Por J.A. Torres Q. (M.A)
Es muy interesante lo que dice Mark Sonoeberger quien defiende la postura dispensacional tradicional (págs. 167-207) en “Teologías del Pacto y Dispensacional” acerca de la cuestión del significado en el texto bíblico. Ahora, la necesidad de una descripción metodológica de la hermenéutica dispensacional o más bien, la hermenéutica histórico gramatico literal es sin duda relevante y el profesor Michael Vlach ha hecho una descripción notable al respecto en “La Hermenéutica Dispensacionalista”, amplificando el sine qua non de Ryrie[1]; sin embargo, paralelamente a la necesidad de considerar una descripción metodológica sobre la hermenéutica aludida y, antes de esgrimir una defensa de esta postura, es necesario “establecer” (ya lo está) una definición previa sobre la transcendencia de lo que es el "significado" en la hermenéutica, una definición con carácter universal sujeta a principios justamente universales del lenguaje. Para clarificar lo anterior, note el siguiente versículo de Zacarías 8:3 que explícitamente señala:
“Así
dice el SEÑOR: "Volveré a Sion y en medio de Jerusalén moraré. Y
Jerusalén se llamará Ciudad de la Verdad, y el monte del SEÑOR de los
ejércitos, Monte Santo." (LBLA). |
A la luz de este pasaje profético las preguntas obvias son: ¿Restaurará Dios algún día a Sion? ¿Restaurará Dios a Israel de manera definitiva de la manera en que el texto lo profetiza explícitamente? El texto bíblico se refiere a Sion, a Jerusalén y también se tiene en vista a Israel (8:7,8,11,12,13), pero, —y esto puede ser paradójico— ¿Sion es Sion, o se refiere a otra cosa? ¿Jerusalén aquí es realmente Jerusalén, o se refiere a otra cosa? Aunque pudiera parecer inconcebible, Calvino (1509-1564) interpreta estas referencias como alusiones a la iglesia, así escribió: “El Profeta ahora explica más claramente lo que pretendía; pero era necesario preservar este orden: que los enemigos debían ser expulsados por la fuerza de su posesión, y la Iglesia liberada, antes de que Dios pudiera morar en medio de ella”[2]. Matthew Henry (1662-1714) hace lo mismo, señalando que: “Estas promesas se cumplieron en parte en la iglesia judía…”[3] Spurgeon (1834-1892) no dice algo diferente, de hecho, señala que Dios regresa a la iglesia[4]. Si el lector ha notado bien, en estos ejemplos no solo la cuestión de la hermenéutica se vuelve relativa, principalmente, se trastoca el nivel del “significado” de las palabras y con ello, la significancia del texto bíblico.
Por supuesto, este tipo de interpretaciones no solo atentan contra una lectura llana del texto, por sobre todo, subvierten el sentido sugerido por el autor bíblico; por esta razón autores como Rolland D. McCune[5] han sugerido que, antes de todo, es necesario recordar los principios de una “hermenéutica originalista”[6] y, con este concepto —que no es nuevo— McCune ve la necesidad de volver a poner en la mesa la base de la correcta interpretación de las Escrituras a la luz de conceptos hermenéuticos previos que son intrínsecos al lenguaje y que determinan las leyes del lenguaje hablado como escrito. Pero, ¿a qué se refiere McCune? A la luz de su excelente artículo, presentamos un resumen personal de las implicancias hermenéuticas de la cuestión del significado, tomando en cuenta algunas conclusiones del profesor McCune, adaptadas para este artículo. Un par de explicaciones sobre lo anterior y, tomando el caso aludido (Zac. 8:3), es necesaria otra pregunta; si Zacarías habla de Sion, ¿qué es lo que intentó decir? Como es sabido, esto no es tan simple, pues la hermenéutica reformada ha esgrimido un "nuevo" argumento para resignificar el sentido del texto, un argumento que por supuesto, no es nuevo y que apela a una supuesta supremacía del NT sobre el AT. Bruce K. Waltke —teólogo reformado— define esta palanca hermenéutica señalando que: “…la revelación posterior en el canon bíblico dará el significado que el Autor Divino conocía y pretendía, pero del cual el autor humano era inconsciente”[7]. En otras palabras, esto significa que el Nuevo Testamento completará los significados y sentidos de un pasaje del Antiguo Testamento, y con “completar” como se observa en la hermenéutica reformada, se incluye una reinterpretación del texto veterotestamentario, lo que envuelve la subversión del significado de las palabras. Pero, ¿no es esto una práctica deficiente? ¿No atenta contra la intención inspirada del texto? ¿En qué sentido esto es una subversión del significado del texto bíblico? Mucho se ha escrito acerca de la inconsistencia de estas conclusiones, de manera que no pretendemos aquí, reformar una práctica que está enquistada en la hermenética reformada, pero sí, llamar la atención al lector sobre tres axiomas que refutan esta concepción supersiva[8]. Note con atención las siguientes líneas.
