Por J.A. Torres Q.
Bajo el marco de la predicación del evangelio, inevitablemente se llegará a la cuestión de la praxis. El cómo deberíamos abordar la cuestión de la metodología. Esto es, decisionismo, o el tan escaso "evangelismo bíblico." Lamentablemente aun se observa en gran parte del evangelicalismo que el "pío" pragmatismo sigue siendo el rector a la hora de comunicar la verdad de la cruz, en especial, en aquellos grupos que denominamos para-eclesiásticos. Sin duda en cuanto a motivaciones, los movimientos para eclesiásticos no son exógenos al mandato y comisión misional. De manera que bajo este prisma, no podemos juzgar dichas intenciones como banales, o, para-evangelicales, no. Sin embargo, la existencia de estos grupos, (para-eclesiásticos) no siempre son sinónimo de ortodoxia, y en la mayoría de los casos, su rigor práctico-teológico deja mucho que desear, en vista de sus escuetas exigencias doctrinales. Por supuesto, no debemos creer que dichos grupos no exhiben cierto lineamiento doctrinal, aunque escueto, también hay algo de ello. De hecho, la mayoría de estos grupos, sí tiene una identidad, por así decirlo, “teológica”, esto se hace patente al observar algunas páginas Web relacionadas. No obstante, dicha identidad evangelical es en la mayoría de los casos, un satélite confesional de otras confesiones “rectoras”. En el día de hoy, son muchos los ministerios con fines misionales y motivacionales loables, por cierto, que como: “Sal Global”, “CIMA” y “ProVisión” (Chile), —entre otros más— se unen proposicionalmente al “Pacto de Lausana de 1974” no sólo en sus aspectos idealistas, sino, —y en especial— en los aspectos ideológicos de dicho pacto. Ahora, ¿qué es el “pacto de Lausana de 1974”? En la página Web de “ProVisión” (Chile) se nos da una explicación del mismo:
“ProVisión
se adscribe al Pacto de Lausana, documento que fue el resultado del Congreso
Internacional de Evangelización Mundial de Lausana, Suiza, realizado entre el
16 y 25 de Julio de 1974. El Congreso fue liderado por el Rev. Billy Graham y
reunió a más de 2.300 líderes de más de 150 países. Desde esa fecha hasta
estos días, el Pacto de Lausana permite aunar los esfuerzos de evangelización
mundial sin distinción de doctrinas o prácticas particulares.” (Provisión
2014:1)
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Como usted puede
observar: “…el Pacto de Lausana permite
aunar los esfuerzos de evangelización mundial sin distinción de doctrinas o
prácticas particulares…”, cuestión
que se acentuó con mayor énfasis —y con la cuota eisegética evidente— en Lausana II[1], con la presentación de un renovado paradigma de misión de que la "evangelización y unidad" son la dupla de lucha misionológica, rechazando con ello, toda clase de dogmatismos y "cuestiones secundarias", poniendo incluso el éxito de la gran comisión, en directa relación con dicha noción. Es por estas
aristas originales del movimiento que dicho pacto recibió las críticas de los mas llamados fundamentalistas americanos de la época (cf. Coster
2009:289. cf. Fletcher
& Ropero 2008:425s). En efecto, no les pareció a estos que dicho pacto hiciera
una convocatoria “mundial” a las iglesias protestantes y que dicho pacto tuviera un alcance “político
social” novedoso de la “misión.” Aun más, la
arista más sospechosa para los primeros fue que dicha invitación con
carácter pactal, se hiciera a costa del
afinamiento doctrinal, vaguedad que llevó incluso a autores católicos como el
académico José Morales a hablar de Lausana como el inicio del diálogo ecuménico
en la “teología de la misión” (Morales 2001:287), aun antropólogos como David Stoll[2], quien en su libro “¿América
Latina se vuelve protestante?” llegó a señalar de manera abierta que: “El
Pacto de Lausana se convirtió en el denominador común para las misiones
neo-evangélicas.” (Stoll 2002:94).
