© Por Pr. J.A. Torres
El nuevo nacimiento (regeneración) no ocurre cuando creemos, no. Considerar este milagro, esta obra sobrenatural como consecuencia de la fe humana, y fe natural, es un error
descomunal, lo cual lamentablemente ha encandilado a muchos para anunciar salvación a personas que han hecho una oración, y jamás han nacido de nuevo. Esta errada noción ha hecho que la impronta
evangelical sea incluso un motivo para preparar show de “evangelización”,
en efecto, hablando del nuevo nacimiento y como llega a ocurrir, Palau no dudó
en escribir: «… Esto sucede
cuando nos arrepentimos de nuestros
pecados y ponemos nuestra fe en el Señor Jesucristo.» (Palau 2012:21). Tampoco
debe extrañarnos que Billy Graham —el
mentor de Palau— tuviera la misma errada idea[1]
al respecto. Notemos otro ejemplo de
esto. Pablo Deiros, en su “Diccionario Hispano-Americano de la misión,
edición revisada”, y nótese, de la “misión”, auspiciado por COMIBAM[2] respecto el nuevo nacimiento, escribió:
“Llamado también
regeneración, es la acción exclusiva de Dios, quien, a través de su Espíritu
Santo, da vida a aquellos que se vuelven a él (arrepentimiento) con fe. El nn
[nuevo nacimiento] es un don de Dios a
través del Espíritu Santo, y es requisito indispensable para entrar al reino
de Dios. Con el nn, el creyente recibe una vida nueva y entra en una nueva
relación con Dios como hijo suyo. Sus pecados son perdonados, pasa de muerte
a vida, de condenación a salvación, y comienza a vivir y a madurar como cristiano
en el mundo con la asistencia del Espíritu Santo [...] «Cuando la
gente recibe a Cristo, nace de nuevo en su reino y debe tratar no sólo de
manifestar sino a la vez de difundir la justicia del mismo en medio de un mundo
injusto...» (Deiros 2006:314s).
|
El vaivén gramatical de Deiros
es evidente, en su afán de conciliar el aspecto humano y la gracia de Dios, asegura
que la regeneración es una acción exclusiva de Dios, pero, dependerá de
aquellos que se “vuelvan” a Dios. Aun más,
dice, “cuando la gente recibe a Cristo…”
—a reglón seguido añade— “…nace
de nuevo”. No cabe duda que Deiros, como Palau y Graham, tuvieron el mismo profesor
de soteriología. Ahora, no necesitamos ser calvinistas para refutar a los
autores citados, no, más bien se requiere ser fiel a lo que la Biblia enseña realmente, esto es,
ser buenos exégetas (2 Tim. 2:15).
Notemos otro ejemplo de
esta noción errada en el folleto promocional de la NTV
(Biblia, “Nueva Traducción Viviente”), fruto del trabajo de más de “cincuenta eruditos”
según el mismo folleto (pág. 4), teniendo como “ministerios” editoriales no sólo
a Tyndale, Unilit, sino también, la asociación de Luis Palau. ¿Cuál es el ejemplo?
Nótese el comentario que estos eruditos han hecho de Juan 1:12, en la nota al
pie de página correspondiente, en donde se lee:
“1:12-13 Todos
los que reciben a Jesucristo como Señor de su vida nacen de nuevo espiritualmente
y Dios les da una buena vida.” (NTV)
|
La
explicación que se da, sigue la misma ruta de Deiros, pues se añade en otras páginas más adelante que: “Nadie puede adquirir el nuevo nacimiento
por su propia cuenta; solamente Dios lo otorga.” (pág. 25); no obstante, —y
al reglón seguido también— se añade una
petición, diríamos, legítima: “…¿le ha
pedido a Dios que le haga una nueva persona?” No obstante, no debe creer el
lector que los eruditos de estas notas conciben la salvación como una plegaria davídica
a Dios por salvación (Sal. 51) que es lo que deberían entender las personas, no, en
la página 85, se nos da una explicación de
cómo ser salvo, en donde por cierto, no
se nos dicen mentiras, pero sí, se cae nuevamente en el sacramentalismo del
rito evangélico de la oración del pecador, así por ejemplo, se usa Romanos 10:9
para que las personas lo “digan” en voz audible y se añade:
“¿Quiere aceptar
a Jesús como Salvador? […] dígale a la persona que puede usar sus propias palabras
repetir la siguiente oración con usted…. […] ¡Es todo! Ahora puede darle la
bienvenida a la familia de Dios: ¡es su nuevo hermano o hermana en Cristo!” (Biblia
de estudio NTV, folleto
promocional pág. 85).