Primero, al igual que en el pasado, la interpretación correcta de la Biblia transmite hoy, el mismo significado que los escritores de la Biblia pretendían transmitir cuando escribieron sus escritos y como bien señala el profesor McCune, la tarea hermenéutica es “…descubrir el significado de una declaración para el autor y para los primeros oyentes o lectores, y luego transmitir ese significado a los lectores modernos”[9], el axioma derivado es:
“Un
texto no puede significar lo que nunca quiso decir” |
Segundo, la naturaleza unívoca del lenguaje afirma que un pasaje de la Escritura no puede tener un significado polisémico o relativo, independientemente la teología liberal modernista —latinoamericana— insista en ello, la razón de esto, es que el mensaje divino de la Biblia no viene en significados indeterminados, sino, en un mensaje proposicional taxativo mediante declaraciones inteligibles e incuestionables (por ej.: “Así ha dicho YHVH”), otra cosa, son las implicancias. El axioma es:
“No
nos acercamos al texto para tratar de descubrir lo que el autor podría haber
pensado, el mismo texto escrito tiene la carga significante por medio de las
palabras que el autor eligió como resultado de una dirección divina” |
Tercero, como señala McCune, cuando el autor humano comunica un mensaje, esto es precisamente lo que Dios quería transmitir; esto establece un punto de suma importancia respecto lo que es la correcta interpretación literal, pues, este principio no sólo confirma la intención del autor, sino también, excluye la especulación polisémica, el sensus plenior y la alegorización del AT en sus diferentes grados (la espiritualización del texto está incluido). En otras palabras, como el significado de un texto viene establecido en la elección inspirada de las palabras, esto nos impide decir que el autor divino escondió otros significados no previstos por el autor humano (sensus plenior) que supuestamente se esconden entre medio de las palabras. El axioma es:
“Lo
que el autor humano quiso decir, es lo que Dios quiso comunicar” |
Como se ha dicho, todo lo anterior no ignora las implicaciones variadas de un pasaje, como las figuras retóricas del lenguaje o, los diversos géneros escriturales. Sin embargo, tanto las implicaciones como los diversos elementos retóricos del texto son por un lado, vehículos de un mensaje unívoco de un texto, como también, aspectos complementarios de sus implicancias. En otras palabras, una hermenéutica originalista —que toma en cuenta las palabras en su sentido intecional obvio— puede contener varias implicaciones y diferentes vehículos retóricos, sin embargo, el mensaje que comunica cualquier autor principalmente veterotestamentario, nunca deja de ser coherente con respecto a la su locución gramatical y por ende, a la sintáctica del texto que lleva el sostén estructural del significado bíblico objetivo del texto.
[1] “1) el reconocer una diferencia entre Israel
y la Iglesia, 2) un principio consistente de interpretación literal, y 3) un
concepto básico y práctico de que el propósito de Dios consiste en Su propia
gloria en lugar del solo propósito de la salvación” (“Dispensacionalismo
Hoy”, Ryrie pág. 43,44,47)
[2] Comentario
de Juan Calvino, Internet URL: https://www.bibliaplus.org/es/commentaries/3/comentario-biblico-de-juan-calvino/zacarias/8/3
[3] Comentario
Bíblico de Matthew Henry, Internet URL: https://www.bibliaplus.org/es/commentaries/2/comentario-biblico-de-matthew-henry/zacarias/8/1-8
[4] Comentario
Bíblico de Spurgeon, Internet URL: https://www.bibliaplus.org/es/commentaries/9/comentario-biblico-de-spurgeon/zacarias/8/1-23
[5]
Rolland McCune, Dispensacionalismo y la interpretación literal de la Biblia,
Internet URL:
https://opticabiblica.blogspot.com/2024/10/dispensacionalismo-y-la-interpretacion.html
[6] Mark Sonoeberger,
en “Teologías del Pacto y Dispensacional,
cuatro puntos de vista acerca de la continuidad de las Escrituras”, ed.
Brent E. Parker & Richard J. Lucas, Editorial EBI, 2023.
[7] Bruce K.
Waltke en Rolland McCune, “Dispensacionalismo
y la interpretación literal de la Biblia”, Internet URL: https://dispensationalpublishing.com/textually-based-locus-meaning/
[8]
Dícese de la premisa que subvierte el significado el texto.
[9] Rolland
McCune, “Dispensacionalismo y la
interpretación literal de la Biblia”, Internet URL: https://dispensationalpublishing.com/textually-based-locus-meaning/
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