Ahora bien, el énfasis social de Lausana expresado sucintamente en su artículo 5 (tb. 13), fue inducido fundamentalmente por John Stott (1921-2011), quien por cierto, tuvo un desacuerdo no menor con Graham al respecto. Alister Chapman, escribiendo una biografía de Stott, registró las aprensiones posteriores del teólogo anglicano inglés, quien había llegado a la conclusión de que Dios no sólo había llamado a la iglesia a una evangelización centralizada, sino que ello requería el compromiso paralelo, esto es, el político-social. De hecho, y como escribe Trevin Wax, —autor del artículo al que estamos aludiendo en The Gospel Coalition— Stott al unirse a Lausana, lo hizo con la fuerte creencia de que el propósito central del congreso había sido concientizar a los evangélicos para terminar la tarea (la gran comisión), y para asegurar que el evangelio fuera entregado a todos los rincones de la tierra, pero también, que se asumieran los compromisos propios de un alcance político-social “del evangelio” (Wax 2013:1). Sin duda el énfasis de Stott, impulsado en cierto grado por su mirada escatológica amilenial, no debe considerarse necesariamente una herejía, al menos en lo motivacional, por supuesto, pero, y esto hay que recordar, José Grau (1931-2014) —de teología amilenial también— siendo también uno de los oradores de Lausana 1974, no desperdició la oportunidad que allí se le dio, en efecto, fue criticado por polemizar acerca de la postura dispensacionalista, la cual llamó “escatología-ficción”, acusándola —entre otras cosas— de paralítica en la misión y escapista en su escatología (Segovia 2014:1).
Como podemos observar en esta breves líneas, el llamado de Lausana de 1974 no sólo fue evangelical, sino que trajo con ello el inevitable resultado de una conflación de posiciones que obligadas a restringirse, derivó inevitablemente en el resultado propio de este tipo de filosofía de “unidad”, esto es, en una nueva tolerancia teológica de la misión que dio paso a lo que muchos llamaron, “neo-evangelicalismo”[3], en donde evidentemente los fundamentalistas, —en su mayoría dispensacionalistas— no se vieron representados. Sin duda el pacto de Lausana, —al menos en el papel— revelaba buenas conclusiones, pero por otro lado, declaraciones evidentemente pragmáticas, y soteriológicamente arminianas[4], en concordancia con la teología de su máximo promotor, Billy Graham.
Ahora bien, el énfasis social de Lausana expresado sucintamente en su artículo 5 (tb. 13), fue inducido fundamentalmente por John Stott (1921-2011), quien por cierto, tuvo un desacuerdo no menor con Graham al respecto. Alister Chapman, escribiendo una biografía de Stott, registró las aprensiones posteriores del teólogo anglicano inglés, quien había llegado a la conclusión de que Dios no sólo había llamado a la iglesia a una evangelización centralizada, sino que ello requería el compromiso paralelo, esto es, el político-social. De hecho, y como escribe Trevin Wax, —autor del artículo al que estamos aludiendo en The Gospel Coalition— Stott al unirse a Lausana, lo hizo con la fuerte creencia de que el propósito central del congreso había sido concientizar a los evangélicos para terminar la tarea (la gran comisión), y para asegurar que el evangelio fuera entregado a todos los rincones de la tierra, pero también, que se asumieran los compromisos propios de un alcance político-social “del evangelio” (Wax 2013:1). Sin duda el énfasis de Stott, impulsado en cierto grado por su mirada escatológica amilenial, no debe considerarse necesariamente una herejía, al menos en lo motivacional, por supuesto, pero, y esto hay que recordar, José Grau (1931-2014) —de teología amilenial también— siendo también uno de los oradores de Lausana 1974, no desperdició la oportunidad que allí se le dio, en efecto, fue criticado por polemizar acerca de la postura dispensacionalista, la cual llamó “escatología-ficción”, acusándola —entre otras cosas— de paralítica en la misión y escapista en su escatología (Segovia 2014:1).
Como podemos observar en esta breves líneas, el llamado de Lausana de 1974 no sólo fue evangelical, sino que trajo con ello el inevitable resultado de una conflación de posiciones que obligadas a restringirse, derivó inevitablemente en el resultado propio de este tipo de filosofía de “unidad”, esto es, en una nueva tolerancia teológica de la misión que dio paso a lo que muchos llamaron, “neo-evangelicalismo”[3], en donde evidentemente los fundamentalistas, —en su mayoría dispensacionalistas— no se vieron representados. Sin duda el pacto de Lausana, —al menos en el papel— revelaba buenas conclusiones, pero por otro lado, declaraciones evidentemente pragmáticas, y soteriológicamente arminianas[4], en concordancia con la teología de su máximo promotor, Billy Graham.
