
al menos en el libro, aparece 14 veces (cf. 3:2,3; 4:11).
La comisión también fue clara. “Pregona” contra (עַל) ella, y Dios no señala aun el contenido del pregón.
Solo aquí el texto sugiere el tercer imperativo divino: “pregona.” Cabe señalar que este sustantivo es muy
importante en relación a la comisión que Dios está encomendado a Jonás. El
término hebreo es קָרָא (cará) y significa “aclamar”, “anunciar”,
pero, con la rigurosidad y solemnidad de un mensajero divino. La LXX traduce
este término con κηρύσσω, de donde surge el concepto del
“heraldo.” En este sentido, no fue Jonás el primer heraldo de Dios. Pedro
escribe. “…y si no perdonó al mundo
antiguo, sino que guardó a Noé, pregonero […] de justicia.” (2
Ped. 2:5). Noé fue el primer pregonero bajo los términos que Dios también
comisionó a Jonás. En este sentido, Jonás no podía editar el mensaje. Aunque el
concepto que comporta el término heraldo fue posterior, la carga conceptual de
su rol, ya estaba presente en los tiempos de Jonás, de manera que él debía
ceñirse al mensaje que Dios le iba a dar. Así, la LXX deja ver la rigurosidad
de la comisión subrayando κήρυξον ἐν αὐτῇ κατὰ τὸ κήρυγμα (Jon. 3:2),
esto es, “proclama según el contenido que yo te diré.”
Finalmente, la razón de la comisión, es
también expuesta a Jonás por Dios. “…porque
ha subido su maldad delante de mí.” (Jn. 1:2c). Interesante, no solo los
sacrificios (“holocausto” [lo que sube]) subían hacia Dios, sino aquí también,
la maldad de los hombres. Finalmente, la razón de la comisión, es también
expuesta a Jonás por Dios. “…porque ha
subido su maldad delante de mí.” (Jn. 1:2c). Interesante, no solo los
sacrificios (“holocausto” [lo que sube]) subían hacia Dios, sino aquí también,
la maldad de los hombres. Ahora bien, la crueldad de los asirios fue un tema conocido en aquellos días. JoAnna
Hoyt comenta:
“Asiria es legítimamente conocida por su
extrema brutalidad hacia sus enemigos. A pesar de que Asiria era inestable
durante los días de Jeroboam II, su maldad continuó (cf. Jonás 3: 8), incluso
si no estaba tan organizada como antes y después, y aumentó cuando más tarde
recuperaron la fuerza nacional. Shalmaneser III (858–824 aC; antes de
Jeroboam II) recordó la brutalidad asiria en las puertas de su palacio en
Balawat. Aunque las puertas de madera no sobrevivieron al tiempo, las bandas
de bronce que encajonaron las puertas y sus grabados sobrevivieron. Una
imagen muestra a Shalmaneser rodeado por las manos, pies y cabezas
desmembradas de sus enemigos, y un cuerpo intacto empalado en una estaca.
Otra parte muestra tres apuestas, cada una empalada con ocho cabezas
enemigas. Más evidencia se encuentra en los relieves que conmemoran la
invasión de Judá y Lajish (entre otros) en Sennacherib (705–681 a. C.;
después de Jeroboam II) en 701 a. Una imagen muestra a un asirio con una
colección de cabezas a sus pies; mientras que otra imagen, más espantosa, muestra
a los asirios despellejando a sus enemigos. Comprender esta historia es
importante para entender el libro de Jonás. Si el personaje principal del
libro de Jonás es el Jonás de 2 Reyes, fue enviado a Nínive cuando no
representaba una amenaza inmediata para Israel debido a sus luchas internas,
y no había planteado una amenaza para la generación anterior (Walton, 102). .
Si bien Nínive todavía era muy malvado, estaba más preocupado por los
problemas en el hogar que por conquistar otras naciones. Sin embargo, el
recuerdo de su gran maldad hacia Israel no habría sido olvidado. Su historia
de brutalidad puede haber jugado un papel en la negativa de Jonás a
profetizarles.”[4]
|
Ahora bien, de
acuerdo Finkelstein y Silberman[5] —quienes citan a Cogan y Tadmor— los reyes asirios relacionados con la historia de Israel y Judá
desde Salmanasar III, hasta Asurbanipal, reinaron entre el 895 a.C. hasta
aproximadamente el año 627 a.C. Haciendo una comparación básica aquí, podemos
notar los siguientes paralelos con los reyes asirios de la época de Jonás.
Salmanasar III
|
859-824 a. de C.
|
|
Adad-nirari III
|
811-783 a. de C.
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Teglatfalasar III
|
745-727 a. de C.
