Por Joel Torres
Timothy (Tim) Keller,
es sin duda hoy en día uno de los teólogos de “moda”; abundan sus libros en
diferentes librerías cristianas. Sin duda no se trata de un teólogo básico o
por decirlo de alguna manera, una estrella fugaz como lo fue Rob
Bell (Nooma). Sin embargo al igual que Bell en su momento, Keller es seguido por
muchos cristianos en el día de hoy tal cual lo fue Bell, y por cierto, tiene algo de méritos
al respecto, pues no todo lo que él escribe es sin duda cuestionable. Sin
embargo al igual que Bell, Keller no tiene muchos reparos en decir lo que piensa,
lo cual es sin duda bueno en un contexto en donde cuando se es conocido habitualmente ser sincero aun
en círculos cristianos, tiene un costo “político” cristiano no menor que hace
que muchos queden en el closet con sus posturas para no perder cierto
“renombre”. No obstante Keller no solamente es sincero —diríamos— es demasiado
sincero y no oculta aun sus “redescubrimientos”
teológicos en contra posición a lo que el cristianismo tradicional en general considera
ortodoxo. Sí, en este caso Keller plantea sin mayores disimulos lo que
considera pudo haber sido la creación en su artículo: “Creation, Evolution, andChristian Laypeople”, lo cual no lo plantea de manera ambigua, sino
concretamente como una teoría que los “cristianos” deberíamos considerar, esto
es, que Dios usó de una especie de evolución biológica (EBP) para crear el
mundo. ¿Qué es lo que plantea entonces Keller? No pretendemos hacer un análisis acabado
de la teoría de Keller, pero sí comentar algunos aspectos de
su artículo aludido, considerando lo que creemos son sus debilidades.
La interpretación de Keller o al menos lo que
logramos captar en su papers, es que postula considerar una especie de integracionismo, al menos, lo
notamos sutilmente por ejemplo, cuando dice: “A pesar de que en este
artículo sostengo la importancia de la creencia en una [interpretación] literal de Adán y Eva, he demostrado
[también] que hay varias formas de hacer
que eso [se mantenga] y todavía creer que Dios [ha] usado la EBP [evolución
biológica evolutiva]”[1].
Lo que se observa en esta declaración y, en su primera línea, es un abandono
del dogmatismo hermenéutico histórico al respecto pues Keller sostiene la
“importancia” de la creencia literal de Adán y Eva pero no como un estándar narrativo verídico de facto. De hecho, va a decir que Génesis 1 no enseña
necesariamente que Dios hizo al mundo en seis días de 24 horas (pág. 5), lo
cual es sin duda una condescendencia protocolar a la “ciencia” para que el
“clero” protestante y aun el “laico” no sea demasiado “fundamentalista
(tradicional)” en cuanto a la literalidad del Génesis. Así, y en sus declaraciones finales, revela
luces de un integracionismo sutil —como
lo pretende la psicología “cristiana”— pues va a señalar que: «Mi conclusión es que los cristianos
que están tratando de correlacionar la Escritura y la ciencia deberían
[tener] una “Tienda más grande”
[mentalidad más amplia?]…”; ¿y para qué? Añade: “…he
demostrado que hay varias
formas de hacer que eso [se mantenga] y todavía creer que Dios [ha] usado la
EBP [evolución biológica]»[2]
La verdad de
las cosas es que el texto es un poco azaroso algunas veces, lamentablemente creo que la interpretación de Keller, es también quizás un poco ambigua, pues
parte sus líneas contraponiendo el debate bajo los dogmatismos propios de los
bandos[3].
De manera que la base de su artículo se pavimenta para que el lector de
partida, considere un supuesto equilibro ignorado para que baje la
guardia y pondere algunas premisas de la “ciencia”. Segundo, de la misma manera que trata el tema de la “homosexualidad”[4], noto
una ambigüedad política por un lado, y quizás también, luces de una
argumentación dialéctica. Esto es, da dos pasos hacia atrás diciendo
(suavemente) que la literalidad del Génesis es (ahora) “importante”, pero a
reglón seguido —dialécticamente— va a dar tres pasos hacia adelante para
sugerir al laicado y “clero” protestante considerar la posibilidad de que Dios
pudo haber usado la evolución biológica,
lo cual revela la intención de su propuesta. Tercero, sin duda la Biblia no está en contra posición con la ciencia, al
menos, la ciencia ortodoxa, no obstante, el punto que Keller aparentemente
quiere presentar a sus lectores es que consideremos una propuesta más bien
filosófica de la ciencia, pues minimiza el postulado basal de la EBP (evolución biológica) bajo un
concepto mas “amigable” pero también, semánticamente audaz, la evolución biológica. Y esto último
es una cuarta debilidad de este artículo. Keller no explica los matices de la teoría de la evolución al presente. Evolución (“selección natural”), Macro-evolución, micro
evolución, gradualismo, adaptación; además, ¿a qué se refiere él con EBP
(evolución biológica evolutiva)?