¿Cuál fue el
énfasis de Lausana realmente entonces? Claramente el énfasis de este movimiento fue finalmente el propio énfasis que trae consigo la combinación de colores de una tempera, solo un color; un resultado que deja "satisfecho" a todos, y claro, no podía ser el refinamiento doctrinal, sino, el qué[5] debía hacerse más que el tan complicado cómo de la evangelización. Por supuesto, en
detrimento del afinamiento doctrinal de la misión. Por cierto, Lausana
también hizo un mea culpa[6] importante, no obstante, los años han revelado que quizás fue un mea culpa político.
Por otro lado, y a modo de comorbilidad Lausana trajo otros efectos colaterales para la misión en el conciente colectivo de aquellos días que por cierto, aun vemos hoy. Esto es, la noción escatológica de la misión, o este móvil teórico como un catalizador o acelerante justamente de la misión, en desmedro de la ortodoxia de la evangelización. Cuestión que en cierto modo responde al por qué de la constante “urgencia” que plasman estos movimientos para-eclesiásticos misionales, y que, evidentemente van marcando las pautas de sus propósitos masivos. Nótese por ejemplo, la noción escatológica de Lausana. Bajo el punto 15. “La Segunda Venida de Cristo”, literalmente se lee:
Por otro lado, y a modo de comorbilidad Lausana trajo otros efectos colaterales para la misión en el conciente colectivo de aquellos días que por cierto, aun vemos hoy. Esto es, la noción escatológica de la misión, o este móvil teórico como un catalizador o acelerante justamente de la misión, en desmedro de la ortodoxia de la evangelización. Cuestión que en cierto modo responde al por qué de la constante “urgencia” que plasman estos movimientos para-eclesiásticos misionales, y que, evidentemente van marcando las pautas de sus propósitos masivos. Nótese por ejemplo, la noción escatológica de Lausana. Bajo el punto 15. “La Segunda Venida de Cristo”, literalmente se lee:
“Creemos que el Señor
Jesucristo regresará en forma personal y visible, en poder y gloria, para
consumar Su salvación y Su Juicio. Esta promesa de Su venida, nos impulsa
poderosamente a evangelizar, porque
recordamos Sus palabras que es necesario que el Evangelio sea predicado a
todas las naciones. Creemos que en el período que media entre la
ascensión de Cristo y Su segunda venida, la
misión del pueblo de Dios tendrá que completarse y que no podemos detenernos
antes del fin. También recordamos Su advertencia de que surgirán falsos
profetas y falsos cristos como precursores del Anticristo final. Por lo
tanto, rechazamos todo sueño autosuficiente y arrogante de que el hombre
podrá construir una utopía en la tierra. Nuestra confianza cristiana es que
Dios perfeccionará Su reino, y esperamos con gran expectativa el día en que
habrá nuevos cielos y nueva tierra, en los cuales morará la justicia y Dios
reinará para siempre…” (Lausana 2014:1).
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Sin duda esta
declaración evidencia cierto matiz teológico de fondo de una coalición que
tiene como norte al final del día el qué
de la misión (la actividad), y no el cómo (un correcta ortodoxia de evangelización), cuestión que evidentemente concuerda con la idea escatológica de: “…porque
recordamos Sus palabras que es necesario que el Evangelio sea predicado a todas
las naciones”, “y la misión del
pueblo de Dios tendrá que completarse y que no podemos detenernos antes del fin…”
(Lausana
2014:1). Quizás por estos énfasis, y aun más, por la apertura neo-evangelical evidente
de Lausana y posteriormente Ámsterdam 83
—ambas iniciativas dirigidas por Billy Graham— la confederación de iglesias
evangélicas fundamentalistas (CIEF) de Chile, el año 1983 escribió un
comunicado oficial, en el que no dejando de expresar su interés por la evangelización,
reconocían ya en aquellos años, la presencia de
falsos profetas astutos que aun engañarían a los elegidos, de esta
manera y literalmente —y a reglón
seguido de la alusión anterior— señalaban: «Tristemente este es el caso con
Billy Graham, quien es el principal representante de la posición “evangélica” o
mejor “neo-evangélica”…» (CIEF 1983:1).