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Época de Jonás
Rey: Jeroboam II (793-753 a.C.) 2 Rey.
14:27
|
Salmanasar V
|
727-722 a. de C.
|
|
Sargón II
|
722-705 a. de C.
|
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Senaquerib
|
705-681 a. de C.
|
|
Asaradón
|
681-669 a. de C.
|
|
Asurbanipal
|
669-627 a. de C.
|
C. La desobediencia de
Jonás 1:3
Desobedecer
a Dios, siempre es un retroceso. El mandato fue, “levántate y ve” a
Nínive. No obstante, Jonás se levantó,
pero, para huir a Tarsis. Tres veces se repite que el profeta iba “a Tarsis”,
y dos veces que huía “de la presencia de Yahvé”. Además, como el verbo
traducido “entró” es literalmente “descendió”, este verbo también se repite dos
veces, sugiriendo que Jonás se alejaba de Yahvé no solo horizontalmente
(huyendo de la tierra de Yahvé y de Nínive, lugar de la misión), sino también,
verticalmente. Huir de Dios, es siempre
descender. Y en la mayoría de los casos, —sino en todos— incluye una ignorancia
total de dónde se va a parar producto de la ceguera que incluye el orgullo de
la desobediencia y la autosuficiencia. En este sentido, —como señala Gary
Williams— hay ironía en el verbo “descender” (יָרַד)
en el libro. En 1:3, el texto señala que Jonás “descendió” (יָרַד) a Jope. Después en 1:3b, que lit.: “descendió”
(יָרַד) en una nave. Luego en 1:5,
nuevamente que “descendió” (יָרַד) al interior de la nave. Dicho
en otras palabras, su huida había sido un descender continuo, un alejamiento
vertical de Dios que Jonás no sospechó que le alejaría tanto de Dios al punto
que “descendió” (2:6 יָרַד) hasta las mismas puertas de
la muerte (2:6). Finalmente,
este versículo señala dos veces la intención de Jonás, diríamos, la ridícula
intención de profeta, quería huir de Jehová. Aunque el giro מִלִּפְנֵ֖י יְהוָ֑ה (lit.:
“de delante de YHVH”) no incluye la palabra
“presencia”, la idea está implícita como se observa en la LXX ἐκ προσώπου κυρίου (“del rostro del Señor”). Y, tal intención, —como lo
constata el texto— también era del
conocimiento de los hombres de la tripulación como señala claramente 1:10 “Porque ellos sabían que él huía de la presencia del SEÑOR.”
II. La intervención de
Dios sobre las circunstancias naturales
A. La intervención
sobrenatural de Dios 1:4
Como lector puede observar, el relato de los primeros versículos
nos relata la comisión de Dios a Jonás, y el versículo tres, deja ver la
respuesta de Jonás al mandato divino de
manera deliberada (וַיָּ֤קָם יוֹנָה֙ לִבְרֹ֣חַ
“y
Jonás se levantó para huir”). Sin embargo, de acuerdo al 1:4 notamos que la
reacción Dios frente a la desobediencia circunstancial de Jonás, fue
sobrenatural, dejando ver el relato claramente
que las inclemencias del tiempo estaban siendo controladas por Dios.
Primero, el texto señala que Dios envió un gran viento (רֽוּחַ־גְּדוֹלָה֙) que
trajo con ello, una gran tempestad (סַֽעַר־גָּד֖וֹל) que casi rompió la
nave. Desde aquí, el texto revela un quiasmo o estructura quiástica. Lo notan varios autores en este sentido (Gary
Williams, John D. Hannah, Walvoord, Roy B. Zuck et al.). Ahora bien, el
quiasmo es una figura retórica basada en la repetición. Como señalan J. Scott
Duvall, J. Daniel Hays, rara vez se observa en castellano, pero en el AT lo
usaron habitualmente[6].
El quiasmo en sí, es un tipo de paralelismo observado en una sección del texto
que se repite. Ahora, lo que se repite son frases que aparecen en un orden
particular (a,b,c,d), para posteriormente ser observado de nuevo, pero con un
orden inverso (d,c,b,a).
