Por J.A. Torres Q.
Se ha vuelto
una práctica entre muchos músicos “cristianos” populares[1]
tomar el papel de pastores y enseñadores. Tristemente el populacho evangélico no
sabe discernir lo que es realmente predicación bíblica y mayor aun, predicación expositiva. De hecho, ¿qué revela el medio auditivo visual cuando uno de
estos neo-pastores toma el púlpito? Es evidente, como lo puntualizara David Helm, “predicación ebria”[2]
en desarrollo por un lado y, con mayor frecuencia hoy, “predicación inspirada”, con un énfasis concretamente empírico de la
fe cristiana, la antítesis concreta del logikén latreían (“culto lógico”, “culto pensado”) que Pablo pidió
a los creyentes de Roma (Rom. 12:1). Marcos Brunet es un buen ejemplo al presente,
quien no siendo una persona desagradable en vitrina, ha popularizado a través
de la música cristiana latinoamericana la nueva fórmula relacional con Cristo,
“amante-Señor” y con ello el delirio que
evidentemente esto conlleva en sus conciertos e instancias musicales, en donde
se escucha: “me muero por ti”, “mi corazón late por ti”, “tú eres mi amado, y
yo soy tuyo”[3],
etc., ideas que también promueve en sus “predicaciones”. Esto es, el fin no es
la exposición de las verdades escriturales a través de un sermón expositivo,
sino la “impresión emocional experimental” que el oyente puede vivir, y
por supuesto, "usando" la Biblia en donde haga falta.
No
obstante, ¿qué ocurre cuando un antropólogo economista (Bullón), o un
bioquímico ambientalista (Morillo), o un ensayista-economista (Membreño), todos
con educación teológica paralela se toman un púlpito determinado? CLADE IV es
la nomenclatura del “Congreso Latinoamericano de Evangelización”, que en este
caso, fue el cuarto congreso de este “nuevo” movimiento Latinoamericano que ha
reflotado en estos últimos años, y que en su cuarta versión llevado a cabo
en Quito, Ecuador (2009), auspiciado por René Padilla y la “Fraternidad
Teológica Latinoamericana” (FTL), pretende ser más que escuchado, pues viene promoviendo nuevos
paradigmas del rol que la iglesia al presente, supuestamente ha abandonado; suscitado principalmente por
teólogos como justamente, René Padilla a
partir de CLADE I Bogotá (1969), CLADE II, Perú (1979), CLADE III,
Ecuador (1992), y CLADE IV, de allí, el sin fin de “neologismos” consecuentes: “Evangelio integral”, “evangelio social”,
“compromiso social”, “conciencia social”. “justicia social”, “evangelio
cultural, y transcultural”, “mandato cultural”, “teología de la creación”, incluso, “responsabilidad por
el planeta y la ecología”, esto último, expuesto justamente en CLADE IV,
supuestamente un congreso Latinoamérica de “evangelización”.
Si
bien es cierto, el contenido de CLADE IV fue teológico, y planteó desafíos “bíblicos”
para la iglesia, o mayormente usando la Escritura[4],
el panel compartido por Fernando Bullón, Juliana Morillo y Sergio Membreño,
ponencias registradas en el texto de la
foto, merece un análisis aparte, en
vista de las propuestas que según ellos la iglesia debería cumplir. Sin explayarnos demasiado las siguiente
líneas revelan en términos concretos, las ideas que estos “teólogos” plantearon en CLADE IV bajo el marco de una
“Sociedad de Consumo y Mayordomía de la Creación”, esto último, defendido también por otro amigo
de la FTL (Fraternidad Teología Latinoamericana), Juan Stam, quien sin mayor protocolo
llega a decir que la creencia en un rapto —entre otras cosas relacionadas— proviene
simplemente de un enfoque seudoapocalíptico, —según Stam— derivado también de
la exégesis filosófica griega, y principalmente, de una ignorancia defectuosa
acerca de la “teología de la creación”
promovida por él, Padilla y la FTL. Así
Stam después de añadir otro calificativo
peyorativo a la creencia en un rapto, específicamente pre tribucional como una enseñanza especulativa basada en una —según él— “escatología de ficción” (pág. 74) proponiendo “la” solución al respecto, añadiendo:
“Es hora de volver a la escatología bíblica en lugar de la escatología
ficción que abunda en nuestros coros y sermones y librerías” (Stam
2003:74). Paradójicamente, después de
haber vilipendiado la perspectiva pretribucional del rapto, y desde su “teología
de la creación”, Stam no duda irrisoriamente señalar que el “guardar” el jardín de Dios de Gén.