De acuerdo a la definición de evolución biológica, esta
señala que: “La evolución
biológica es el proceso histórico de transformación de unas especies en
otras especies descendientes, y su reverso es la extinción de la gran mayoría
de las especies que han existido.”[5]
Si esto es así, y es lo que está ponderando Keller sus lectores debemos preguntarnos, ¿está sugiriendo Keller concretamente que no debiéramos
descartar que Dios también pudo haber usado una especie de EBP? ¿Está
sugiriendo que no debiéramos descartar que Dios dejó el reloj
andando con macro evolución? De acuerdo a la actual definición de EBP (evolución biológica evolutiva) en la
educación primaria deberíamos considerar necesariamente también, los millones de años, así, el profesor evolutivo en línea nos dice:
“La evolución biológica es, posiblemente, el proceso más
importante que afecta a los seres que viven en la Tierra. Un proceso que se
prolonga mucho en el tiempo y tarda miles e, incluso, millones de años en
manifestarse.”[6]
Nótese: “Un proceso que se prolonga mucho en el tiempo y tarda miles e,
incluso, millones de años…”; lo anterior sin duda es necesario para
sustentar no la adaptación de las especies, sino lisillanamente “la evolución de las especies”. Si esto es
así, entonces Keller está siendo amable —por así decirlo— con la propuesta filosófica de esta teoría “científica”
que no es científica, pues no existe, y jamás se ha dado dicha evolución de las
especies, el cambio en el genotipo, un cambio morfofisiológico. El mismo Darwin
que utilizó principalmente palomas para “probar” o “dar fe” de su teoría,
reconoció que aunque había más de 80 clases de palomas, con diferencias en el
pico, las alas, el pecho y el pelaje y color, eran siempre palomas
(Aburto).
Permítanos una breve explicación de esto. Como bien lo
clarifica Jonathan Aburto —especialista en Morfología y Anatomía Patológica— “…obviamente
hay cambios de genes para la adaptación.
Pero, no hay cambio de especies. O sea, una bacteria que se hace resistente a
un antibiótico (por ejemplo, escherichia coli resistente) va a cambiar los
genes de adaptación de su pared celular para que el medicamento no la mate.
Pero, nunca va a dejar de ser escherichia coli (su especie). Ni menos dejará de
ser una bacteria. Los organismos se adaptan, evolucionan. Pero, entendiendo
evolución como adaptación, nunca como un cambio de género. Es decir, la
bacteria por más multirresistencia que tenga a un antibiótico, jamás dejará de
tener el genoma y genotipo bacteriano.”[7]
En consecuencia, Keller si en verdad quiere que los creyentes ponderemos una
cuidadosa integración al respecto, entonces queda examinar hasta que punto su
propuesta debe tomarse en serio.
Por último, Keller no menciona el estándar que hoy tiene
la base de la EBE, la evolución darwiniana, pues hace años que aun los propios
científicos seculares[8] la han desacreditado; aun más, Keller no pone
en el banquillo de los acusados al ente filosófico de fondo para tratar esta
propuesta como lo que es, una “teoría”,
lo cual revela que en algún sentido ha dado cabida a esta “suposición” para que sus lectores le abran la puerta a algunas
propuestas evolutivas a través del integracionismo “cauteloso”, ignorando también que sea como sea, las
teorías nacidas del darwinismo como lo es la EBE se basan también en una
especie de fe, en el día de hoy, una fe imponente, a veces avasalladora si no
se consideran sus “doctrinas”; en efecto,
y como dijera muy bien la científica
atea Lynn Margulis: “Será recordado el darwinismo como una secta religiosa menor del siglo XX.”
Siendo concretos también, sin duda estoy en desacuerdo con el artículo de Keller, y esto, no sólo con la ambigüedad que estila; sino también con su propuesta
concreta de que hay una especie de EBE que los creyentes “debiéramos” aceptar.
Ahora, según una interpretación literal histórica gramatical del génesis, la frase
וַיֹּ֥אמֶר אֱלֹהִ֖ים “y Dios
dijo”—que aparece a lo menos 26 veces en Génesis— supone en primera instancia,
una creación ex nihilo que tiene su existencia de facto a la voz
de Dios. Esto último incluye la noción de que muchas veces se usa el imperfecto
del verbo הָיָה (hayah)
pues el “sea” (imperativo) de Dios es la causa de la existencia de la creación, lo cual y a
nuestro parecer excluye todo tipo de proceso evolutivo, entendiendo este último
término como lo plantean los evolucionistas; además el autor bíblico usa este modo verbal desde el punto de vista
del que escribe cuando ya los hechos han sido realizados (NTP narración de tiempo pasado). Como señala Carl
Keil, “…las obras de la creación comienzan con las palabras וַיֹּ֥אמֶר אֱלֹהִ֖ים [y
dijo Dios] esto es; las palabras de Dios
son existenciales, Él habla y está hecho”[9].