a YHVH hizo levantar un gran viento
(1:4a)
|
b hubo una tempestad en el mar (1:4b)
|
c los
marineros tuvieron gran temor (1:5a)
|
d los
hombres clamaron cada uno a su dios (1:5b)
|
e
echaron al mar los enseres (1:5c)
|
f el
patrón de la nave se acercó a Jonás (1:5-6a)
|
g los
marineros buscaron al culpable (1:7)
|
h los
marineros interrogaron a Jonás (1:8)
|
i Jonás confesó temer a YHVH (1:9)
|
h los marineros interrogaron a Jonás (1:10)
|
g los
marineros buscaron qué hacer (1:11)
|
f Jonás hablo a los marineros para que no
perecieran (1:12)
|
e los marineros inútilmente remaron para
salvarse (1:13)
|
d los
marineros clamaron a YHVH (1:14)
|
c los
marineros lanzaron a Jonás al mar (1:15a)
|
b el mar se aquietó (1:15b)
|
a los marineros temieron a YHVH (1:16)
|
B. La reacción de los
hombres 1:5a
Este versículo revela la acción de los hombres frente a la gran
tempestad. Cabe señalar que como tal
estos hombres eran duchos en navegación, sin embargo, esta tempestad no era la
que quizás ellos habían muchas veces surcado.
Dos cosas se subrayan aquí de estos
hombres lo que también subraya el hecho como un acontecimiento que estos
hombres no habían experimentado, o al menos, no era común, pues, marineros
teniendo temor del mar es de al un modo un indicativo de que lo más probable no
eran marineros, o que tal tempestad
escapaba a la experiencia naviera de estos hombres. Sin embargo, el
texto señala claramente que eran marineros, y que les sobrevino primero,
un gran temor, y después, un ruego colectivo religioso; así el texto
señala וַֽיִּזְעֲקוּ֘ אִ֣ישׁ
אֶל־אֱלֹהָיו֒ “y clamaron
cada uno a sus dioses”; no obstante, la falta de respuesta de parte de los
dioses de estos hombres y principalmente, frente a una ausencia salvífica de
parte de sus ídolos, llevó a la tripulación a arrojar del barco lo
que era carga innecesaria.
C. La actitud de Jonás
1:5b
Paralelamente a estos hechos, el texto revela que Jonás había bajado al interior de la nave
y se había echado a dormir. Aunque algunas traducciones añaden que dormía “profundamente” (NVI/LBLA), el
texto hebreo solo describe el acto con וַיֵּרָדַֽם[7] “y se durmió”, verbo que sin embargo, no se usa del sueño
común[8], sino, del sueño profundo como el de Sísara (Jue. 4:21 cf.
[Prov. 10:5; Dan. 8:18; 10:9]) lo cual también se acentúa por las palabras del
capitán “¿Qué tienes, dormilón…?”
(Jon 1:6a). Sin duda la actitud de Jonás desde que subió al barco,
fue la de total relajo.
D. La reacción del
capitán 1:6
Todos han reaccionado ante tan grande tempestad, sin embargo, Jonás
sigue durmiendo. De manera que tal hecho llama la atención de los tripulantes,
en especial, del capitán del barco quien no duda preguntar a Jonás. Así la LBLA traduce “¿Cómo es que estás
durmiendo?”; NVI “¿Cómo puedes estar durmiendo?” Es interesante
notar que el capitán —como a los demás—
ordena a Jonás primero, levantarse (קוּם) y luego invocar (קָרָא) a אֶל־אֱלֹהֶ֔יךָ “a
tus dioses.” No tenía él —por supuesto— un conocimiento de YHVH acabado.
Solo tiene en mente una leve esperanza (אוּלַי → “quizás”
cf. [Gén. 18:29; 24:39; 28:19]), la cual requiere de la ayuda de todos los dioses que pudieran acudir
a ellos para que no perecieran.
III. La intervención de
Dios sobre las circunstancias humanas
A. La resolución de la
tripulación 1:7a
El versículo siete denota
que la acción es continuaוַאֲמַרֻו “y dijeron.”
Así, la reacción de los tripulantes —“echemos suertes para saber por causa de
quién nos ha venido esta calamidad” (LBLA)— surge de la incomprensible actitud
de Jonás, frente al caos en el barco. Hasta aquí, Dios ha dirigido todo los
acontecimientos posteriores a la desobediencia de Jonás. Por supuesto, la idea
de los marineros de “echar suertes” (cf. Lev. 16:8; 1 Cro. 24:31;
25:8; 26:13, 14; Neh. 11:1) era común para ellos, aun para los judíos y
posteriormente también, los “cristianos” (cf. Hec. 1:6); sin embargo,
tal práctica tampoco estaba fuera del alcance de la soberanía de Dios, y aquí,
principalmente sobre el tratamiento que Dios estaba llevando a cabo sobre
Jonás.