2:15, se basa en el mismo verbo hebreo שָׁמַר (shamar)
para la función sacerdotal en Nehemías 13:22[5]
como en Zacarías 3:7[6],
concluyendo de estas referencias con un paupérrimo
rigor exegético que: de esto “inferimos” que tenemos una vocación sacerdotal de
mayordomía ecológica (Stam 2003:89), y por cierto, sin mencionar que también añade que la
verdadera cosmovisión bíblica (teología de la creación) coincide con la concepción indígena
[ecológica] precolombina de nuestro mundo (pág. 89) y que la falta de respeto
a las leyes del medio ambiente, —comparándolo con el primer pecado— es [nuestro]
“pecado ecológico original” (pág. 92).
Pero,
¿qué ocurrió en CLADE IV cuando justamente
Fernando Bullón antropólogo economista, Juliana Morillo bioquímica
ambientalista, y Sergio Membreño ensayista-economista, todos con “educación
teológica” paralela se tomaron el "púlpito"? A manera de resumen, Bullón bajo su
ponencia “Sociedad de Consumo y Mayordomía de la Creación”, llegó a decir que
la iglesia debe sumarse a la "causa ambiental" (CLADE IV 2002:35). Que
nuestra sociedad de consumo, no ha promovido las políticas para “salvar al
planeta”, pero que la iglesia puede
contribuir significativamente a que sus feligreses tomen conciencia de la “mayordomía
de la creación” elevando su voz en la esfera pública (pág. 33). La ausencia de
esta conciencia, debe hacernos sentir incómodos —añade Bullón— “terriblemente incómodos” (pág.
34), así como Stam lo sugiere, sentir
que es un “pecado ecológico original” (2003:92), Bullón no termina sólo con
estas referencias, el texto registra sus palabras, diciendo que: “…la
iglesia debe aprender a cooperar con otros sectores y organismos que también
están envueltos en la causa ambientalista.” (CLADE IV 2002:35).
¿Acaso Bullón supone que la iglesia debería involucrarse con organismos
seculares ambientalistas? Uno podría suponer que Bullón está solamente
sugiriéndolo, sin embargo él da por sentado que la iglesia debe estar
involucrada en programas y ONGs relativos a estos postulados, literalmente
escribió: “…la iglesia, por medio de los programas de desarrollo y de las
ONGs vinculadas a ella [la iglesia], puede intervenir con un carácter más
técnico en lo económico, ecológico, político y jurídico a favor de las poblaciones y áreas geográficas en
donde sirve.” (2002:34). ¿Algún versículo que Bullón presente como base de
todas sus conclusiones? El libro que estamos comentando contiene 96 páginas, y, sólo contiene seis
versículos citados y un par de alusiones, en especial,
en la sección correspondiente a Juliana Morillo, menciones que no merecen
comentario, en vista que los exhibe como quien tiene una maestría en
saneamiento y desarrollo ambiental.
Entonces,
¿qué es lo que Juliana Morillo, —la segunda expositora— sugiere? Morillo, bajo
el marco de “Una aproximación al Consumismo desde la óptica de la fe” (pág.
37ss), empieza su sección diciendo que “los bosques están desapareciendo”, que
hay un “excedente de desechos sólidos” (pág. 43), que el “detergente está
deteriorando las fuentes de agua y suelo” (pág. 45), que se “agota el agua, y
que el planeta se está calentando”, entre otras cosas más (pág. 44). No hay
duda que hace comentarios acertados respecto el consumismo en que también los
creyentes han caído, no obstante, así también llega a decir que los grupos
ecologistas de Europa, son un buen ejemplo para la iglesia respecto la elección
de productos con “sello verde” (pág. 56). Uno podría pensar que esto tiene
cierto sentido para el beneficio de
nuestros cuerpos, pues es evidente que por la mala alimentación muchos
cristianos sufren múltiples enfermedades, sin embargo, no es la razón que
Morillo quiso que sus oyentes ponderarán, —y
a través del escrito— ponderen; se trata del “medio ambiente”, se trata de que
la iglesia —al igual que los organismos seculares relacionados— garanticen un mínimo impacto sobre el medio
ambiente y la sociedad (pág. 56). Puede parecer contraproducente lo que Morillo
expone, sin embargo, más sorprendente es su última declaración la cual por cierto, no es un llamado a salvar
a las ballenas, quizás es aún más utópico. Literalmente, e indicando al lector
el recuadro siguiente de pautas sobre
cómo los “creyentes” y la “iglesia” pueden tomar iniciativas para disminuir la
presión negativa de consumo sobre el medio ambiente, agrega: “!Es tiempo de
cambiar! ¡Convirtámonos, para que toda nuestra vida, incluyendo las cosas que
consumimos y la forma en que lo hacemos, contribuya a la redención y
restauración ansiada por toda la creación!” (Morillo en CLADE
IV 2002:57).
