Gracias por la Palabra “…una
vez entregada a los santos” y por la magnífica obra del Espíritu Santo.
Entre las múltiples funciones, el Santo Espíritu corrige a los creyentes.
También las experiencias nos llevan a la autocrítica y la necesaria
corrección.
En el ambiente de la Iglesia Luterana Alemana, —donde en
parte comencé mi formación Cristiana protestante— se tenía por entendido, que
el bautismo de una guagua equivale al renacimiento espiritual. Muchos himnos
bautismales, —hasta el día de hoy— lo afirman:
“Señor,
acepte en tu gracia este niño por medio del santo bautismo. Haz de él un
miembro y heredero, que en la vida y en la muerte sea tuyo.” (Himnario Oficial, EKG205,2).
“Buen Pastor,
reciba este cordero. Señor acéptalo como miembro tuyo…” (EKG206,4).
“Escriba, Señor,
su nombre en el libro de la vida y no sea que lo hemos traído (los niños) en
vano.” (EKG207,1).
Claramente establece la Palabra de Dios: “Pero sin fe es imposible agradarlo, porque
es necesario que el que se acerca a Dios crea que existe, y que es galardonador
de los que lo buscan.” (Hebr.12:6) La Biblia Textual). La fe, y la fe
personal son imprescindibles. El carcelero de Filipo recibe la instrucción
precisa: Señores, ¿qué tengo que hacer para ser salvo? Contestaron ellos: “Cree en el Señor Jesús, y serás salvo…”
(Hch. 16:30.31). El hecho y la necesidad de tomar decisiones de fe es
confirmado, tanto en el AT como NT: “Y si
mal os parece servir a YHVH, escogeos hoy a quién sirváis: si a los dioses a
quienes sirvieron vuestros padres cuando estuvieron al otro lado del río, o a
los dioses del amorreo en cuya tierra habitáis, pero yo y mi casa serviremos a
YHVH.” (Jos. 24:15). La palabra misma “decisión” —no aparece aquí, ni en
otra parte de la Biblia— pero sí, el hecho de tomar una determinación y
conclusión de fe o de obediencia. “Y Elías se acercó a todo el pueblo, y
dijo: “¿Hasta cuándo andaréis cojeando en
dos muletas? Si YHVH es Ha-’Elohim, seguidle; y si lo es Baal, seguidle a él.
Pero el pueblo no le respondió palabra.” (1 Rey 18:21).
En el NT observamos, que los siervos de Dios presentan el
mensaje, el amor de Dios, el juicio de Dios, la obra redentora de Cristo y sin
formular un “llamado” esperan una reacción de los oyentes.
“Pues bien, Dios, pasando por alto esos tiempos de ignorancia,
ahora manda a todos los hombres en todo lugar, que se arrepientan; por cuanto
ha establecido un día en el cual va a juzgar a la humanidad con justicia, por
medio del Varón que designó, presentando a todos garantía de ello cuando lo
resucitó de entre los muertos. Pero cuando oyeron: Resurrección de muertos,
unos se burlaban, y otros dijeron: ¡Ya te oiremos acerca de esto en otra
ocasión! Así que, Pablo salió de en medio de ellos. No obstante,
algunos varones creyeron y se unieron a él, entre ellos, Dionisio el
areopagita y una mujer de nombre Dámaris, y otros con ellos.” (Hch.
17:30-34).
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Muchos de estos paganos escucharon por primera vez del
verdadero Dios. Pablo presenta a Dios de la siguiente manera: -es
misericordioso (pasa por alto la ignorancia, desconocimiento del Dios
verdadero); - demanda arrepentimiento (reconocer el pecado, abandonar la vida
viaja, volver contrito y con fe a Dios); - Dios juzgará a cada uno por medio de
Jesucristo (el ser humano es plenamente responsable ante Dios y debe rendir
cuentas). ¿Y cuál es la reacción? ¿Qué decisión toman los oyentes? = “unos se
burlaban”, otros postergaron una decisión, “[en] otra ocasión [dijeron]”,
“algunos creyeron”.
Por supuesto hay diferentes maneras de concretizar los
pasos de fe. En el ministerio de Jesús y los apóstoles observamos generalmente
una reacción espontánea a la auténtica exposición de la Verdad o mensaje. (Mt.