B. El resultado de la
suerte 1:7b
La suerte fue echada y calló “fortuitamente” sobre Jonás. Bien
señala Salomón: “Podremos tirar los dados, pero el Señor decide cómo caen”
(Pro. 16:33 NTV). Interesante es el comentario aquí de Jamieson y Fausset et al.: “La tradición primitiva y la conciencia natural, llevaron a creer aun a los
paganos, que un hombre culpable envuelve a todos los que están asociados con
él—aunque sean inocentes—en el castigo. Así Cicerón (Nat. Deorum, 3:37)
menciona que los marineros que navegaban con Diágoras, un ateo, atribuyeron una
tormenta que los tomó, a la presencia de él en el barco (véase Horacio, Odas 3.
2. 26).”[9]
El texto hebreo deja ver la asentada convicción de los hombres sobre este
método, “y se dijeron… ¡vamos! Y echemos suertes y sepamos por causa de
quien el mal este nos vino a nosotros” (Jon. 1:7). El resultado וַיִּפֹּ֥ל
הַגּוֹרָ֖ל עַל־יוֹנָֽה “y cayó la suerte en Jonás.”
C. La interrogación a
Jonás 1:8
En vista que la suerte cayó sobre Jonás, las preguntas de los
marineros siguieron esta práctica. Así,
“el dijeron a cada uno” del 1:7a,
ahora es, “y dijeron a él” (1:8a), Jonás. El interrogatorio constó de dos partes.
Primero, una pregunta de causa y efecto, y segundo, preguntas personales. Así,
RV traduce: “Decláranos ahora por qué nos ha venido este mal” (1:8). Sin
embargo, la idea esencial de esta primera interrogación, no es impersonal como
deja ver la idea anterior, por el contrario, de algún modo los marineros sabían
que lo que estaba ocurriendo no tenía una causa general o impersonal. Por ello
preguntan, y con urgencia, הַגִּידָה־נָּ֣א “decláranos
ahora” בַּאֲשֶׁ֛ר לְמִי “por causa de quien”, con el pronombre
interrogativo relativo מִי (cf. Pro. 23:29). Ahora, sin duda no estaban pensando en
Dios (YHVH) en primera instancia, sino, en un culpable, como el caso de Diágoras.
Ahora,
la segunda ronda de preguntas, sin duda
apuntaba a saber si Jonás era de algún modo un candidato para dicha
culpabilidad. Dos preguntas concretas le
hicieron los marineros: “¿Qué oficio
tienes, y de dónde vienes? ¿Cuál es tu tierra, y de qué pueblo eres?” (1:8b).
D. La respuesta de
Jonás 1:9
Si
ordenamos estas preguntas con las respuestas respectivas de Jonás, podemos
observar algunos detalles importantes.
“¿Qué oficio tienes, y de dónde vienes?
(1:8b).
¿Cuál es tu tierra, y de qué pueblo eres?”
(1:8b).
|
“Soy hebreo, y temo a Jehová Dios de
los cielos, que hizo el mar y la tierra.” (1:9)
|
En términos
concretos, Jonás no respondió precisamente a las preguntas, aunque reconoció
de qué pueblo venía, no dijo que él era
un profeta de YHVH. “¿Qué oficio tienes, y de dónde vienes?” (1:8b).
Jonás era profeta y venía de Gat-hefer, cerca de Nazaret (2 Rey. 14:25). Sin
embargo, su respuesta en cuanto a quien servía, no fue superficial. Declaró que
temía a יהוה
añadiendo teología a su
declaración, diríamos teología mosaica al respecto, evocando claramente la idea
del génesis del único Dios verdadero.
וְאֶת־הַיַּבָּשָֽׁה׃
|
אֶת־הַיָּ֖ם
|
אֲשֶׁר־עָשָׂ֥ה
|
[…]
|
הַשָּׁמַ֙יִם֙
|
אֱלֹהֵ֤י
|
|
y la tierra
|
el mar
|
que hizo
|
de los cielos
|
Dios
|
||
וְאֵ֥ת הָאָֽרֶץ׃
|
אֵ֥ת הַשָּׁמַ֖יִם
|
אֱלֹהִ֑ים
|
בָּרָ֣א
|
|||
y la tierra
|
los cielos
|
Dios
|
Creo
|
Como
se observa en la comparación anterior, Jonás claramente subraya su teísmo
basado en la primera declaración teísta de la Escrituras. De algún modo, era un
rebelde con conocimiento. Aunque añade un dato contextual, así, Dios no solo es
el Creador y tiene control sobre los cielos y la tierra, también hizo el mar (cf.
Job. 38:8; Sal. 33:7; 65:7; 89:9; 107:29; Pro. 8:29), por lo que también tiene
control sobre él, al igual que el Señor Jesús, cuestión que aun los hombres
pudieron constatar: “… ¿Qué hombre es éste,
que aun los vientos y el mar le obedecen?” (Mt. 8:27).