La mayor aprensión de la CIEF expresaba en este documento oficial, fue no sólo su desacuerdo con este “neo-evangelicalismo”[7], sino en especial, contra el gestor y director general de estas iniciativas, Billy Graham, escribiendo de él: “…lo decimos con profunda tristeza […] este hombre comenzó predicando en estricta sujeción a la Palabra de Dios y fue motivo de gran bendición […] pero pasando el tiempo, tal vez para mantener su popularidad y las grandes muchedumbres que los escuchan predicar, fue aguando el mensaje de salvación quitando importancia y aun suprimiendo por completo en su predicación el arrepentimiento, el juicio de Dios y la necesidad de la sangre de Cristo para el perdón de nuestro pecado. Fue acercándose cada vez más a los ecuménicos y a la iglesia católica...” (1983:1). Sin duda no podemos pasar por alto el hecho de que muchos evangélicos se sintieron ofendidos por la manifestación de desaprobación abierta de la CIEF, no obstante, y esto hay que convenir, el tiempo les ha dado un espaldarazo que no se puede negar, en especial, después de las declaraciones de Graham frente a sus intervenciones públicas posteriores respecto el islam[8], y en especial, sus respuestas en entrevista[9] con el cuestionado televangelista Robert H. Schuller (1926-2015) que terminaron de confirmar la ambigüedad doctrinal evidente del fallecido profesor Graham.
La mayor aprensión de la CIEF expresaba en este documento oficial, fue no sólo su desacuerdo con este “neo-evangelicalismo”[7], sino en especial, contra el gestor y director general de estas iniciativas, Billy Graham, escribiendo de él: “…lo decimos con profunda tristeza […] este hombre comenzó predicando en estricta sujeción a la Palabra de Dios y fue motivo de gran bendición […] pero pasando el tiempo, tal vez para mantener su popularidad y las grandes muchedumbres que los escuchan predicar, fue aguando el mensaje de salvación quitando importancia y aun suprimiendo por completo en su predicación el arrepentimiento, el juicio de Dios y la necesidad de la sangre de Cristo para el perdón de nuestro pecado. Fue acercándose cada vez más a los ecuménicos y a la iglesia católica...” (1983:1). Sin duda no podemos pasar por alto el hecho de que muchos evangélicos se sintieron ofendidos por la manifestación de desaprobación abierta de la CIEF, no obstante, y esto hay que convenir, el tiempo les ha dado un espaldarazo que no se puede negar, en especial, después de las declaraciones de Graham frente a sus intervenciones públicas posteriores respecto el islam[8], y en especial, sus respuestas en entrevista[9] con el cuestionado televangelista Robert H. Schuller (1926-2015) que terminaron de confirmar la ambigüedad doctrinal evidente del fallecido profesor Graham.
Algo parecido
sucede hoy, en el área de la traducción de la Biblia, lo cual sin duda es una
labor loable y necesaria, no obstante, al igual que la noción escatológica de
Lausana, la declaración —por ejemplo— de “Brasilia 2025”, a la que están supeditados
misionalmente un sin fin de organizaciones[10] con este fin, exhibe también la “urgencia”[11] misional, inducida
por la urgencia escatológica de la
misión “…y que su reino venga a la
tierra”. En consecuencia, no siendo un
tópico necesariamente herético en sí, —a excepción del posmilenialismo neo-carismático—
la urgencia del deber es encausada por
una urgencia escatológica, que raya en una urgencia por culpa (!no se está
haciendo nada!), pero a veces, que no escatima instancias ecuménicas que
ocurren delante de nuestros propios ojos. Note con atención la siguiente imagen.