7:29; Mt 21:32.35.36; Hch. 2:37). Los métodos y las formas de llevar al oyente
a una decisión han cambiado en el transcurso del tiempo. P.Ej. = El Ejército de
Salvación, ha asumido que mostrar un sincero arrepentimiento, incluye el
arrodillarse en el banquillo de penitencia; o cuando el llamado es hecho,
indicar con la mano levantada, el deseo de recibir a Cristo, lo cual
incluye el pasar adelante, recibiendo en el acto consejería y oración especial.
ProChrist (Alemania) = practican la invitación a pasar a una bien iluminada
cruz e indicar así su decisión de fe en Jesucristo.
Todo Simbolismo necesita absolutamente una exhaustiva y
contextualizada explicación, sino llega a ser un ritualismo muerto. P.Ej. =
Pascua; vea la explicación en Ex 12,24 sg. “Guardaréis esta palabra como
estatuto para ti y para tus hijos por siempre. Y cuando entréis en la tierra
que YHVH os dará, como ha hablado, observaréis este servicio. Y cuando os
pregunten vuestros hijos: ¿Qué significa este servicio para vosotros? Vosotros
responderéis: Sacrificio de Pascua es para YHVH, el cual pasó por alto las
casas de los hijos de Israel en Egipto cuando mandó una plaga sobre los
egipcios, y libró nuestras casas. “Entonces
el pueblo, inclinándose, se prosternó. Fueron pues los hijos de Israel e
hicieron tal como YHVH había ordenado a Moisés y a Aarón. Así lo hicieron.” (Éxo.
24:28) .
Para evitar puro ceremonialismo y tradiciones rutinarias se
requiere aclaraciones y explicaciones apropiadas en nuestros servicios
cristianos. ¿Qué entiende una persona por una “decisión”, de “aceptar a
Cristo”, “entregar la vida a Jesús”, etc.? Siguiendo al Prototipo bíblico
practicamos el Bautismo de creyentes por inmersión. Es sorprendente escuchar
algunos testimonios de los candidatos a bautismo que incluso han tenido clases
especiales de preparación. “!Me bautizo hoy para lavarme de todos mis pecados!”
“Aunque mis amigos se rían y se burlen de mí, me voy hacer evangélico y miembro
de UCB!” Sin duda una “decisión” es importante como un paso en la dirección
correcta; no obstante no equivale —necesariamente y en cada caso— a la
conversión y a la regeneración. Recuerdo un informe sobre las actividades
evangelísticas del verano. Se informó, que en la carpa (evangelística)
pasaron 17 personas adelante y aceptaron a Cristo. Después de unos 3
meses no asistió ni una sola persona de ellas al culto. ¿Dónde quedan las
evidencias de la nueva vida? Puede que estas personas hayan hecho una decisión
sincera, pero, ¿experimentaron un cambio de muerte a vida? ¿Qué del pasado? –
¿Han sido liberados del catolicismo, del animismo, de las drogas, de la
pornografía, etc.? “! Las cosas vieja pasaron!” ¿Qué de la restitución? “Entonces Zaqueo, puesto en pie, dijo al
Señor: He aquí Señor, la mitad de mis bienes doy a los pobres, y si algo he
defraudado a alguno, lo restituyo cuadruplicado.” (Lc. 19,8) ¿Podría ser,
que hemos ampliado demasiado la “puerta estrecha”? “! Dios te ama, y El
tiene un maravilloso plan para ti, acéptalo y en 10 Minutos tú serás mi
hermano!”