IV.La reacción de los
hombres a la soberanía de Dios
A. El gran temor de la
tripulación 1:10-11
La reacción de los hombres fue instantánea y consensual, el texto
señala que tuvieron gran temor (יִרְאָ֣ה גְדוֹלָ֔ה) la LXX traduce φόβον μέγαν,
preguntando en el acto a Jonás, por qué él había hecho tal cosa; y de hecho,
sabían que él huía de la presencia de YHVH. Por esta razón, la segunda pregunta
vino casi de manera natural: “¿Qué haremos contigo para que el mar se nos
aquiete? Porque el mar se iba embraveciendo más y más.” (1:11). De algún
modo los marineros sospechaban que Jonás
tenía la respuesta, en efecto, estaba huyendo de su Dios.
B. La sugerencia y
respuesta de Jonás 1:12
Es interesante lo que dice Jonás aquí. Él está muy consciente de que él es la causa de la ruda tempestad,
por lo que les sugiere la solución a los asustados marineros: “Tomadme y
echadme al mar.”
C. La primera reacción
de los hombres 1:13
Cabe señalar que las palabras de Jonás no fueron preliminarmente
seguidas por los marinos, seguramente no querían lidiar con algún tipo de
castigo de parte del Dios de Jonás. Ahora, el texto revela que los marineros
antes, trabajaron para hacer volver la nave a tierra. Ahora bien, el término חָתַר implica esfuerzo, así, “el abrirse paso a
la fuerza.” La LXX usa el verbo παραβιάζομαι que tiene la
idea de emplear la fuerza en contra de la naturaleza[10] (cf.
Gén. 19:9; 1 Sam. 28:23; Lc. 24:29; Hec. 16:15). Cabe señalar que todas las
acciones hasta aquí, son consecutivas, lo que demuestra que el relato es
vívido.
(Jon. 1:4)
|
וַֽיהוָ֗ה הֵטִ֤יל (“y YHVH envió”)
|
(Jon. 1:5)
|
וַיִּֽירְא֣וּ הַמַּלָּחִ֗ים (“y se asustaron los marineros”)
|
(Jon. 1:5)
|
וַֽיִּזְעֲקוּ֘ (“y clamaron”)
|
(Jon. 1:5)
|
וַיָּטִ֙לוּ (“y arrojaron”)
|
(Jon. 1:6)
|
וַיִּקְרַ֤ב אֵלָיו֙ (“y se acercó a él”)
|
(Jon. 1:7)
|
וַיֹּאמְר֞וּ (“y
dijeron”)
|
(Jon. 1:8)
|
וַיֹּאמְר֣וּ אֵלָ֔יו (“y dijeron a él”)
|
(Jon. 1:9)
|
וַיֹּ֥אמֶר (“y dijo”)
|
(Jon. 1:10)
|
וַיִּֽירְא֤וּ הָֽאֲנָשִׁים֙ (“y temieron los hombres”)
|
(Jon. 1:11)
|
וַיֹּאמְר֤וּ אֵלָיו֙ (“y dijeron a él”)
|
(Jon. 1:12)
|
וַיֹּ֣אמֶר אֲלֵיהֶ֗ם (“y dijo a ellos”)
|
(Jon. 1:13)
|
וַיַּחְתְּר֣וּ הָאֲנָשִׁ֗ים (“y remaron los hombres”)
|
D. La desesperación de
los hombres frente a Dios 1:14
En este momento de la crisis
navía, los hombres llegan por sí mismos a rogar a Dios. Y, siguiendo el tenor del vívido relato, el
texto hebreo señala que los hombres clamaron al Dios de Jonás. Literalmente וַיִּקְרְא֙וּ
אֶל־יְהוָ֜ה “y clamaron
a YHVH.” Aunque los marineros eran hombres sincréticos, las declaraciones
que hacen aquí son realmente
impresionantes. Así, el ruego preliminar
de ellos fue una petición desesperada “no
permitas que perezcamos ahora por causa de la vida de este hombre” (LBLA), y a reglón seguido, apelaron a la justicia divina sin por
supuesto ellos saber, que en el tribunal divino eran tan culpables como Jonás (cf.
Job. 15:14; Sal. 14; 53; 143:2; Ecle.
7:20). La última declaración de aquellos hombres, fue sin duda notable.