Ecumenismo
por la paz
“Liturgia Ecuménica por la Paz en La Araucanía”, este fue
el título que le otorgó el corresponsal
del sitio[12]
católico que exhibe estas imágenes en la Web, quién también informó: «Bajo
el lema “procurando y rogando por la paz”, se efectuó una masiva celebración
litúrgica el lunes 6 de enero [2014] al mediodía en el Templo Catedral,
instancia donde la Iglesia Católica, en conjunto con las iglesias cristianas
evangélicas, representadas por el pastor Andrés Casanueva, presidente del
consejo de pastores, y el Pastor Eduardo Rojo, de la Iglesia Luterana, y
presididos por el Pastor de la Diócesis San José, Monseñor Héctor Vargas,
elevaron una sentida plegaria por nuestra Región, y por la paz, condición
necesaria para que nuestra sociedad en La Araucanía resuelve sus problemas y
avance en el camino del desarrollo, pleno e íntegro.» (ICEC
2014:1). Por supuesto, el mensaje, “Procurando y
Rogando por la paz” (Jer. 29, 11) fue entregado por el clérigo católico mencionado, quien, para sorpresa
de los incautos de siempre manifestó: “Por
vez primera, [en Temuco, Chile] las Iglesias Cristianas que evangelizamos y
servimos en la Araucanía, nos hemos convocado en esta Catedral de San José,
para procurar y orar por la paz.” (Vargas
2014:1).
No es casual la respuesta que otros han dado a los aspectos más preocupantes de estos avivamientos que exhiben algunos de estos grupos, —así pues— podemos encontrar una reacción alternativa a la pía, pero emotiva avalancha misional de nuestros días, quienes han puesto el acento sobre la necesidad de la ortodoxia de la gran comisión. En EE.UU. —por ejemplo— IFCA[13] ha catalogado de “neo evangelicalismo” a este espíritu emotivo y avasallador que exhibe los ribetes distintivos del pragmatismo —por así decirlo— pasivo de la misión. Pasivo, porque en la mayoría de los casos la doctrina ha sido “sutilmente” relegada, lo cual ha dado como resultado una filosofía neo-evangelical avasallante que lleva un tenue estandarte entre líneas, “no se les ocurra criticarnos”. Por cierto, ¿qué es, y qué caracteriza al neo-evangelicalismo? La coalición evangelical IFCA explica:
No es casual la respuesta que otros han dado a los aspectos más preocupantes de estos avivamientos que exhiben algunos de estos grupos, —así pues— podemos encontrar una reacción alternativa a la pía, pero emotiva avalancha misional de nuestros días, quienes han puesto el acento sobre la necesidad de la ortodoxia de la gran comisión. En EE.UU. —por ejemplo— IFCA[13] ha catalogado de “neo evangelicalismo” a este espíritu emotivo y avasallador que exhibe los ribetes distintivos del pragmatismo —por así decirlo— pasivo de la misión. Pasivo, porque en la mayoría de los casos la doctrina ha sido “sutilmente” relegada, lo cual ha dado como resultado una filosofía neo-evangelical avasallante que lleva un tenue estandarte entre líneas, “no se les ocurra criticarnos”. Por cierto, ¿qué es, y qué caracteriza al neo-evangelicalismo? La coalición evangelical IFCA explica:
“Nuevo
evangelicalismo (Neo-evangelicalismo, Nuevo Conservadurismo) Estos
términos se refieren al movimiento dentro del evangelicalismo caracterizado
por una tolerancia de y un diálogo con el liberalismo teológico. Su
esencia se ve en un énfasis en la aplicación social del Evangelio y doctrinas
débiles o poco claros en cuanto a: la inspiración de la Escritura, la Biblia,
creacionismo, la escatología, el dispensacionalismo, y la separación. Se
caracteriza además por un intento de acomodar el cristianismo bíblico y que
sea aceptable para la mente moderna.” (IFCA 2014:1).