No debemos olvidar que también, los “Evangélicos” son
víctimas del modernismo, que se caracteriza por el Humanismo, Racionalismo y
Pluralismo. Humanismo: Todo gira alrededor del hombre. La meta es el bienestar
del hombre. Y justamente es a este hombre el que le agrada un Evangelio de
prosperidad. “Ven a Cristo, y él te resuelve todos los problemas personales,
matrimoniales...!” Basta una oración conjunta y todo va bien. Racionalismo: Los
pensamientos lógicos, el raciocinio intelectual del hombre son determinantes y
no lo establecido por un Dios invisible. Hay que usar buenos argumentos, no
hablar del pecado, del infierno y castigo; ya que el amor de Cristo cubre todo
y Dios recibe al hombre con brazos abiertos. Pluralismo: Hay que ser tolerante
y no formular postulados absolutos. Tú crees en un Dios; el musulmán en otro y
yo tengo el mío. Si decimos, que Jesucristo es un Salvador está bien; pero
afirmar, que Cristo es el único Salvador es fundamentalismo, que debe ser
erradicado. No obstante el fundamentalismo es exclusividad del cristianismo,
pues: “…en ningún otro hay salvación;
porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser
salvos.” (Hch. 4:12). Lamentablemente aún, el pensamiento
humanista está presente en muchos, quienes creen que los hombres son tan
diferentes y los tiempos han cambiado tanto, que es necesario quitar todo
obstáculo para que la gente llegue a la iglesia. Jesús nunca atrajo la gente
con promesas falsas, justamente, hizo lo contrario, pidió a sus seguidores
calcular los costos:
“No penséis que vine a traer paz a la tierra. No vine a traer
paz, sino espada. Porque vine para poner en disensión al hombre contra su
padre, y a la hija contra su madre, y a la nuera contra su suegra, y los
enemigos del hombre serán los de su casa. El que ama a padre o madre más que
a mí, no es digno de mí; el que ama a hijo o hija más que a mí, no es digno
de mí; y el que no toma su cruz y sigue en pos de mí, no es digno de
mí. El que halló su vida la perderá, y el que perdió su vida por causa
de mí, la hallará.” (Mt 10:34-38).
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Preferentemente el NT habla de “metanoeo” = arrepentimiento
o acto de fe y obediencia. Vea Juan el Bautista, Jesús, los apóstoles.
Salvación = “soteria“ no es tanto antropocéntrico, un hecho del hombre, más
bien es obra de Dios:
“En otro tiempo ustedes estaban muertos en sus transgresiones y
pecados, en los cuales andaban conforme a los poderes de este mundo. Se
conducían según el que gobierna las tinieblas, según el espíritu que ahora
ejerce su poder en los que viven en la desobediencia. En ese tiempo también
todos nosotros vivíamos como ellos, impulsados por nuestros deseos
pecaminosos, siguiendo nuestra propia voluntad y nuestros propósitos. Como
los demás, éramos por naturaleza objeto de la ira de Dios. Pero Dios,
que es rico en misericordia, por su gran amor por nosotros, nos dio
vida con Cristo, aun cuando estábamos muertos en pecados. ¡Por gracia ustedes
han sido salvados! Y en unión con Cristo Jesús, Dios nos resucitó y nos
hizo sentar con él en las regiones celestiales, para mostrar en los tiempos
venideros la incomparable riqueza de su gracia, que por su bondad derramó
sobre nosotros en Cristo Jesús. Porque por gracia ustedes han sido salvados
mediante la fe; esto no procede de ustedes, sino que es el regalo de Dios, no
por obras, para que nadie se jacte. Porque somos hechura de Dios,
creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios dispuso de
antemano a fin de que las pongamos en práctica.” (Ef 2:1-8 [comp. 1
Tes. 1:9])
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No es la iniciativa y la intervención del hombre, sino de
Dios. Siendo aun pecadores, Dios obró. No es mí decisión, mi humillación, mí
oración, sino la gracia divina. No dice, que en el cielo habrá gozo por 25
chilenos, que hicieron su decisión por Cristo; o por 100 niños, que
respondieron al ser preguntados, si quieren ir al cielo.
“O supongamos que una mujer tiene diez monedas de plata y pierde
una. ¿No enciende una lámpara, barre la casa y busca con cuidado hasta
encontrarla? Y cuando la encuentra, reúne a sus amigas y vecinas, y les
dice: “Alégrense conmigo; ya encontré la moneda que se me había perdido. Les digo que así mismo se alegra Dios con
sus ángeles por un pecador que se arrepiente.” (Lc. 15:8-10).
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Lamentablemente se cita versículos bíblicos con buena
intención, pero mala interpretación.
1.- “Mas a cuantos lo
recibieron, a los que creen en su nombre, les dio el derecho de ser hijos de
Dios.” (Jn. 1:12).