עָשִֽׂיתָ׃
|
חָפַ֖צְתָּ
|
כַּאֲשֶׁ֥ר
|
יְהוָ֔ה
|
כִּֽי־אַתָּ֣ה
|
hiciste
|
deseaste
|
como
|
YHVH
|
porque tú
|
Sin duda aun el sincretismo interno de estos hombres fue
oscurecido por esta declaración. Por supuesto, nadie de ellos había sido
educado bajo la formación teísta hebrea acerca del Dios verdadero, sin embargo,
impulsados por todos los acontecimientos
acaecidos hasta esos minutos, llegaron a concordar al pie de la letra,
con la teología del salmista quien
escribió: “Todo lo que Jehová quiere,
lo hace, En los cielos y en la tierra,
en los mares y en todos los abismos. Hace subir las nubes de los
extremos de la tierra; Hace los relámpagos para la lluvia; Saca de sus
depósitos los vientos.” (Sal. 135:5-6).
E. La segunda reacción
de los hombres 1:15a
Finalmente los hombres hicieron lo que Jonás les había propuesto,
el texto así señala: “Y tomaron a Jonás, y lo echaron al mar...” Feinberg
señala: “Es evidente que, aun cuando aquellos marineros paganos no conocían
la ley de Dios dada a Israel, sabían que la vida del hombre es preciosa a los
ojos d Dios (Génesis 9:5,6). También se daban cuenta de que tanto la suerte
echada como la palabra de profeta, así como la tormenta, eran señales de la
soberana voluntad de Dios. El Señor había hecho según le placía. Eso era
discernimiento elevado. Al echar a Jonás al mar, éste se calmó.”[11]
F. La respuesta del mar
1:15b
El texto revela que
acto seguido después de haber echado
Jonás al mar, éste se calmó. Como
se ha señalado, los actos revelan que los acontecimientos ocurrieron de manera
consecutiva.
אֶת־יוֹנָ֔ה
|
וַיִּשְׂאוּ֙
|
(Jon. 1:15a)
|
|
a Jonás
|
y agarraron
|
||
אֶל־הַיָּ֑ם
|
וַיְטִלֻ֖הוּ
|
(Jon. 1:15b)
|
|
al mar
|
y lo arrojaron
|
||
מִזַּעְפּֽוֹ׃
|
הַיָּ֖ם
|
וַיַּעֲמֹ֥ד
|
(Jon. 1:15c)
|
de su furor
|
el mar
|
y se aquietó
|
G. La actitud de los
hombres frente al Dios de Jonás 1:16
Sin quererlo, Jonás había predicado su primer sermón en el mismo
barco y siendo el mismo la ilustración literal del poder de Dios. Jonás había
dicho que era hebreo y que temía a YHVH, el Creador de los cielos la tierra y
el mar (1:9), pero además, les aclaró
que tal situación se había provocado por su causa, y que si ellos lo lanzaban
al mar, tal tempestad se aquietaría (1:12). Y en efecto, los marineros lo agarraron y lo lanzaron al mar y acto
seguido, el mar se aquietó. Se había cumplido lo que este rebelde profeta había
dicho. Tal situación sin duda fue una muestra preliminar de que el Dios de
Jonás realmente era poderoso sobre todos los dioses y que tal profeta realmente era verdadero profeta de este Dios.
El resultado de
toda esta crisis devino en un reconocimiento radical de Dios de parte de los marineros, lo cual se vislumbra en el
texto por tres reacciones de parte de los marineros que el texto hebreo subraya
de manera singular. Primero, temieron a YHVH con gran temor (יִרְאָ֥ה גְדוֹלָ֖ה). Segundo, y en poliptoton (imperfecto + sustantivo) וַיִּֽזְבְּחוּ־זֶ֙בַח֙ lit.: “y sacrificaron sacrificio”
para YHVH (לַֽיהוָ֔ה);
y tercero, —también en poliptoton— (imperfecto + sustantivo) וַֽיִּדְּר֖וּ נְדָרִֽים lit.: “y
votaron votos.” La manera que el texto hebreo entonces subraya la respuesta de los hombres
a Dios, revela claramente que estaban
tomando en serio al Dios de Jonás.
H. La providencia de
Dios sobre Jonás 1:17
Toda esta primera sección del relato (1:3-16) revela las
consecuencias directas de la desobediencia de Jonás. En este sentido, puede que esta sección sea
uno de los pasajes más claros respecto
la conexión que hay entre la soberanía de Dios y la contingencia humana.
Todos los hechos sufridos por Jonás —y
también la tripulación— fueron la consecución
de la desobediencia de Jonás. Así, el versículo cuatro revela que la
causa de la tormenta como también el gran pez, devino por causa divina
subrayando el texto fuertemente, la presencia de Dios en los eventos acaecidos.