|
¿De dónde
proviene esta nueva concepción evangelical, o, manera de ver la Gran Comisión? El
año 1984, el profesor Manfred A. Bluthardt escribió el pequeño libro que no deja de ser vigente, “Movimientos Modernos”, es interesante observar que en el inicio de este breve libro,
el profesor Bluthardt se vio en la necesidad de hacer una descripción general
de las posiciones teológicas que en esos días ya se podían distinguir. A saber,
los “fundamentalistas”, los “evangelicales”, y los “liberales”. Dentro de los “evangelicales”,
el profesor Bluthardt clasificó dos subgrupos, los “evangélicos establecidos”,
y los “neo-evangelicales”. Lo interesante es observar que ya en esos días
escribía con una precisión “atemporal”, respecto las características de este
neo-evangelicalismo, y quizás, interpretando bien su descripción, de este
pre-neo-evangelicalismo. Lo interesante, es que, mencionando también a Billy
Graham, el profesor Bluthardt escribió: “A
partir del año 1940, los evangelicales se separan de los fundamentalistas por
su intransigencia y falta de tolerancia. Prefieren ser tildados [de]
“flexibles” y “comprometedores”, antes de desobedecer a la Gran Comisión.
Mantienen su énfasis original de predicar el Evangelio sin exceptuar a ningún
grupo de personas y manteniendo la táctica del “inclusivismo” […] Uno de los
representantes más renombrados es el evangelista internacional Dr. Billy
Graham…” (Bluthardt 1984:2). A Reglón seguido, y, comentando la posición y
filosofía de este neo conglomerado evangelical, el profesor Bluthardt explica:
“Su posición es
caracterizada por:
1.
Evangelismo
cooperativo de masas (anhelando colaborar con diversos ministros evangélicos,
tanto liberales como conservadores sobre una base doctrinal mínima).
2.
Énfasis notorio en
las implicancias sociales del Evangelio.
3.
Fuerte énfasis en
la educación y publicación.
4.
Esfuerzo Marcado
hacia la unidad cristiana (“unión”, “unidad”, “armonía”, son términos de primera
importancia. Asuntos con “santidad de vida”, “doctrina pura”, “iglesia
limpia”, tienen importancia secundaria).
(Bluthardt
1984:2).
|
No
hay ambigüedades en la definición anterior, y, en especial, acerca de las
características que el profesor Bluthardt e IFCA, han hecho respecto este neo-evangelicalismo; conglomerado que tiene como estandarte pío-populista la “unidad”, pero una
unidad que no escatima la pureza doctrinal de la misión. Si hiciéramos un
seguimiento filosófico de donde se encuentra la matriz de estos hechos, no sólo
nos encontraríamos con las típicas respuestas pragmáticas, “el amor por las
almas”, “el amor por las misiones”, y la “urgencia de ello”. Sin duda al
observar a sus proponentes conversar o simplemente exhibir estas declaraciones, uno puede observar sinceridad e
incluso, un amor legítimo por estas causas, lo cual es loable, sin embargo, y
desde una mirada atenta a los ribetes de fondo de todo este mover podemos
observar que hay también una cuota evidente de otro ingrediente motivacional,
diríamos, un ingrediente filosófico rector. Ross Rohde lo llamó: “la
evangelización sensible a la posmodernidad”, cuestión que ha dado paso a las
“metodologías evangelísticas posmodernas” (Rohde 2011:6) y a un nuevo fenómeno
latinoamericano, las iglesias
neo-evangelicales. Todo, sin duda, como resultado de lo primero.
Bibliografía
Bluthardt, Manfred
1984b.Movimientos Modernos. Temuco,
Chile: Alianza.
CIEF 1983. La
respuesta de CIEF al congreso evangelístico de Ámsterdam 83. Internet URL: http://opticabiblica.blogspot.cl/2016/05/la-respuesta-de-cief-al-congreso.html
Coster, Bernard
2009. Unidad y diversidad en la historia
de la iglesia. Barcelona, España: Andamio.
Flecther, John & Ropero Alfonso 2008. Historia General del Cristianismo, del Siglo
I al Siglo XXI. Viladecavalls
(Barcelona), España: Clie.
Lausana II 1989. Manifiesto de Malina, punto cuatro. Internet
URL: http://www.lausanne.org/es/contenido/manifiesto-de-manila/manifiesto
Lausana 2014. Pacto de Lausana. Internet URL: http://www.lausanne.org/es/contenido/pacto-de-lausana/pacto
[consultado el 13.12.2014].