Recibir por fe a Cristo, era en contra la corriente de la
sociedad y para los religiosos ridículo. Seguir a un carpintero de Nazareth o
un autoproclamado Rabbí sin domicilio ni educación, rechazado oficialmente por
los líderes espirituales. Solamente unos pescadores analfabetos y pecadores
conocidos le siguieron. – Y menos después de ser crucificado uno quería ser
contado a sus discípulos.
2.- “...que si
confiesas con tu boca que Jesús es el Señor, y crees en tu corazón que Dios lo
levantó de entre los muertos, serás salvo. Porque con el corazón se cree para
ser justificado, pero con la boca se confiesa para ser salvo.” (Ro 10:9+10)
No se trata de una simple repetición formal o de un acto
solemne de bautismo, cuando un seguidor de Cristo testifica y promete fidelidad
al Maestro. Esto involucraba dar la vida por Jesús antes de traicionarlo o
negarlo. Los cristianos eran considerado “ateoi”, una peste que había de ser
erradicada. Llamar a Jesús “Señor” y negar la veneración al César costaba la
vida. – Confesar a Jesús significa, que uno ha sometido toda su vida, su
voluntad, sus ambiciones al señorío de Cristo. La meta ahora y siempre es Su
voluntad, Su Reino y Su gloria! (significado del Bautismo).
3.- “Mira que estoy a
la puerta y llamo. Si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré, y cenaré con
él, y él conmigo.” (Apo. 3:20)
La interpretación contextual no dice que Cristo golpeó la
puerta de un individuo para salvarlo, sino el Cristo resucitado se dirige a una
iglesia tibia, “estoy por vomitarte de mi boca”. Jesús deseo estar nuevamente
presente en la iglesia y tener comunión permanente. No estoy haciendo un
favor a Dios, si por fin abro la puerta de mi corazón. La reacción normal y
espiritual debe ser como en el caso del centurión pagano: —“Señor, no merezco que entres bajo mi techo. Pero basta con que digas
una sola palabra, y mi siervo quedará sano.” (Mt 8:8).
Hacemos bien en toda esta controversia, darnos cuenta, que
somos siervos inútiles e incapaces. No podemos salvar a nadie al igual que
Ezequiel no pudo resucitar los muertos. Leemos: “La mano del Señor vino sobre
mí, y su Espíritu me llevó y me colocó en medio de un valle que estaba lleno de
huesos. Me hizo pasearme entre ellos, y pude observar que había muchísimos
huesos en el valle, huesos que estaban completamente secos. Y me dijo: «Hijo de hombre, ¿podrán revivir estos
huesos?» Y yo le contesté: «Señor omnipotente, tú lo sabes.» (Eze. 37:1-3). Es obra de Dios, y será obra de
Dios. Nosotros somos embajadores que llaman a la reconciliación, en nombre de
Cristo. “Por lo tanto, si alguno está en Cristo, es una nueva creación.
¡Lo viejo ha pasado, ha llegado ya lo nuevo! Esto es: “Todo esto proviene
de Dios, quien por medio de Cristo nos reconcilió consigo mismo y nos dio el
ministerio de la reconciliación: esto es, que en Cristo, Dios estaba
reconciliando al mundo consigo mismo, no tomándole en cuenta sus pecados y
encargándonos a nosotros el mensaje de la reconciliación. Así que somos
embajadores de Cristo, como si Dios los exhortara a ustedes por medio de
nosotros: “En nombre de Cristo les
rogamos que se reconcilien con Dios. Al que no cometió pecado alguno, por
nosotros Dios lo trató como pecador, para que en él recibiéramos la justicia de
Dios.” (2 Cor. 5:17-21).
Al estar por ahogarse una persona en un rio correntoso y
ser rescatado por un “Salvador”, no dirá después “pero yo grite fuerte,
le pasé la mano y le acepté aunque era un campesino sucio”. Afirmar la
salvación en mi actuar subjetivo equivale a la Salvación por obras. “!Yo hice
mi decisión! “!Yo acepté a Cristo!” Cuando vienen dudas, no me puede afirmar en
mis obras o hechos, sino en la Obra de Cristo y en los hechos de la cruz y
resurrección.
!Maravillosa gracia, que me buscó, me salvó, me libertó y
me santificó!
Manfred
A. Bluthardt