|
Los
autores mencionados en esta breve reflexión que exhiben esta errada idea del
nuevo nacimiento, claramente consideran que
la fe humana, la fe natural, llega a ser la palanca humana para ser salvo. Bajo este entendimiento
de la salvación entonces, evidentemente
una “decisión” es vital, erradamente garantizada si se evoca a través de una oración;
no obstante ignoran totalmente estos autores —consecuentes con su teología— que
la fe verdadera, no se encuentra en ningún hombre, porque el hombre en su
estado natural, está muerto a las cosas de Dios (Efe. 2:1s), y no buscará a
Dios (Rom. 3:10ss) a menos, que Dios cambie
su disposición (Jn. 6:44), justamente, a través de un milagro, de una obra sobrenatural
que el NT llama, nuevo nacimiento y/o regeneración (Jn. 3; Tit. 3:4-6;2 Tim. 1:8-9;2 Tes.
2:13-14; Stg. 1:17-18; Fil. 1:29). Aun más, ¿son éstos, ejemplos de la gracia de
Dios? En efecto, pareciera lógico pensar que Dios ha provisto expiación en Cristo,
y nosotros debamos acceder a algo que está a la mano, y sólo necesita de nuestra
venia y decisión. Nuestra respuesta, —la respuesta del NT— por supuesto que no, nada
de esto puede considerarse la gracia del NT. Por el contrario, esto
significa que la fe real, es justamente la consecuencia del nuevo nacimiento, o, los
primeros latidos de la nueva vida, jamás lo que provoca el nuevo nacimiento. Cuando
entendemos la regeneración como el NT lo enseña, entonces, hasta nuestra gramática
cambia, diríamos, hasta nuestra manera de hablar, y de explicar esta doctrina. Enrique Drumond, quien escribiera la “La Ley Natural en el
Mundo Espiritual”, ofrece una explicación precisa de qué, y cómo funciona el
nuevo nacimiento explicando que no existe generación espontánea en lo espiritual.
“La teoría de la generación espontánea de
la vida ha sido concluyentemente refutada. Así que la vida orgánica puede venir
sólo de la vida orgánica. Los minerales inorgánicos no pueden tener vitalidad y
ascender por sí mismos hasta llegar a ser orgánicos. La planta debe descender
hasta el mundo muerto que está abajo y tocar su materia con el misterio de la
vida que ella tiene. De semejante manera, el hombre natural está sin esperanza,
está muerto, hasta que Dios, el Ser infinito, llega a él, lo hace nacer otra
vez, le abre los ojos del alma y le permite ver el reino de Dios.” (Drumond en Lerín 2000:269). En otras palabras, y como escribiera notablemente William
Shedd: “La
gracia se imparte al hombre pecador, no porque él crea, sino con el fin de que
pueda creer; esto se debe a que la fe misma es un regalo de Dios.” (Shedd
en Lutzer
1998:170).
Bibliografía
Deiros, Pablo 2006. Diccionario
Hispano-Americano de la misión, Nueva edición revisada. COMIBAM, internacional.
Lerín, Alfredo
2000. 500 ilustraciones. El Paso, TX:
Casa Bautista de Publicaciones.
NTV 2010. Diario Vivir, Biblia de Estudio (NTV),
folleto de promoción, el evangelio de Juan.
Lutzer, Erwin
2001. Doctrina que dividen. Grand
Rapids, MI: Portavoz.
Murray, Ian 2012. Spurgeon y sus controversias. Carlile, PA. EE.UU.: Estandarte de la Verdad.
Murray, Ian 2012. Spurgeon y sus controversias. Carlile, PA. EE.UU.: Estandarte de la Verdad.
[1] “Tú abres el
corazón y le permites que entre. Reniegas de todo pecado y de todos los
pecados. Renuncias y te entregas a él por la fe. En ese preciso instante tiene
lugar el milagro de la regeneración…” (Graham en Murray 2012:12).