Al
leer todas estas declaraciones, sin duda no podemos dejar de sorprendernos al
respecto, y por cierto, tienen sentido las palabras de René Padilla que cita
el último exponente del panel, nótese, «panel
de “evangelización”» de CLADE IV, quien amplifica la mención de Padilla: “…la única evangelización auténtica es la que se orienta hacia la
restauración de todas las cosas en Cristo Jesús.” (Padilla,
citado por Membreño pág.
91). Pues bien, ¿cuáles son las propuestas concretas que Membreño, —el último
ponente de este panel— sugiere a la iglesia? Membreño es gradual en sus
argumentos, quizás cauto, al menos al principio.
Usando 1 de Crónicas 12:32[7]
y Mateo 16:3[8] como fundamentos “bíblicos” exhortativos con
el mismo rigor exegético de los ponentes anteriores en CLADE IV, escribió las
tareas que la iglesia tiene respecto la “sociedad de consumo”, “la pobreza”,
“el medio ambiente”, y la “globalización”. En términos concretos llega a decir
que así como hay una globalización inicua, el Señor —según Membreño— manda a la
iglesia a evangelizar todos los rincones de la tierra, lo cual implica una
“globalización del evangelio” (pág. 69). Lo anterior no parece disonante con la
ortodoxia escritural, no obstante, más adelante habla de que este
emprendimiento “evangelical” es la
conclusión de la “teología de la
globalización” (pág. 81). En términos más concretos, señala que la identidad del
cristiano es resistir a la globalización y sociedad de consumo secular, por cierto, no de manera clandestina. Para Membreño la
iglesia debe “luchar”, “resistir” y “ser luz” (Pág. 71). Aun más, en el
capítulo cuatro de su segmento (pág. 71) sugiere que la iglesia está
comprometida a “transformar la sociedad”, mencionando nuevamente la “pobreza” y el “medio ambiente”, como los
campos en que ella debe involucrarse. Paralelamente a estos desafíos, Membreño
cita un sinfín de estadísticas y estudios de los efectos de todos estos quistes
socio-ambientales. Llama la atención que Membreño sugiere y “promueve” el diagnóstico y tratamiento que
hiciera el “Club de Roma” de la realidad mundial actual expuesto por este ente en “Límites del crecimiento”
(1975) y “Más allá de los límites del crecimiento” (1990) (pág. 74). Pero, y
antes de seguir examinando los términos de Membreño, ¿qué es el “Club de Roma”?
El
“Club de Roma”, en palabras de John Coleman[9],
es: “…la pequeña élite [mundial] intocable de dirigentes cuyo objetivo es establecer el Nuevo Orden Mundial.” (Coleman
& Martínez 1991:1). En consecuencia, ¿bajo qué criterio
Membreño ratifica la mirada del “Club de Roma”? Literalmente señala: “…es
interesante destacar el reconocimiento del deterioro ambiental planteado entre
los dos informes del Club de Roma, el primero, Los límites del crecimiento
(1975), y el segundo, Mas allá de los límites del crecimiento (1990)…” (Membreño
en CLADE IV 2002:78). Casualmente Membreño haciendo un resumen de
las propuestas del “Club de Roma”
citadas por él, añade que se necesita un enfoque que incorpore una
visión que marche más allá de la “responsabilidad internacional” y que regule
qué planteamiento económico es el más óptimo, por supuesto, planteamientos que
consideren la mejoría del medio ambiente, y la ecología para las futuras
generaciones, según Membreño, aspectos ya planteadas por los “precisos” informes
del poderoso y masónico “Club de Roma” (pág. 75).