Ahora bien, el versículo en cuestión señala que Dios tenía preparado דָּ֣ג גָּד֔וֹל lit.:
un “pez grande” para que tragase a Jonás. De acuerdo al texto, Jonás
estuvo tres días y tres noches en el vientre del pez. Tal hecho ha sido objeto
de controversia en la historia. Así, hay quienes han dicho que este hecho fue
concebido por el autor como una parábola, otros, como una alegoría, sin embargo, creemos que el texto tanto
internamente, como externa, nos presenta un hecho literal que ocurrió en
tiempos del autor. Por otro lado, el
mismo Señor citando el caso de Jonás, asumió este acontecimiento no solo como
real, sino también, como un ejemplo concreto
de su resurrección (cf. Mt. 12:38-41; Lc. 11:29-32).
לֵילֽוֹת׃
|
וּשְׁלֹשָׁ֥ה
|
יָמִ֖ים
|
שְׁלֹשָׁ֥ה
|
Jn.
1:17
|
noches
|
y tres
|
días
|
tres
|
|
τρεῖς
|
ἡμέρας
|
καὶ
τρεῖς
|
νύκτας
|
LXX
|
tres
|
días
|
y tres
|
noches
|
|
τρεῖς
|
ἡμέρας
|
καὶ
τρεῖς
|
νύκτας
|
Mt. 12:40
|
tres
|
días
|
y tres
|
noches
|
Conclusiones generales
Hay dos grandes enfoques de enseña
en este primer capítulo. Primero, cuestiones relativa a Jonás, pero
también, y esencialmente, cuestiones relativas a Dios.
Relativo a Jonás
1.
El libro habla
del profeta, su experiencia.
2.
Jonás no solo
nos da un mensaje, él llega a ser el mensaje.
3.
Huir de Dios,
es siempre descender, incluso, hasta
tocar fondo.
Relativo a Dios
1.
El libro habla
desde el comienzo, sobre la soberanía de Dios. Su control sobre todo lo creado.
Bosquejo de la verdad
El bosquejo de
la verdad, siguiendo a Donald R. Sunukjian[12]
en “Volvamos a la Predicación Bíblica” (2007), surge del bosquejo exegético. Ahora, el “bosquejo
de la verdad” no se hace para predicarlo, sino que simplemente nos recuerda los
principios atemporales que el texto sugiere o subraya; verdades que corresponden al plano de las creencias
atemporales espirituales. Tanto el bosquejo
exegético como el de la verdad, nos ayudarán a confeccionar el bosquejo homilético
del sermón como se sugiera aquí abajo.
Bosquejo
exegético (resumen)
I.
La orden de
Dios y la respuesta de Jonás
A.
La revelación
de Dios a Jonás 1:1
B.
El mandato de
Dios a Jonás 1:2
C.
La
desobediencia de Jonás 1:3
II.
La
intervención de Dios sobre las circunstancias naturales
A.
La
intervención sobrenatural de Dios 1:4
B.
La reacción
de los hombres 1:5a
C.
La actitud de
Jonás 1:5b
D.
La reacción
del capitán 1:6
III.
La
intervención de Dios sobre las circunstancias humanas
A.
La resolución
de la tripulación 1:7ª
B.
El resultado
de la suerte 1:7b
C.
La
interrogación a Jonás 1:8
D.
La respuesta
de Jonás 1:9
IV. La reacción de los hombres a la soberanía de Dios
A.
El gran temor
de la tripulación 1:10-11
B.
La sugerencia
y respuesta de Jonás 1:12
C.
La primera
reacción de los hombres 1:13
D.
La desesperación
de los hombres frente a Dios 1:14
E.
La segunda
reacción de los hombres 1:15ª
F.
La respuesta
del mar 1:15b
G.
La actitud de
los hombres frente al Dios de Jonás 1:16
H.
La
providencia de Dios sobre Jonás 1:17
|
Bosquejo de la verdad
Nadie puede escapar de
los propósitos de Dios
I.
La claridad
profética de Dios 1:1-2
II.
La insensatez
del profeta 1:3
III.
La soberanía
de Dios sobre su creación 1:4
IV. La respuesta de los hombres a lo inmanejable 1:5-6
V.
La soberanía
de Dios sobre los fetiches humanos 1:7
VI. La soberanía de Dios sobre la crisis humana 1:8-11
VII.
La conciencia
del profeta rebelde 1:12
VIII.
La conciencia
de los hombres 1:13
IX. La desesperación de los hombres ante Dios 1:14
X.
La decisión
difícil ante el profeta de Dios 1:15
XI. La respuesta de los hombres ante el poder de Dios 1:16
XII.
La
providencia divina sobre Jonás 1:17
|
Bosquejo del sermón: sugerencia
Nadie puede escapar de los propósitos de
Dios
I.
La claridad profética de Dios 1:1-2
A.