Rohde, Ross 2011. Iglesias emergentes. Internet URL: http://www.mm-comibam.org/uploadsarchivos/iglesias_posmodernas-ross_rohde_-posmoder2es.pdf
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Provisión 2014. ¿Quiénes somos? Internet URL:
http://www.provision.cl/provision/index.php/quienes-somos#declaracion-fe [consultado el
13.12.2014].
ICEC 2014. Liturgia Ecuménica
por la Paz en La Araucanía. Internet
URL: file:///E:/Documents%20and%20Settings/Administrador/Mis%20documentos/Dropbox/NT%20Mapuche/Liturgia%20Ecum%C3%A9nica%20por%20la%20Paz%20en%20La%20Araucan%C3%ADa.htm
[Consultado el
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ICEC 2014b. Liturgia
Ecuménica por la Paz en La Araucanía (Primera Parte).Internet URL:
http://galerias.iglesia.cl/galeria.php?url=Gale_52cb634b034b8
[Consultado el
30.12.2014].
IFCA 2014b. Historia del IFCA Internacional 75 años de
historia IFCA (Glen Lehman director IFCA Ejecutivo desde 1959 hasta 1972).
Internet URL: http://ifcamedia.org/ifcaweb/docs/75YearsOfIFCAHistory-Lehman.pdf [consultado el
04.12.2014].
IFCA 2014. IFCA International Articles of Faith and Doctrine.
Internet URL: http://www.ifca.org/site/cpage.asp?sec_id=140006911&cpage_id=140032338 [Consultado el
04.12.2014].
Morales, José 2001. Teología de las Religiones.
Madrid, España: Rialp.
Segovia, José 2014. The Gospel Coalition: Soli Deo
Gloria, la mirada de José Grau. Internet URL: http://www.thegospelcoalition.org/coalicion/article/soli-deo-gloria
Stoll, David 2002. ¿América Latina se
vuelve protestante? Las políticas del crecimiento evangélico. Edición
digital. Internet URL: http://nodulo.org/bib/stoll/alp.htm
Vargas, Héctor 2014. “Procurando y Rogando por la paz” (Jer 29, 11). Mensaje en Liturgia
ecuménica por la paz en la Araucanía. Catedral de Temuco, 6 de enero de 2014.
Internet URL:
http://documentos.iglesia.cl/conf/doc_pdf.php?mod=documentos_sini&id=4264
[Consultado
30.12.2014].
Wax, Trevin 2013. The
Gospel Coalition: When John Stott confronted Billy Graham. Internet URL:https://blogs.thegospelcoalition.org/trevinwax/2013/05/08/when-john-stott-confronted-billy-graham/
[1]
Bajo el punto 9, “La cooperación en la evangelización” el Manifiesto de Malina de
1989 (Lausana II), sutilmente declaró: «La evangelización y la unidad están
estrechamente relacionadas en el Nuevo Testamento. Jesús pidió que la unidad de
su pueblo reflejara su propia unidad con el padre (Juan 17:20,21), y Pablo
exhortó a los filipenses a "combatir unánimemente por la fe del evangelio"
(Filipenses 1:27). En contraste con esta visión bíblica, estamos avergonzados
de las sospechas y rivalidades, del dogmatismo en cuestiones secundarias, de
las luchas por el poder y de la edificación de imperios que arruinan nuestro
testimonio evangelístico. Afirmamos que la cooperación en la evangelización es
indispensable. Primero, porque es la voluntad de Dios, pero también porque el
evangelio de reconciliación es desacreditado por nuestra falta de unidad, y
porque si la tarea de la evangelización del mundo ha de ser alguna vez lograda,
debemos realizarla juntos.» (Lausana
II 1989:1).
[2] En
sus estudios de los 80, Stoll se enfocó principalmente, en la influencia de las
misiones evangélicas norteamericanas sobre el mundo hispanoparlante, de especialmente en su libro: “¿América Latina se vuelve protestante? Las políticas del
crecimiento evangélico” publicada en inglés en 1990 por la Universidad de California, y editada para
lectores latinoamericanos, en Quito año 1993.