Dicho de otro modo, Dios dijo y fue, de
modo que aun los animales y plantas
fueron hechos en el acto, no a través de un proceso evolutivo el mismo
día de la creación; cambios adaptativos después quizás pudieron existir como es
propio de toda especie, pero procesos evolutivos continuos creemos con certeza que no, pues y, como hemos señalado, la frase “Dios dijo y fue...” es concretamente decretiva. Si
bien es cierto, frases como “Y dijo
Dios: Sea la luz; y fue la luz.” (Gén. 1:3) RV60 son traducidas por algunas
versiones como “sugiriendo” un acción paulatina como lo hace NVI («Y dijo Dios:
“¡Que exista la luz!» Y la luz llegó a existir”»). El giro hebreo
יְהִ֣י א֑וֹר וַֽיְהִי־אֽוֹר (yehi
or vayehi-or) “sea luz, y fue luz” descarta una respuesta
al mandato divino de manera progresiva (*evolutiva);
más bien la idea que comunica el verbo “…fue luz”, plantea una creación
de facto. Y esto, sin considerar que a pesar que es un Qal imperfecto (acción
en progreso), el verbo contiene una vav consecutiva, o, como se las llama en
las gramáticas tradicionales, una “vav conversiva” que tiene la particularidad de cambiar el tiempo
verbal, en este caso, de imperfecto (acciones en progreso, no terminadas), a perfecto
(acciones concluidas, acabadas), cuestión que subraya justamente, una creación en el acto.
Una segunda aprensión y final al
artículo de Keller, es que no creer que el relato del Génesis es literal y con
seguridad fuera de toda ambigüedad es
simplemente arrojar una sombra sutil sobre la Biblia y la base histórica de los
hechos reales que dan sentido a doctrinas como el pecado original, el juicio de
Dios, la depravación humana, y por sobre todo, la salvación desde el
proto-evangelio hasta su desarrollo en el NT.
Cuando el Génesis, dice: “El séptimo día concluyó Dios la obra que
hizo…” (Gen 2:2), el יוֹם
(yom) es una alusión normal a un día de 24 horas[10]
(Brown, Driver y Briggs). Como señala —por ejemplo— Han: “Fuera de Génesis
1, “noche” se usa con yom 53 veces y cada vez significa un día normal. ¿Por qué
sería génesis 1 la excepción? Incluso el uso de la palabra “Luz”
con yom en este pasaje determina el significado como un día normal.”[11]
Como
hemos dicho, creo que la ambigüedad y propuesta de Keller —siendo caritativo—
sigue los primeros pasos que en su momento Stott tomó para proponer en sus
últimos días el aniquilacionismo, y la novedad “académica” que N.T. Wright
tomó, para presentarnos la “rueda” no descubierta por el cristianismo reformado
histórico tocante a la correcta
interpretación de la “justificación”, lo cual y en el caso de Keller, debemos
considerar con cuidado, porque, ¿no es acaso su propuesta una forma de aceptar
una especie neo-darwinismo solapado? En efecto, fue el genetista
ucraniano padre de la síntesis evolutiva moderna Theodosious Dobzhansky
(1900-1975) quien dijo: “Nada tiene sentido en biología si no es a la luz de
la evolución...” lo cual Keller al parecer ha pasado por alto.
[1] Keller
Timothy 2016. Una evaluación del artículo “The White Papers” (pág. 13). https://biologos.org/uploads/projects/Keller_white_paper.pdf
[3] “Muchas
voces evangélicas seculares y muchos coinciden en un obviedad -que si usted es
un Cristiano ortodoxo con un alto concepto de la autoridad de la Biblia, no se
puede creer en la evolución de ninguna manera en absoluto. […] Si tú crees en Dios, no se puede creer en
la evolución. Si usted cree en la evolución, no se puede creer en Dios. Esto
crea un problema tanto para los escépticos y creyentes” óp. cit.
(pág. 4).
[4] Véase aquí https://www.youtube.com/watch?v=0SkG6n4PqHA
[consultado el 29.09.2016]
[5] Barbadilla
Antonio [s/f]. La evolución biológica. Departamento de Genética y
Microbiología. Universidad Autónoma de Barcelona. Internet URL: http://bioinformatica.uab.es/divulgacio/evol.html
[consultado el 29.09.2016]
[6] El
profesor en línea, 2015. Pruebas de la evolución de las especies. Internet URL:
http://www.profesorenlinea.cl/Ciencias/EvolucionPruebas.htm
[consultado el 30.09.2016]
[7]
Conversación acerca del tema.
[8] Wernher
von Braun, Luis Pasteur, Isaac Newton, Robert
Boyle, Michael Faraday, Lord Kelvin, James Maxwell y Samuel Morse etc.
[9]
Keil, Carl y Delitzsch, Comentario al
Texto Hebreo, del Antiguo Testamento
(Viladecavalls, Barcelona, 2008), p. 34.
[10]
Brown, Driver y Briggs, A Hebrew and
English Lexicon of the Old Testament (Oxford Clarendon Press, 1951), p. 398
[11] Han,
Ken y Sarfati, Jonathan y Wieland Carl, El libro de las respuestas (Florence, KY, 2002), p. 35
No hay comentarios:
Publicar un comentario