Dios se revela a sus profetas 1:1a
B.
Dios se revela de manera clara 1:
C.
Dios manifiesta su malestar ante la maldad 1:2
II.
La insensatez del profeta 1:3
A.
La ruta de la huida 1:3a
B.
La intención de la huida 1:3b
III.
La soberanía de Dios sobre su creación 1:4
A.
La respuesta de los hombres a lo inmanejable 1:5-7
B.
La religión humana frente al temor (los hombres) 1:5
C.
La religión consensual frente al temor (el capitán) 1:6
D.
Dios controla los métodos humanos 1:7b
A.
Dios dirige la contingencia humana
1:8
IV. La soberanía de Dios sobre el profeta 1:9
A. Jonás confiesa su fe 1:9
B. Jonás confiesa su pecado 1:10
C. Los hombres temen al Dios verdadero 1:11
D. Jonás sugiere la solución 1:12
E. Los hombres obedecen al profeta de Dios
1:13
F. La respuesta de los hombres ante el poder
de Dios 1:14-16
G. La providencia divina sobre Jonás 1:17
Bibliografía
usada
Feinberg, L. Charles, 1989. Los Profetas Menores. Miami,
Florida: Vida.
Finkelstein, Israel & Silberman N. Asher. 2011. La Biblia
desenterrada: Una nueva visión
arqueológica del antiguo Israel y de sus textos sagrados. Madrid, España: Editorial Siglo XXI.
Robinson, L. George 1982.
Los Doce Profetas Menores. El Paso, Texas, EE.UU: Casa Bautista de
Publicaciones.
Hoyt, J. M. 2008. Amos, Jonah, & Micah. H. W. House
& W. D. Barrick, Eds. Bellingham,
WA: Lexham Press.
Scott Duvall,
J. Daniel Hays, 2008. Hermenéutica Entendiendo la Palabra de Dios. Grand,
Rapids: Clie.
Strong, James, 2002. Concordancia
exhaustiva de la Biblia. Nashville, MI: Caribe.
Matthew
Henry & Francisco Lacueva, 1999. Comentario Bíblico de Matthew Henry,
traducido y adaptado al castellano por Francisco Lacueva. Viladecavalls,
Barcelona: Clie.
Jamieson,
R., Fausset, A. R., & Brown, D. 2003. Comentario exegético y explicativo
de la Biblia, Tomo 1: El Antiguo Testamento. El Paso, TX: Casa Bautista de
Publicaciones.
Wyatt Roy, 2003. Comentario Bíblico Mundo Hispano, Tomo 13,
Oseas-Malaquías. El Paso, TX: Mundo Hispano.
[1]
Wyatt Roy, Comentario Bíblico Mundo Hispano, Tomo 13, Oseas-Malaquías
(El Paso, TX: Mundo Hispano, 2003), 174.
[2]
Robinson, L. George. Los Doce
Profetas Menores (El Paso, Texas, EE.UU: Casa Bautista de Publicaciones,
1982), 64.
[3]
Ibíd.
[4]
Hoyt, J. M. Amos, Jonah, & Micah. H. W. House & W. D. Barrick,
Eds. (Bellingham, WA: Lexham Press, 2008), 13s.
[5] Finkelstein, Israel y Silberman N. Asher. La Biblia
desenterrada: Una nueva visión
arqueológica del antiguo Israel y de sus textos sagrados (Madrid, España: Editorial Siglo XXI, 2011), 323.
[6]
Scott Duvall, J. Daniel Hays, Hermenéutica Entendiendo la Palabra de Dios
(Grand, Rapids: Clie, 2008), 103.
[8] Matthew
Henry & Francisco Lacueva, Comentario Bíblico de Matthew Henry,
traducido y adaptado al castellano por Francisco Lacueva (Viladecavalls,
Barcelona: Clie, 1999), 1009.
[9]
Jamieson, R., Fausset, A. R., & Brown, D. Comentario exegético y explicativo
de la Biblia, Tomo 1: El Antiguo Testamento (El Paso, TX: Casa Bautista de
Publicaciones, 2003), 902.
[11]
Feinberg, L. Charles, Los Profetas Menores (Miami, Florida: Vida, 1989),
151.
[12] De acuerdo
a Sunukjian, deberíamos responder a las tres preguntas claves que nos ayudarán a
establecer los aspectos homiléticos más importantes de un sermón. A saber:
1.
¿Qué necesito explicar? Lo cual apunta al entendimiento: lo que la congregación
debería entender.
2.
¿Lo creemos de verdad? Lo cual apunta a las creencias: lo que la congregación
debe
3.
¿Cómo se ve en la vida real? Lo cual apunta a la conducta.
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