[3]
Como hemos citado anteriormente, el profesor Bernat Coster no dudó en calificar
la nueva era de la evangelización liderada
por Billy Graham, como
neo-evangelicalismo: “El neo-evangelicalismo […] quería ofrecer una
alternativa a la teología fundamentalista, se esforzaba en la presentación
positiva del evangelio […] El eje del movimiento es Billy Graham.” (Coster
2009:289).
[4] “Cuando la gente recibe a Cristo, nace de nuevo en Su Reino y debe manifestar a la
vez que difundir Su justicia en medio de un mundo injusto.” (Lausana
2014:1), esta idea evidentemente refleja una noción sinergista de la salvación,
que claramente concuerda con la teología del fundador y promotor principal del
movimiento de Lausana, quien escribió: “Tú abres el corazón y le permites que entre. Reniegas de
todo pecado y de todos los pecados. Renuncias y entregas a él por la fe. En ese preciso instante tiene lugar el
milagro de la regeneración…” (Graham
en Murray
2012:12).
[5] Hay que
hacer misiones, debemos hacer misiones, ¿cómo, cuál planteamiento evangelical? ¡No
importa, hay que hacer misiones!
[6] Por ejemplo, en el artículo Nº
12. CONFLICTO ESPIRITUAL, — a nuestro parecer— leemos una buena medida de advertencia que,
por cierto, y en la realidad se diluye. “…
en el deseo de asegurar una respuesta al evangelio, hemos acomodado nuestro
mensaje, hemos manipulado a nuestros oyentes por medio de técnicas de presión y
nos hemos preocupado demasiado de las estadísticas y hasta hemos sido
deshonestos en el uso que hemos hecho de ellas. Todo esto es mundanal. La
Iglesia debe estar en el mundo, pero el mundo no debe estar en la Iglesia.”
(Lausana
2014:1).
[7] Se
añade en este documento originalmente
publicado en “Christian Beacon” el 8 de Marzo de 1984 que: “Los neo
evangelistas que llaman a este congreso, dicen que creen toda la Biblia, pero
se niegan apasionadamente a defender la fe, contrariando las abundantes y
explicitas órdenes de la Biblia en ese sentido. Así que dicen creerla,
pero no están dispuesto a obedecerla en
su totalidad. Dicen ser neutrales, pero no pierden ocasión de atacar, a veces
con saña, a los fundamentalistas, ni de manifestar simpatía y colaborar con los
modernistas [neo-evangelicales] especialmente en su expresión actual que es el
ecumenismo. Dicen que lo más importante es el amor, olvidando la justicia y el
juicio de Dios, que son tan básicos como el amor y buscan ávidamente el
reconocimiento de los modernistas apóstatas como personas de elevada capacidad
intelectual y solvencia “académica”. Esto último ha llevado, especialmente a la
generación joven de neo-evangélicos, a ir adaptando una posición cada vez más
crítica respecto a la plena inspiración e inerrancia de la Biblia.” (CIEF
1984:1).
[11] La declaración de Brasilia 2025 en
sus primeros dos puntos, declara: 1. La URGENCIA, está basada en el
profundo afecto de Dios por la humanidad y su deseo de que todo individuo entre
en una relación personal con Él y que Su Reino venga a la tierra (Mateo
28:18-20; Ap. 5:9, 7:9). 2.- ALIANZAS ESTRATÉGICAS, para lograr lo que es
imposible solos y sin embargo es posible trabajando juntos bajo la dirección
de Dios (Ec. 4:9-12).
[13] http://www.ifca.org/ IFCA Internacional
es una comunidad de iglesias en EE.UU. que unifica a obreros cristianos
comprometidos con la ortodoxia bíblica, incluyendo en ello la ortodoxia en el evangelismo y las misiones,
por cierto, con más de 75 años a la fecha (1929). Cabe destacar que sólo a
partir de 1975, IFCA adoptó posiciones necesarias respecto el movimiento
carismático, el ecumenismo, el aborto, la eutanasia, la homosexualidad y la
infalibilidad de la Biblia y también, el pragmatismo del neo evangelicalismo. A
contar del año 2005 en adelante, IFCA ha renovado su compromiso visional,
haciendo un énfasis demarcado en: la “Pureza Doctrinal”, “Predicación
Expositiva”, “Preocupación Social”, “Una vida santa, y oración ferviente”,
entre otros.