Uno
puede preguntarse, ¿a dónde se dirige todo este interés constante de los “teólogos” de CLADE por la mejoría del planeta, el medio ambiente e
incluso la ecología? Es fácil caer en especulaciones al tratar de descubrir las
aristas de CLADE en sus postulados primigenios, no obstante lo que es claro, es
que el llamado de Membreño es que la praxis de la “mayordomía de la creación”
desde una perspectiva mundial, requiere ser planteada con mayor fuerza y
convicción (pág. 77), tópicos que según él, no sólo deben ser proyectados en
los foros internacionales (seculares), sino que también, —por supuesto— en
instancias “cristianas”, e “evangelísticas”, siendo CLADE claramente un ejemplo
de ello. Así, y bajo el último punto esbozado
por Membreño y bajo el título: “Los esfuerzos planetarios: organismos
internacionales y su responsabilidad compartida”, concluye: “De allí se
derivan tanto la urgencia como el mandato de conocer y precisar la dinámica
internacional y sus planteamientos ante los fenómenos que abaten al hombre…” (Membreño
en CLADE IV 2002:78). Paradójicamente Membreño llega a decir que
como iglesia somos llamados a plantear
una “visión cristiana” ante este
paradigma neoliberal y la utopía
humanista que cree puede resolver los problemas de este siglo (pág. 79), no
obstante, ni aun el marxismo utópico original, vislumbró tanta quimera restauracionista,
siendo un fracaso en todos los países que tiranizó y aun rige; sin duda la utopía padillista (CLADE) que el mismo Membreño
—y compañía— está tratando de promover a
los lectores es sin lugar a dudas aun más utópica, pues finalmente llega a
decir —citando a Padilla y Bullón— que como iglesia debemos plantear un modelo
económico y social con enfoques, principios, estrategias y “políticas” cristianas,
esto, para redimir al mundo a través de la “voz profética” de la iglesia (pág.
84), literalmente: “Los cristianos estamos llamados a plantear y a buscar la
construcción de una nueva imaginación social.[…] Los cristianos tenemos un
papel que desempeñar en la mayordomía ecológica ” (Membreño
en CLADE IV 2002:87,90). ¿Cuál es la diferencia de CLADE, en las
ponencias que tanto Bullón, Morillo y Membreño respecto la teología de la
liberación? Si el móvil de la teología de la liberación fue un claro norte
cristiano marxirizado, las ideas que se plantean en este texto que hemos
citado, no sólo son claramente utópicas, sino que nos muestran a todo este
conglomerado padillista como el grupo de pasajeros del Titanic[10],
promoviendo el bienestar social político y ambiental (el neo-jubileo [pág. 90]) de la tripulación cuando el propio barco (mundo) está destinado a su hundimiento. No obstante, la arista más sospechosa de todo
este movimiento, —aún, gestado bajo “buenas” motivaciones— es que claramente también, califica para lo
que Pablo llamó, “otro” evangelio (Gál. 1:6ss).
Bibliografía
CLADE IV 2002. Sociedad de consumo y mayordomía de la creación,
el testimonio evangélico hacia el tercer milenio: Palabra, Espíritu y Misión. Expositores:
Fernando Bullón, Juliana Morillo y
Sergio Membreño. Buenos Aires, Argentina: Kairós.
Coleman John & Martínez Tito 1991. El club de los 300.
Internet URL:
Stam, Juan
2003. Las buenas nuevas de la creación. Buenos Aires, Argentina: Kairos.
Helm, David 2014. La predicación expositiva.
Washington, DC: 9Marks.
Zaldívar, Raúl
2006. Teología Sistemática, desde una perspectiva latinoamericana.
Viladecavalls, Barcelona: Clie.
[1]
Marcos Witt, Danilo Montero, Jesús Adrián Romero, Marcos Barrientos, etc.
[2]
Helm definió muy bien la predicación ebria, como aquella exposición, que pretende
ser escritural, pero que solo se vale de la Escritura para apoyarse en ella,
tal cual lo hace un borracho, con un poste de luz, esto es, lo usa más para
afirmarse, que para iluminación, dando paso a un verborrea de palabras (Helm 2014:27).
[4] El
texto paralelo del que citamos aquí, “Documentos, Palabra Espíritu y Misión”,
contiene los argumentos “teológicos” de todo este movimiento.
[5] “Y
dije a los levitas que se purificasen y viniesen a guardar las puertas
[shaar], para santificar el día del
reposo. También por esto acuérdate de
mí, Dios mío, y perdóname según la grandeza de tu
misericordia.” (Neh. 13:22) RV60.
[6] “Así
dice Jehová de los ejércitos: Si anduvieres por mis caminos, y si guardares mi ordenanza, también tú gobernarás mi casa, también guardarás [shamar] mis atrios, y entre éstos que aquí están te daré lugar.”
(Zac. 3:7) RV60.
[7] “Debemos ser
entendidos en los tiempos.”
[8] “Señales de
los tiempos.”
[9] John Coleman es
un autor de teorías conspirativas británico y
ex-espía del MI6 (Servicio de Inteligencia Secreto), más conocido como MI6 o SIS,1 es la agencia de inteligencia exterior del Reino Unido. Coleman publica en
el periódico World In Review.
[10]
Esta referencia, es una alusión a la excelente ilustración que diera el pastor
Alejandro Peluffo diría en su predicación, el “cristianismo y la política”, un
excelente sermón terapéutico para este tipo de utopías idealistas. https://youtu.be/jKkYlc3QUYc
No hay comentarios:
Publicar un comentario